Una gran recesión profunda y universal, está sacudiendo los cimientos del sistema capitalista. Tenemos que seguir luchando por un giro a la izquierda en las direcciones del movimiento obrero, porque el desempleo de masas se extiende como una plaga en la mayoría de los países. El proceso de inflación está repuntando. Estos son los dos males en los que se encuentra atrapado el sistema. La capacidad productiva, técnica y científica sin paralelos que se había alcanzado está siendo frenada abruptamente, desmantelando las fuerzas productivas creadas.
En el anterior periodo de auge que ha durado casi tres décadas, con relativas pequeñas crisis, alzas y bajas, el sistema capitalista mundial ha venido desarrollando las posibilidades que permitía el modelo, no solamente en los llamados países avanzados e industrializados, sino, incluso en parte, en los países atrasados que iniciaron una cierta emergencia del subdesarrollo.
Las tasas de incremento de la producción, durante ese periodo, han venido siendo las más altas de la historia de la economía. En poco más de 50 años se han creado diez o quince veces más fuerzas productivas que en el resto de la historia del ser humano sobre el planeta Tierra. Eso ha sido lo que aparentemente ha dado al sistema capitalista una relativa estabilidad. Pero al ser asumida la tesis del reformismo, tanto por los dirigentes socialdemócratas como por los estalinistas, cuya burocracia ha sido fagocitada por el capitalismo, convirtiéndose en auxiliares del modelo actual, ha sido lo que al final fortaleció el poder del capitalismo. Al derrumbarse los sistemas estalinistas, mal llamado "socialismo real" porque nada tenían que ver con el verdadeso socialismo, el imperialismo que tuvo que inventarse un nuevo enemigo al que combatir, el integrismo islamista al que le pusieron como cabeza visible Bin Laden.
Pero incluso con todo el podería militar del imperialismo, que arrastró a las demás potencias, a base de mentiras, a fomentar la guerra preventiva, atacando a Irak, manteniendo a su vez la guerra en Afganistán,(aunque siguen negando que sea una guerra) fortaleciendo a su vez al baluarte sionista en Oriente Medio y demás incursiones bélicas, la revolución en África, Asia, América Latina e incluso en la vieja Europa, renace de nuevo y aunque esos procesos, parece que en principio afectan solamente a la periferia del capitalismo mundial, es una indicación de que los mismos están ocasionados en el mismo corazon del capitalismo, que no es capaz de resolver las contradicciones inherentes al mismo.
Esos levantamientos y rebeliones de masas, que son la misma expresión del proceso de descolonización inacabado, se manifiestan de forma peculiar y de manera distorsionada, debido sobre todo, a la correlación diferente de fuerzas que ejercen presión sobre los problemas sociales irresolubles bajo el capitalismo que espolean a las masas a la lucha por la necesidad urgente de buscar la transformación de la sociedad.
El estancamiento de la economía está imponiendo unas condiciones feroces de hambre, miseria, penuria y desesperación para las masas que les hacen saltar. La causa fundamental de todo esto es la imposibilidad de desarrollar plenamente las fuerzas productivas bajo el capitalismo y es lo que se convierte en el motor del descontento y lanza a las masas a la lucha por un mundo mejor.
La China capitalista actualmente poderosa, en la que degeneró el modelo maoista-estalinista, pero manteniéndose al mando el PCCH totalmente degenerado, está ejerciendo contra los trabajadores un modelo político similar al fascismo al mantener a las masas totalmente oprimidas sin libertades ni Derechos Civiles. Se desarrolló desde el principio de la Revolucion maoista en el marco de la correlación mundial de fuerzas, con un modelo similar al de la Rusia estaliniana.
La nacionalización y planificación de las fuerzas productivas, incluso con un alto costo social debido a la Dictadura CONTRA el proletariado (que no DEL proletariado), fue lo que determinó los objetivos de los dirigentes maoistas de establecer un modelo similar al que había ya instalado en Rusia, aunque en sus inicios, al plantearse por parte de la dirección que se quería construir el socialismo tuvo un gran apoyo de los obreros y de la mayoría aplastante de la población, pero la construcción del socialismo, sin la participación y el control de las masas, se demostró en China, como en Rusia y demás países que quisieron aplicar ese modelo brurocrático, que es totalmente imposible.
En Cuba, la revolución encabezada por Fidel y El Che, empezó con una dirección y unos objetivos de implantar una democracia avanzada, cuyo modelo era Norteamérica y lucharon firmemente contra la Dictadura corrupta de Batista, pero por las circunstancias del enfrentamiento con los EEUU, terminó organizándose una especie de bonapartismo proletario con algunos matices diferentes a los de la URSS.
En los últimos años, hemos visto en América Latina movimientos de masas con giros a la izquierda que buscan desesperadamente el camino al socialismo, como podemos comprobar en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, etc.. En el Magreb recientemente hemos visto la ejemplar lucha de masas en Túnez, derrocando al dictador Ben Alí y continuándo la lucha por acabar con el partido corrupto en el que se apoyaba. Las movilizaciones se están contagiendo a Argelia, Jordania, Marruecos y otros países.
Esos procesos son inevitables y demuestras que cuando las masas empiezan a luchar firmemente, a veces son capaces, espontáneamente de cambiar cualquier régimen por virulento y asesino que éste sea como ha ocurrido en la maravillosa lucha del pueblo tunecino. No es casualidad que muchos dictadores y gobernantes de los países coloniales estén viendo en peligro sus privilegios porque la recesión mundial está moviendo los cimientos de todo el sistema en también en la periferia y las masas están predispuestas a luchar para tomar en sus manos sus propios destinos.
La situación general ha cambiado al haberse ido acumulando contradicciones cada vez más profundas en el capitalismo. Hemos entrado en un período de cambios bruscos, insurrecciones y giros repentinos en todos los continentes que también están afectando a Europa, donde la recesión está poniendo al borde de la bancarrota a un país tras otro y las masas empiezan a soliviantarse al estar empezando a acusar el castigo que la dictadura de los mercados han obligado a ejercer a todo gobierno, sea del signo que sea.
La crisis económica que estalló en el verano de 2007 convirtiéndose en esta profunda recesión actual, es la más grave de la historia, incluso algunos la comparan con la de los años '30 y dicen que la destrucción de fuerzas productivas que está causando está siendo similar a las guerras mundiales. El desempleo y la crisis económica, por primeva vez ha aparecido de forma sincronizada y simultánea en casi todos los países y la recesión es prácticamente universal afectando gravemente a los países industrialmente desarrollados, pero también con mucha más ferocidad a los más pobres.
El derrumbe estrepitoso de la tasa de beneficios ha frenado en seco la inversión. La Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) que es el índice que marca la creación de puestos de trabajo del futuro no se recupera con la fuerza que el sistema necesita para que haya una verdadera recuperación que cree puestos de trabajo. Al colapsar el libre mercado, las ilusiones en el enriquecimiento permanente de toda la sociedad, que la burguesía nos prometía, se ha visto que era un engaño. Con esta recesión, con el paro, con la inflación, el sistema está demostrando a los propios capitalistas que esto es más grave de lo que al inicio les habían explicado sus propios estrategas, que no querían alarmar a los verdaderos capitalistas que son los que les pagan sus suculentos emolumentos.
Las mentiras de que ya no había ni derechas ni izquierdas, que todos teniamos iguales derechos y que las clases sociales habían sido erradicadas se han visto desmontadas por la oleada de huelgas, manifestaciones, levantamientos y rebeldías de la clase trabajadora que ha puesto su impronta en la situación, haciendo que cunda el pánico en un cierto sector de la clase dominante e incluso de sus propios estrategas que sacaron la conclusión al inicio de que era necesario "reformar el capitalismo". La realidad les está demostrando que el capitalismo no se puede reformar, sino, que lo único que admite es su "transformación" hacia el socialismo, que es un modelo diametralmente opuesto en valores y objetivos.
Esos estrategas y representantes de los grandes capitalistas tienen un miedo atroz al futuro de los acontecimientos y su pánico está bien fundamentado y movitado por la desfavorable correlación mundial de fuerzas, debido sobre todo y por encima de cualquier otra circunstancia al aplantante potencial de la clase obrera mundial aunque ésta no ha tomado verdaderamente conciencia debido a la debilidad del factor subjetivo, es decir, digámoslo claro, a la falta de honradez, conocimiento y firmeza de sus propios dirigentes sindicales y polìticos que siguen en el campo del reformismo.
Los factores claves para el desarrollo de la lucha por el socialismo son diversos, pero algunos de los fundamentales son la desmoralización y división de la propia clase dominante y la predisposición de las masas para luchar contra el sistema. En los paìses claves del capitalismo, actualmente hemos visto aparecer fisuras y divisiones en el seno de la propia clase dominante. Están observando con bastante miedo los procesos que se vienen desarrollando en Europa y el resto del mundo.
La primera potencia mundial capitalista, el más poderoso imperio incluso muy superior en extensión al propio Imperio Romano, pues a base de la globalización ha querido dominar a todo el planeta, ahora están atravesando enormes dificultades. Ellos pensaban que tendrían siglos de dominio y hegemonía, se creían los gendarmes del mundo colonial y del resto de las potencias capitalistas y ahora se encuentras debilitados, perdiendo influencias a manos de China, que se ha convertido en su Cajero por lo cual se encuentran tan desmoralizados como todos los demás.
No lo quieren reconocer, pero incluso en el plano bélico, la derrota en Irak y en Afganistan es un hecho, pero no lo admiten porque están en una trampa: ni se pueden quedar ni se pueden marchar. Si se marchan rápido, el reconocimiento de la derrota es un hecho. Si se marchan más tarde la derrota será más profunda. La guerra, por primera vez en la historia de la humanidad se ha convertido en lo contrario de la rapiña y el expolio para la que era utilizada y se ha vuelto anti-económica. La enorme carga de los presupuestos de guerra, que superan los 600.000 millones de dolares al año en Estados Unidos es ya imsoportable para la economía en crisis porque reciben menos de lo que gastan. A pesar de todos los artefactos diabólicos, aviones invisibles, armas quimicas y bacteriológicas, la enorme cantidad de misiles, bombas y tanques utilizados, el imperialismo norteamericano se ha visto derrotado.
Una de las razones principales, como les ocurrió con lo de Viet-Namg, es la resistencia de las masas contra la guerra, incluso en el interior de EEUU, que ha impulsado a los pueblos a rechazar con odio, todo tipo de guerra y a los que las provocan. Los datos del descontento entre la propia tropa, que está apática al combate, demuestra que la desmoralización del sistema se expresa hasta en las capas más bajas. Los soldados se sienten engañados e inútiles porque no es lo que les habían dicho, que en seis meses se acababa todo y serían recibidos como unos héroes que habían luchado por la democracia.
En la zona del Mediterráneo europeo y africano, el desarrollo de la lucha no es más que el ensayo general que indica que habrá en ese escenario acontecimientos como los de Túnez en algunos otros países, tanto al sur como al norte del estrecho de Gibraltar. Ante el fracaso del sueño reaccionario y utópico de la Unión Europea, donde se nos prometía una integración monetaria, económica, y política, con la idea de un Mega-Estado, ahora, en toda la zona esos estados experimentan convulsiones sociales y encaran bancarrotas estatales que podrían ser gravísimas, como lo ocurrido en Grecia, la amenaza de Portugal y los graves apuros sufridos por el Estado español. El espectáculo ofrecido por la clase dominante italiana, con la dictadura-democrática ejercida por Berlusconi en todo el estado, es verdaderamente bochornoso.
En Italia, como en el resto de los países europeos, la clase obrera es numéricamente la clase mayoritaria. La clase dominante está en apariencia fuerte, pero muy desprestigiada y algo dividida. La correlación de fuerzas entre la clase capitalista y la clase trabajadora es mucho más favorable a ésta última. Tanto en número como en potencial de lucha los trabajadores podrían barrer en un periquete a su corrupta clase dominante tomando el ejemplo tunecino.
El drama ha sido la descomposición de las direcciones de la izquierdas, que por sus errores, han quedado asimismo desprestigiada ante las masas y ahora tienen que recomponerse. De todas formas, como la necesidad se expresa a través del accidente, como le gustaba repetir a Federico Engels, lo que no pasa en 20 años puede ocurrir en 20 meses o en 20 días, por lo que tenemos gran confianza que la clase trabajadora se quitará de encima, tarde más o tarde menos, la losa pesada del dominio capitalista.
Debido al desarrollo de las fuerzas productivas experimentado durante el largo último auge, el podería potencial de la clase obrera mundial se ha visto incrementado hasta alcanzar niveles desconocidos en la historia de la humanidad. A pesar del aparente auge y precisamente por esa misma causa, la vitalidad del capitalismo, dialécticamente se ha vuelto en su contrario.
Es un verdadero escándalo criminal la contaminación del Medio Ambiente por parte de las multinacionales imperialistas que están destrozando el planeta, que explica por sí solo la decadencia de la moral de la clase dominante. Eso, junto con el desprecio de la juventud a la clase dominante, que comprenden que se les ha robado su fururo, el giro a la izquierda por abajo de los trabajadores, que están asqueados con la casta política... todos esos factores sociales indican la crisis de la sociedad del modelo burgués que pone en un brete al propio modelo capitalista.
Incluso antes de las próximas oleadas de luchas del movimiento obrero a escala continental, que posiblemente se dé en el próximo futuro, ha desaparecido la confianza de la burguesía en la vitalidad y permanencia de su propio sistema, que está totalmente agotado, senil y corrupto hasta la médula. Los poderosos ven el mundo con pesimismo. Es sintomático que tanto la potencia más fuerte, como son los Estados Unidos y el más débil, como es Haití, ambos se encuentran en un callejón sin salida debido a la situación economica, el primero por un exceso de recursos productivos que no puede vender y el segundo por la escasez, la miseria y la hambruna a la que ha sido condenado por el propio modelo saqueador y explotador imperante.
Como conclusión es preciso señalar que si el sistema capitalista tiene alguna oportunidad de salir del agujero en el que nos ha metido, será a costa de un drama para los pobres y se debe precisamente a la completa ceguera, pesimismo, cobardía, estupidez absoluta y falta de perspectivas, de estrategia y de método correcto que están demostrando las direcciones sindicales y políticas del movimiento obrero, que se niegan a cambiar y siguen aplicando el viejo método de someterse a las presiones de la clase dominante, del pacto por el pacto, sin nada viable que ofrecer al movimiento obrero más que colaborar con los recortes sociales.
Por el abandono de las ideas del verdadero socialismo y del modelo de lucha de masas, en este periodo de decadencia y desorientación que también padece la clase dominante, las direccciones de nuestros sindicatos y partidos mayoritarios de los trabajadores se han fundido con el aparato y la maquinaria del estado, asumiendo como válida la fachada democrática del capitalismo, no siendo capaces de distinguir lo que realmente se esconde detrás del eufemismo tan machacado por la propaganda burguesa, los "mercados", cuya fachada realmente oculta la más sangrienta y cruel dictadura de los capitales. Hemos sufrido un verdadero "golpe de estado financiero" que los dirigentes se niegan a reconocer.
Muchos de nuestros dirigentes han perdido, durante este largo periodo en el que confiaron que se iba a construir el Estado de Bienestar prometido, toda la confianza en el poder y la capacidad de la clase trabajadora, se han elevado por encima de la clase, miran a la clase obrera incluso con desprecio y por consiguiente, buscan compromisos con la casta gobernante que ha sucumbido ante las presiones de la clase dominante. Los estrategas del capital sí están entendiendo y por eso han entrado en pánico, exigiendo un ataque brutal contra nuestros intereses como clase, dado la envergadura del periodo al que ambas clases se están enfrentando, Esas enormes dificultades, nos guste o no, enfrentarán a ambas fuerzas latentes obligándonos y forzándonos a luchar, como siempre ha ocurrido en la historia, pero a una escala superio, para disputar las plusvalías que la clase trabajadora genera.
Es de todo punto imprescindieble que la clase trabajadora se dote de una dirección firme, que insista en un giro a la izquierda, para que estemos a la altura de las circunstancias que la situación exige y que está demandando hace tiempo. Bajo el capitalismo no hay salida por lo que es preciso insistir en que "la emancipación de la clase trabajadora será obra de nuestra propia clase, o no será".
Por todo ello, seguimos insistiendo que tenemos que movilizarnos, unirnos, formarnos y organizarnos para fortalecer a nuestros sindicatos y partidos, para, desde dentro, exigir y conseguir la rectificación de los errores que nuestras direcciones cometan, para lo cual es imprescindible desarrolar y fortalecer, e incluso crear otras corrientes de izquierdas, como lo estamos haciendo en Izquierda Socialista, para prepararnos y afrontar con firmeza las luchas que nos esperan.
El capitalismo en descomposición no puede ya ofrecer nada a la clase trabajadora y los pobres del mundo. Es importante comprender que la llegada del PP al gobierno significaría todavía más recortes y una situación mucho más dificil para la clase trabajadora. La tarea de la izquierda es luchar por recuperar democráticamente, mediante la movilización de masas y la participación activa en las cuestiones políticas, los recursos económicos mediante una Banca Pública que sea gestionada democráticamente al servicio de los trabajadores, los autónomos los empresarios pequeños y en beneficio de los pensionistas, los parados y las capas más necesitadas, mediante la apliación de un programa auténticamente socialista que lleve a cabo una planificación científica de la economía al servicio de la mayoría y no de los especuladores, banqueros privados y corruptos que representan una minoría de cien familias de archimillonarios que nos imponen su política de forma antidemocrática y chantajista. Para ello es imprescindible el control democrático de toda la economía. Otro mundo es posible, si, pero luchando por el Socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE. A
is-psoe.malaga@terra.es
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22 de enero de 2011
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