Es imposible aun comprender la magnitud de la tragedia que está azotando a la población de Japón, tanto por el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de la central de Fukushima. No tiene fin el número personales que han quedado contaminados, están muriendo y que van a morir. Nos unimos al dolor y la solidaridad que sentimos como seres humanos, por el pueblo japonés. Para los socialistas, ecologistas, ecosocialistas y demás corrientes de la izquierda, que venimos luchando y planteando alternativas para hacer otro mundo posible porque consideramos que esta cuestión es de rabia, ante las mentiras y pusilanimidad de los gobiernos que defienden la energía nuclear y el capitalismo, anteponiendo el lucro privado a la seguridad de los seres humanos. Vamos a intentar ofrecer argumentos entrando en este debate que se ha reanudado con virulencia, sobre el No a las nucleares o el Si a las nucleares: en un artículo reciente redactados por expertos ecologistas podemos leer: “Existen dos falsedades muy peligrosas que se barajan entorno a la energía nuclear: La primera, que la energía nuclear es segura, la segunda, que es esencial en un contexto de cambio climático. “La tecnología nuclear es inherentemente insegura porque siempre será vulnerable a errores humanos, a desastres naturales, a fallos de diseño o a ataques terroristas. Lo que vemos estos días en Fukushima no es más que un ejemplo de lo que puede suceder cuando fallan los sistemas de refrigeración de una central. Los reactores resistieron el terremoto y el tsunami, pero el fallo del sistema de refrigeración llevó al sobrecalentamiento de los reactores y fue lo que causó la liberación de radiación.
“El listado de enfermedades que puede provocar la exposición a la radiactividad es terrorífico (mutaciones genéticas, malformaciones, cáncer, leucemia y desórdenes en varios sistemas) y, pese a que la industria argumenta que la trayectoria de las nucleares en el mundo es poco menos que intachable y presenta los accidentes de Chernóbil o Three Mile Island como meras excepciones, no podemos olvidar que la Agencia Internacional de la Energía Atómica ha recibido más de 800 notificaciones de episodios significativos.
“Respecto a la necesidad de la energía nuclear para hacer frente al cambio climático, debe recordarse el estudio “Energy [R]evolution” (R[e]evolución Energética), publicado conjuntamente por Greenpeace y el European Renewable Energy Council, en el que se demuestra que podemos vivir sin energía nuclear ni combustibles fósiles y que la apuesta por las energías renovables, no sólo es la mejor para proteger el clima, sino también la más económica y saludable.(1)
La corriente Izquierda Socialista-PSOE celebró recientemente su II Conferencia en Torremolinos, editando una Revista sobre Cambio Climático en la que se hizo un profundo análisis sobre la cuestión, del que ofrecemos algunos datos:
ES MÁS NECESARIO QUE NUNCA UN CAMBIO DE MODELO DE SOCIEDAD PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO. (2)
El capitalismo, por su propia naturaleza es incapaz de dar soluciones definitivas a un problema como el que se plantea del Cambio Climático, debido, entre otras contradicciones, a los conflictos de intereses entre los capitalistas agravados por la actual recesión económica mundial. Algunos delegados asistentes a la Cumbre de Copenhague describían la situación como de confusa y desesperada por ser incapaces de llegar a ninguna posición de acuerdo común progresivo.
La demanda de los países pobres era que las potencias capitalistas avanzadas donasen un 5 % de su P.I.B. para dedicarlas a medidas de protección del clima. Pero la dificultad surgía porque las principales potencias no estaban dispuestas a donar nada, porque han gastado ingentes recursos en tratar de salvar del colapso a sus sistemas bancarios. Como consecuencia de ello han acumulado enormes déficit que tienen que sacar de los bolsillos de los contribuyentes y tienen miedo a atacar al movimiento obrero demasiado porque temen las convulsiones y las explosiones sociales que podría provocar.
Los capitalistas necesitan hacer recortes profundos en sus presupuestos de gastos públicos, para intentar restaurar la tasa de beneficios de sus complejos empresariales. La recesión mundial del capitalismo no permite, con su modelo actual, ni siquiera mantener los niveles de gastos que venían efectuando. No están dispuestos a invertir en mejoras sociales a medio y largo plazo, que es lo que representan los gastos para mejorar el Medio Ambiente, sino, que su objetivo es recuperar beneficios a corto plazo atacando a la clase trabajadora, pero encuentran cada vez más resistencia entre las masas.
Existen suficientes recursos, tanto humanos como materiales, tanto en ciencia y tecnología como en capacidad industrial instalada, para combatir la polución y los efectos desastrosos del sistema capitalista sobre el planeta en que vivimos. Pero, el verdadero problema es que esos recursos son utilizados para beneficiar a los ricos, que se niegan como siempre a recortar sus riquezas y tesoros acumulados en paraísos fiscales y defienden con uñas y dientes sus sacrosantos beneficios. El capitalismo se ha convertido ya, dialécticamente, en un modelo de desarrollo destructivo que amenaza nuestras vidas y que pone en peligro incluso la supervivencia de la vida humana sobre el planeta.
Albert Einstein dijo una vez: “No podremos resolver los problemas que tenemos hoy pensando de la misma manera que pensábamos cuando los provocamos”. Por tanto, la solución a estos graves problemas ecológicos provocados por la aplicación del “pensamiento capitalista” del lucro privado, no podrán venir nunca aplicando el mismo modelo anárquico de la “libre empresa”.
La humanidad necesita y depende del desarrollo tecnológico. La emancipación del ser humano significa pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad, como dijo Marx y esto se logra inventando nuevos recursos técnicos que reemplacen cada vez más tiempo de trabajo humano. Pero el desarrollo técnico debe ser planificado y conducido de manera armónica y amigable con la naturaleza.
Esto lo entendieron perfectamente Marx y Engels, que desarrollaron el materialismo dialéctico cuando las ciencias estaban dando sus primeros pasos, pero que ya intuyeron los problemas a los que la humanidad se tenía que enfrentar. Marx, a quien todos asociamos con la economía, estaba también preocupado por el desarrollo de la agricultura. En El Capital, tomo I, denuncia cómo el ciego afán de beneficio había agotado el suelo de Inglaterra lo que provocaba tener que abonar los campos con guano importado de Perú.
Por otro lado, el concepto que usaba para definir la relación del hombre con la naturaleza a través del trabajo, era el del metabolismo: "El trabajo es, antes que nada, un proceso que tiene lugar entre el hombre y la naturaleza, un proceso por el que el hombre, por medio de sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo que se produce entre él y la naturaleza. Se enfrenta a los materiales de la naturaleza como una fuerza de la naturaleza. (...) A través de este movimiento actúa sobre la naturaleza exterior y la cambia, y de este modo cambia simultáneamente su propia naturaleza...".
Pero también Marx nos advierte en otra parte:
"Pero no nos alabemos en exceso por nuestras humanas victorias sobre la naturaleza. Por cada una de ellas se toma la naturaleza su revancha contra nosotros. (...) Se nos recuerda así a cada paso que en modo alguno dominamos la naturaleza como domina un conquistador un pueblo extraño, como alguien que estuviese fuera de la naturaleza; sino que con nuestra carne, sangre y cerebro pertenecemos a la naturaleza, existimos en medio de ella, y toda nuestra supremacía consiste en el hecho de que tenemos la ventaja, respecto a todas las demás criaturas, de ser capaces de aprender sus leyes y aplicarlas correctamente".
La mejor forma, sino la única de empezar a resolver el drama del calentamiento global, es cambiando la forma de organización social y económica. La solución a los acuciantes problemas del mundo sólo se puede lograr con un sistema socioeconómico que esté bajo el control consciente de la gente. El problema no es que haya un límite inherente al desarrollo, sino un sistema de producción caduco y anárquico que despilfarra vidas y recursos, que destruye el medio ambiente y que impide el pleno desarrollo del potencial que existe en la ciencia y la tecnología.
La lucha por el socialismo es también una lucha por el respeto al medio ambiente. Nosotros defendemos que el movimiento obrero organizado en sus sindicatos de clase y partidos de izquierdas tenemos que coger con nuestras propias manos la lucha para poner fin a la destrucción del medio ambiente a la que nos arrastra el sistema capitalista, corrupto, degenerado y decadente.
Consideramos que la mejor alternativa es la lucha por una sociedad libre de toda opresión, donde la producción esté planificada democráticamente por los propios trabajadores, para resolver la cuestión social y los problemas de la humanidad, pero para ello la economía debe estar dedicada no para aumentar los beneficios de una minoría que son los capitalistas, sino para satisfacer las necesidades de la mayoría que representamos la clase trabajadora y los pobres.
Con una planificación científica podríamos utilizar de una manera racional y apropiada los recursos de la naturaleza en beneficio de la humanidad en su conjunto. Entonces sería cuando la ciencia y la tecnología encontrarían su mayor campo de desarrollo aplicando todos los enormes avances conseguidos en los últimos decenios.
Tenemos algunas discrepancias con algunos sectores “ecologistas” cuando plantean que la defensa del medio ambiente entra en contradicción con el desarrollo de las fuerzas productivas. Esa falsa idea de que es preciso un modelo social “austero” está calando y es aceptada por algunos “progres”, algunos “reformistas”, algunos “social liberales” que han tragado el anzuelo del discurso de la clase dominante. Pero para los que seguimos luchando por el bienestar social, por el aprovechamiento de la ciencia y del conocimiento, así como para que la economía sea puesta al servicio de la humanidad, el mundo de la abundancia es posible, pero superando el sistema capitalista y poniendo las bases para la transformación socialista.
Con los recursos económicos socializados y gestionados democráticamente al servicio de todos, el crecimiento de la producción, la introducción de la ciencia y la robótica en las empresas de economía social y democráticamente gestionadas, podrían resolverse los problemas del conjunto de la población del planeta, incluyendo una defensa científica del medio ambiente, a condición de que nos liberásemos del sistema que busca el máximo beneficio para unos pocos.
En un sistema de economía socialista planificado democráticamente, el crecimiento del bienestar económico y social iría estrechamente vinculado a la defensa de los recursos del medio ambiente y a la conservación y regeneración de la naturaleza.
Por desgracia vemos que algunos partidos que se dicen “verdes”, que dicen defender los principios del ecologismo y que dicen actuar para combatir la degradación del medio ambiente, en la medida que son defensores del libre mercado y que se quedan dentro del marco capitalista aceptando sus reglas, se convierten irremediablemente en colaboradores necesarios y agentes directos o indirectos de la burguesía, sean conscientes o no de este hecho.
Hemos visto ya a demasiados partidos “verdes” que han sucumbido y renunciado a su programa ecologista en beneficio del realismo político. Por ello, tenemos que sacar una conclusión clara: “La lucha por la defensa del medio ambiente, por el ecologismo y contra el cambio climático y contra la aniquilación de la humanidad a manos del capital, es la lucha por un programa auténticamente socialista, que ponga los recursos al servicio de la Humanidad”.
Para ello, desde Izquierda Socialista de Málaga-PSOE, te invitamos a que te unas a la lucha colaborando con nuestra corriente de alguna forma y nos comprometemos a seguir luchando, junto con las propuestas y programas que hemos reflejado en la Revista que editamos el año pasado, donde se recopilan como documento a debate que hemos presentado con el título, “ALTERNATIVA PARA LA CLASE TRABAJADORA ANTE LA CRISIS CAPITALISTA” (*), las propuestas que plantean la lucha por un programa auténticamente socialista que sirva para salir de la crisis por la izquierda a la que aportamos las que defendemos a continuación, para seguir luchando “Contra la destrucción del medio ambiente” así como por la defensa dentro de los sindicatos, partidos de izquierdas y organizaciones ciudadanas del programa de transición que planteamos en el apartado XI.
1) Fuerte incremento de los presupuestos destinados a financiar fuentes de energías alternativas.
2) Nacionalización, sin indemnización salvo en casos de necesidad comprobada, bajo control obrero, de los grandes monopolios energéticos.
3) Plan anticontaminación estatal para eliminar la contaminación producida por la industria. Las inversiones a cargo de los propietarios y, en caso de que se nieguen, nacionalización bajo control obrero.
4) Control de todos los planes de urbanización y obras públicas por parte de organizaciones obreras y ecologistas para evitar la destrucción del medio ambiente.
5) Programa estatal que, en fases sucesivas, a corto (cinco años), medio (diez años) y largo (veinte años) plazo planifique una masiva transformación del entorno natural, concretado en una repoblación forestal basada en estudios científicos, regeneración total de las aguas, etc., observando un esfuerzo especial en aquellos temas más acuciantes: especies en peligro de extinción, zonas desérticas...
6) No a las centrales nucleares! ¡Cierre inmediato garantizando un empleo alternativo a sus trabajadores! No al pago de compensaciones por la moratoria nuclear
En la Revista mencionada, “Cambio Climático”, se desarrolla un amplio estudio sobre las energías limpias y las no nucleares, planteando la cuestión de la generación de energías alternativas como la eólica, solar, mareomotriz, geotérmica, hidráulica, así como teorías que podrían desarrollarse para la obstención de otros tipos de energías limpias e incluso más baratas. También se contempla en dicho estudio la comparación entre “energía nuclear de FUSIÓN” y la diferencia con la “energía nuclear de FISIÓN”. Se explica asimismo la cuestión teórica de la conducción y distribución de energía planteando alternativas viables tanto en el corto, el medio y el largo plazo, pero que chocan frontalmente contra los intereses de las multinacionales capitalistas. El debate abierto sobre el cambio climático y los efectos nocivos de la acción devastadora de la contaminación nuclear, cuyas consecuencias se han convertido en un peligro para el género humano, como estamos viendo en la catástrofe de Japón, ponen en evidencia la situación tan grave a la que el sistema capitalista está abocando a la Humanidad. ¡¡Nucleares, NO¡¡. ¡¡Gracias¡¡
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(1) Extracto del artículo escrito por Kimi Naidoo. (Fuente. Greenpeace)
(2) Del Capítulo X de la Revista “Cambio Climático”. Presentada en la II Conferencia de Andalucía de la corriente Izquierda Socialista-PSOE. Si estás interesado en recibir gratuitamente los textos completos de dicha revista, solicítalo a nuestro correo de abajo, poniendo en Asunto la palabra “Revista”:
Is-psoe.malaga@terra.es
27 de marzo de 2011
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