

Pero detrás de estos eufemismos hay personas e intereses muy concretos, enormes grupos financieros que manejan inimaginables recursos económicos. Esas personas y entidades son capaces de doblegar economías de países enteros y por supuesto dictar las políticas que todos han de seguir. Ahora mismo juegan a crear una nueva burbuja especulativa con la deuda pública de los países con más deuda como el Estado español, Grecia y Portugal.
Sin embargo, es mucho más cómodo para banqueros y millonarios que se exijan sacrificios a la mayoría de la población en nombre de unos abstractos "mercados" que en nombre de, por ejemplo, los 584 consejeros ejecutivos y altos directivos de las empresas del Ibex 35, que cobraron en 2009 una media de 989.000 euros, el nivel más alto alcanzado jamás por este colectivo.
Sería un poco peligroso decir la verdad: que hay que congelar las pensiones para que Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander siga cobrando 10,2 millones de euros, que se recorten los salarios para que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, pueda seguir disfrutando de 8,39 millones de sueldo y otros "extras" y que una reforma laboral es fundamental para que el presidente del BBVA, Francisco González, tenga una nómina de 8,11 millones entre sueldo y acciones y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, pueda mantener su sueldo de 4,2 millones.
Como se ve, a "los mercados" les gusta vivir bien. Pero estos seres no son nada "etéreos" y sí se les puede señalar, sus fortunas se pueden expropiar y sus empresas se pueden nacionalizar. De hecho, con esas medidas no se haría otra cosa que recuperar lo que es de los trabajadores, pues es de su trabajo de donde salen estos escandalosos beneficios. Y además, el mundo funcionaría mucho mejor.
FELIPE PALACIOS.
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