El capitalismo, como cualquier otro
modelo económico, no es perpetuo, sino transitorio, como explica la historia de
todos los demás sistemas habidos sobre el planeta Tierra.
El sistema capitalista no durará para
siempre, como pueden pensar algunas personas, sino que, como todos los demás
modelos económico/sociales que hubo en este mundo, será también transitorio, pues incluso los grandes imperios cayeron y
seguirán desapareciendo.
El modelo imperialista/capitalista que
es la fase evolucionada actual, ha entrado en una situación aguda de
descomposición y como la barbarie, las épocas tribales, la esclavitud y el feudalismo e incluso
cualquier otro modelo, como explica la historia, podría haber entrado en una
fase agónica, pues todos los modelos nacen, crecen se desarrollan y desaparecen
reemplazados por otro modelo (superior o inferior).
A la clase trabajadora le interesa que
sea un modelo democrático, pero dependerá de la resistencia que haga el capitalismo,
por lo que habrá que optar: o con los que defienden el socialismo o continuará
el capitalismo hundiéndonos en la barbarie.
Es difícil saltar etapas, así pues,
quizás tras un amplio período, cuando el factor subjetivo se iguale a los
factores objetivos que están más que maduros, podría ser sustituido por el
socialismo; luego tras otro largo período, quizás el comunismo democrático, pues el de la
“Dictadura contra el Proletariado” fracasó: puede que se culmine más tarde con
el anarquismo, que otros llaman “comunismo libertario” y así sucesivamente, si antes no queda todo
destruido por el arsenal atómico acumulado con las 16.000 cabezas nucleares que
suman las grandes potencias.
Hubo procesos de esplendor y decadencia que han sucedido en todos los sistemas económicos y el capitalismo no será una excepción, aunque lleve unos 300 años desde sus inicios, cuando era revolucionario, vigoroso y pujante, derrotando y superando al modelo feudal.
La teoría materialista dialéctica afirma
que el Capitalismo debería ser sustituido por otro modelo superior, pero
necesita el empuje y la lucha de la clase trabajadora organizada, aunque el nombre que pueda adoptar sea el que
les quieran poner las fuerzas democráticas que ganen la partida final.
La teoría marxista ofrece una
alternativa, para que las masas en acción la puedan llevar a la práctica, en
sus luchas por el socialismo, pero se necesita organización, unión, programa,
método, perspectivas, táctica, estrategia y teoría, junto con la práctica para
avanzar hacia el futuro, a la vez que conocer la historia y algunas otras cosas.
Una forma concreta de entender los
cambios, más allá del capitalismo, que nos ofrezca una manera mejor para cuando
el capitalismo nos decepcione totalmente (esto se está produciendo) y las masas
se pongan en acción para derrotar a esos gánsteres, cambiando de modelo,
necesitaremos un número creciente de trabajadores concienciados, formados y
unidos en potentes partidos y sindicatos de izquierdas para que podamos
avanzar.
Existen algunas contradicciones que el
capitalismo no podrá superar. Veamos un ejemplo: Si la plusvalía es producida
por la clase trabajadora, y eso era claro en la esclavitud, el feudalismo y también
en el capitalismo, según explica Marx, entonces, el verdadero avance, la
alternativa no podrá ser dentro de este
sistema en el que una MINORÍA, como en los otros modelos anteriores, se siga
apropiando y atesorando las plusvalías que genera la MAYORÍA.
La democracia burguesa es un engaño, y
no corresponde a una verdadera democracia,
porque de otra forma, si fuese una auténtica democracia, el modelo de
producción, comercio y transporte estaría al servicio de la mayoría, que es la
clase trabajadora y no controlada por esa ínfima minoría de monopolios y
banqueros.
Mientras que eso siga en manos privadas
y al servicio de sus intereses, seguiremos el reflejo del esclavismo y el feudalismo, pues es el modelo capitalista
explotador y opresor el que impide el reparto equitativo del fruto del trabajo
de los asalariados.
El avance real, el cambio concreto, la
manera de ir más allá no solo del capitalismo, sino de todos los sistemas
anteriores, es no permitir esas diferencias colosales que se producen entre
ricos y pobres.
No es justo que un pequeño grupo de
personas en una posición dominante para explotarnos, dirigirnos y robarnos las plusvalías del
trabajo social colectivo de las masas, continúen acumulando las riquezas cada vez en
menos manos ensanchando cada vez más la brecha salarial entre ricos y pobres,
pretendiendo que eso pueda durar
eternamente.
La clase trabajadora bajo el
capitalismo, tiene la clave para cambiar eso, para cambiar el modelo y
reemplazar a los explotadores y corruptos del capitalismo, por un modelo
superior, como sería el Socialismo Científico, pero con la condición de aplicar
la Democracia Participativa y Ética (*) en todos los estamentos del Estado, incluidas
todas las empresas que deberán ser transformadas en colectivos sociales de
producción, distribución y cambio, para trabajar de manera colectiva, armoniosa
y pacífica, para hacer honor al nombre
que prematuramente ha adoptado nuestra especie: Homo Sapiens.
Porque es cierto que bajo esta
democracia burguesa actual, en su fase Imperialista/capitalista, podemos votar
para cambiar quién ocupa los puestos, pero no modifica la estructura del
Estado, corroído por la corrupción, la competencia deshonesta, los despilfarros
y las desigualdades, situación que impide desarrollar la capacidad productiva
de esa reserva de mano de obra en paro forzoso, mientras que otros se ven
forzados a sufrir jornadas de 10, 12 o 15 horas.
Como ejemplo tenemos las denuncias de
los asalariados de cualquier sector, como las que expresan los huelguistas en
la reciente lucha de los camioneros, los agricultores y otros sectores, lo cual expresa que bajo esta democracia
burguesa, no se superan las desigualdades sociales, sino que se acrecientan de
manera injusta, impidiendo a inmensos colectivos sociales mantener una vida
digna; pierden dinero cuando van a trabajar por los abusos de las
multinacionales en el control de los precios, con potentes oligopolios, que han
acabado con “la competencia”, dado que el “libre mercado”, que tanto gusta
esgrimir a los liberales, ha colapsado estrepitosamente, pero se niegan a
reconocerlo.
El verdadero avance que nos enseñan los argumentos del materialismo dialéctico, es si hacemos o no que el puesto de trabajo sea indiviso o no, o sea que pertenezca a los colectivos para que sean gestionados democráticamente o permitimos que los potentes núcleos de mafiosos, refugiados en el control de la Banca y Multinacionales, nos sigan tomando el pelo y preparando nuevas guerras que es al final la alternativa que nos ofrecen.
Los trabajadores por el socialismo deben
seguir dando la batalla para evitar las reminiscencias que todavía existen de
la esclavitud, que es la condición por la que los trabajadores se ven sometidos
a algunos “patrones-esclavistas”, tal como se comportan algunos elementos,
haciendo perder al trabajador su libertad y puede alquilado, cambiado o incluso
asesinado impunemente en las guerras que el capital provoca, negando a la
humanidad disponer totalmente de su destino de manera pacífica y democrática,
para poder ejercer el Derecho a la Autodeterminación de los pueblos como existe
y tienen firmados en el Derecho
Internacional pero que luego violan sistemáticamente, como vino haciendo la ONU
con el Pueblo Saharaui y demás pueblos que luchan por su liberación, pero que
ahora, el Gobierno español, dirigido por Pedro Sánchez, pretende regalar el
territorio del Sáhara Occidental al Rey Mohamed VI de Marruecos, acción que
está siendo cuestionada por gran parte de la población.
Los trabajadores socialistas y de
izquierdas tenemos que continuar la lucha para evitar esas reminiscencias
feudales, que rascando a escala mundial
e incluso en cualquier país que se llame “avanzado”, existe en la actualidad,
como el asalariado que es tratado como un “siervo”, que presta su servicio por
un mísero salario a un denominado “señor”, que le roba el fruto de su trabajo.
En algunas ocasiones, como en las
guerras, demostrada una vez más en esa invasión de Ucrania por orden de Putin,
se les exige obligatoriamente servicios militares hasta dar su vida por lo que
ellos llaman “patria” pero que esconde el beneficio privado de grandes
“magnates” o sería más correcto llamarles “mangantes” que es lo que realmente
se juegan en esas guerras de rapiña.
La historia nos enseña que el feudalismo
es el sistema económico, social y político que existía en la Edad Media, que
estaba caracterizado por la división de las sociedades en tres grandes poderes,
como eran la Nobleza, el Clero y el Campesinado, pero que si echamos un vistazo
serio a la mayoría de los países más empobrecidos y explotados, sobre todo en
África, Latinoamérica y otras zonas, esos “Reyes, coronados o no”, continúan ejerciendo su poderío y sometiendo a
sus pueblos a su “real voluntad”.
Cuando los seres humanos carecen de
libertad y derechos humanos propios,
viéndose sometidos de manera brutal y absoluta a la voluntad, el dominio, la
opresión y la explotación de otras personas, que en realidad cumplen el papel
de “amos”, estando en una situación tan precaria y dramática, que incluso ya no
pueden ni ser comprados ni vendidos, como
mercancía excedente, peor que cuando los barcos negreros de los esclavistas que cargaban esclavos en África
para venderlos en las Américas, la verdad es que el sistema esclavista e
incluso el feudalismo más bien permanecen y es necesario continuar la batalla
para superarlo.
Para la clase trabajadora es más
necesario que nunca organizarnos mejor y avanzar hacia el genuino modelo socialista planteando la Democracia en
todas las empresas y estamentos del Estado, para poder avanzar hacia la
igualdad salarial, social y económica.
Existen modelos teóricos que se podrían
llevar a la práctica, organizando colectividades de trabajo auto/gestionado democráticamente,
donde cada persona tendría un voto para decidir, a través del debate y la
deliberación libre, sometiendo a votación toda discrepancia y disputas para
decidir por mayoría colectivamente (como hacen algunas cooperativas de trabajo
asociado), qué queremos hacer en ese
lugar de trabajo, es decir, qué producir, cómo producir y para qué y para quién
producir, en armonía con el resto de la nueva sociedad socialista que se
tendría que empezar a formar, derrotando al capitalismo, porque bajo ese modelo
corrupto esos experimentos siempre han fracasado.
Ejemplos de modelo algo similar existen miles,
pero bajo el capitalismo es imposible generalizarlos, aunque si sería posible
bajo un modelo genuinamente socialista, porque por muy grande que sea el
movimiento cooperativo, cuyos efectos lo podemos estudiar en la Corporación
Mondragón, complejo cooperativo originario de Euskadi, que está
internacionalizada con presencia en cinco continentes y que en el ejercicio de
2020 declaraba una facturación de 10.865 millones de euros, con una plantilla
de 79.931 trabajadores, reconociendo que el trabajo asociado es superior a la
explotación capitalista.
Pero necesitaríamos miles de complejos
similares para poder avanzar hacia el socialismo, porque la clase trabajadora
tendría que acumular tal potencial para poder socializar los medios de
producción fundamentales, empezando por una Banca Pública, los grandes
latifundios ociosos y las multinacionales, para dar el paso adelante hacia el
Socialismo Democrático, Participativo y Ético bajo control de las masas (*).
Solamente con un cambio de modelo, la
clase trabajadora podría igualmente proceder y decidir lo que tiene que elaborar,
mediante la distribución de los productos, asignando al final de cada año, el
remanente del valor producido, planteando una parte de solidaridad, para los
impedidos, o para sanidad, educación, pensiones y demás derechos sociales y el
resto para mejorar los ingresos equitativamente.
Estudios científicos de expertos existen
para poder organizar la producción en una nueva sociedad, cómo se organizará la distribución de bienes
y servicios, en términos de producir y en realidad, cómo administrar los
excedentes con el mayor grado de justicia distributiva, para lo cual, el
control social para evitar la corrupción y los despilfarros, es una tarea
fundamental y que con la aplicación de las nuevas tecnologías, sería posible
llevar a cabo.
Existen diversos nombres para definir
esos modelos, como Economía Social, Economía Cooperativa, Economía Circular, Economía
Autogestionaria, etc… pero no será posible llevarlas completamente a cabo, si
no se termina previamente con la propiedad privada de las Grandes Palancas de
la Economía, socializando la Banca, los
Monopolios y los Latifundios, para erradicar los males profundos del
capitalismo que es el saqueo a la clase trabajadora, mediante la explotación y
la corrupción.
El modelo capitalista está agotado y de
lo que se trata es de adoptar un salto cualitativo y cuantitativo en el modelo democrático,
si de verdad queremos implantar la democracia participativa completa, para cambiar este capitalismo que no funciona.
El modelo del socialismo, debiera atraer
a la clase trabajadora de una forma clara porque representaría auto/gestionar y
controlar de forma efectiva la producción desde el lugar donde se trabaja y
resolver todos los problemas mediante el voto.
Existen personas que creen que el
capitalismo durará para siempre, pero es un error tremendo, aunque si la clase
trabajadora sigue asumiendo las mentiras y tergiversaciones históricas,
económicas y sociales, tal como lo expande la burguesía con su aparato de
propaganda, los avances que nos prometen podrían convertirse en su contrario.
Un firme compromiso con la Democracia
Participativa y Ética (*) para estudiar e intentar llevar a la práctica el
Socialismo Científico, debe ser
entendido por todo trabajador honesto que no esté “enajenado” por la filosofía
capitalista que imparte la democracia burguesa para su propio beneficio, a
través del potente aparato de propaganda montado por la clase dominante que
perjudica a la clase trabajadora y los más empobrecidos. Otro mundo es posible
y necesario pero tenemos que reorganizarnos y luchar porque nadie nos lo va a
regalar.
COMISIÓN PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
(*)Si todavía no conoces el
documento mencionado que contiene nuestras propuestas en defensa del Socialismo
Científico, puedes solicitarlo gratuitamente al correo de abajo, poniendo en
asunto: “Documento a Debate”:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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