“El martes pasado día 15 telefoneó a la redacción de El Observador, Luis Portero de la Torre… sobrino del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre… y autotitulándose (…no nos envió documento alguno que lo probara…) representante del regidor de la ciudad y sus hermanos… y en su calidad de abogado nos amenazó con
emprender acciones legales contra esta revista si no rectificábamos la noticia que se publicaba ese día en la que se describía la ruina moral y física que asola el corralón y sus habitantes de Rosal Blanco, 6… cuya propiedad y la responsabilidad sobre lo que allí ocurre es de los que en su nombre nos amenazaba este buen hombre… es decir, alcalde, hermanos e incluso él mismo como sobrino…
TENÍAMOS que decir que ellos empezaron a intentar arreglar este pringoso asunto de ruinas de todo tipo hace tres años y no hace poco por esto de las elecciones… pues muy bien… ampliamos información… porque lo publicado sigue siendo completamente válido… extrañamente, no nos pedía rectificar sobre lo que era realmente el fondo de la noticia… que el alcalde que nos quiere denunciar y su familia son los responsables de dejar en el más absoluto de los abandonos una vivienda y a sus ocupantes durante años… hasta conducir al estado de ruina física la casa y al de ruina moral a los pocos habitantes que han resistido el paso del tiempo y a sus inclementes caseros...
NO vamos a entrar a reflexionar sobre si al alcalde de la ciudad de Málaga le interesa seguir pegando patadas a este avispero de Rosal Blanco o si es una iniciativa del buen señor Portero…. ampliamente conocido en esta ciudad por su afable y medido talante y su carácter mesurado y conciliador… alejado, por supuesto, de personalismos y polémicas gratuitas… aunque a nuestro parecer, y sin querer faltarle, señor Portero, en esto de las amenazas telefónicas tal vez se pase usted un poco con ese tono algo chulesco y condescendiente en el que después de cada no tengo nada contra vosotros amenaza con acciones legales… en mi modesta opinión, y al igual que usted, pero exactamente igual, de verdad, señor Portero, tampoco soy nada dado a polémicas o cosas así… y como usted, no tengo ningún atisbo de ira en mi corazón… así que le digo que haga lo que crea más conveniente… el señor, en su infinita misericordia (…el señor juez, por supuesto…), nos ha señalado ya en esta revista demasiadas veces las sendas de los juzgados como para que nos sean desconocidas o las contemplemos con temor… (…está clarísimo que usted en ningún momento ha querido asustarnos, señor Portero, pero somos muy sensibles…) …creo que a razón de tres o cuatro veces y media por año más o menos hemos visitado su morada… …y todas las veces que la hemos transitado al final nos esperaba la luz y la alegría del triunfo… así, que si lo cree conveniente, hágalo, señor Portero…. no se corte… …lo de las acciones legales, digo… pero eso sí, por favor, pónganos una querella criminal, para que sea el juez tras una instrucción el que decida si hay caso o si dice que es una chalaura… y no una demandita civil que, como bien sabe por su bien prestigiada carrera procesal, son admitidas todas a trámite sean unas chalauras o no…
AHORA iba a escribir otro poquito sobre el alcalde y lo de Rosal Blanco… pero no merece la pena… en otro lugar de esta revista se escribe sobre ello y muy ampliamente… la cuestión se resume en decir que una buena familia de Málaga, la del alcalde y él mismo en lo que le toca, como tantas otras, tiene un corralón arrendado intentando sacarle la mayor rentabilidad económica posible… y para ello, y durante muchos, muchos años, han cobrado lo que han podido a los inquilinos y han gastado lo indispensable o mínimo en tener en condiciones el lugar… por lo que sin querer esta buena familia, por supuesto, que incluso lamenta como está la cosa, el referido lugar se ha convertido en algo inhumano, inmundo, tercermundista, asqueroso, puerco, repugnante, guarro, sucio, impuro, cochambroso, mugriento, abominable, abyecto, atroz, hediondo, indecente, despreciable, onimoso, pringoso, escabroso… inmoral… pero, repito, sintiéndolo siempre mucho, claro, como cualquier otra familia cristiana que se precie, por supuesto…
LA razón para no ponerme a escribir del alcalde De la Torre, claro, es que quería comentar un dato de la llamada del señor Portero que hace reflexionar… de la llamada del señor Portero y de la siempre traída y llevada independencia informativa… lo de rectificar una información publicada y esas cosas… y es que resulta que el sobrino del alcalde, en el transcurso de la llamada y en un mail posterior que nos mandó con papeles, nombra repetidamente a Javier Gómez, subdirector del diario Málaga Hoy… indicando que ellos también escribieron sobre el asunto y que él le mandó esos papeles precisamente y que por supuesto que rectificaron al día siguiente… y no sabemos por qué razón el señor Portero insistió tanto sobre este hecho en concreto… no lo sé…
LO único que puedo decirle a este buen hombre es que aquí se publica lo que el editor y director de esta revista considera publicable… como en todos los medios, supongo… aunque tal vez con la gran diferencia de que este medio no necesariamente tiene que presentar una cuenta de resultados saneada a final de año… como es indispensable hacer en casi todos los demás por no decir en todos… esta revista, como repito mil y una vez, está pensada y así funciona para que no le haga falta obtener beneficios… otras líneas de trabajo de la empresa editora cubre las posibles pérdidas, que no lo son… y lo digo cada vez que tengo que aguantar las insidias de diputados, concejales y concejalas cobardes que no tienen la dignidad suficiente para decir públicamente lo que dicen en sus corrillos de fans… que escribimos sobre su labor de forma crítica porque les pedimos publicidad y no nos la dan… cuando en realidad se trata de una publicidad que nunca se ha pedido… son las cobardes del siyohablara… cuando no paran... (…porfa, díganlo delante de testigos para poder demandar nosotros alguna vez a alguien por calumnias…)…
EN fin… que cada maestrillo tiene su librillo… y en esta revista hemos dado cuenta de injustas y forzadas rectificaciones asombrosas de columnistas asombrosos que no se tenían que haber producido pero que la dirección del medio les ha obligado a hacer por estrictas razones comerciales y publicitarias… y de otras recientes que han tenido lugar por falta de oficio o por falta de costumbre de ir a los juzgados… aquí no somos ni mejores ni peores y procuramos rectificar cuando nos equivocamos… y a los ejemplos publicados me remito… lo único que ocurre es que estamos tan acostumbrados a las amenazas que una más no altera gran cosa el ligero planteamiento que tenemos de la vida y de la información… dos cosas difíciles de practicar, coño, pero que no está nada mal intentar llevar con dignidad en estos tiempos de cobardías morales”…
Escrito Por Fernando Rivas. (Director).
Fuente: Revista El Observador.
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