El giro a la izquierda
del Laborismo Británico, tras el rotundo triunfo de Jeremy Corbyn, con un 59,50 % de los votos frente a
sus cuatro adversarios, es un claro
ejemplo del proceso de giro a la izquierda que se está dando en los partidos de
los trabajadores, como anteriormente se produjo en Alemania con Die Linke de
Oscar Lafontaine (La izquierda), el Front de Gauche (Frente de Izquierda) de Mélenchon
en Francia, el movimiento por la izquierda del Pasok como Syriza en Grecia, que
ha sufrido ya una escisión de la Unidad Popular, surgiendo un ala más izquierdista, la expresión de los “indignados” a través de
Podemos en nuestro país, etc… todo ello demuestra el inicio de un cambio
profundo y un cuestionamiento del modelo capitalista actual.
La raíz de todos esos
procesos hay que buscarlos en el descontento
de los “indignados”, de rechazo a
la política llevadas a cabo por mandato de la “Dictadura Financiera” de la
Troika. Junto a las “primaveras árabes”, abortadas por las fuerzas
imperialistas, esos movimientos sociales cruzaron fronteras, como las “mareas”,
huelgas y manifestaciones, son acciones de giros sociales que continuarán
desarrollándose, expresándose en luchas sociales y en las urnas y producirán en
su momento un salto cuantitativo en el proceso molecular de toma de conciencia
de las masas, que tendrán su expresión en los cambios políticos como los
mencionados anteriormente.
Es preciso hacer
mención igualmente, resaltando esto como ese inicio de salto cualitativo, la
maravillosa actitud de SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA de los pueblos, desatada recientemente con el humanitario
recibimiento de los cientos de miles de Refugiados e inmigrantes que están
llegando a Europa, huyendo de la atroz y dramática situación de hambruna y
miseria creada por las guerras, cuyos responsables primarios hay que buscarlos
en los dirigentes políticos de las grandes potencias, en sus pugnas
inter-imperialistas por la hegemonía mundial, a través de la cual, se disputan las riquezas del petróleo y
materias primas, apropiándose en esa
cleptomanía insaciable de sus riquezas en esas guerras de rapiñas, a costa de
una enorme masacre de millones de seres humanos, desatando guerras atroces.
La clase trabajadora ha
comprendido también en el Estado español, en su práctica diaria durante estos cuatro
años de Gobierno PP que la política conservadora de la derecha encabezada por
el Presidente Rajoy, ha sido la máxima exponente y defensora nítida de banqueros
y poderosos, que les permite restaurar su tasa de ganancias a costa de enormes
sacrificios salariales y sociales de los menos favorecidos.
Esta derecha
conservadora heredera de Fraga y éste del franquismo, no le ha ido a la zaga a las burguesías europeas,
en cuanto a ataques, recortes sociales,
contra-reformismo laboral y sobre todo corrupción que tanto han perjudicado a
la clase trabajadora, que paga con enormes sacrificios los costes de los
desfalcos que otros han producido.
Conveniente es criticar
también, sirviendo asimismo de autocrítica,
la tibia oposición de los partidos de izquierdas en el Parlamento y las
Instituciones burguesas, con su falta de contundencia y unidad a la hora de defender los intereses de la clase
trabajadora y nuestras luchas sociales, sobre todo de las cúpulas sindicales de
las grandes centrales mayoritarias, que
han mantenido en lo fundamental una “leal oposición de clara colaboración
interclasista” en los asuntos claves para mantener apuntalado un sistema que se
desmorona, siendo eso los ingredientes que
explican que el Gobierno Rajoy, aún tocado por la corrupción interna,
mantenga un cierto apoyo en las encuestas que se han hecho pública recientemente.
La ambigüedad política
y a veces la pusilanimidad, han sido las
causas principales del desplome de la “socialdemocracia” en Europa,
demostrándose por los hechos que la “Tercera Via” (que algunos pretender
resucitar) ha sido una utopía, como algunos habíamos criticado y previsto durante
años, que, debido a su deriva liberal, se ha convertido más bien en
reaccionaria al adaptarse y asumir la lógica del capitalismo, lo que nos exige
ofrecer una alternativa por la izquierda que es lo que la clase trabajadora
está buscando.
Ante el drama terrible
que padecen los Refugiado, por los terrorismos desencadenados a causa de la
dramática situación de tensión bélica y social, con brutales acciones del
Estado Islámico que condenamos con firmeza, aunque ya se sabe la
responsabilidad de su surgimiento con apoyo de un sector del imperialismo, la primera cuestión es atender a través de
esfuerzos individuales y las ONGs a estas personas , como han hecho los
pueblos, sobrepasando a sus propios gobiernos, criticando la actitud hipócrita
de las autoridades de la Unión Europea, que siguen negando la respuesta
adecuada a esta tremenda crisis humanitaria, pero en
segundo lugar hay que activar mecanismos para exigir a la ONU que reclame de
inmediato un Alto el Fuego.
Si ese inmenso y
costoso aparato de burócratas de la Diplomacia y la Política internacional, son incapaces de detener esas masacres, o al
menos rechazar y señalar con el dedo a los que se oponen a la PAZ, deberemos
pedir su dimisión y disolución: los
partidos y sindicatos de izquierdas, a escala internacional, deberíamos
plantear una fuerte movilización de rechazo a esa “Dictadura Financiera” que promueve y apoya las Guerras, exigiendo soluciones urgentes para los
refugiados y la dimisión de los organismos mundiales que no son capaces de
hacer cumplir sus mandatos, porque solo con respeto de los Derechos Civiles de
los pueblos y con Justicia de verdad, podremos avanzar hacia la PAZ, ya que las
guerras son la negación flagrante de todos los derechos humanos y su violación
permanente.
Si queremos mantener,
extender y aumentar los espacios de Democracia y Libertad, solo podrá
conseguirse con la lucha pacífica, pero firme y contundente por la
transformación socialista, en cada país y a escala internacionalista. El Internacionalismo de clase, el
internacionalismo socialista, nos
quieren hacer creer los voceros mercenarios de la clase dominante, que es un ideal utópico, pero ahora se
demuestra, cuando el capitalismo mafioso enseña su verdadero rostro criminal,
que en verdad, el genuino socialismo se
ha convertido en una necesidad económica vital para el avance de la humanidad,
no solo en Europa, sino a escala mundial.
Es preciso apoyar y
desarrollar la ciencia y las nuevas tecnologías poniendo los recursos al
servicio de la humanidad; con la planificación científica de los recursos
productivos y financieros en manos de los trabajadores, bajo su control
democrático y al servicio de la
producción y de los pueblos, el nuevo modelo socialista podría garantizar la
democracia, la libertad, la cultura y el trabajo, con el aumento del nivel de
vida de las personas, “abriendo las
alamedas por donde circule el hombre libre”, para construir el genuino socialismo que debe
ser tarea de toda la humanidad.
Porque, por desgracia, la guerra y los que las
promueven para garantizar los beneficios del Complejo Militar-Industrial y sus
multinacionales, es el factor dominante en las relaciones comerciales del
imperialismo en su fase decadente actual, que es preciso denunciar, combatir y
derrotar; a la clase trabajadora nos va
en ello nuestra propia supervivencia y el de la propia especie humana, también por
el deterioro y la depredación del Medio Ambiente que sufre el planeta Tierra, a
manos de las multinacionales y su lógica del beneficio privado para unos pocos,
sin atender la resolución de la problemática social.
Pero mediante la democracia plena, el socialismo
genuino, tendremos que buscar la salida, basada en la solidaridad y el internacionalismo,
apoyándonos los trabajadores unidos para cambiar el modelo capitalista, que es
el causante de los males que padece la clase trabajadora y luchar por derribar
las fronteras nacionales, que junto a la acumulación de la propiedad privada en
régimen de oligopolio de la banca y los grandes medios de producción, son los
dos frenos absolutos que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas
actualmente.
Como venimos planteando
desde Izquierda Socialista, con el
modelo actual de capitalismo decadente y su pugna belicista inter-imperialista,
ni EEUU, ni la U.E., ni China, ni Rusia pueden ofrecer una salida para la clase
trabajadora y el drama terrible de las guerras, los refugiados e inmigrantes
que sus consecuencias acarrean. Solamente la lucha organizada, democrática y
unida, por el desarrollo de un programa
y una política socialista, activa, participativa y militante, podrá producir
una respuesta a la problemática social.
Algunos dirigentes que
se llaman de izquierdas se empeñan en rechazar el método del socialismo
marxista, basado en la filosofía del materialismo dialéctico, propia de la
clase trabajadora mundial, pero la clase
trabajadora necesita que nos basemos en este método, con una táctica adecuada y una estrategia
global para superar al modelo capitalista en su fase imperialista con tendencia
al monopolio, aplicando nuestros programas con principios éticos fundamentales,
para que el movimiento obrero pueda encontrar el camino que nos permita resolver
los problemas de nuestra época y marchar decididos hacia nuestra propia
liberación.
Europa ha perdido su
papel dominante en el mundo hace tiempo y sobre
bases capitalistas, la unidad europea se presenta como una verdadera
utopía reaccionaria, por lo que, si no cambiamos el modelo de sociedad
actual, se abrirá un periodo de
decadencia y declive de nuestros niveles
de vida, ya que no hay capacidad para crear puestos de trabajo, sin inversión
productiva, pues la mayoría de los recursos financieros están dedicados a la
especulación o atesorados e Paraísos Fiscales.
Es necesario explicar
que la Europa de los Mercaderes ha colapsado, tanto en lo económico, como en lo
social y político, con la situación
precaria de Grecia y otros países de la zona sur, por sus impagables deudas
públicas, con la violación de Hungria del Acuerdo de Schengen, al prohibir su gobierno reaccionario
semi-fascista, la libre circulación de las personas con su cierre de fronteras,
dejando bloqueadas con peligro de muerte a miles de personas, por lo que se
hace más urgente que nunca plantear y luchar por un modelo alternativo que no
puede ser otro que la Federación de Estados Unidos Socialistas de Europa, que
integre a la Federación Socialista de las Nacionalidades y Pueblos Ibéricos que
tenemos que conquistar, para marchar
hacia la construcción de la Confederación Mundial Democrática y Socialista, que
acabe con las guerras y organice un nuevo modelo de sociedad que anteponga los
intereses de los seres humanos por delante del lucro privado.
José Martín Rodríguez.
COORDINADOR DEL ÁREA DE
COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
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