El Gobierno del PP insiste en el brutal ataque a los
enfermos crónicos, graves o leves, padezcan un resfriado o una hepatitis, artritis reumatoide, degeneración muscular, o
incluso cáncer, entre otras muchas enfermedades. La burguesía no tiene
compasión al exigir el “repago” de los fármacos empezando con un 10 %. El PP está aplicando una política de terror a
los enfermos, cuyo objetivo es que se vayan a la privada los que tengan
recursos o se mueran en la calle, como ocurre por ejemplo en EEUU, si eres
pobre; es decir, quieren arrasar lo público para potenciar lo privado.
En sus ansias recaudatorias para beneficiar a los ricos
el PP no respeta ni a los enfermos terminales, por lo que es menester
preguntarse cómo se llama dejar morir a alguien premeditadamente por falta de
recursos para beneficiar a banqueros y capitalistas corruptos.
El fin de una política honesta debiera consistir en
defender el bien común potenciando lo público, a la ciudadanía en su inmensa mayoría y no en
dedicarse a beneficiar a la empresa privada a costa de la salud y la vida de
los económicamente menos favorecidos.
Los trabajadores sabemos que en esta y en otras muchas medidas que toma
el gobierno, no lleva la razón, pero en política no basta con llevar razón o no,
sino en llevar una lucha unitaria, consecuente y firme para que nos la den
porque los capitalistas nunca nos han regalado nada a la clase trabajadora. La lucha por una sanidad, una educación y unos
servicios sociales dignos podría convertirse en la tumba del PP, si las
direcciones de la izquierda se unieran para cambiar las cosas.
Pero por desgracia, bajo esta democracia burguesa que
retrocede hacia posiciones del pasado, el profesional de la política, que se
agarra al sillón, votando en contra de la razón humana e incluso a veces de sus
propias convicciones religiosas o políticas, no puede ser honrado, si además de
tomar medidas que perjudican a los ciudadanos más pobres, acumulan recursos
dinerarios bastantes más abultados de cuando se entró en el cargo, sea con
sobres, comisiones o pagas astronómicas que salen de la sangre y el sudor de
las plusvalías que produce el asalariado y que son saqueadas de nuestros
bolsillos vía impuestos intolerables.
La clase trabajadora está más que “indignada”, está
harta de gandules, de profesionales de la política que se agarran al puesto y
no quieren dimitir aunque el pueblo lo pida en inmensas manifestaciones. Si
nada más que un 10 % de toda la gente que se ha movilizado por cualquier causa
en el último año, decidiera entrar en las organizaciones políticas y
sindicales, defendiendo lo mismo que se defiende en las calles y plazas, el
giro brusco que tomaría la situación sería increíble. Nuestra corriente viene
luchando por una profundización democrática en toda la sociedad, incluido
nuestro partido y alentamos a los trabajadores a organizarse mejor allá donde
lo consideren oportuno según su ideología.
Porque es posible avanzar en una lucha interna, con
honradez y firmeza, como planteaba Pablo Iglesias, para restaurar la democracia
interna que consistiría en potenciar o formar corrientes de opinión potentes en
los partidos y sindicatos, que disputaran la mayoría a aquellos que pensamos que
no lo están haciendo como el pueblo necesita.
La lucha masiva y unitaria de la clase trabajadora en las calles, es
importante, pero también habría que acompañarla con luchas activas en el seno
de las organizaciones, para vigorizarlas, mejorarlas e incluso dar una
alternativa a las corrientes en minorías para que pudiesen transformarse en
mayorías.
Nuestra corriente lleva años intentándolo, pero las dificultades son enormes, dado que
la primera respuesta de un trabajador (que puede ser errónea, pero comprensible),
al comprobar que las direcciones de las organizaciones obreras en quien se
depositó su confianza a través del voto, no resuelven los problemas, deciden
abandonar en vez de luchar desde dentro. Nosotros insistimos en que la
democracia no consiste solo en votar cada 4 años, sino que debe ser una
“democracia participativa” una democracia social, una democracia obrera, como
alternativa a la “democracia burguesa” corrupta y degenerada, por la que
tenemos que seguir luchando.
En el largo debate que hemos mantenido, cara a la
Conferencia de Noviembre, hemos presentado propuestas, tanto en el aspecto
organizativo como programático que seguimos queriendo compartir con todos los
trabajadores. En el aspecto organizativo luchamos entre otras cosas por una
defensa clara de la democracia interna y la libertad de expresión. Estas son algunas de las propuestas que
venimos defendiendo en nuestro documento alternativo (1) desde la corriente en
Málaga a la Conferencia del PSOE, que sometemos a vuestro criterio, confiando
en que cuando un número importante de trabajadores luchemos por ellas, la
situación cambiará:
En dicho documento defendemos entre otros puntos:
Por la implantación de las primarias a todos los niveles
con listas abiertas. Por el desarrollo completo de la democracia interna y la
libertad de expresión en partidos y sindicatos.
Promover la elección y revocabilidad de cargos desde las Asambleas de
Base de las Agrupaciones a la que pertenezca cada candidato. Las Asambleas
serán soberanas con democracia obrera, proponiendo a los candidatos con plena
libertad. Garantizar la igualdad entre candidatos introduciendo la rotación y
con dos mandatos como máximo.
También planteamos que los representantes elegidos
deberán cobrar el salario medio de un trabajador cualificado, votado en
Asamblea desde las bases. Pedimos medidas contundentes contra la corrupción y
los despilfarros, con tolerancia CERO.
Defendemos unos partidos y sindicatos abiertos donde la libertar de
expresión y la democracia obrera funciones correctamente, sin privilegios ni
cortapisas. Es decir, seguimos luchando
por unos partidos y sindicatos transparentes, donde se facilite permanente
información de los ingresos y gastos de forma periódica, como hacíamos hace
años, al menos cada 3 meses y donde se vote la gestión económica y la política
por separado.
Queremos unas organizaciones de los trabajadores
plurales y dinámicas, donde las ideas y propuestas emanen del debate
democrático desde abajo y no de imposiciones “presidencialistas” sin que hayan
sido asumidas y votadas por los trabajadores de base, es decir, organizaciones
que garanticen la representación de corrientes de opinión en los órganos de
representación, sin que sean ninguneadas ni tratadas de forma desigual en su
financiación.
Para llevar a cabo todas estas políticas de cambios
internos necesitamos que se produzca una transición de fase que pasará por una
politización y radicalización a la que estamos llegando a una politización
masiva que tendrá lugar cuando las masas decidan entrar en las organizaciones de izquierdas para
cambiarlas y tomar en sus manos la defensa de un programa genuinamente
socialista que sirva para transformar la sociedad. La clase trabajadora, tiene una urgente
opción, lo mismo antes que ahora, combatir la corrupción, luchar por el
socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(1) Si no conoces
todavía las propuestas que planteamos desde nuestra corriente, te la podemos
facilitar gratuitamente mandando un correo a la dirección de abajo, poniendo en
asunto las palabras “Propuestas Alternativas Conferencia”.
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