“Nos mean y la prensa dice que llueve”.
En el sistema capitalista la “libertad de expresión” es una farsa, porque bajo la aparente pantalla de ese cacareado argumento se esconde el gran engaño de la burguesía que utiliza los medios de comunicación de masas, para defender sus intereses de clase y colaborar en la opresión de la clase obrera, como no puede ser de otra manera. Lo dijo claramente el gran magnate del ramo Rupert Murdoch que sentenció: “Todos los periódicos circulan para obtener ganancias. Yo no dirijo nada por respetabilidad”.
Los medios de comunicación al servicio de la burguesía asumen como su declaración de
principios, hipócritamente, la defensa de la objetividad, la veracidad y un contenido de la información al servicio de la democracia. La mayoría de ellos nos quieren hacer creer que son independientes, hablan de “una Televisión de todos y para todos y unos Mass Medias democráticos” , pero ante tanto empeño en querer demostrar esa imparcialidad y esa defensa de la libertad de expresión, los dueños de
esos medios, (que no los honrados periodistas, muchos de ellos se juegan la vida y que tienen que comer de ese pesebre capitalista o pasar hambre o ambas cosas), los grandes empresarios no hacen más que intentar esconder esa supuesta objetividad, pero en el fondo, sobre todo en las líneas editoriales, se les nota un marcadísimo interés de clase que favorece a los más ricos, respondiendo a la voz de sus amos los imperialistas que les marcan la línea a seguir.
La sociedad en que vivimos está dividida en clases aunque la mayoría de esos directores, a las órdenes de sus accionistas intenten que no se note, pero los intereses contrapuestos entre la clase obrera y el capital no se pueden ocultar en momentos determinados, porque en realidad no existe la neutralidad; en momentos puntuales hay que optar claramente, o con los ricos o con los pobres, por mucha demagogia que le quieran echar.
Está claro que existe prensa de derechas, de centro y de izquierdas, pero si hacemos un balance, la abrumadora mayoría están en manos de los burgueses que son los que tienen todas las facilidades crematísticas para comprar, instalar y pagar sus aparatos de propaganda. Los medios de comunicación de derechas y de centro, al igual que algunos que se llaman de “izquierdas”, quieren que no se les note que defienden intereses claros del capitalismo, aunque existen algunas pequeñas organizaciones, partidos y sindicatos que hacen enormes esfuerzos por mantener alguna prensa que defienda los intereses de la clase obrera, pero lejos de esconder sus ideales, sus criterios y sus planteamientos de izquierdas, éstos lo esgrimen públicamente con orgullo, en la medida de sus posibilidades, pero son tan minoritarios que su voz es ahogada entre tantísimos altavoces de que dispone la burguesía, que a través de su propaganda invade el territorio con el nuevo modelo de “prensa gratuita”.
En muchos países que se rigen por modelos de democracia burguesa, a los que en nuestro país se quiere asimilar, en la cabecera de cada periódico aparece bien señalado el signo político por el que se rigen, pero en aras de la confusión y la desfachatez, aquí eso hay que adivinarlo e incluso así, nadie se atreve a diferenciar limpiamente la línea de los 15 ó 20 más leídos, pues las valoraciones y las noticias son muy similares, con honrosas excepciones. Además el espacio radioeléctrico está usurpado, concentrado y dominado por una pequeña minoría, existiendo grandes impedimentos para la instalación de radios alternativas u otros medios de difusión y expresión.
Existe una frase muy repetida que consideramos una verdad como una catedral, como que la “información es poder”, por lo que el capitalismo ejerce un férreo control estratégico de los medios de comunicación, con situaciones de control casi absolutas como en Italia, cuyo modelo intenta imitar el PP, porque en definitiva esos son medios de trasmisión de ideología burguesa que quieren imponer, porque saben que la ideología dominante en cada periodo histórico pertenece a la cultura de la clase dominante.
El capitalismo que defienden esos medios burgueses de comunicación, lo nieguen o no, es un sistema que se basa en la obtención del máximo beneficio para unos pocos accionistas, por encima del bienestar de los seres humanos a los que dicen servir, aunque ello implique hambre, enfermedades, guerras, muertes, miseria, opresión y corrupción, que a veces les interesa refregar por las conciencias, con la falsedad de que “no hay solución”, “no hay alternativa”, que “siempre ha habido ricos y pobres”, etc., mecanismos utilizados para que siga este modelo que les perpetúa en el poder y en su maquinaria infernal de reparto de beneficios hacia una sola clase, mientras que la clase trabajadora se consume en el paro y en la desesperación, por lo que en definitiva, esa aparente información veraz se transforma en imágenes distorsionada de la realidad para que puedan justificar su dominio.
Eso entra en una clara contradicción, que bajo su modelo capitalista son incapaces de reconocer, pues niega rotundamente que su información sea veraz e imparcial, por lo que no permiten a sus lectores elaborar una opinión libre y crítica, sino que se les presenta totalmente sesgada de antemano. Ejemplo concreto lo podemos observar examinando la cantidad de canales de TV que existen, con un alto porcentaje dedicados a las supersticiones, como echadoras de carta, pornografía, ventas, etc…
Ejemplos diversos existen a millares; la prensa dominada por el imperialismo entiende que a pesar de su colosal dominio no puede pronunciarse abiertamente en apoyar los crímenes de Estado y los juegos sucios que se esconden bajo el secreto bancario y los secretos de Estados, porque puede molestar a sus aliados o sus “dueños”. Por tanto, se ven en la necesidad de orientar meticulosamente la información, revisar antes de cada información a qué altos organismos pueden molestar, no se atreven a denunciar con nombres y apellidos a los Jefes de Estado y Gobiernos que se lucran con el tráfico de armas, de drogas y de divisas, quiénes son los magnates que ocultan sus finanzas en paraísos fiscales, y miles y miles de tropelías que se cometen diariamente, que si algún “freelance” se atreve a investigar, o muerde el polvo en el “limbo de los justos” o puede ser “gravemente molestado”.
Muchas veces hemos visto cómo esos medios burgueses de “(des)-Información” hacen equilibrios inverosímiles para convertir a víctimas en verdugos y viceversa, defender a premios de la PAZ que son auténticos criminales, lavar la sangre de las manos de muchos asesinos y ponerse muchas veces a favor del Poderoso y contra el débil, cuando saben que no llevan razón, suprimiendo o tergiversando parte de la información honesta que presentan algunos reporteros honrados que se juegan la vida en confrontaciones bélicas, pero que luego notan cómo parte de su información ha sido grotescamente deformada o incluso son vilmente asesinados por “fuego amigo” para que no sigan cantando la realidad, cuyos ejemplos tenemos todos en mente por los fallecidos en las recientes confrontaciones.
Cuando los lacayos del imperialismo nos cuentan las atrocidades que se cometen en las guerras de rapiña, que en los últimos tiempos es un intercambio cruel de sangre por petróleo, su lenguaje hacia los responsables se vuelve comedido, respetuoso y a veces hasta sumiso y servil; solamente se si acaso se limitan a expresar “su profunda inquietud, a pesar de conocer como cualquiera, que la causa es la continuación de la explotación del modelo capitalista que saquean a los pueblos robándoles sus riquezas naturales y que siguen sumiendo a las poblaciones en la más absoluta de las miserias con hambrunas terribles.
Los medios de comunicación bajo el capitalismo, bien sean de propiedad privada o pública no pueden mantener una actitud neutral porque se deben a ese modelo. A veces se producen agrias discusiones y puntos de vistas diferenciados pero es sobre la táctica a llevar por los diferentes grupos económicos capitalistas, ya sea en el sector de las Comunicaciones, ya sea por controlar mercados, o por considerar insuficiente o incorrectas para sus intereses las políticas aplicadas por los gobiernos de turno, pero en el fondo, no puede llegar la sangre al río porque pertenecen a la misma clase y defienden intereses comunes frente a la clase obrera.
Desde hace un cierto tiempo, vemos la aceleración de la concentración de los capitales, en la banca, en las grandes empresas y también en las de comunicación, con fusiones, opas y demás mecanismo. Ellos son conscientes de la presión que ejercen sobre la conciencia de los ciudadanos y lo defienden a capa y espada como uno de los pilares básicos y sólidos de su dominación ideológica, siendo los medios de comunicación de masas pieza clave en ese control “alienante”.
Con esos procedimientos queda patente que un puñado de multimillonarios controlan nuestro conocimiento de lo que ellos han decidido previamente como “la realidad”, pero lo cierto es que todos esos señores hacen todos los días grandes alardes y esfuerzos por contarnos una enorme mentira, porque la gran pregunta es cómo va a poder existir la auténtica “libertad de expresión”, si su funcionamiento no es auténticamente democrático de los medios, si su propiedad y sus intereses están concentrados y pertenecen a los poderosos a los que no se puede contradecir, so pena de recibir el “cese fulminante”.
La cultura de la clase dominante reflejada en los medios de comunicación burgueses presenta síntomas inequívocos de marchar hacia la potenciación de un sistema cada vez más totalitario, pues desarrolla el culto a la personalidad, mermando la participación democrática, la propaganda de lo individual frente a lo colectivo, visión conspiradora de la historia cuyos actores a resaltar por ellos son los Reyes, Presidentes y Generales, ninguneando y omitiendo las fuerzas de masas que colaboran y traen con sus luchas los cambios sociales. Practican la lucha deshonesta y antidemocrática para la eliminación del adversario aunque sea mayoritario, (clase asalariada) con tal de continuar defendiendo el Poder de la minoría, (clase burguesa) lo que es una flagrante contradicción para todo el que quiera llamarse simplemente “demócrata”.
No debemos echar en el olvido que los medios de comunicación burgueses, son empresas sujetas a las leyes del mercado capitalista que se convierten en instrumentos de control ideológico al servicio de los más ricos que compran sus servicios. Igual que ha ocurrido en sectores como el bancario, seguros, químico o telecomunicaciones, los procesos de fusión tienden a la mega-empresa que podríamos definir ya como un oligopolio, pues en un corto periodo de tiempo , los medios han llegado a estar dominados por los “7-up” que componen las grandes corporaciones multinacionales con bastante más poder que muchos Estados, como son: Disney, AOL-Time Warner,(El mayor proveedor de Internet, Time Inc., la editora de revistas más fuerte de USA, Warner Music Group, la Wagner Brothers, CNN y más de 800 canales de TV,etc…) Sony,(Con problemas y en horas bajas atacada por la competencia…), News Corporation,(que domina 130 periódidos, 22 canales de TV, cadenas como la FOX, productoras de Cine,etc..) Viacom, Vivendi y Bertelsman.
Ninguna de esas corporaciones extranjeras ni tampoco los grandes grupos del Estado español pueden ser imparciales, pues siguiendo el refrán “quién paga la orquesta decide la partitura que se quiere escuchar”. Y la partitura está clara: los beneficios son lo primero y si éstos se pudiesen ver en peligro por cualquier circunstancias, cualquier apariencia democrática que se quiera defender desaparecerá de inmediato, pues siempre antepondrán los sacrosantos beneficios que corresponden al modelo capitalista, que a cualquier otra cosa. En ocasiones dudosas y críticas hemos visto cómo los partidarios de Dictaduras sangrientas se vuelven “demócratas de toda la vida” y lo contrario, después de un cierto tiempo de apoyar a algún capitoste que haya surgido de las urnas, si se vuelve un déspota autoritario, lo siguen sosteniendo si es el que mejor les paga.
Ejemplos existen en las hemerotecas a porrillo, pero como para muestra basta un botón señalaremos éste donde los golpistas se truecan en demócratas y los presidentes electos en dictadores. Eso es lo que informaba el prestigioso diario “El País” sobre el golpe de Estado que el día 12 de Abril de 2002, protagonizó la Burguesía de Venezuela utilizando a la cúpula del Ejército y el apoyo de ciertos sectores corruptos del aparato político y sindical con la Patronal a la cabeza. Dieron un golpe para derrotar al Comandante Chávez y hubo un entusiasta apoyo hacia los golpistas por algunos periódicos de la burguesía. La cuestión llegó a su momento crítico de tergiversación cuando El País publico el sábado 13 de Abril la siguiente noticia que decía: “Carmona ( presidente de la patronal sentado en el sillón presidencial por quienes dan el golpe) es un hombre sencillo que intentará conducir la transición en paz, democráticamente y con el respaldo de los factores representativos de la sociedad civil".
Buscando las claves del por qué se producían semejantes sartas de mentiras y estupideces, que por groseras, se vuelven un insulto contra el lector, para que pudiesen ser publicadas por “El País” (que suele optar por un estilo mucho más refinado y sibilino para hacernos tragar su propaganda) son entre otras, que el gobierno chavista estaba contrariando la expansión de Prisa en América latina y que el País no era ni es neutral, sino que apoyó antes a la burguesía que a una situación donde pueda desencadenarse una Revolución social. Además que el 25% de los beneficios de dicho grupo se generan en esta parte del mundo, habiendo realizado en los últimos años inversiones millonarias en Brasil, México, Bolivia, Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, etc. Y no se trata sólo de Venezuela o Argentina, también en Colombia, Uruguay, Perú o Ecuador la inestabilidad social se propaga, haciendo peligrar miles de millones de euros, que ese Grupo, con enorme “Prisa” por defender a sus compañeros de fiesta, los grandes banqueros y empresarios nativos y foráneos, tienen invertidos en la zona., tomó precipitadamente partido, lo que dejó hecho trizas su cacareada “imparcialidad”.
También queda claro los intereses que defienden esos medios de comunicación dominados por la burguesía, pues, cuando vuelven a soplar vientos de guerra, como lo que está ocurriendo en el Norte de África, concretamente en Libia, que está bien recordar que, al igual que en el caso de los golpes de estado, cuando no hay una salida "dialogada", los capitalistas están dispuestos a recurrir a las guerras si con ello mantienen sus áreas de influencia económica y política. ¿Por qué dichos medios defienden la intervención en unos países para derribar a Dictadores y no en otros?. Nuevamente el asesinato de miles de civiles indefensos e inocentes, la destrucción de viviendas, escuelas y hospitales, no puede ser presentado a la opinión pública como un justo a precio a pagar por el control del petróleo, la explotación de minas de diamantes en África o la influencia sobre los países que siguen siendo dominados por los imperialistas para continuar el saqueo de las materias primas.
Estas nuevas carnicerías, se presentan como batallas en defensa de la democracia, la libertad y la paz. Pero surge la duda terrible; ¿Por qué esos objetivos, que siempre son las excusas, no se han alcanzado en ninguna de las guerras en las que el bando aliado ha desatado, como en Irak, Afganistán, u Oriente Medio? Además, la información que dan es siempre desfavorable de los trabajadores, no condenando con el mismo ímpetu las masacres imperialistas, que los atentados terroristas que tanto preocupan a los capitalistas. Nosotros condenamos abiertamente y sin tapujos todo tipo de Terrorismo, sean de grupos de extrema izquierda como de extrema derecha, como asimismo las provocaciones de grupos fascistas recientemente ocurridas en Marbella, donde se quemó la sede del PSOE, la de IU y se atacó un acto del S.E. con sindicalistas de UGT, CCOO, CGT y otros, no habiéndose recogido apenas la información por los medios burgueses, que parecen más interesados en cuestiones superfluas que en hechos de tamaña gravedad para la convivencia democrática. A los trabajadores nos gustaría que, tanto por el PP y la Derecha, como por los medios de comunicación a los que soportan, se condenaran ambos dos terrorismos, los Terrorismos de Estado, (incluyendo el Golpe de Franco) y los Terrorismos individuales que tanto daño causan al avance en la lucha social que tanto se necesita para cambiar la sociedad.
Otro refrán nos dice que lo primero que desaparece en una guerra es la verdad, así que con tantos millones en juego, el interés por la verdad desaparece, pero como el capitalismo mantiene una guerra permanente para arrancar las plusvalías a la clase obrera y someter a las naciones a los dictados de los intereses imperialistas, deberíamos convenir que la verdad lleva desaparecida ya durante mucho tiempo, por lo que esos paladines de la “objetividad” recurren constantemente a la mentira y al fraude.
En esta maldita guerra de la información, no podemos negar el enorme poderío que mantiene el bloque burgués utilizando a su favor los medios de comunicación, porque a través de la propaganda, a veces “goebeliana”, moldean la opinión pública, distorsionan y manipulan la realidad, censuran noticias y mienten descaradamente. Sinceramente debemos reconocer que todo eso tiene un efecto sobre la conciencia de la clase obrera, que se encuentra bombardeada constantemente con andanadas de propaganda adversa, desmovilizadora, que les resalta los peligros si se atreven a luchar y les prometen “paraísos” de futuro. Nos aconsejan que seamos sumisos, pacientes y esperemos a que la recesión se recupere, por lo que la clase trabajadora se ve desorientada e intoxicada a la vez que dudosamente bien dirigida.
Nosotros como socialistas tenemos enorme confianza en la clase trabajadora, porque a la larga, no hay actividad periodísticas, por mucho dinero que se gasten en propaganda, capaz de hacer desaparecer los efectos que los procesos materiales que se están dando en la vida económica, sindical y política de la sociedad, en el proceso molecular de toma de conciencia de las masas, que se expresará en un salto cualitativo colosal en su momento, como hemos visto que ha ocurrido ya en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Siria, Jordania, Marruecos…..y más temprano que tarde llegarán las llamadas a la vieja Europa de los Mercaderes y se empezará de nuevo la lucha por la Europa de los Pueblos, porque la lucha de clases puede ser temporalmente paralizada, apartada de la escena con un cierto grado de propaganda, pero no puede ser eliminada por mucho dinero que se gaste la burguesía en impartir su ideología a través de sus grandes medios de comunicación.
Hemos comprobado en las luchas del movimiento obrero del Norte de África que la clase trabajadora es miles de veces más fuerte cuando salta a la lucha que el más fuerte de los grupos de comunicación y, además, a través de las nuevas redes de comunicación, mucho más democráticas y verdaderas que esos medios manejados por la burguesía, se abre paso reflejando la necesidad de que se acabe con las mentiras que nunca podrán parar el empuje irresistible de la historia, cuando se producen cambios bruscos y repentino en la conciencia de las masas que hacen imparable la lucha de masas, derrumbando a dictadores y sátrapas arrastrados por las ansias de transformación del modelo que explota a los oprimidos.
Como conclusión es preciso reconocer la necesidad de dotar a la clase trabajadora, de ORGANOS DE COMUNICACIÓN PROPIOS, de mejores organizaciones, más democráticas, más unitarias, con mejores métodos, formas y programas para informar a nuestra clase de los acontecimientos, con nuestro punto de vista, con los ideales socialistas, por lo que somos partidarios de potenciar y crear nuevos órganos de prensa, radio y TV obreras porque sin estos mecanismos de expresión propios, los trabajadores seguiremos sometidos a la ideología de la clase dominante, por lo que es preciso continuar ese esfuerzo colectivo que también nos sirva como instrumentos de Formación ideológica, al igual que los utilizan los burgueses, para formar cuadros que expliquen e informen como socialistas, porque recordando lo dijo Largo Caballero, “LA FORMACIÓN OBRERA ES UNA LUCHA PERMANENTE CONTRA LA IGNORANCIA IMPUESTA POR LA CLASE BURGUESA DOMINANTE”.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.
Is-psoe.malaga@terra.es
3 de mayo de 2011
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Gracias a un grupo en facebok he podido conocer este extenso panfleto de Izquierda Socialista de Malaga, al que me uno sin ninguna reserva, y que expone la actualidad del Dia Internacional de Prensa. Gracias.
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