Desde el punto de vista del análisis del socialismo marxista, la droga no la podemos tomar como una cuestión solo individual, porque es un problema político, económico, social y cultural de primer orden, que nos afecta a todas y todos, pero exclusivamente con más virulencia a las familias de los barrios obreros y clases medias. Por tanto, debemos enfocarlo dentro de la lucha global contra el capitalismo, porque en realidad, no afecta por igual a la juventud de la clase trabajadora como a los hijos de papás ricos.
Las raíces de este mortífero problema podemos buscarlas en las insoportables condiciones de existencia que padecen millones de personas que consumen droga bajo el capitalismo. El alto índice de paro entre la juventud, las condiciones salvajes de explotación en el trabajo, los bajos salarios, el fracaso escolar, el negro panorama que se abre ante los jóvenes, que comprenden que les han robado el futuro, con la presión de la economía y su propaganda que le incita al consumo, el derrumbe del modelo familiar que ha mutado y demás factores, son los elementos que crean el ambiente propicio para que la droga se extienda cada vez a una edad más temprana entre la juventud que la ve como una forma de evadirse de esta realidad tan problemática y a veces cruel.
Entre los años 60 y 70 vimos cómo en muchas zonas del Estado, el propio régimen franquista consintió y potenció la penetración de la droga, como un mecanismo condescendiente para desviar a la juventud de la lucha contra el régimen dictatorial de Franco y el capitalismo que defendían. En Galicia vimos cómo los capos de la droga eran amigos de políticos del régimen e incluso financiaban a partir de los años 75 al partido heredero de los golpistas que aparecían en amigables fotos con miembros de la famosa “Alianza PPandillar”.
También ha sido reconocido por la historia cómo en Euskadi se fomentó por los elementos del sistema el consumo de droga, para apartar a la juventud de la lucha terrorista llevada a cabo por ETA. En los 80 se disparó el tráfico y consumo de drogas, que expresaba y era la consecuencia de la desilusión y frustración de la juventud ante la oportunidad perdida del Cambio de modelo de sociedad que supuso la llamada transición entre sectores juveniles que pedían una Ruptura con el régimen y no la Reforma, que evitó el reivindicado referéndum entre Monarquía o República.
Lacras como la heroína, drogas de diseño y otras se cebaban en los barrios de la periferia de las grandes ciudades y zonas industriales y de ocio. La situación se sigue agravando en la actualidad aunque contra este fenómeno se alzan miles de voces con artículos y comentarios que reducen el problema a que la juventud, a diferencia de sus padres, son considerados “NINIs” (Ni estudian Ni trabajan) y es una juventud ociosa, como si fuesen ellos los responsables de la crisis capitalista y la corrupción galopante. Los liberales se atreven a pedir la despenalización del tráfico porque ven detrás de esto nada más que la lógica del beneficio privado y no las muertes de seres humanos que producen. Ha aumentado el consumo de drogas que tiene un vínculo con el ocio de fin de semana.
Un informe publicado por Global Financial Integrity (GFI) en marzo de 2017 calculaba que las actividades ilícitas más rentables para el crimen organizado transnacional suman un valor de mercado de hasta 2,2 BILLONES de dólares. El kilo de cocaína que en origen suele pagarse a 1.300 dólares, puede alcanzar los 53.000 $ en Europa. Un margen bruto de más de un 4.000%. La cocaína es la droga ilegal más consumida en Europa. Se calcula que 17,5 millones de personas la han consumido: Reino Unido ocupa el primer lugar con un 9,7% y España con 9,1% el segundo. Las organizaciones que luchan contra el narcotráfico vienen advirtiendo del peligro que ello representa y avisan del “poder del dinero” y plantean que es clave “incautar” todos los bienes de esos mafiosos, cuya concentración y poderío controla ya hasta algunos Gobiernos.
Los grandes estrategas pagados por el capitalismo que analizan y confeccionan esas cifras e informes, las utilizan para escandalizar a la población sobre la pérdida de valores y otros tipos de campañas que son financiadas por los sectores más reaccionarios y derechistas, que se dedican a exigir mano dura contra los drogadictos pero que en el fondo no quieren plantear verdaderamente la causa del problema, como es el tráfico tan rentable para la clase dominante a la que ellos pertenecen y en cierta medida, amparan con su sistema bancario privado.
Esos grupos defensores del capitalismo son los mismos que defienden a capa y espada la legislación del derrotado Gobierno PP, la contra-reforma laboral, la Ley Mordaza, los contratos basura, la especulación, la corrupción, las guerras imperialistas y en realidad solo ofrecen la defensa de esa cultura de “explotación y opresión”, no reconociendo que este sistema capitalista no solo explota a la juventud y a la clase trabajadora en general en su lugar de trabajo, sino que los exprime en sus horas de ocio, vendiéndoles droga y creando enfermos que luego se niegan a curar, al recortar en sanidad, educación y servicios sociales.
En una sociedad represiva como es el capitalismo, la juventud no tiene más remedio que aceptar las reglas que los empresarios imponen en el trabajo y en el ocio, que siguen la lógica perversa para el pueblo, del máximo beneficio para esas mafias y la miseria para el resto, por lo cual, tenemos que organizamos y luchar para frenarlos. Ese ocio de la droga es destructivo y orientado a imposibilitar el desarrollo y la toma de conciencia de clase con una actitud crítica ante la problemática social, lo cual representa un control ideológico de la clase dominante sobre las masas, por lo que tenemos que explicar que es preciso luchar contra los responsables del narcotráfico y no contra las víctimas que son unos enfermos.
La utilización de la droga por la burguesía cumple el objetivo de reducir la participación consciente de la juventud en la lucha por sus derechos y un futuro digno. En muchos barrios, miles de jóvenes y sus familias, ven convertidas sus vidas en una pesadilla al sucumbir ante la droga y cómo son sometidos y condenados a ese ocio vacío, embrutecedor y asesino que al final les quita la vida.
La clase burguesa es en realidad cómplice de estos problemas. En los últimos meses hemos visto cómo a través de los medios de comunicación, nos quieren convencer que el Estado está luchando contra el narcotráfico y que son los paladines de la lucha contra esa mafia, como se ufanaba el exMinistro de Interior, Juan Ignacio Zoido. Pero las playas de la costa, principalmente en La Línea y Algeciras, que se conocen ya como “La pequeña Medellín” los narcos campan a sus anchas. El pasado mes de mayo unas 4.000 personas se manifestaron plantando cara en un acto de protesta contra las drogas que contó con la presencia de 7 alcaldes de la comarca y varios parlamentarios. José Chamizo, exDefensor del Pueblo Andaluz, e incansable defensor de los sectores marginados, inició el acto con un minuto de silencio en memoria del niño fallecido. Una vecina del barrio de la Piñera, donde se había producido el tiroteo en la misma tarde de la concentración, decía con mucha amargura y emoción: “Aquí no se puede vivir. Un día sí y otro también hay puñaladas, tiroteos e incluso usan katanas”.
Las muertes por sobredosis de drogas crecen por tercer año consecutivo en Europa y según informe del Observatorio Europeo de Drogasaumentaron un 6%. Es un hecho que el tráfico de drogas, la trata de blanca, el contrabando y toda la economía sumergida representan un impresionante negocio que mueve Billones a escala mundial. Nadie que tenga un poco de juicio puede pensar que un negocio de tal envergadura pueda hacerse de espaldas a la Banca y a los Gobiernos de turno. Es preciso decir alto y claro que ha sido y es la política del imperialismo la que ha venido empujando a los cientos de miles de campesinos en el planeta a la producción de droga. Sus políticas salvajes de ajustes y recortes sociales así como la bajada del precio de los productos a los campesinos empobrecidos les obligan a cambiar sus cultivos por la droga que les es más rentable.
Nadie puede negar que los negocios ilegales y los legales están completamente interconectados. Esos clanes mafiosos invierten tanto en empresas legales como ilegales y canalizan sus recursos hacia la economía más rentable, que es la del crimen organizado, para a su vez, controlar a Bancos y multinacionales que se dedican al blanqueo de dinero. La Banca internacional está implicada en esos negocios que les reportan suculentas ganancias.
Según Europol, (oficina en Europa contra la delincuencia), cada año se mueve por los bancos europeos cientos de miles de euros procedentes del crimen. Los Paraísos Fiscales albergan y ocultan más de 12 BILLONES de dólares procedentes de las estafas financieras, el narcotráfico, la trata de blanca y de órganos, el terrorismo y demás delincuencia. El capitalismo se ha convertido en una maquinaria destructora de la humanidad y del ecosistema.
Las listas de los defraudadores que protegía Montoro siguen sin publicarse por lo que no hay que irse muy lejos para comprender que este blanqueo de capitales está detrás de grandes tramas y fondos buitres que actúan con proyectos inmobiliarios cebando una nueva Burbuja del Alquiler de viviendas, la evasión fiscal, la “presunta” financiación del Emérito Borbón por “presuntas” comisiones petrolíferas y de la “presunta” mordida del Tren Ave a la Meca, etc…por lo que el nuevo Gobierno del PSOE debe tirar de la manta y exigir el esclarecimiento de esos hechos.
La compra de sociedades públicas, a través de los procesos de privatización está bastante aceptado por los liberales que dirigen la comunidad financiera mundial. Esto queda demostrado por la negativa a levantar el Secreto Bancario y el flujo de capitales, tras los cuales quedan impunes y ocultos el blanqueo de dinero negro del narcotráfico y demás especuladores. Los expertos financieros defensores del capitalismo argumentan el temor de que eso podría repercutir en una desestabilización del funcionamiento del sistema financiero y les perjudicaría a los intereses globales. Eso indica que los capitalistas son cómplices y colaboradores necesarios del narcotráfico y el crimen organizado y son partidarios de continuar con los asesinatos del narcotráfico, las guerras y la destrucción de los seres humanos antes de poner en peligro sus “sacrosantos beneficios”.
Algunos medios de comunicación han desvelado el vinculo de un cierto sector del aparato del Estado con las redes del narcotráfico, con la financiación en B del PP condenado como responsable “a título lucrativo” en la época de Gürtel, etc. El pueblo ve que existe impunidad de corruptores y corruptos y una cierta protección por las leyes hechas a medida de los ricos, que roban y roban pero se van de rositas al pagar con parte de lo sustraído y se quedan con el resto, pero la mayoría siguen ocultos e impunes. ¿Qué ha pasado con el Documental de Jordi Évole que ninguna cadena de televisión estatal ha querido emitir, porque revela el uso partidista del Ministerio del Interior cuando lo comandaba Jorge Fernández Díaz, que se titula: “Las Cloacas de Interior”? (Continuará.../...)
Escrito por José Martín Roriguez para Diario 16 y publicado el 28-7-18.
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