27 de julio de 2016

Más Democracia y más Socialismo.


 Resultado de imagen de Socialismo y libertad
           La Democracia, como una forma más de organización del Estado, representa la aplicación organizada y sistemática de la violencia de una clase para someter a otra. Pero la Democracia admite muchos nombres, “democracia orgánica”, “democracia burguesa”, “democracia obrera”, etc.  Pero una democracia verdadera debería significar el reconocimiento formal y efectivo de la igualdad entre toda la ciudadanía; y derechos por igual de todas y todos a determinar qué tipo de Estado, si Republicano, Monárquico o de cualquier otro tipo, así como el tipo de Gobierno y de sus administraciones periféricas, pero con igualdad previa, porque en una “democracia burguesa capitalista”, la desigualdad es manifiesta a la hora de invertir en propaganda para enviar representantes al Gobierno o a sus Instituciones, llevando siempre ventaja la clase dominante de los acaudalados, contra los asalariados y los pobres.    

Esa situación de desigualdad de oportunidades se encuentra relacionada con un cierto estado de desarrollo de la democracia, dado que todavía padece poca cohesión la clase trabajadora como clase alternativa a la burguesía para acceder al poder por métodos evolutivos, empujando a las clases empobrecidas a buscar en un momento dado,  por métodos de luchas convulsivas y a veces violentas, la posibilidad de destruir y hacer añicos la maquinaria corrupta del estado burgués, que viene explotando y oprimiendo a los asalariados históricamente desde los inicios de la formación de los Estados.  La potente maquinaria del Estado Burgués está compuesta, sea republicana, monárquica, militar o civil, por  ejército, policía, judicatura, cárceles y demás aparato de represión, que mantienen rasgos pronunciados de “semi-democracia”, que tendría que haber sido sustituida en el Estado español, por una nueva maquinaria auténticamente democrática, bajo la forma de democracia social, dando paso hacia la participación de todo el pueblo en las gestiones de la Administración del Estado, de forma transparente y limpia.

Pero siguiendo las leyes de la dialéctica, tendría que haberse producido una “transición de fase”, en la cual,  la cantidad se hubiese transformado en calidad, pero las luchas de la clase obrera de los años 70, que habían sido el motor del cambio, fueron descarriladas por las direcciones obrera, ante el chantaje permanente del golpismo, que practicaron los ejércitos del franquismo, con el beneplácito de algunos partidos como AP, heredero natural del actual PP, que hunde sus raíces en el tardofranquismo de Fraga Iribarne.   Si se hubiese conseguido una verdadera transición, mediante la ruptura democrática,  avanzando en la nueva fase de democratismo de clara ruptura con el modelo de la Dictadura del régimen anterior, hubiese podido ser la primera fase del anhelado cambio, a través del cual, se hubiese podido construir un marco sano de la sociedad burguesa y que podría haber dado pasos avanzados hacia la transformación social de las estructuras del Estado pero no se hizo correctamente y de aquellos polvos tenemos este lodazal de la corrupción que afecta a las esencias del propio Estado.

El Estado actual se mantiene porque hunde sus potentes raíces en la reacción, tanto en el aspecto ideológico como económico, por lo cual, se hace muy difícil avanzar hacia una verdadera democracia, porque la burguesía sabe que si toda la población en libertad, intervienen realmente en la dirección y administración del Estado, el capitalismo no podrá sostenerse ni nutrirse de la explotación, la opresión y la corrupción. Con una democracia social sana, los avances sociales serían mucho más visibles, porque el desarrollo actual de las fuerzas productivas y las nuevas tecnologías han creado ya las premisas para que la ciudadanía pueda realmente intervenir en la dirección de las Instituciones que gobiernan el Estado.  Entre esas premisas está la instrucción general, que con un nuevo modelo educativo que resalte y aplique los valores socialistas y esté encaminado al bien común y no al lucro privado de una minoría,  que sigue utilizando ahora el Estado, como durante toda la larga transición hacia ninguna parte,  para provecho de las cien familias herederas del franquismo económico y tendría verdaderamente como objetivo el bienestar de la sociedad y no el grado de malestar alcanzado por los sectores menos favorecidos, como consecuencia de descargar la crisis del capitalismo sobre las espaldas y a costa de los bolsillos del pueblo trabajador para salvar a banqueros y poderosos.

Una Administración Estatal moderna,  democrática y autogestionada, con formación y educación de millones de asalariados, con el alto nivel de cualificación científica alcanzada, puesta al servicio del bien común, mediante un potente Sector Público, en Sanidad, Educación, Servicios Sociales, atención a Dependientes y Pensionistas,  transporte ferroviario, aéreo y marítimo modernos, grandes fábricas industriales, un sector agrícola en los que los latifundios estén nacionalizados y al servicio de la población, mediante la autogestión agro-alimentaria y forestal, con planes de conservación del Medio Ambiente y el desarrollo de las energías renovables,  potentes empresas comerciales, apoyando la financiación  económica mediante una banca pública cooperativa,  abierta y democrática, con planificación científica de las principales palancas de la economía, podrían crearse de inmediato, después de superar al injusto modelo corrupto del capitalismo, un nuevo modelo de gestión con funcionariado y administradores  que sustituyan rotatoriamente a los burócratas que hayan sido comprados y corrompidos por el capitalismo,   para ejercer a través de las Redes sociales, Internet y las nuevas tecnologías, el control sobre la producción, la distribución, el comercio y el registro de bienes materiales  para garantizar a la población una vida armoniosa en esta sociedad nueva que la mayoría necesita y reclama.

Para ello es imprescindible un control social y registros permanentes de la contabilidad estatal, automática y  no como hace la burguesía,  con 5 años de retraso para analizar la Contabilidad Nacional cuya pesada maquinaria  del Tribunal de Cuentas, se han convertido en verdaderos parásitos que drenan las plusvalías que los asalariados engendran,  habiendo sido incapaces de detectar los desfalcos.  Por tanto, necesitamos un nuevo modelo de administración social para poner en marcha una democracia  que funcione bien, que inicie la primera fase de la construcción del socialismo con el objetivo de sustituir el Gobierno de los hombres, por la administración de las cosas.   Toda la ciudadanía se debe convertir en trabajadores productivos, pasando a formar parte de la producción,  de estar empleados y adscritos a escala municipal, federal o Estatal, en una potente cooperativa común que representará el Estado Socialista que se empiece a construir.  El modelo nuevo tendrá como objetivo que trabajemos todos por igual,  que controlemos cada cual del fruto de nuestro trabajo social para que nadie nos lo usurpe o robe y que ganemos un salario lo más igualitario posible, pues produciendo todos y repartiendo con justicia el fruto del trabajo social, el nivel de vida de la mayoría crecería de forma clara.  

Bajo el capitalismo ya se ha simplificado extraordinariamente el registro de todo lo que sea necesario, pero la burguesía lo ha dedicado para el lucro privado y de lo que se trata ahora es de incrementar la producción en beneficio del bien social, de lo común, porque ya está reducido a operaciones muy simples de anotaciones y contabilidad con auxilio de los ordenadores, accesible a cualquier persona que tenga una instrucción adecuada, pero debe ir acompañado de una nueva Legislación Laboral con inspecciones permanentes que deben ser ejercidas por toda la clase trabajadora organizada que ya seríamos el pueblo en lucha permanente por una sociedad mejor;  incluso a los capitalistas habría que insertarlos en las cadenas de producción en igualdad de condiciones con el resto de los trabajadores con similares salarios, para acabar con sus privilegios y prebendas.

En la medida que se alcance una transformación del modelo social, cambiando el objetivo del lucro privado capitalista por producir para satisfacer las necesidades humanas como se plantea por el socialismo y que la mayoría del pueblo empiece a ejercer por sus fuerzas organizadas  y en todos los estamentos del Estado,  el control y el registro sobre toda la producción, el transporte y reparto de los bienes de consumo y ocio, entonces el salto en el nivel de bienestar sería pronto una realidad, pero habría que contrarrestar las ansias de rapiña de muchos de esos burgueses y pequeñoburgueses  que conservan y quieran restituir los hábitos capitalistas de explotación y opresión, que de forma democrática y a través de las Asambleas  Ciudadanas o  las del puesto de trabajo, serían pronto desactivados.  Para que el control sea efectivo y democrático tiene que ser universal, general, del pueblo en su conjunto, para que nadie pueda rehuirlo ni negarse a aceptar lo que sea acordado por la mayoría social, votando todas las veces que se necesite.

La nueva sociedad que avance al socialismo será considerada como una gran fábrica, una sola oficina, con grandes economatos,  con igualdad de trabajo, rotación, elección y revocabilidad permanente de los cargos por las bases, aplicándose la disciplina que los trabajadores saben realizar cuando se ha triunfado sobre el corrupto modelo capitalista que nos ha estado saqueando, por lo que este modelo democrático y socialista se hará extensivo a toda la sociedad, convirtiéndose en el escalón necesario para limpiar de corruptos, arribistas y pelotas al resto de la sociedad capitalista, que han pervertido los valores de la humanidad. Debemos demostrar que los valores del socialismo son superiores para el bienestar de la humanidad; rechazar y desterrar los contra-valores individualistas e insolidarios  que nos han venido aplicando bajo el capitalismo. Cuando la mayoría de la sociedad asuma, defienda y aplique este nuevo modelo de avance al socialismo,  aplicando un genuino programa socialista de transición, (*) donde aprenderemos todos a dirigir las claves de la Administración del Estado, con la eliminación del secreto bancario y los secretismos que existen en el capitalismo,  aquellos personajillos de la  burguesía que intenten conservar sus hábitos de vividores a costa de los demás, serán puestos en su sitio por la “democracia obrera” y a partir de esos momentos empezará a desaparecer, por convencimiento democrático de ese control social, la necesidad de mantener, o su eliminación a la mínima expresión, de los aparatos represivos costosos que utiliza el modelo capitalista para someter por la fuerza de las armas a la mayoría que somos los trabajadores, en  beneficio de la minoría que son los capitalistas, lo que es absolutamente contrario a la democracia. 

En la medida que el pueblo en su conjunto avance hacia una democracia más completa y alcancemos un mayor grado de libertad, más cercano estaremos y más rápido avanzaremos  hacia una sociedad armoniosa, justa e igualitaria, porque cuando más democrático sea el Estado, cuando el grado de represión sea casi innecesario, aquellas palabras de Marx que hablaba de que el “Estado empieza a extinguirse” podrían convertirse en el futuro en una realidad, pues en la medida que los ciudadanos libres del nuevo estado socialista aprendan a planificar, a dirigir y a llevar a cabo el control de la realidad y de la producción social, el suministro y los transportes, eliminando a los gandules, los corruptos y los aprovechados, que incluso algunos de ellos, mientras vivan, añorarán y querrán volver a los viejos privilegios que disfrutaban bajo el capitalismo, la construcción del socialismo, como fase primera de una futura sociedad, tendrá que continuar avanzando.  Mediante la práctica permanente de la “democracia y más democracia”, hacia el desarrollo del “socialismo y más socialismo”, entonces y solo entonces,  podríamos pasar a la siguiente fase, donde pueda hacerse realidad aquella bonita frase de Marx: “De cada cual, según sus capacidades. A cada cual según sus necesidades”.

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A

(*) Si todavía no conoces los puntos programáticos que plantea y defiende nuestra corriente, puedes solicitarlo en el correo de abajo, poniendo en asunto “Programa Alternativo” y te será remitido gratuitamente al e-mail que indiques: 
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario