El atraco a las arcas
públicas españolas por el rescate de la Banca, siempre negado por Rajoy, ha
supuesto una factura millonaria que ha servido para salvar a banqueros mafiosos
cargando ese desfalco colosal sobre las espaldas de los trabajadores y las capas
medias, que la estamos pagando con unos impuestos insoportables, como ha
quedado demostrado por los informes que salieron a la luz la semana pasada.
Datos del Tribunal de
Cuentas lo acreditan pues el rescate de
la Banca dan unas pérdidas para el Estado de 60.718 Millones de €, en torno al
6 % del PIB. Además hay recursos
públicos que el Gobierno del PP tiene comprometidos con avales financieros, que ascendían a 122.122 millones de € hasta
2015. Enfrentados al riesgo del colapso
total del modelo capitalista, los gobiernos que se llaman ellos mismos
“liberales”, tomaron medidas desesperadas de “nacionalización” de las pérdidas
bancarias, pero la crisis está lejos de haber terminado, pues anuncian que los
recortes y ajustes comprometidos por Rajoy a la Troika los van a continuar.
Pero si siguen regalando enormes sumas de dinero a los bancos, conseguirán sólo
un respiro temporal y tapar ligeramente la crisis a costa de una enorme carga
de las deudas sobre las espaldas de futuras generaciones, porque los expertos
económicos consideran que, ante un repunte en los próximos años de la recesión,
los mercados tenderán a caer aún más, sobre todo si el triunfo de Trump en EEUU
se convierte como ha anunciado, en una profundización de “nacionalismo
económico” que podría provocar una guerra comercial mundial que agravarían los
conflictos bélicos, como demuestra la reciente noticia de la disputa de
China/USA, al borde de romper relaciones diplomáticas.
La crisis actual que se
acerca ya a los 10 años desde sus inicios, está demostrándose más virulenta y
difícil que en los años treinta, debido a la oleada enorme de especulación,
desfalcos, quiebras y saqueos con burbujas espectaculares, que precedió y preparó la crisis financiera
latente, cuyos costes son superiores a los que desencadenaron el famoso crac
del año 1929. Las brutales cantidades de
capital ficticio que se bombardearon al sistema financiero mundial, han
resultado ser un virus contagioso, expresados en el inicio por las
“subprime” que escondían hipotecas
incobrables y bonos basura que siguen amenazando con destruir todo el sistema, porque las enormes deudas
acumuladas son impagables y tan brutales que nadie se atreve a cuantificarlas
con certeza.
Esta crisis estructural
del modelo capitalista nos ha metido en un callejón sin salida y no ofrecen una
alternativa, porque se han quedado sin paradigma, dado que el “liberalismo”
agudiza la crisis y el “keinesianismo” amenaza con hacer insoportables las
deudas públicas acumuladas. Todos los
partidos tradicionales se encuentran en crisis sin saber qué camino tomar y se
enfrentan a una situación de perplejidad que raya en la parálisis, porque si
siguen atacando a los más pobres, se enfrentarán a rebeliones y levantamientos
populares, porque la desigualdad, el paro y la miseria son cada vez más
insoportables para las masas.
Las crisis crediticias
siguen estrangulando a las pequeñas y medianas empresas, incapaces de conseguir
capital para financiar proyectos que se conviertan en creación de puestos de
trabajo, mientras que la gran banca y el
gran capital restauran de forma obscena sus tasas de beneficios, por lo que la
lucha feroz entre las pymes y los potentes trusts financieros les obligan a los
más débiles a recortar inversiones fijas, consumir los raquíticos capitales
circulantes y finalmente atacar a los empleos con la facilidad que les otorga
la “contra-reforma” laboral que les hizo
Rajoy cual traje a medida. Las pequeñas
empresas y los autónomos que se encuentran extenuados por la situación, están
pidiéndoles al gobierno y a los bancos centrales que bajen los impuestos,
tantas veces prometidos en las hipócritas campañas electorales, cuando luego
aplican subidas y subidas sin fin.
Pese a los esfuerzos
del Banco Central Europeo (BCE) para inyectar dinero al sistema, los mercados
del crédito siguen paralizados, porque los bancos no frecuentan conceder créditos
cuando corren el riesgo de no poder cobrar, dada la situación del tejido
industrial y agropecuario español, cuyo único sector boyante es el Turismo, que
se está convirtiendo peligrosamente en un “monocultivo”. El BCE
ha dado varias veces líneas de créditos para intentar salir del
atolladero, pero con escasos resultados, porque al canalizar los recursos a
través de los bancos centrales nacionales y la banca tener un exceso de
liquidez, los recursos vuelven al circuito de la “especulación” o atesoramiento
ya que el 95 % de las inversiones son especulativas y solo un 5 % van a
inversiones productivas que creen puestos de trabajo, lo cual es totalmente
insuficiente.
Antes del estallido de
la crisis del 2007, un banquero era considerado como una persona respetable,
bien trajeado con apariencia de señor
serio, modelo de responsabilidad que investigaban a la persona o empresas a las
que les concedían los créditos con métodos serios para asegurarse una buena
gestión. Pero esa forma aparente se
demostró de una hipocresía total porque en el último periodo, donde cerca de 1.400 personas han sido imputadas
por corrupción económica y política, ahora son vistos esos banqueros como estafadores y ladrones, en manos de los
“grandes empresarios corruptores” que los tienen en nómina junto a
politicastros vendidos y al servicio de los intereses bastardos del gran
capital.
Esos banqueros se
convirtieron en una “cleptocracia” dejando a un lado la cautela y la seriedad y
se auto-otorgaron a ellos y a su clase, cientos de miles de millones de euros, amasando
caudales en esa “economía de casino trucado” en la que habían convertido el
sistema, al asegurarse por la camarilla de “politicastros” a su servicio, que
pasara lo que pasara, el Estado les devolvería sus inversiones y beneficios con
creces, como ha ocurrido con los Bancos y autopistas quebrados. De manera premeditada, jugando con cartas
marcadas, han saqueado a los trabajadores y a los autónomos y pymes, haciendo a
los ricos extremadamente ricos y hundiendo en la pobreza al 30 % de la
población.
Todos los gobiernos y
bancos centrales asumieron las políticas económicas “neoliberales” trazadas por
el “Gobierno mundial en la sombra” y fueron llevadas a cabo mediante la hoja de
ruta que les indicaban a sus “escuderos” que ostentaban el nombre de
“Presidentes de Gobierno o Primeros Ministros”, pero que en realidad, en vez de
ser consecuentes con la defensa de sus ciudadanos, como explica la “teoría
democrática del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, se
dedicaban a rendir pleitesía a sus amos los capitalistas. Siguiendo la lógica capitalista del máximo
beneficio se dedicaron a especular explicando que era para evitar una
recesión. Esa conspiración financiera, desarrollada por la Reserva Federal de EEUU,
se fue agravando cuando ordenó que los tipos de interés se mantuviesen bajos.
Eso fue bien recibido y aplicado durante años como una política inteligente,
porque beneficiaba a los ricos aunque perjudicaba a los pobres, ya que ese
dinero barato artificialmente, permitió a los banqueros participar en esa orgía
de especulación, desfalcos, quiebras amañadas y fuga de capitales a Paraísos
Fiscales, por lo que ahora son vistos como “colaboradores necesarios” de todas
esas tropelías, pero se van de rositas.
Cuando estalló la burbuja
financiera toda la situación de “Estado de Bienestar” prometido, se ha convertido
ahora en su contrario, en un “Estado de Malestar” de las masas que empiezan
a cuestionar este modelo, a luchar y
rebelarse. Todos los factores que impulsaron la economía de casino trucado, se
combinan ahora para mantener esta pronunciada espiral descendente en la que no
encuentran salida, porque a largo plazo el capitalismo no podrá encontrar
soluciones a la problemática social y a las deudas acumuladas. Porque cuando
llegue la hora de pagar las deudas, la escasez de dinero en manos de los ciudadanos,
cuya mayoría creciente son los trabajadores y capas medias empobrecidas, hacen
imposible con la lógica del beneficio privado capitalista devolver a las víctimas todo el dinero que se
debe y que han sido robados y puestos a buen recaudo por esos verdugos del
pueblo.
Cuando un trabajador en
una empresa comete algún error, sobre todo si es por cuestiones económicas, es
despedido sin piedad, pero cuando esa camarilla de “banqueros cleptómanos”
arruinan a todo un país, esquilmando el sistema financiero y saqueando las
arcas del Estado, que dicen que somos todos, encima exigen ser recompensados,
se llevan millones por sus “servicios prestados”, se niegan a devolver lo robado, porque
Gobierno y Justicia les amparan. Esos
“elegantes señores”, con elegantes trajes y buenas tarjetas black, que se
hicieron de oro especulando con el dinero del pueblo y el sudor de la frente de
la clase trabajadora, contribuyendo al rescate de los bancos y desarrollando
una lógica hipócrita, legislando en su propio beneficio que el pueblo tiene
dificultades para asumir, dado que en vez de ser esto una democracia sana, es
en realidad una dictadura financiera de los grandes magnates.
Ha llegado la hora de
luchar contra ese método antidemocrático y corrupto de colocar el costo de la
crisis sobre los hombros de la clase trabajadora que no la ha creado, y que,
por tanto, es la clase que no tiene
ninguna responsabilidad. Para salir de
la crisis es necesario recuperar el sistema bancario y financiero ahora en
manos de una clase capitalista corrupta y decadente, para acabar con los
corruptos y especuladores y ponerla bajo el control democrático de la sociedad
en su conjunto, eliminando los secretos bancarios, para servir a los intereses
de la mayoría y no de esas mafias que no son elegidas por el pueblo.
Las decisiones y
medidas económicas deben ser tomadas en interés de la mayoría, que es la clase
trabajadora, los autónomos y las pymes y no de esa minoría de sanguijuelas de
ricachones ladrones. Hay que acabar con esos planes de Rescatarse sus propios
intereses, cuando lo primero en una democracia debe ser rescatar a los
pobres. Como planteamos en el documento
que estamos debatiendo, titulado “Por un Estado Socialista y Federal” (*)
necesitamos crear una Banca Pública, nacionalizando las empresas bancarias y
los seguros, para gestionarlas bajo control social mediante una administración
democrática de los trabajadores y con indemnización en caso de necesidad comprobada para los pequeños y medianos
ahorradores, como la mejor forma de garantizar por el Estado los depósitos de
la gente corriente. Esta es la tarea de
las izquierdas antes de que estalle la próxima burbuja que están amasando estas
catervas de ladrones.
José Martín Rodríguez.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCIA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
(*) Si todavía no
conoces el documento mencionado que estamos debatiendo y quieres participar,
puedes pedirlo gratuitamente al correo de arriba, poniendo en asunto las
palabras: “Por un Estado Socialista y Federal”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario