11 de julio de 2016

OBAMA, RAJOY Y SUS POPULISMOS.

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            El Presidente saliente de EEUU, Señor Obama, en su visita relámpago a la Base de Rota, se pasó protocolariamente por la Capital del Reino de las Españas, cancelando su prevista visita a Sevilla, (comprensiblemente por el drama de las matanzas de policías en Dallas y la situación crítica en ese país)  y en su conversación con el Presidente Rajoy que sigue en funciones, pero que en realidad funciona poco, le  dijo, entre otras cosas que “la desigualdad es el germen del populismo”. Debe estar bastante alarmado,  porque sin mencionarlo específicamente, y sabiendo Obama,  que dispone de toda la información que necesita y que le proporciona la CIA,  quizás se refería también al candidato republicano Donald Trump,  fiel representante del “populismo de la derecha extrema” y entre otras declaraciones afirmó que “hay conexiones entre el impulso y las voces populistas en Estados Unidos y lo que está pasando en Europa”, posiblemente refiriéndose al  Brexit,  que apoyados por los “populistas de derechas” de gran Bretaña, han conseguido derrotar a los defensores de quedarse en la Unión Europea.

            Los imperialistas,  a través del portavoz más cualificado, que es el Presidente Obama,  dan la sensación de estar preocupados por la situación de tensión social en Europa, al advertir a Rajoy que “si la globalización no es equitativa y solo beneficia a las élites, vamos a ver un populismo que va a dividir a la sociedad y puede ir en aumento”. Esta última frase es quizás una advertencia velada a Rajoy sobre lo que ellos llaman “populismo de izquierdas” (¿de Unidos Podemos y otros?), sobre todo por lo que ha representado  la conquista de 71 parlamentarios por una coalición nueva en menos de dos años.  Tomando como válida una de las definiciones que de “populismo” da la RAE que es “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”, todos los partidos tienen más o menos un cierto componente de “populismo”,  tienda  éste hacia la derecha o hacia la izquierda.

El concepto “democracia”, “populismo” y demás vocablos utilizados por la clase dominante,  es muy amplio, como trataremos de explicar en este artículo, pues tal cual recordamos los que peinamos canas y sufrimos sus consecuencias,  Franco llamaba a su dictadura sangrienta “democracia orgánica”, que si rascamos en la historia, procedía de la evolución de la fusión del “populismo” del Partido Radical de Lerroux y del “fascismo” de la CEDA acaudillada por Gil Robles.  Luego de los 40 negros años de represión, abusos,  muertes y penurias que sufrió nuestro pueblo al que “vinieron a salvar los populistas de derechas”,  implantando una Dictadura Fascista, hundiéndolo en la sangrienta guerra, por fin  conquistamos un cierto grado de libertad en la llamada Transición,  a base de potentes luchas populares del movimiento obrero,  con un empuje importante de las masas en las calles y se evolucionó hacia una “democracia parlamentaria”, que en realidad se quedó atascada en “democracia burguesa”, cada vez más degenerada,  corrupta y decadente en la actualidad.  

La “democracia verdadera”, nunca existió en ninguno de los tres poderes en los que teóricamente se dividen las fuerzas del Estado, modelo que sigue dirigido y chantajeado  al servicio de los poderosos manejados por los intereses de la clase capitalista dominante en el Estado español, como tampoco es una auténtica democracia la que existe en EEUU, ya que las clases trabajadoras, al no tener capacidad financiera para competir en la carrera electoral, donde el coste de campaña de un candidato cuesta millones de dólares, la cacareada “igualdad de oportunidades” queda como una vulgar demagogia o contradicción similar a las declaraciones de Obama ante Rajoy,  tras mostrarse partidario del libre comercio, en un quizás velado apoyo al TTIP que está cuestionado por diversas fuerzas políticas y sindicales, cuando el Presidente saliente de EEUU afirmó que “debe ir acompañado de políticas que aborden la desigualdad mediante sueldos justos y un sistema de bienestar social”, lo que contradice la política de austeridad que aplica Rajoy siguiendo la hoja de ruta de la Troika. ¿No es eso también populismo?

            La democracia solo existe en las formas idealistas del liberalismo, porque siempre, bajo el capitalismo, la  “democracia burguesa” es construida en el marco de la represión, de ahí la actual ley llamada “Mordaza”, que restaura algunas similitudes del Tribunal de Orden Público franquista, aunque algo atenuada, pero toda legislación de un régimen burgués se reserva sus artículos represivos para mantener el dominio de la clase capitalista contra la clase trabajadora. En realidad, la mera existencia de una sociedad dividida en clases sociales, presupone un régimen de opresión de una clase sobre otra.

            Algunos intelectuales que todavía se reclaman de la izquierda, pero que en realidad han abandonado la disciplina de la teoría científica del pensamiento del materialismo dialéctico, (si alguna vez lo entendieron, que esa es otra), funcionan en realidad sobre la base de categorías metafísicas y pueden confundirse igualando la “democracia” con el “bonapartismo”, tanto burgués como proletario,  o con el tan manoseado “populismo”, bien progresista o reaccionario, que, según plantean aplicando su dialéctica del “terror” los propagandistas del liberalismo,  podría derivar hacia el “fascismo”, que es el capitalismo químicamente puro.  Los sectores políticos más críticos siguen estando censurados por los grandes medios de comunicación bajo control férreo de la clase dominante que se llaman ellos mismos liberales,  porque  como dice el refrán “enseñar la soga en casa del ahorcado”, no es para ellos políticamente correcto y lo que no les interesa, “no se publica y punto”.

            Cierto que en el proceso evolutivo puede encontrarse algún punto de similitud entre esos diversos regímenes, que se reservan elementos de dominio militarista que existen incrustados y desnudos en cualquiera de los regímenes antes dicho, en un grado menor o mayor. Pero es preciso tener en cuenta, que por una de las leyes de la dialéctica, la cantidad se convierte en calidad y viceversa.  En realidad, lo que expresa la naturaleza de un régimen no es éste u otro elemento aislado, sino sus características básicas.  La “democracia burguesa” puede evolucionar hasta convertirse en un “bonapartismo burgués” y continuar su evolución tomando rasgos fascistoides, como algunos han pronosticado,  si se diesen cuatro años más de políticas conservadoras basadas en la austeridad y los recortes sociales.  El fascismo franquista evolucionó, sin rupturas señaladas en sus estructuras básicas, hacia la “democracia burguesa”  y puede repetirse el proceso a la inversa, si las masas no lo impiden en un momento dado, pero es la acción de masas la única fuerza que puede hacer cambiar ese proceso evitándolo, pues seguro  que lo intentará llevar a cabo la burguesía dominante.

            El método marxista del materialismo dialéctico no debe unificar indiscriminadamente los regímenes diversos del capitalismo.  Esa forma fácil que emplean los voceros y analistas mercenarios del capital, utilizan sus argumentos para llevar a la clase trabajadora a la confusión y el desatino.  El método científico del  marxismo debe consistir en analizar las cosas en su proceso de cambio y evolución,  sin caer en el error de confundir esto último con Revolución, que nunca se dio en la transición, aunque hubo elementos y fuerzas de base para que se produjera la “ruptura democrática” que fue abortada por la debilidad e incapacidad de las direcciones de los partidos obreros y por el chantaje permanente del golpismo, que aterrorizaba a la población.

            Nuestro deber como socialistas marxistas es saber examinar cada proceso y cada gobierno, para poder establecer tus tendencias especificas y sus características básicas, para que no nos cojan desprevenidos los cambios bruscos y repentinos en las fases de transición, que similar a los años 70, pero a un nivel superior, pudiesen acontecer, pues son esas las características básicas a las que nos vamos a ver enfrentados en la nueva época en la que estamos entrando, lo que nos obliga a rectificar y delimitar, cuando sea necesario, las caracterizaciones efectuadas de las etapas precedentes y actuales.  Para ello la dirección del PSOE  debe ser capaz de sacar las enseñanzas para realizar la “autocrítica”, la “rectificación” y la  “regeneración” de las tácticas erróneas,  que debe superar mediante la más profunda democracia interna, retomando la estrategia correcta que está reclamando la clase asalariada, para transformar la sociedad, es decir, dotarnos de un “Programa Socialista para la Segunda Transición” aplicando las tácticas adecuadas para avanzar, sin confundirse de adversarios ni asumir el discurso de las derechas.  

El término “populismo” que emplea la burguesía de forma despreciativa e incluso confusa, denominando así a algunas de las  fuerzas emergentes y algunas de las corrientes internas, no debe agotar la caracterización de un partido dado, pero si es necesario e indispensable profundizar en el análisis de lo que está ocurriendo en Europa con el crecimiento de fuerzas de la reacción, que evolucionan hacia el fascismo,  al mismo tiempo que se expresa la revolución en el seno de fuerzas de izquierdas, aunque todavía minoritarias, si lo que pretendemos es avanzar más y acercarnos a la realidad, con un pronóstico y perspectivas claras, si de verdad queremos ir más allá con las menos posibilidades de error posible.

Es preciso añadir también que el análisis marxista no significa sólo tener ideas generales importantes, porque en realidad, cualquier ciencia hace lo mismo.   Como ejemplo tenemos el estalinismo, que todavía sigue confundiéndose con el marxismo, pero en realidad utilizaron un método de análisis metafísico, sobre todo a partir de mediado de los años 20,   tesis que siguieron llamando marxistas, cuando ya no lo eran al haber comenzado su proceso  termidoriano que evolucionó hacia posiciones contra-revolucionarias, convirtiéndose en  estados obreros degenerados de dictaduras contra el proletariado, con los resultados lamentables que demostró la historia, al derrumbarse el muro por sus contradicciones, regresando al capitalismo en vez de avanzar al socialismo democrático.   Partiendo de una generalización de que cualquier partido, desde los socialdemócratas hasta los fascistas,  eran iguales, denominándolos agentes de la clase capitalista, terminaron diciendo que no había diferencias entre ellos, “todos son fascistas con algunas variantes”, - decían - incluyendo a los partidos obreros en el mismo saco de los burgueses, confundiendo a las bases de extracción obrera de los primeros, con sus verdugos capitalistas los segundos; pero lo grave es que aún existen grupúsculos que mantienen esas posiciones incorrectas,  sin hacer distinciones entre lo que son errores de dirección y las relaciones fraternales que debemos mantener con las bases y los votantes de las izquierdas en litigio.

En realidad, bajo la aparente careta de esta democracia actual se esconde la cruel  “dictadura burguesa de banqueros y tecnócratas”. Mientras tengamos el derecho a opinar, quejarnos y votar, pero sean otros como los banqueros y grandes empresarios, los que decidan desde la Troika a las órdenes del imperialismo, (cuyo Jefe máximo hasta que acabe su mandato es el Presidente Obama y lo peor es que si ganase el extremista y “pupulista de derechas” Donald Trump, podría comenzar la fascistización mundial), seguiremos colonizados, representando una patraña eso de que “la soberanía reside en el pueblo español del que emanan los Poderes del Estado”.  Lo que pretende con esta visita el mandamás de los mandamases,  es reforzar el grado de sometimiento del Estado español, a la estrategia  bélica y económica del imperialismo estadounidense. Bajo la bota del imperio  jamás podremos llamar a esa situación como una “democracia auténtica”,  ni podremos avanzar hacia un cambio del modelo capitalista que avance al socialismo sino que permaneceremos bajo una aparente democracia  que esconde bajo su careta la dictadura del gran capital en beneficio de los imperialistas.
           
Tenemos que continuar la lucha por una democracia auténtica,  para instaurar un gobierno de las izquierdas que esté compuesto por esa mayoría que somos los trabajadores, pero no basado en políticos burócratas y funcionarios corruptos, que han contribuido a un enorme saqueo de las arcas públicas,  que ahora nos hacen pagar al pueblo trabajador vía impuestos y un incremento de la explotación, sino que debemos luchar y exigir un control directo y democrático de la gestión económica, política, sindical, ecológica, social y cultural de la sociedad, eliminando los secretos bancarios y planificando la economía con una banca publica al servicio de la producción, es decir una “democracia de, por  y para los trabajadores” ,que se base en la participación activa y el control social por parte de la población, por medio de organismos democráticos de base.

Las tareas de la gestión y administración de lo público no pueden seguir confiadas exclusivamente a especialistas y tecnócratas que son elegidos pero que después se separan del pueblo y no rinden gestión, o lo que es peor, son comprados por los capitalistas,  sino que una democracia plena, una democracia social, una democracia sana,  debe ser ejercida por el conjunto de la población, incluyendo por ley la rotación en los mandatos y cargos públicos bajo control obrero.  Como decía Pablo Iglesias (El Abuelo) “elegid a los mejores, pero luego vigiladlos como si fuesen canallas”; eso requiere un mayor grado de organización y encuadramiento de la juventud y la clase trabajadora para trabajar con partidos, sindicatos y asociaciones sociales potentes y unas direcciones que se sometan a la democracia interna.  

Con ese nuevo modelo de participación activa y democrática de la mayoría de la población, que es la clase trabajadora y las capas medias,  utilizando las nuevas tecnologías, las redes sociales y poniendo todas las cuentas públicas a la vista de la ciudadanía, en una lucha firme contra la corrupción y por esos objetivos sociales de un programa genuinamente socialista y una verdadera democracia,  nos pondríamos en condiciones de avanzar hacia una verdadera sociedad pacífica y armoniosamente, donde pudiésemos liberarnos de la lucha cotidiana por la supervivencia,  que es debida a la escasez y la falta de trabajo, a las que somos sometidos por este obsoleto e injusto sistema capitalista, ya que con los medios de producción social gestionados democráticamente a la vista de todos, sin secretismos ni corruptelas, las familias trabajadoras podríamos participar de forma consciente en las decisiones políticas, económicas, sociales, ecológicas y culturales, decidiendo democráticamente qué producir, cómo producir y para quién producir, que son los objetivos de la “democracia socialista”,  que debe estar basada en la ética, poniendo al ser humano en el fundamento de la economía y ésta al servicio de la humanidad en su conjunto.

Área de Comunicación.
Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com. 



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