Esa situación de desigualdad de oportunidades
se encuentra relacionada con un cierto estado de desarrollo de la democracia, dado
que todavía padece poca cohesión la clase trabajadora como clase alternativa a
la burguesía para acceder al poder por métodos evolutivos, empujando a las
clases empobrecidas a buscar en un momento dado, por métodos de luchas convulsivas y a veces
violentas, la posibilidad de destruir y hacer añicos la maquinaria corrupta del
estado burgués, que viene explotando y oprimiendo a los asalariados
históricamente desde los inicios de la formación de los Estados. La potente maquinaria del Estado Burgués está
compuesta, sea republicana, monárquica, militar o civil, por ejército, policía, judicatura, cárceles y
demás aparato de represión, que mantienen rasgos pronunciados de
“semi-democracia”, que tendría que haber sido sustituida en el Estado español, por
una nueva maquinaria auténticamente democrática, bajo la forma de democracia
social, dando paso hacia la participación de todo el pueblo en las gestiones de
la Administración del Estado, de forma transparente y limpia.
Pero
siguiendo las leyes de la dialéctica, tendría que haberse producido una
“transición de fase”, en la cual, la
cantidad se hubiese transformado en calidad, pero las luchas de la clase obrera
de los años 70, que habían sido el motor del cambio, fueron descarriladas por
las direcciones obrera, ante el chantaje permanente del golpismo, que
practicaron los ejércitos del franquismo, con el beneplácito de algunos
partidos como AP, heredero natural del actual PP, que hunde sus raíces en el
tardofranquismo de Fraga Iribarne. Si
se hubiese conseguido una verdadera transición, mediante la ruptura
democrática, avanzando en la nueva fase
de democratismo de clara ruptura con el modelo de la Dictadura del régimen
anterior, hubiese podido ser la primera fase del anhelado cambio, a través del
cual, se hubiese podido construir un marco sano de la sociedad burguesa y que
podría haber dado pasos avanzados hacia la transformación social de las
estructuras del Estado pero no se hizo correctamente y de aquellos polvos
tenemos este lodazal de la corrupción que afecta a las esencias del propio
Estado.
El
Estado actual se mantiene porque hunde sus potentes raíces en la reacción,
tanto en el aspecto ideológico como económico, por lo cual, se hace muy difícil
avanzar hacia una verdadera democracia, porque la burguesía sabe que si toda la
población en libertad, intervienen realmente en la dirección y administración
del Estado, el capitalismo no podrá sostenerse ni nutrirse de la explotación,
la opresión y la corrupción. Con una democracia social sana, los avances
sociales serían mucho más visibles, porque el desarrollo actual de las fuerzas
productivas y las nuevas tecnologías han creado ya las premisas para que la
ciudadanía pueda realmente intervenir en la dirección de las Instituciones que
gobiernan el Estado. Entre esas premisas
está la instrucción general, que con un nuevo modelo educativo que resalte y
aplique los valores socialistas y esté encaminado al bien común y no al lucro
privado de una minoría, que sigue
utilizando ahora el Estado, como durante toda la larga transición hacia ninguna
parte, para provecho de las cien
familias herederas del franquismo económico y tendría verdaderamente como
objetivo el bienestar de la sociedad y no el grado de malestar alcanzado por
los sectores menos favorecidos, como consecuencia de descargar la crisis del
capitalismo sobre las espaldas y a costa de los bolsillos del pueblo trabajador
para salvar a banqueros y poderosos.
Una
Administración Estatal moderna, democrática
y autogestionada, con formación y educación de millones de asalariados, con el
alto nivel de cualificación científica alcanzada, puesta al servicio del bien
común, mediante un potente Sector Público, en Sanidad, Educación, Servicios
Sociales, atención a Dependientes y Pensionistas, transporte ferroviario, aéreo y marítimo
modernos, grandes fábricas industriales, un sector agrícola en los que los
latifundios estén nacionalizados y al servicio de la población, mediante la
autogestión agro-alimentaria y forestal, con planes de conservación del Medio
Ambiente y el desarrollo de las energías renovables, potentes empresas comerciales, apoyando la
financiación económica mediante una
banca pública cooperativa, abierta y
democrática, con planificación científica de las principales palancas de la
economía, podrían crearse de inmediato, después de superar al injusto modelo
corrupto del capitalismo, un nuevo modelo de gestión con funcionariado y administradores
que sustituyan rotatoriamente a los
burócratas que hayan sido comprados y corrompidos por el capitalismo, para ejercer a través de las Redes sociales,
Internet y las nuevas tecnologías, el control sobre la producción, la
distribución, el comercio y el registro de bienes materiales para garantizar a la población una vida
armoniosa en esta sociedad nueva que la mayoría necesita y reclama.
Para
ello es imprescindible un control social y registros permanentes de la
contabilidad estatal, automática y no
como hace la burguesía, con 5 años de
retraso para analizar la Contabilidad Nacional cuya pesada maquinaria del Tribunal de Cuentas, se han convertido en
verdaderos parásitos que drenan las plusvalías que los asalariados engendran, habiendo sido incapaces de detectar los
desfalcos. Por tanto, necesitamos un nuevo
modelo de administración social para poner en marcha una democracia que funcione bien, que inicie la primera fase
de la construcción del socialismo con el objetivo de sustituir el Gobierno de
los hombres, por la administración de las cosas. Toda la ciudadanía se debe convertir en
trabajadores productivos, pasando a formar parte de la producción, de estar empleados y adscritos a escala
municipal, federal o Estatal, en una potente cooperativa común que representará
el Estado Socialista que se empiece a construir. El modelo nuevo tendrá como objetivo que
trabajemos todos por igual, que
controlemos cada cual del fruto de nuestro trabajo social para que nadie nos lo
usurpe o robe y que ganemos un salario lo más igualitario posible, pues
produciendo todos y repartiendo con justicia el fruto del trabajo social, el
nivel de vida de la mayoría crecería de forma clara.
Bajo
el capitalismo ya se ha simplificado extraordinariamente el registro de todo lo
que sea necesario, pero la burguesía lo ha dedicado para el lucro privado y de
lo que se trata ahora es de incrementar la producción en beneficio del bien
social, de lo común, porque ya está reducido a operaciones muy simples de
anotaciones y contabilidad con auxilio de los ordenadores, accesible a
cualquier persona que tenga una instrucción adecuada, pero debe ir acompañado
de una nueva Legislación Laboral con inspecciones permanentes que deben ser
ejercidas por toda la clase trabajadora organizada que ya seríamos el pueblo en
lucha permanente por una sociedad mejor; incluso a los capitalistas habría que
insertarlos en las cadenas de producción en igualdad de condiciones con el
resto de los trabajadores con similares salarios, para acabar con sus
privilegios y prebendas.
En
la medida que se alcance una transformación del modelo social, cambiando el
objetivo del lucro privado capitalista por producir para satisfacer las
necesidades humanas como se plantea por el socialismo y que la mayoría del pueblo
empiece a ejercer por sus fuerzas organizadas y en todos los estamentos del Estado, el control y el registro sobre toda la
producción, el transporte y reparto de los bienes de consumo y ocio, entonces
el salto en el nivel de bienestar sería pronto una realidad, pero habría que
contrarrestar las ansias de rapiña de muchos de esos burgueses y
pequeñoburgueses que conservan y quieran
restituir los hábitos capitalistas de explotación y opresión, que de forma
democrática y a través de las Asambleas
Ciudadanas o las del puesto de
trabajo, serían pronto desactivados.
Para que el control sea efectivo y democrático tiene que ser universal,
general, del pueblo en su conjunto, para que nadie pueda rehuirlo ni negarse a
aceptar lo que sea acordado por la mayoría social, votando todas las veces que
se necesite.
La
nueva sociedad que avance al socialismo será considerada como una gran fábrica,
una sola oficina, con grandes economatos, con igualdad de trabajo, rotación, elección y
revocabilidad permanente de los cargos por las bases, aplicándose la disciplina
que los trabajadores saben realizar cuando se ha triunfado sobre el corrupto
modelo capitalista que nos ha estado saqueando, por lo que este modelo
democrático y socialista se hará extensivo a toda la sociedad, convirtiéndose
en el escalón necesario para limpiar de corruptos, arribistas y pelotas al
resto de la sociedad capitalista, que han pervertido los valores de la
humanidad. Debemos demostrar que los valores del socialismo son superiores para
el bienestar de la humanidad; rechazar y desterrar los contra-valores
individualistas e insolidarios que nos
han venido aplicando bajo el capitalismo. Cuando la mayoría de la sociedad
asuma, defienda y aplique este nuevo modelo de avance al socialismo, aplicando un genuino programa socialista de
transición, (*) donde aprenderemos todos a dirigir las claves de la
Administración del Estado, con la eliminación del secreto bancario y los
secretismos que existen en el capitalismo,
aquellos personajillos de la
burguesía que intenten conservar sus hábitos de vividores a costa de los
demás, serán puestos en su sitio por la “democracia obrera” y a partir de esos momentos
empezará a desaparecer, por convencimiento democrático de ese control social,
la necesidad de mantener, o su eliminación a la mínima expresión, de los
aparatos represivos costosos que utiliza el modelo capitalista para someter por
la fuerza de las armas a la mayoría que somos los trabajadores, en beneficio de la minoría que son los
capitalistas, lo que es absolutamente contrario a la democracia.
En
la medida que el pueblo en su conjunto avance hacia una democracia más completa
y alcancemos un mayor grado de libertad, más cercano estaremos y más rápido
avanzaremos hacia una sociedad armoniosa,
justa e igualitaria, porque cuando más democrático sea el Estado, cuando el
grado de represión sea casi innecesario, aquellas palabras de Marx que hablaba
de que el “Estado empieza a extinguirse” podrían convertirse en el futuro en
una realidad, pues en la medida que los ciudadanos libres del nuevo estado
socialista aprendan a planificar, a dirigir y a llevar a cabo el control de la
realidad y de la producción social, el suministro y los transportes, eliminando
a los gandules, los corruptos y los aprovechados, que incluso algunos de ellos,
mientras vivan, añorarán y querrán volver a los viejos privilegios que
disfrutaban bajo el capitalismo, la construcción del socialismo, como fase
primera de una futura sociedad, tendrá que continuar avanzando. Mediante la práctica permanente de la
“democracia y más democracia”, hacia el desarrollo del “socialismo y más
socialismo”, entonces y solo entonces, podríamos pasar a la siguiente fase, donde
pueda hacerse realidad aquella bonita frase de Marx: “De cada cual, según sus
capacidades. A cada cual según sus necesidades”.
ÁREA
DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A
(*)
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nuestra corriente, puedes solicitarlo en el correo de abajo, poniendo en asunto
“Programa Alternativo” y te será remitido gratuitamente al e-mail que
indiques:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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