La “democracia
burguesa” prostituye el concepto de la verdadera democracia porque es un
procedimiento que procura legitimar la lógica de la clase dominante con el
objetivo de que, las organizaciones políticas, con su estructura de poder al
servicio del lucro privado del capitalista, pueda continuar funcionando de
forma tal, que las multinacionales imperialistas sigan explotando en beneficio
de una ínfima minoría, al pueblo trabajador.
Mientras que exista el
capitalismo, la lucha de la burguesía por incrementar sus beneficios,
aumentando el grado de explotación, bien prolongando la jornada laboral o los
ritmos de producción del trabajador y éste viéndose forzado a hacer lo
contrario será una constante que agudizará la lucha entre las clases.
La revolución
científico-técnica con los adelantos de la robótica perfeccionada, los
complejos de máquinas herramientas automatizadas y el desarrollo de la
productividad, han creado un paro estructural crónico que Engels llamó
“ejército industrial de reserva de mano de obra” que empuja a la baja los
salarios.
Eso provoca que en la
sociedad capitalista la falta de trabajo sea una de las causas más claras, con
el paro y la miseria que genera la ociosidad forzosa, que causa una
degeneración y deformación incluso intelectual, con desequilibrios mentales por
el estres y la amargura de no encontrar trabajo.
La tortura del paro se
abate sobre el trabajador que se ve incapaz de encontrar un puesto de trabajo
donde poder ganarse el sustento. El paro se ha convertido en la mayor tortura
que impone el capitalista contra la clase trabajadora, por lo que, los
trabajadores no podemos ser “imparciales” porque formamos “parte” de la clase que es explotada por este sistema
que ampara y defiende al grupo de los ricos y poderosos de la que la burguesía
forma la otra “parte”.
Algunos teóricos,
cuando comenzó la crisis empezaron a hablar de la necesidad de un capitalismo
de “rostro humano”, pero eso se ha demostrado totalmente imposible porque el
capitalismo no admite reformas que perjudiquen sus intereses, ya que la lógica
del capitalismo es explotar a los asalariados, que es la clase donde obtiene
las plusvalías que son sus ganancias y no puede hacer girar la rueda de ese engranaje
al revés.
Incluso los estrategas
de la burguesía, con su gran capacidad de conocimiento en economía de los
sesudos premios Nobel y numerosas universidades produciendo un torrente de
licenciados en gestión empresarial, gerentes, comercio internacional y otras
especializaciones económicas, comprueban con gran zozobra que el capitalismo es
como un barco a la deriva, cuyas crisis cíclicas ponen al modelo, una vez y
otra, al borde del abismo, como hemos visto a EEUU varias veces desde la crisis
del 2007, donde el libre mercado colapsó.
El capital financiero
se ha separado del capital industrial y comercial productivo, se ha subido
sobre los hombros de la pequeña y mediana empresa que se sustenta en las
piernas del obrero y no cumple la función principal como debiera ser aportar
financiación a la economía real, pasando toda la riqueza al plano especulativo,
como demuestran los datos que a continuación se detallan: Solamente 737 entidades bancarias y
financieras a escala mundial controlan más del 80 % del valor de las 43.000
multinacionales más potentes: y un reducido grupo de 147 entidades controlan el
40 % del valor económico financiero de toda la riqueza del planeta.
En el Estado español el
número de ricos creció en 2012 un 5,4 % siendo ya 144.600 individuos los que se
consideran multimillonarios, mientras que el paro está en torno a los 6
millones y el número de pobres ronda los 12 millones de personas. Las rentas del capital suben 3,6 puntos
mientras que las rentas del trabajo caen un 5,2 %, (PIB) cuando el mentiroso
del Ministro Montoro sigue insistiendo en que los salarios están subiendo.
Al mismo tiempo, la
ofensiva del PP y la CEOE contra el pueblo es inaguantable librando una batalla
constante para eliminar derechos laborales conquistados por la clase
trabajadora. Esos derechos lo han conquistado nuestros padres y abuelos
mediante una dura lucha obrera y así tenemos que defenderlos nosotros, por
dignidad de clase, porque la única moral actual de la burguesía es el egoísmo y
el ansia del lucro privado que exigen los capitalistas, que solo hablan para
que sigan los recortes salariales y presupuestarios que llevan nuestro poder de
compra a situaciones ruinosas.
Cada vez más
ciudadanos, incluidos los propios votantes del PP, han comprendido ya que la
política económica del PP beneficia y está al servicio de los banqueros
privados que han sido los culpables de la especulación y la corrupción galopante sobre la que cabalga la desbocada
economía liberal-capitalista. Al
gobierno de Rajoy no le tiembla el pulso para tomar decisiones crueles de
recortes, como los recientes en sanidad, que acortan la vida a los
enfermos de cáncer, mientras
groseramente su bancada aplaude esas medidas inhumanas.
Con esas medidas las
instituciones burguesas están cada día más desacreditadas ante la clase
trabajadora que tendrá que luchar por una alternativa, ya que el gobierno del
PP está al servicio y recibe órdenes
desde los despachos de los fondos de inversiones, la Troika y de los Consejos de Administración de la gran
banca, despreciando olímpicamente los intereses del pueblo.
La cruda realidad de
esta crisis capitalista niega con tozudez las supuestas maravillas del libre
mercado que suena como una machacona mentira en boca del PP y sus voceros, que
nos intentan sacar de la crisis a base de repetir hasta el infinito, la mentira
de que estamos saliendo de la crisis, cuando en realidad es la Banca la que
aumenta sus beneficios un 67 % y el IBEX-35 que crece un 19 %, o sea los
grandes capitalistas, los que se siguen forrando con la especulación y el pago
de intereses astronómicos, que representa un trasvase colosal del bolsillo de
los trabajadores, la pequeña burguesía y los menos favorecidos a las arcas de los poderosos y ricachones.
Para un trabajador, un
parado, un ciudadano con rentas bajas como los pensionistas, la vida se consume
en una actividad o falta de ella que le ofrece poco sentido a la vida, porque
en la mayoría de los casos se convierte en un tormento. Si eres un asalariado, el producto de parte
de tu trabajo te es arrebatado por otra persona, para la cual tú no eres más
que un factor más de la producción y sientes en realidad que estás
sobre-explotados mientras otros se reparten los “sobres extras” del dinero que
la clase trabajadora produce, mientras que cada vez hay menos trabajo.
Para que haya trabajo
para todos es necesario repartirlo, racional y científicamente, planificando la
economía al servicio de los trabajadores y eso la lógica del capital lo impide,
existiendo un modelo alternativo al sistema que es la democracia obrera y el
genuino socialismo.
Cuando la clase
trabajadora abandone la apatía y la “alienación mental” en la que nos ha sumido
la propaganda de la clase burguesa dominante y se levante masivamente con toda su fuerza,
entonces, bajo la lucha masiva, unitaria y bien organizada de la clase
trabajadora y con una dirección firme que nos marque el camino en defensa de un
programa genuinamente socialista, para nacionalizar la banca y las palancas
fundamentales de la economía y ponerlos
al servicio de la mayoría que es la clase trabajadora, bajo un nuevo
modelo de “democracia obrera”, la verdadera democracia del pueblo trabajador, el
capitalismo tendrá los días contados.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y
FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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