Desde
Fukushima (Japón) el Presidente Rajoy nos bombardeaba ayer jueves 3 de octubre,
con otra andanada de “mentiras
radiactivas” declarando que “el temor sobre la zona es infundado” y que “confía
en que su visita contribuya a disipar esos miedos”, lo cual no se ajusta a la
verdad como demostraremos si continúas leyendo.
Las
palabras pronunciadas por Rajoy chocan contradictoriamente, cuando al mismo
tiempo, la EMPRESA TEPCO que es la operadora en la catástrofe de contaminación
radiactiva de Fukushima, anuncia otra nueva fuga de agua radiactiva que
contiene una concentración de sustancias contaminadas por radioactividad de
200.000 becquereles por litro, cuando el límite legal permitido es de 30
becquereles por litro.
La
nueva filtración contaminante se ha producido porque el tanque de
almacenamiento del líquido utilizado para enfriar los reactores está colocado
en pendiente, lo que facilitó su desbordamiento, después de que los empleados
que se juegan la vida para intentar aminorar el impacto medioambiental, lo
utilizaran equivocadamente por los errores de planificación de los Jefes, que
actúan de forma descabellada sin encontrar soluciones definitivas.
El
peligro está siendo enorme y se complica cada día mas, dado que los últimos informes
explican que de los 1.000 contenedores aproximadamente con los que cuenta la
empresa TEPCO en esa central, para almacenar el líquido radiactivo derramado
por la catástrofe, existen 350 de ese modelo defectuoso que fueron fabricados
de forma precipitada y más económica, sellados con resina para unión de juntas
en vez de con soldaduras resistentes como debiera haber sido, por la
precipitación cuando se produjo el accidente nuclear de 2011.
Como
explicamos a través de la Revista “Cambio Climático” editada por nuestra
corriente Izquierda Socialista, cuyas tesis fueron debatidas y aprobadas en la
Conferencia de Torremolinos: (1) “ Viene
existiendo una lucha implacable de intereses que son defendidos por las grandes
empresas responsables de estas centrales, que
impiden que otras formas de energías alternativas como la solar o la
eólica, más limpias y baratas, se puedan desarrollar con la celeridad que las
nuevas tecnologías lo puedan permitir. Hay estudios serios de especialistas independientes
que indican que la energía eólica, la solar, la mareomotriz y la producida a
base de hidrógeno podrían ya producir casi la totalidad de la electricidad
mundial, pero los grandes monopolios y las multinacionales petroleras presionan
y condicionan las políticas energéticas de los gobiernos para que no
inviertan recursos en el desarrollo de esas fuentes energéticas alternativas.
Hemos visto recientemente la
expansión en el Estado español de las centrales térmicas de ciclo combinado,
que son también altamente contaminantes como las de carbón, responsables de un
98% de las deposiciones atmosféricas de mercurio y otros residuos
contaminantes. Se continúan fomentando
los proyectos de construcción de centrales de gas que también son contaminantes
y que demuestran la falta de una planificación científica de los recursos
energéticos y una clara apuesta por disponer en el menor plazo posible de
una utilización de energías alternativas
no contaminantes, (…) que en el fondo existe un freno del capital privado que demuestra la subordinación de cualquier
gobierno por muy progresista que se precie, a los intereses del capital que
favorecen en materia energética los intereses de las grandes compañías del
sector y perjudica a los ciudadanos.
Esto quedó demostrado, como un
ejemplo cruel, en el accidente producido en Aznalcóllar, el 25 de Abril de
1998, cuando una enorme riada de lava tóxica inundó el valle del Río Guadiamar
y contaminó parte del Parque de Doñana.
La empresa sueca Boliden ha estado años litigando con la intención de no
pagar un euro, para eludir el pago de los daños, que por otra parte son
realmente incalculables, pues la balsa, que albergaba millones de litros de
barro con un contenido alto de metales pesados y elementos tóxicos, causó uno
de los desastres ecológicos más grandes de la historia de Andalucía. Más de 80
kilómetros de cauces quedaron afectados y cerca de 5.000 Ha de terreno de los
municipios colindantes fueron envenenadas. Más de siete millones de metros
cúbicos de lodos, que contenían zinc, cadmio, arsénico, cobre y otros productos
contaminantes fueron retirados, así como una mortandad de más de 30 toneladas
de animales muertos se dieron como saldo aproximado en los primeros momentos.
La impunidad con la que actuó
la empresa , produjo un enorme escándalo
en la población que rechazaba y no comprendía,
cómo salían absueltos por los tribunales de justicia algunas de las
denuncias, que evitaban el pago de sanciones. Los Juzgados de Sanlúcar la Mayor
y la Audiencia de Sevilla, archivaron denuncias contra la empresa y los
responsables del Ministerio de Medio Ambiente no estuvieron a la altura que el
momento requería, porque en situaciones como esas, de claro ataque a la salud
de la Humanidad, un gobierno como el de la Junta, que se dice socialista,
tendría que haber actuado Políticamente, y no solo Judicialmente, decretando la
Incautación de los bienes de la empresa, por ejemplo, para garantizar que la
misma no se fuese de rositas, como es lo que
ocurrió, pues la actuación judicial fue confirmada por el Tribunal
Constitucional que acabó archivando definitivamente la causa de los dos
juzgados mencionados.
Otro aspecto todavía más increíble
es que los tribunales también
desestimaron las demandas civiles que habían sido presentadas por el
Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía, que exigieron el pago a
Boliden de 150 millones de euros, cuando, nada más que en las obras de
reparación del desastre, llevaban gastado ya unos 250 millones de euros y
algunos técnicos calcularon que se pudo superar los 500 millones, lo que indica
un robo descarado al pueblo andaluz, que a través de sus impuestos está teniendo que saldar los gastos producido por la
negligencia de esa multinacional, dinero que sale del bolsillo de los más
pobres.
Tanto este desastre como otros, (…) ponen de manifiesto de forma clara y
meridiana, los abusos o la complicidad que existe entre las grandes empresas y
las instituciones estatales, dentro del sistema burgués de los capitales, cuyos
gobiernos y la propia justicia, incluyendo todo el aparato legal, respaldan de
una manera u otra al capitalista en todos los terrenos, también cuando se
producen destrucciones del medio ambiente y no solamente cuando actúan en la
explotación directa de la clase trabajadora(…).
El capital privado lleva en la
sangre la corrupción y el desprecio por los intereses de la población. Las
empresas privadas hacen negocio hasta con las desgracias ajenas. Todo eso es producto del propio sistema capitalista
cuyo fin es el sacrosanto beneficio y que cada día provoca peores resultados
para la humanidad. (…)””
A pesar de esas amargas
experiencias nucleares que han sembrado de cadáveres inocentes a demasiadas
zonas del planeta, muchos gobiernos, con
apoyos de partidos políticos e incluso de algunos ciudadanos, siguen
defendiendo la energía nuclear y no se deciden por inversiones fuertes en
energías limpias. Esa estrategia tiene una explicación basada en el
razonamiento de que las grandes industrias energéticas dependen de los planes
que son impuestos por ser dependientes de las políticas marcadas por el
Pentágono. Contradictoriamente, el Protocolo de Kioto, que teóricamente trató
de prevenir el calentamiento de la Tierra y luchar contra la
contaminación, no había sido firmado por
los EEUU, ni se cumple apenas por la mayoría de los países, habiendo sido
mercantilizado de tal manera el intento de cumplimiento, que se compran y se
venden al mejor postor las cuotas de contaminación que cada país tiene
asignada. Lo cual denunciamos como una farsa colosal que pone sobre el tapete
la hipocresía de la burguesía (…).
“Los estados empobrecidos, que son
la inmensa mayoría, ven violados sus derechos en esa inmensa farsa de
“Democracia Burguesa”, dominados por cuatro o cinco superpotencias que
solamente representan los intereses del “Gran Capital”, y que dejan reducidos al
resto a ser colonias económicas o protectorados políticos nuevamente, no ya de
una potencia de Europa o de EEUU en concreto, sino de su personificación
colegiada y abstracta del “capital financiero globalizado”, el crudo Capital
salvaje. Se les condena a que no pueden
hacer otra cosa, (si sus pueblos no luchan), que ir reduciendo sus
posibilidades de vida civilizada y retrocediendo hacia la barbarie. Algunas de
sus poblaciones, caen incluso por debajo del nivel de proletarización, viéndose
reducidas a la más profunda esclavitud que los hunde en la pobreza
extrema. La Madre Naturaleza, en cuanto
a objeto de “ultra-explotación” y depredación sin control, va desapareciendo
por medio de la deforestación, la desertificación, la reducción drástica de su
biodiversidad, la contaminación y, en todo caso, la incapacidad de aires,
suelos y aguas para sostener una vida humana de sus respectivos pobladores en
el próximo futuro, con la terrible amenaza de los accidentes y las guerras
químicas, bacteriológicas y nucleares con las que nos amenazan, pues el
capitalismo, con su voracidad de beneficios está destruyendo el planeta.(…)””
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
(1) Algunos párrafos que siguen son extractos
de la Revista mencionada que puede ser recibida gratuitamente por cualquier
lector que la solicite a la dirección de abajo, poniendo en asunto las palabras
“Cambio Climático”.
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