París será la
sede de la nueva Cumbre sobre el Cambio Climático que se va a celebrar en
diciembre de este año. Tras los diversos encuentros llevados a cabo por las
grandes potencias durante los 20 años últimos, la situación sigue agravándose
ante la falta de acuerdos para financiar proyectos que tiendan de forma seria y
definitiva a frenar las consecuencias que está sufriendo ya la humanidad por la
depredación y la contaminación del planeta Tierra.
Nuevamente las
grandes potencias prometen que ésta deberá ser la cita definitiva donde salga
un compromiso serio para atajar la
problemática del Medio Ambiente, pero no podemos tener ninguna confianza en la
pandilla de saqueadores y explotadores que son los mismos que han creado este
grave problema, porque siguiendo la lógica del capitalismo del máximo beneficio
para los poderosos y sus multinacionales, no podrán entenderse ni llevar a cabo
un acuerdo con la financiación suficiente y necesaria, como ha venido
ocurriendo año tras año. El objetivo de los acuerdos universales sobre el
Cambio Climático que se pretende debatir en París, es solo limitar el aumento
de 2ºC la temperatura del planeta, lo cual es ya de por si totalmente
insuficiente y representará una vez más, otra tomadura de pelo y otro
fracaso como los de Compenhague, Kioto,
Rio, Estocolmo y las demás.
Se recrudece y sigue abierto el debate sobre el
deterioro del Medio Ambiente por los efectos nocivos de la acción devastadora
de la contaminación, que ya se están notando, cuyas consecuencias se han convertido en un
peligro para el género humano, pues se continúa poniendo en evidencia la
situación tan grave a la que el sistema capitalista está abocando a la
Humanidad. La causa fundamental de esta
cuestión es el control de la economía mundial por parte de un puñado de grandes
monopolios, que bajo el prisma del lucro privado del sistema capitalista,
anteponen los intereses de una minoría de archimillonarios a las vidas de los
trabajadores y de la especie humana en general.
Esta situación
tan grave de la cuestión climática, junto a la persistente crisis estructural
del actual modelo, demuestra que existen dos contradicciones insalvables bajo
este agónico sistema imperialista, como son, la propiedad privada de los medios
de producción y las fronteras nacionales que impiden el desarrollo armonioso de
las fuerzas productivas. Cierto sector de la comunidad científica compuesta por
liberales mercenarios y defensores de sus intereses privados, atribuyen de
forma tajante el calentamiento global a lo que denominan de una forma ambigua a
la acción del hombre, diciendo que la degradación del Medio Ambiente es culpa
de nuestro desaforado consumismo, que los ciudadanos consumimos demasiado y que
se recicla poco para mantener equilibrado el modelo actual.
Tenemos que
decir ante esas simplezas que el método de análisis empleado está impregnado de
la ideología de la clase burguesa dominante, pues intenta responsabilizar a los
individuos para exculpar al sistema capitalista, que es la causa de todos los
males sociales y medioambientales que ya sufre la humanidad. El consumo de los individuos es un problema
relativo, pero la depredación del sistema capitalista, el militarismo y los
horrores de las guerras, los despilfarros de recursos, que siguen la lógica de
acumulación capitalista y el atesoramiento de bienes en Paraísos Fiscales y
cajas fuertes de seguridad bancarias y privadas, cada vez en memos manos, es un problema absolutamente mayor, siendo esa
su causa y como dice el Derecho, “lo que es causa de la causa, es causa del mal causado”.
El empeoramiento
de las condiciones de vida de la población mundial es patente, sobre todo, en
las poblaciones más empobrecidas por la rapiña del capitalismo, y el azote de
las guerras, los chantajes y el expolio permanente, profundizadas por la actual recesión que lanza
a la pobreza y al hambre a millones de seres humanos, con una situación de
degradación del medio natural, con la contaminación de los mares y ríos que
afectan a los recursos hidrográficos, la amenaza nuclear, las emisiones
descontroladas de CO2, la deforestación y destrucción consciente de bosques,
unido a la utilización constante de pesticidas y contaminantes en la producción
agrícola, están llevando a la humanidad al borde de su desaparición como
especie y al padecimiento de hambrunas terribles. (*)
El motor de la
actividad económica capitalista, que es la lucha por el máximo beneficio para
unos pocos en detrimento de la mayoría de la población se ha convertido ya en
una amenaza muy peligrosa contra la salud de la humanidad y contra la propia
naturaleza. Accidentes nucleares y otras catástrofes ecológicas ponen de
manifiesto que la naturaleza del capitalismo es cada vez más un peligro para
los habitantes del planeta Tierra. Por tanto, para los partidos obreros y demás
fuerzas de izquierdas, la integración de las problemáticas medioambientales,
así como a las que conciernen a la soberanía alimentaria y a la autosuficiencia
productiva encaminadas a atender las necesidades alimenticias de los habitantes
del planeta y al cumplimiento de los Derechos Humanos, resulta una prioridad
cada vez más urgente e imprescindible, vistas las tendencias que el Capitalismo
está desarrollando en esta recesión en la que ha quedado anclado.
Contrariamente a
lo que se nos quiso hacer creer, cuando nos decían que los avances de la
ciencia y de las nuevas tecnologías iban a servir para mejorar las condiciones
de vida de los ciudadanos, verborrea y propaganda capitalista, que solamente
los analistas marxistas cuestionaban, vemos en estos momentos actuales que no
ha sido tal como la burguesía anunciaba, sino que ha servido, como siempre bajo
el capitalismo, para aumentar y concentrar escandalosamente el lucro privado y
los beneficios de unos cientos de grandes monopolios que se consideran los amos
del capitalismo mundial.
La banca privada
y unos cientos de multinacionales concentran en sus manos la dirección de la
economía, y las vidas de la mayoría de la humanidad. En un polo nos encontramos
con que menos del 2% de la población del planeta posee una riqueza equivalente
al más del 50% de toda la riqueza mundial. En el otro polo nos encontramos un
océano de pobreza con cerca de 1.500 millones de parados y alrededor de otros
3.500 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a los dos
dólares diarios, por lo que en la actualidad es más necesario que nunca luchar
organizados y unidos por un cambio de
modelo de sociedad para frenar el Cambio Climático y resolver las cuestiones
sociales.
Incentivados por
el verdadero motor del sistema capitalista, que es la búsqueda feroz del
beneficio, las multinacionales tratan los recursos naturales como un factor de
producción. Tratan de conseguir el consumo de los recursos naturales como
materias primas, agua, aire y demás, con el menor coste posible, para aumentar
la tasa de ganancia de sus inversiones. No les importa que esos recursos sean o
no renovables, que dejen secuelas por su consumo incontrolado, terribles
contaminaciones, deforestación, envenenamiento de mares y ríos, polución de la
atmósfera, desertificación, lluvia ácida, cambio de temperatura degradante…
porque eso no entra en el cómputo de gasto en sus cuentas de Pérdidas y
Ganancias de sus empresas, sino que lo sufre y lo paga el pueblo. Las
consecuencias a largo plazo de la degradación medioambiental les importa poco a
los capitalistas, como tampoco nunca se han preocupado por las matanzas y las
destrucciones causadas por sus guerras, sus masacres, sus rapiñas y saqueos,
porque anteponen sus ganancias al bienestar de la Humanidad.
ÁREA DE
COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE. A
(*) Si te
interesa recibir de forma gratuita la Revista Cambio Climático, editada por
nuestra corriente, que recoge el debate y las conclusiones de la II Conferencia
de nuestra corriente celebrada en Torremolinos, te rogamos nos mandes un correo
a la dirección de abajo, no olvidando poner en asunto: “Cambio Climático".
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario