Aquella famosa cumbre sobre el
cambio climático de Naciones Unidas, celebrada en Durban (Sudáfrica), en
diciembre de 2011, van ya para 10 años, puso de manifiesto la disposición de
las potencias imperialistas que dominan la economía, para dejar claro, que los intereses del sector de los
combustibles fósiles marquen la agenda climática a favor de los intereses de
unos pocos, anteponiendo el lucro privado de las multinacionales de la Energía,
al bienestar de la población, por lo que se demostró una vez más, a favor de qué clase están los representantes
de ese obsoleto y pro-burgués organismo que es la ONU que defiende y ampara al
sistema Imperialista/Capitalista y sus multinacionales.
Los ecologistas, los socialistas, los ecosocialistas y muchos
progresistas en general, hemos condenado y condenamos desde hace muchos años,
que las presiones de las multinacionales de la energía, sobre todo las
petroleras, sigan controlando a los gobiernos para favorecer al sector de los
combustibles fósiles y a las industrias más contaminantes, sin comprometerse a
cumplir con la demanda que dice: “el que contamina paga”, negándose a asumir
los presupuestos suficientes para contrarrestar los efectos nocivos de la
contaminación que por sus ansias de beneficios, producen esas compañías
depredadoras del planeta Tierra que ponen en peligro a la población mundial.
Esta es una nueva muestra de que el capitalismo antepone los intereses
de una minoría de archicapitalistas, al
peligro que representan los efectos del cambio climático que producen una
creciente contaminación, envenenando la atmósfera que mata a miles de personas.
Greenpeace y demás organizaciones ecologistas, vienen criticando
duramente los incumplimientos de las Cumbres, las cuales han descrito como un
fracaso tras otro, a la vez que aseguran que los gobiernos que participan en
ella deberían “sentirse avergonzados”.
Hace ya doce años, en diciembre de 2009 tuvo lugar la Cumbre sobre el
Clima en Copenhague, que podemos decir claramente que fue igualmente otro
fracaso rotundo más, pues los países ricos no quieren contribuir con recursos
económicos suficientes, para resolver el problema, descargando sus
consecuencias en los países empobrecidos, lo que pone todavía más difícil
avanzar en las posibilidades de contrarrestar las consecuencias del cambio
climático, que se viene detectando desde hace decenios.
Desde Izquierda Socialista de Málaga, venimos condenando en nuestros
escritos y documentos (*) esa situación
cuando decíamos… “La represión policial en la Cumbre de Copenhague ha sido muy dura, lo que demuestra el miedo
de la clase dominante a que el movimiento de protesta se extienda a través de
todo el planeta.
Desde el mes de octubre ya se detectaba una riada humana de
activistas que llegaban a Dinamarca. Se calcula que los asistentes pasaron de
45.000, cuando la capacidad de plazas era solamente de entre 15 y 17.000 para
estar bien instalados. Un desastre organizativo colosal.
Las manifestaciones de protesta fueron constantes, siendo una de las más
numerosas la de 100.000 personas, activistas y ciudadanos, que protestaban en
contra de que el capitalismo destruya el planeta. La represión contra los
activistas de la marcha, lo mismo que contra cualquier manifestación de
protesta ha sido vista por las televisiones de todo el mundo.
Aquellos que pensaban que Dinamarca era un país pacífico, amable, de una
sociedad armoniosa e igualitaria, empezaron a cambiar de opinión cuando observaron
las escenas donde cientos de miles de activistas sociales que luchaban pacíficamente
por el derecho a la supervivencia de la especie humana sobre el planeta, habían
sido tratados como animales salvajes.
La policía ejecutó unos 133 “arrestos preventivos” de activistas entre
los días 11 y 13 de diciembre, de los cuales, solamente 4 de ellos fueron
acusados con cargos, poniendo al resto en libertad “sin cargos”, lo que
demuestra que habían sido “detenciones arbitrarias de activistas que
protestaban pacíficamente”.
Eran medidas policiales ordenadas por el Estado con el propósito de
meter miedo entre la juventud contestataria y la clase trabajadora en lucha con
el objetivo de amedrentar y dar un escarmiento para que se sometan y acepten
los ataques contra los niveles de vida y del Medio Ambiente que se están
preparando, haciendo ostentación por parte de la clase dominante de la
“fortaleza de sus métodos represivos policíacos” al servicio de los intereses
capitalistas y no de la “democracia” que supuestamente defienden.
Incluso la policía recibió órdenes de distribuir información en los
Institutos de estudiantes de Copenhague, avisándoles que no debían participar
en las manifestaciones contra la Cumbre.
Se ha visto claramente la campaña sistemática de sabotaje por parte de ciertos
estados más potentes, que están promovidos y conducidos por las indicaciones e
intereses de las grandes multinacionales energéticas, que defienden el injusto
sistema capitalista de negociaciones por “imposición de sus criterios”, con
métodos oscuros de presiones de las potencias dominantes.
“El acuerdo, de carácter no vinculante, está muy lejos de las
expectativas generadas en torno a la mayor reunión sobre cambio climático de la
historia y no fija objetivos de reducción de gases”, según informa El País.com
(18-12-09). “Sin embargo, sí establece un total de 10.000 millones de dólares
entre 2010 y 2012 para que los países más vulnerables afronten los efectos del
cambio climático y 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y
adaptación”. (Cuando las necesidades mínimas se cifran en 50.000 millones de
dólares al año, según las conclusiones del equipo de economistas que indicamos
anteriormente.- “nota del autor”). Sigue informando el citado medio que: “el
pleno quedó suspendido después de que 5 de los 193 países presentes en la conferencia
anunciaran su rechazo a adoptar el leve acuerdo pactado entre 28 jefes de
Estado y de Gobierno de países de todos los bloques presentes en la Cumbre del
Clima”. (…) “
“Cuando después de horas de estéril debate parecía que el pacto se
incorporaría como nota alternativa al acuerdo, el ministro británico de Cambio
Climático, Ed Miliband, pidió que fuera una decisión vinculante. Sólo cinco
países, entre ellos Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Sudán, se opusieron.
Los presidentes de Venezuela y Bolivia ya anunciaron antes de conocer el texto
que votarían en contra.
La representante de Venezuela aseguró que no iban a "vender su voto
por 30.000 millones de dólares", la cantidad fijada como fondo para los
países pobres durante los próximos tres años.
Sudán, un país que participó en la elaboración del texto, también
criticó el acuerdo, pero fue desacreditado por la inmensa mayoría de países
africanos. Quien no pidió la palabra fue China, cuyo primer ministro, Wen
Jiabao, fraguó el acuerdo con Obama. Sin embargo, no lo defendió en el pleno y
sus delegados llegaron a aplaudir las intervenciones críticas con el texto”.
“A efectos prácticos, la rebaja del texto tiene el principal
inconveniente de que será difícil poner en marcha los 10.000 millones de dólares
anuales a partir de 2010 que acordaron 30 jefes de Estado (incluyendo la UE
como uno de ellos) que suman más del el 90% de las emisiones no dependía de la
forma que tuviera. "Si lo quieren, bien. Pero en este acuerdo está todo el
que emite. Si el pleno no lo acepta seguirá adelante", declaró antes de la
reunión uno de los delegados de los países firmantes, como EEUU, la UE, China,
Rusia, México, Noruega, Japón, Canadá, Brasil, Sudáfrica, Sudán, Leshoto,
Etiopía...
Muchos de estos países, como Leshoto, Etiopía, Maldivas o Granada
estaban en representación de grupos más amplios de países”.
“Miliband pidió convertirlo en una decisión de la convención, lo que le daba más valor. "Tenemos dos caminos: o asumir este texto imperfecto pero preparado con buena fe o romper esta convención", en relación a que si la reunión de Naciones Unidas rechazaba ese texto los países que lo habían acordado seguirían adelante por su cuenta y esto acabaría con la convención que desde 1992 bajo Naciones Unidas organiza la lucha contra el cambio climático”.
“Cuando el primer ministro danés Lars Okke Rasmussen, preguntó quién se
oponía solo cuatro países pidieron la palabra, según afirmó el presidente.
Venezuela, Bolivia y Cuba criticaron que el proceso de selección de los
países había sido poco democrático. Lo curioso es que el delegado de Bolivia,
cuya capital está a más de 3.000 metros, insistía en que lo hacía para proteger
a los pequeños estados isla, que sí aceptaron el texto”.
“Tuvalu consideró que la forma en la que se gestó el texto, "es una
falta de respeto a los procesos de la Convención. Otros países tienen más
respeto por los procesos democráticos", en alusión a EEUU pero finalmente
se sumó al consenso, según fuentes del pleno, cerrado a la prensa y ONG.
Así, el eterno pleno se convirtió en una ristra de intervenciones a
favor del acuerdo para evidenciar la soledad de los países que se oponen al
texto. Países en desarrollo como Maldivas pidieron a Venezuela y Bolivia que
permitieran que entrara en vigor el acuerdo”, según la información de la fuente
de “El País.com” citada.
Este esperpéntico espectáculo ofrecido, demuestra el método de la
“Dictadura del Capital”, imponiendo sus criterios por encima de cualquier
método de debate democrático con los 193 países convocados, segando los
diálogos que han sido antidemocráticos, además de una organización calamitosa,
tanto en el exterior como en el interior.
Escándalos, peleas y altercados que son absolutamente inútiles e
improcedentes, lo que expresa el resultado de esa quincena caótica y vergonzosa
para la humanidad vivida en Copenhague que culminó en un fracaso total, tanto
en los aspectos organizativos como de resultados concretos a los que hay que
sumar unos niveles de represión nunca vistos en un país como Dinamarca, que era
considerado hasta ahora como de los más civilizados de la vieja Europa.
Las tenues esperanzas que se habían generado en el nuevo presidente de
los Estados Unidos, Barack Obama, empezaron a desvanecerse como los hielos
glaciares cuyos enormes “Icebergs” navegan a la deriva por los inmensos mares,
al igual que el bochornoso papel jugado por la Unión Europea, que en un intento
vano de liderar las negociaciones, ha producido más “contaminación social” que
una vieja locomotora de carbón, elevando la temperatura de rechazo social en
todo el planeta muy por encima de la alcanzada por la civilización humana en
cualquier otra época de relativa paz social…/…
(Continuará mañana con la Parte 2 final)
EQUIPO DE
COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA.
PSOE DE
ANDALUCIA.
(*) Extracto de la Revista:
“CAMBIO CLIMÁTICO: ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE”, de Izquierda Socialista de Málaga-PSOE, que fue presentada, debatida y aprobada en la
II Conferencia de Andalucía celebrada en Torremolinos, editada en el año 2010.
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