Nuestra condena rotunda a la guerra en UCRANIA, a todas las guerras y al Capitalismo que las provoca y asimismo a los terrorismos, sean individual o de Estado, porque consideramos que a mucha gente le gustaría saber cómo convirtieron los multimillonarios de las Farmacéuticas la gran tragedia de la Pandemia, que se hablaba de una “guerra contra el virus”, en una obscena oportunidad para ganar más dinero que nunca, cerrando el año 2021 con 65.000 millones de beneficios, como también hacen con las guerras.
Solamente en el primer
semestre de ese año los beneficios de las Farmacéuticas se dispararon un 66 % a
costa de miles de muertos y ahora, están
haciendo las grandes potencias lo mismo en la guerra contra Ucrania, en esa disputa
de Rusia, que es un régimen Dictatorial, Cleptocrático y Capitalista frente a
la OTAN que representa al conglomerado bélico más potente del mundo capitalista,
donde con cada guerra seguirán acumulando más millones a costa de la sangre de hombres,
mujeres y niños inocentes a base del tráfico de armas y la gran masacre que se
avecina.
Cualquier persona decente no
puede aceptar esa realidad tan cruda, de los capitalistas, donde convierten la
catástrofe de las guerras en su oportunidad para el beneficio propio, como ocurrió con Pfizer, AstraZeneca, Johnson,
Moderna, Novavax y otras, que se negaron a participar en las iniciativas
concebidas para impulsar el suministro global de vacunas, para que llegaran
pronto a todo el planeta por igual y ahora insisten con su propaganda de que
han hecho un bien a la humanidad, pero cualquiera puede pensar que podrían
haber actuado de otra forma más solidaria y humana.
Esas Multinacionales
Farmacéuticas, así como el Complejo Militar Industrial, las Energéticas y todas
las demás, se vienen beneficiando enormemente, sostenidas también por créditos
y financiación pública para acelerar la investigación, con el consentimiento y
apoyo de los gobiernos e insisten todavía después de más de dos años de pandemia,
con esas empresas farmacéuticas, en
negarse a liberar las patentes que podrían salvar vidas humanas, pero se
dedican a acumular riquezas y preparar guerras sangrientas, junto a las demás
multinacionales del planeta.
Preciso es tener conciencia
e información clara, de que vivimos en
un sistema capitalista, que premia la especulación y la corrupción, fomenta
guerras, que recompensan a las multinacionales
y compran políticos que les favorecen, siendo
irrespetuosos con las necesidades humanas y toleran el sufrimiento de los
pueblos que se podrían evitar invirtiendo en bienestar social y no en la carrera de armamento, pues EEUU tiene un presupuesto de guerra para este
año de 768.000 millones de dólares, mientras Rusia gasta en defensa 154.000
millones de dólares y Ucrania invierte 11.000 millones. La mayoría de estas armas han sido vendidas por EEUU y Gran
Bretaña a Ucrania y otros Estados.
Cuesta entender sus resultados,
porque una parte debida a los medios de comunicación en manos de la burguesía y
de las finanzas, que tiene atrapada a una parte de la clase política,
convirtiéndola en pro/capitalistas y antisociales de hecho, aunque de derecho
dicen defender a la ciudadanía, tendiendo
a tratar las crisis que afectan a
nuestras vidas y a toda la Humanidad, sean pandemias y otras catástrofes
naturales, incluidas las guerras, que
son fomentadas por los propios capitalistas, con el objetivo de ganar más
dinero a costa de la vida de los pueblos inocente.
Es una vergüenza cómo han
respondido a la pandemia y a las guerras, los altos organismos mundiales como la O.N.U.
la OTAN, FMI, BM, BCE etc, pues no ha
sido de forma proporcionada y justa, sino todo lo contrario, de forma
totalmente injusta y desproporcionada, siguiendo la lógica del capitalismo
mafioso, pues no han exigido a las
Farmacéuticas que se dediquen a salvar vidas humanas antes de poner su lucro
privado como prioritario, mientras la inútil diplomacia ha sido incapaz de
evitar la guerra.
Siempre se ponen esos
organismos oficiales del lado del Capital y no de las masas populares o miran
para otro lado, siendo el resultado un altísimo nivel dramático de muertes por
el Covid-19, afectando una vez más a los pueblos empobrecidos, como en África
que con 1.320 millones de habitantes, solo el 11 % de su población estaba
vacunada al 31 diciembre de 2021 y ahora vemos con horror la masacre que está
provocando y provocará esta Guerra contra el pueblo de Ucrania.
Incluso los potentes Mass Media de derechas, en manos y al servicio del Capital, se
comportan muchos de ellos de forma cómplice y ocultando, como había ocurrido ya
en el primer año de la pandemia, que se sabía que el 40 % de las muertes se
podrían haber evitado, pero que se produjeron millones de muertes de forma
innecesaria, porque este sistema del “libre mercado” y “propiedad privada”,
sigue permitiendo que ciertas elites políticas, económicas y financieras de
ciertos puestos relevantes, actúen al unísono y sin tapujos, saqueando las
arcas del Estado o de la CCAA de Madrid, por ejemplo, que han tolerado y
justificado con métodos “dedocráticos” los suculentos contratos con el sector
público para defender descaradamente sus propios beneficios o los de sus
familiares y encima tienen la desfachatez de decir que son demócratas.
Muchas acciones de esos
gánsteres coinciden con las
multinacionales farmacéuticas y en su beneficio, en lugar de actuar
decentemente en circunstancias de catástrofes, como se comportaría cualquier persona decente,
anteponiendo salvar vidas humanas antes de utilizar los recursos públicos para
su lucro personal y/o familiar, como han actuado los “ayuseros y Fra/Casados”
posicionándose “presuntamente” del lado
de la corrupción.
Aparte de lo que diga la
Justicia, para muchos ciudadanos se extiende la convicción y queda despejada la
falta de ética con la que se sigue actuando, incluso para palmeros, aduladores y votantes “ayuseros y Fra/Casados”, éste último defenestrado
junto a algunos otros de su línea política y demás burócratas del sistema, pues después
de más de dos años de crisis pandémica, hemos
tenido y tenemos líderes políticos españoles y mundiales, entre los que cuentan
Trump, Bolsonaro y demás elementos
derechistas, que engañan a sus pueblos en beneficio propio, siguiendo la
lógica del lucro privado capitalista al que rinden pleitesía.
También existen elementos entre
los que se encuentran los “ultras/nazi/fascistas” de VOX, que
crecen en su radicalidad y aprovechan su poderío, financiados por grandes
capitalistas y banqueros afines, que vienen marcando una línea “negacionista
perversa” similar a los anteriormente nombrados, cuyos lumbreras pensaban y
declaraban solemnemente que beneficiarían a sus patrocinadores capitalistas y multinacionales,
amenazando con anular las leyes más progresistas alcanzadas si llegan al poder.
Cierta clase política es
vista por la ciudadanía con horror por su forma descarada de mentir hablando sobre
la poca gravedad de la pandemia, insistiendo en la teoría de la “inmunidad de
rebaño”, tratando así a la humanidad como si fuesen en verdad borregos,
afirmando algunos de ellos que para el verano de 2020 todo remitiría y se
habría acabado la pandemia, muriendo miles de mayores abandonados a su suerte
en las Residencias de Ancianos, cuando
en realidad lo que se produjo a escala mundial fueron situaciones confusas,
caóticas y mortíferas, con unos datos aterradores al 21-2-22 de 424 millones de
casos Covid-19 en el mundo y cerca de 6 millones de muertos, mientras que “las
Farmacéuticas cierran un año de oro con 65.000 millones”, según informa El País
20-12-21”.
Muchas personas honestas saben
que desde 22/9/21, la OMS y Amnistía Internacional vienen solicitando, aunque
tarde y mal, a los Estados y a las Farmacéuticas, en la campaña ““Cuenta atrás de 100 días: 2.000 millones de
vacunas contra el COVID-19 YA¡¡””, exigiendo que se garantice igualdad de
acceso a las vacunas, para que al menos un 40 % de la población de los países
de ingresos bajos y medianos bajos, esté vacunada al final de 2021””, mientras
que los Estados mundiales han hecho caso omiso y se han estado preparando para fomentar las
guerras sangrientas.
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