1 de septiembre de 2017

PESIMISMO DE LA BURGUESÍA ANTE LA AGONÍA DEL CAPITALISMO.

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El modelo capitalista entró en un declive irreversible en esa profunda crisis con recesión que dura ya 10 años,  atrapado en su globalización y expresándose en la decadencia de los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales.

Esta agonía del modelo de libre mercado que se expresa en diversas formas se extiende en un ambiente generalizado de pesimismo, ansiedad, violencia y malestar de las masas que incluso ha contagiado a los intelectuales, políticos y artistas.

La clase dominante en pleno auge económico anterior, rebosaba de euforia sobre el progreso y el bienestar sin fin para el género humano,  pero ahora no ven salida al negro túnel de la crisis e incluso los mejores cerebros de la intelectualidad se encuentran atrapados en la incertidumbre y el pesimismo.

El modelo capitalista produjo en sus ciclos de crisis de onda larga, dos guerras mundiales terribles, más el frenazo por el colapso económico en el período económico de entreguerras que fue producto de las posteriores matanzas de la pesadilla del nazi-fascismo.
Esa dramática situación supuso una seria advertencia que muchos estudiosos no han sabido calibrar, que anunciaba que el progresismo capitalista se empezaba a ralentizar y en las próximas crisis podría llegar a una situación de lenta agonía que produciría mucho sufrimiento, porque la curva general de crecimiento sigue siendo descendente.

Una gran crisis de onda larga del capitalismo no puede considerarse un simple fenómeno económico. Afecta e impregna a todos los niveles de la vida de la mayoría de la sociedad, pero lógicamente castigando mucho más al que menos tiene, produciendo una desigualdad insufrible para las masas.

Desatada la especulación económica hasta límites insoportables, la corrupción permea en todos los poros del Estado, aumenta la violencia, el tráfico de drogas,  la trata de blanca, la usura, el egoísmo, la miseria, el paro, el individualismo y otras lacras, saliendo a la superficie lo peor del ser humano; pero dialécticamente, a su vez,  ante la indiferencia de la clase capitalista y sus mercenarios, e incluso muy a su pesar, surge también lo mejor del ser humano, extendiéndose entre el pueblo, una ola de solidaridad y apoyo a los más necesitados, creándose infinidad de comedores sociales, organizaciones no gubernamentales y otros grupos solidarios que intentan caritativamente paliar esa situación de miseria, escasez y hambre.

La gravedad de un sistema social en crisis, cuyo síntoma principal es la polarización de la sociedad en líneas de clase, pone de manifiesto que la clase dominante se convierte en esas situaciones de crisis, en un verdadero freno para el desarrollo de las fuerzas productivas.

El miedo paralizante a la caída de los beneficios, les hace dejar de invertir en creación de empleos,  en producción material,  y basan sus inversiones en la especulación, al atesoramiento, la evasión fiscal o colocando directamente sus capitales a buen recaudo en paraísos fiscales.

Como señalaba Marx “Las ideas dominantes en una sociedad, son las ideas de la clase dominante”.  Esas ideas falsas del “sueño americano” que hace creer a todo trabajador que puede vivir como un burgués, en momentos de estrechez se derrumba y crea mucha frustración incluso en las clases medias que se arruinan y la clase trabajadora que lo pasa muy mal, se indigna, se radicaliza y puede producir convulsiones sociales.   

En épocas de auge y esplendor de la economía, la clase burguesa juega un papel progresista si cumple su función invirtiendo los excedentes de sus ganancias en crear puestos de trabajo que hagan avanzar las fronteras de la civilización por lo que la clase dominante consciente de ello, empieza a hablar de “Estado de Bienestar”, que en realidad afecta  a una pequeña minoría de países, sobre todo en Europa y algunos otros países desarrollados.

En la actualidad, cuando el horizonte del próximo futuro, antes de haber conseguido alcanzar las cotas de desarrollo global anterior al estallido de las burbuja financiera que desató la crisis estructural de 2007/8, los estrategas del capitalismo se encuentran saturados de pesimismo, porque se avecina una recaída de la recesión agravada por una situación de desigualdad extrema y empeorada ante las perspectivas de la política que trae bajo el brazo el Presidente Trump de EEUU, que anuncia medidas de un “nacionalismo económico”,  que podría provocar una guerra comercial internacional, desestabilizando los mercados.

Esa situación se complica con la perspectiva de una agudización de la lucha imperialista por la hegemonía del comercio mundial que llevan a cabo los cuatro grandes bloques, EEUU, Rusia, China y la U.E. (y sus zonas de influencias)  enzarzados en disputas bélicas por las materias primas, desde hace años, con la invasión de Afganistán, Iraq, Siria, Yemen, el conflicto interminable Arabe-Israelí y otros focos de tensión, como la peligrosa escalada entre Corea del Norte y EEUU, con amenazas a Japón que podría degenerar en un conflicto nuclear.

Los estrategas y su clase dominante,  dirigidos por el gobierno mundial en la sombra, el  “clandestino” Club Bilderberg, donde se refugian los “ideólogos del liberalismo”, (negando la “libertad de información”, lo cual es una paradoja que los retrata), tienen a su servicio a la ONU, la OTAN, la Reserva Federal, el BM y todos los circuitos bancarios de las financias del sistema.

Esos organismos caducos y serviles, son una representación decadente de un sistema históricamente condenado al fracaso, porque se basan en la mentira, la explotación y la opresión, ya que, bajo el aparente modelo capitalista se esconde la más cruel “dictadura del Capital”, cuyo fin último es la lógica del beneficio para unas minorías de parásitos que no pueden ni quieren resolver los problemas sociales, económicos y fronterizos de los Estados.

  Esos son los factores decisivos que impiden a la burguesía encontrar una salida porque las personas que se enfrentan a una situación grave y se acercan al borde del precipicio, les resulta muy difícil razonar correctamente, sobre todo,  si perjudican  sus intereses privados, por ello, los ricos contratan a mercenarios que les hagan el trabajo sucio.

De acuerdo con el análisis dialéctico de la historia y la naturaleza, el capitalismo fue negado y combatido por la clase obrera como una Tesis que había que derrotar y superar, cuando en su fase químicamente pura derivó hacia el nazi-fascismo, que encontró en frente una antítesis en el bloque estalinista que los derrotó en unión a las fuerzas “democráticas”, pero evolucionó en una nueva Tesis, que llamaron “socialismo real”, pasando a convertirse eso en una “dictadura contra el proletariado”, que mediante años de dominio burocrático de las masas, degeneró en un bonapartismo proletario corrupto y degenerado al servicio de la nomenclatura que iba montada a espaldas de los trabajadores a la que decía representar,  convirtiéndose en la antítesis del socialismo democrático, al que combatió y casi eliminó  físicamente, pero las ideas no pueden ser asesinadas. 

Tras la II Guerra Mundial surgió la nueva tesis de la clase dominante burguesa en alianza con la socialdemocracia, que hizo frente al modelo soviético, lo superó y lo derrotó, asumiendo tanto Rusia como China, el modelo capitalista, bajo el nuevo eufemismo de “socialismo de mercado”. Al hundirse el modelo soviético, quedó sola la Tesis del “neoliberalismo”, que continuaba bajo la pantalla de la “democracia burguesa”, que también ha fracasado como Tesis inviable, atrapada en el colapso de la crisis 2007/8.

La nueva antítesis, la clase trabajadora asalariada, tiene ahora la necesidad de luchar por una alternativa de cambio de modelo que inicie la construcción de una sociedad auténticamente socialista y verdaderamente democrática, donde sea posible de forma generalizada, empezar la redistribución de los grandes medios de consumo, empezando por la reducción de la jornada laboral para redistribuir justa y equitativamente el fruto del trabajo social, para trabajar todos y producir más riqueza y que ésta se distribuya con justicia, dando a cada uno lo suyo,  planificando científicamente la economía para incrementar la producción y asegurar unos niveles de vida dignos para cualquier ciudadano del planeta, cosa que sería posible gracias al auge enorme alcanzado por la productividad de las máquinas y utilizando las enormes riquezas ociosas  acumuladas en los bancos, que deben ser puestas al servicio de la sociedad.

Una vez que el ser humano sea liberado de las presiones de la escasez y cubiertas sus necesidades básicas, mediante un trabajo digno y bien remunerado, la mujer, el varón, los niños y los ancianos, los menos y los más capacitados, podríamos dedicar nuestras vidas a un desarrollo completo e integral de nuestra personalidad, nuestra psique, nuestro intelecto y compatibilizarlo con la cultura y el ocio.

Con un nuevo modelo de “democracia electrónica y social”, que puede ser supervisada y vigilada libremente por las redes sociales y en base a una economía planificada científicamente bajo control democrático del pueblo en su conjunto, encaminándonos al bien común,  ese enorme caudal de producción, de saber, de ciencia, técnica y robótica se pondría a disposición del género humano.

       La construcción de una nueva sociedad junto a la educación serán dos aspectos paralelos en un proceso ascendente hacia la solidaridad, la igualdad, la libertad, la justicia, la ética y los nuevos  valores democráticos de una cultura diferente a la burguesa, basada en el conocimiento científico y en el control de la economía para el bien común,  puestas las grandes palancas de la economía al servicio de la humanidad.

La filosofía del materialismo dialéctico viene explicando que en la actualidad, con el potencial de fuerza que tiene la clase trabajadora, la juventud, los movimientos sociales y los parados de todo el mundo,  accionando en la lucha pacífica y democrática con el objetivo común de  la transformación socialista de la sociedad tomando medidas para frenar el Cambio Climático, resolver los problemas sociales y tomando medidas urgentes que se hacen hoy más necesarias  que nunca, otro mundo podría ser posible en pocos años.

Una de las condiciones que deberemos afrontar para llevar a cabo el Cambio de Modelo, es seguir organizándonos y buscando la unidad para construir una potente Internacional democrática de masas, basada en un programa socialista, democrático y Federal, uniendo nuestras fuerzas y luchando contra las injusticias de este capitalismo que las engendra marchando decididos hacia la Confederación Socialista Mundial como objetivo final;  así podríamos superar el corrupto modelo que se basa en la explotación y la opresión, para mandarlo al basurero de la historia. Porque el futuro que la humanidad espera, se merece y necesita será socialista o no habrá futuro.

Raimundo Almagro Campo.
Miembro de la corriente Izquierda Socialista/PSOE











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