El 24 de enero de 1977, un comando ultraderechista asaltó un despacho de abogados laboralistas de las Comisiones Obreras y vinculados al Partido Comunista de España,
situado en el número 55 de la Madrileña calle de Atocha, disparando contra las personas que en se encontraban en el mismo.
En dicho atentado perdieron la vida cuatro abogados y un administrativo, todos vinculados a las Comisiones Obreras y al PCE, organizaciones, entonces, ilegales.
Los asesinados fueron los abogados Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo Pérez el Arco y Serafín Holgado de Antonio, así como el administrativo Angel Rodrígues Leal.
Igualmente, como sonsecuencia de los disparos, resultaron heridos graves: Dolores González Ruis (esposa del fallecido Sauquillo), Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz Huerta Carbonell y Luis Ramos Pardo.
Al día siguiente, el 25 de enero de 1977, se llevó a cabo una multitudinaria manifestación, a la que asistieron cientos de miles de personas, encabezada por el PCE y las CCOO.
La manifestación que transcurrió sin incidentes y tras la misma, siguieron importantes huelgas y muestras de solidaridad en todo el país, además de un paro nacional de trabajadores el día después de la matanza.
El PCE y las CCOO hicieron una importante demostración de fuerza ante el Gobierno de Adolfo Suárez.
La matanza de Atocha y la fuerza mostrada en la manifestación, harían plantearse a Suárez, desde ese momento, si era posible llegar a las elecciones generales con el PCE fuera de la Ley.
Tres meses después se procede a legalizar al PCE, la legalización se produce el sábado de la Semana Santa de quel año 77, sábado que pasó a ser conocido como el “Sábado Santo Rojo”. Pocos dias despúes serían, igualmente,
legalizadas las CCOO (única organización sindical activa en el interior de España durante el Franquismo y que llegó a ganar al Sindicato Vertical en las elecciones sindicales de 1966, al año siguiente el Tribunal Supremo las declara “ilegales” por considerarlas subversivas y probada su vinculación al PCE).
El atentado de la calle Atocha nº 55 de Madrid, puso de manifiesto el papel especial que jugaron tanto el PCE como las CCOO durante el franquismo y en aquel tiempo de la transición.
No podemos valorar adecuadamente la transición, ni la instauración democrática sin recordar aquellos hechos, sin recordar aquel entierro de los Abogados de Atocha, sin recordar aquel momento en el que 150.000 gargantas anónimas y calladas, tomaron pacíficamente las calles de Madrid.
Aquellas gentes, fueron protagonistas anónimas en la lucha antifranquista, “los costaleros de la democracia”, como solía decirles Nicolás Sartorius.
La transición no fue un proceso solamente institucional; fue un proceso ganado, buscado, trabajado y dolido por los militantes de las entonces ilegales CCOO y el PCE.
Los despachos de abogados laboralistas (PCE y las CCOO, organizaciones a las que pertenecían los abogados de Atocha), fueron en la oscura España de los años setenta, vanguardia de la conciencia crítica, así como consuelo, esperanza y refugio para muchos tarabajadores y ciudadanos de este país.
Jesús Molíns Guitarte.
24 de enero de 2012
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