9 de febrero de 2022

ECOLOGIA Y MEDIOAMBIENTE: EL CAMBIO CLIMÁTICO.

 

El debate abierto sobre el cambio climático y los efectos nocivos de la acción devastadora de la contaminación, cuyas consecuencias se han convertido en un peligro para el género humano, ponen en evidencia la situación tan grave a la que el sistema capitalista está abocando a la Humanidad.

Esta cuestión tiene como causa fundamental el control de la economía mundial por parte de un puñado de grandes monopolios, que bajo el prisma del lucro privado del sistema capitalista, anteponen los intereses de una minoría de archimillonarios a las vidas de los trabajadores y de la especie humana en general.

Esto demuestra que existen dos contradicciones insalvables bajo este agónico sistema imperialista, como son, la propiedad privada de los medios de producción y las fronteras nacionales que impiden el desarrollo armonioso de las fuerzas productivas.


El empeoramiento de las condiciones de vida de la población mundial es patente, sobre todo, en las poblaciones más empobrecidas por la rapiña del capitalismo, profundizadas por la actual recesión que lanza a la pobreza y al hambre a millones de seres humanos, con una situación de degradación del medio natural, con la contaminación de los mares y ríos que afectan a los recursos hidrográficos, la amenaza nuclear, las emisiones descontroladas de CO2, la deforestación y destrucción consciente de bosques, unido a la utilización constante de pesticidas y contaminantes en la producción agrícola, están llevando a la humanidad al borde de su desaparición como especie y al padecimiento de hambrunas terribles.

El motor de la actividad económica capitalista, que es la lucha por el máximo beneficio para unos pocos en detrimento de la mayoría de la población se ha convertido ya en una amenaza muy peligrosa contra la salud de la humanidad y contra la propia naturaleza.

Accidentes nucleares y otras catástrofes ecológicas ponen de manifiesto que la naturaleza del capitalismo es cada vez más un peligro para los habitantes del planeta Tierra.

Por tanto, para los partidos obreros y demás fuerzas de izquierdas, la integración de las problemáticas medioambientales, así como a las que conciernen a la soberanía alimentaria y a la autosuficiencia productiva encaminadas a atender las necesidades alimenticias de los habitantes del planeta, resulta una prioridad cada vez más urgente e imprescindible, vistas las tendencias que el Capitalismo está desarrollando en esta recesión en la que ha quedado anclado.

Contrariamente a lo que se nos quiso hacer creer, cuando nos decían que los avances de la ciencia y de las nuevas tecnologías iban a servir para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, verborrea y propaganda capitalista, que solamente los analistas marxistas cuestionaban, vemos en estos momentos actuales que no ha sido tal como la burguesía anunciaba, sino que ha servido, como siempre bajo el capitalismo, para aumentar y concentrar escandalosamente el lucro privado y los beneficios de unos cientos de grandes monopolios que se consideran los amos del capitalismo mundial.

La banca privada y unos cientos de multinacionales concentran en sus manos la dirección de la economía, y las vidas de la mayoría de la humanidad. En un polo nos encontramos con que el 2% de la población del planeta posee una riqueza equivalente al 50% de toda la riqueza mundial. En el otro polo nos encontramos un océano de pobreza con cerca de 1.500 millones de parados y alrededor de otros 3.000 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a los dos dólares diarios.

 En un informe presentado ante la ONU sobre el cambio climático en el año 2007, que fue elaborado por un amplio equipo de 2.500 científicos de 130 países del planeta, llegaban a la conclusión contundente que para el año 2030 la temperatura media aumentará entre 1,8º y 4º.

Eso provocará la desaparición de los glaciares árticos y disminuirán gravemente los antárticos con los efectos, entre otros de elevar el nivel de los mares entre 28 y 43 centímetros.

Se producirán muchas más inundaciones y zonas amplias de la Tierra se volverán inhabitables. Habrá olas de calor mayores que dejarán a miles de muertos y proliferarán las catástrofes promovidas por tormentas tropicales.

El agua se evaporará mucho más rápido, con lo que bajará el caudal de los ríos provocando que la energía producida sea bastante menor, problema que intensificará la crisis energética.

Es motivo de gran preocupación el calentamiento global del planeta debido a los efectos perniciosos sobre la salud humana y la economía. Para el 83 % de los ciudadanos españoles el cambio climático es un problema “muy serio” y sólo el 2 % considera que se ha exagerado, según una encuesta reciente.

Los informes indican que muchas especies se verán forzadas a emigrar de su hábitat natural o se extinguirán debido a las condiciones cambiantes.

 Conforme el clima se haga más cálido, la evaporación se incrementará, lo que causará un aumento de las precipitaciones lluviosas y se acelerará y las sequias serán mucho más largas, con la erosión que producirá grandes daños.

Muchos de los ecosistemas más preciosos de la Tierra están sufriendo daños que amenazan de forma importante su integridad.

La selva tropical disminuye constantemente su extensión al ser talada y quemada, sin la aplicación de planes de repoblación forestal.

Los bosques templados se encuentran enfermos en grandes áreas de todo el mundo. Muchos suelos están en peligro de desertización por la excesiva erosión y su mal uso.

Estas y otras realidades de nuestro planeta son fenómenos lo suficientemente serios y graves como para alertar a la sociedad humana a que nos organicemos y luchemos para exigir que se pongan los medios necesarios para frenar el deterioro, pues según algunos científicos independientes, podríamos estar llegando tarde.

Algunos científicos liberales atribuyen, de manera clara y tajante, el calentamiento global a lo que ellos denominan, de forma ambigua, “acción del hombre”, por ejemplo, dicen que la degradación del medio ambiente es culpa de nuestro desaforado consumismo, que cada uno de nosotros consume demasiado, que es necesario reducir el consumo para proteger el medio ambiente.

Ese método de análisis está impregnado de la ideología de la clase dominante, pues responsabiliza a los individuos y redime al sistema capitalista.


Cierto es que el consumo de los individuos es un problema relativo, pero el consumo del sistema capitalista, del militarismo y sus guerras, del despilfarro de los recursos, de la lógica de la acumulación capitalista y el atesoramiento de bienes cada vez en menos manos es un problema absolutamente mayor.

En realidad, la destrucción del medio ambiente es la consecuencia de las políticas antisociales y contaminantes de la clase burguesa dominante que con el actual modo de producción causan graves emisiones de gases de las industrias, del automóvil, medios de transporte en general, sistemas de refrigeración, es decir, efectos de la dinámica impuesta a la sociedad por parte de un puñado de monopolios internacionales, que están fuera del control democrático de las poblaciones afectadas, por lo que, aún siendo posible el reducir de inmediato la emisión de gases, el efecto acumulativo de los últimos decenios ha llegado a ser tan grave que apenas se producirá un alivio visible en la situación.

Por lo que, en lugar de pregonar la auto-limitación individual, es necesario llamar a la organización, la planificación científica y la unidad de las izquierdas,  para luchar contra el sistema capitalista y construir un mundo mejor.

La atmósfera que rodea a la Tierra es una capa relativamente fina de unos 100 kilómetros de espesor compuesta de nitrógeno (78%), oxígeno (20,9%), y argón (0,90 %).

Esos tres gases forman casi todo el aire que respiramos, más del 99,95 %. El 0,05% de gases restantes son de gran importancia para la vida en la Tierra y entre ellos están los gases de efecto invernadero.

El planeta Tierra acumula vida en una estrecha capa de tierra, agua y aire; de ello depende la existencia de todos los organismos vivos. Controla la cantidad de O2 y CO2 en la atmósfera, su temperatura, la cantidad de agua y su ciclo, etc. Si se produce un desequilibrio en estas cantidades, toda la vida podría desaparecer.

El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU advirtió que nos enfrentamos en el siglo XXI a los mayores desafíos de toda la historia.

Si no se adoptan medidas urgentes, se producirá un incremento tal de las temperaturas, que dejarán a millones de personas en la hambruna y desaparecerán más del 30% de las especies.

El informe final indica que los efectos del calentamiento de la Tierra serán abruptos o irreversibles y lo que hagamos en los próximos dos o tres años determinará nuestro futuro.

Los informes publicados por el IPCC establecen que “España padecerá un incremento de las lluvias torrenciales, más olas de calor, un aumento de la salinidad del mar y nevadas menos copiosas”.

El nivel de CO2 actual en la atmósfera es ya de 380 partes por millón, principalmente por quema de hidrocarburos. Estados Unidos de Norteamérica, con menos del 5 % de la población mundial emite el 25 % del dióxido de carbono.

Se calcula que existe un umbral (de temperatura, o de contenido de CO2 en la atmósfera) más allá del cual nada de lo que hagamos podrá evitar que la Tierra llegue irreversiblemente a un nuevo estado de calentamiento. Aunque dejáramos de inmediato de agredir a la Tierra, tardaría más de mil años en recuperarse.

Extraemos energía cientos de veces más rápido de lo que la Tierra puede reponerla en forma natural. En su búsqueda de rentabilidad a corto plazo, los capitalistas han sacrificado la estabilidad a largo plazo.

 Es motivo de gran preocupación el calentamiento global del planeta debido a los efectos perniciosos sobre la salud humana y la economía. Para el 83 % de los ciudadanos españoles el cambio climático es un problema “muy serio” y sólo el 2 % considera que se ha exagerado, según una encuesta reciente. Los informes indican que muchas especies se verán forzadas a emigrar de su hábitat natural o se extinguirán debido a las condiciones cambiantes. Conforme el clima se haga más cálido, la evaporación se incrementará, lo que causará un aumento de las precipitaciones lluviosas y se acelerará la erosión.

Muchos de los ecosistemas más preciosos de la Tierra están sufriendo daños que amenazan de forma importante su integridad. La selva tropical disminuye constantemente su extensión al ser talada y quemada, sin la aplicación de planes de repoblación forestal.

Los bosques templados se encuentran enfermos en grandes áreas de todo el mundo. Muchos suelos están en peligro de desertización por la excesiva erosión y su mal uso.

Por lo que, en lugar de pregonar la auto-limitación individual, es necesario llamar a la organización para luchar contra el sistema y construir un mundo mejor para toda la humanidad, porque en su búsqueda de rentabilidad a corto plazo, los capitalistas han sacrificado la estabilidad del planeta Tierra y la de la vida de los seres humanos a largo plazo...


Continuará.../...

Próxima publicación:

LAS MULTINACIONALES CAPITALISTAS BUSCAN SACAR MÁS BENEFICIOS PARA UNOS POCOS.

(Fuente: Extracto de la Revista editada por Izquierda Socialista de Málaga en el año 2010, como resultado de la Conferencia celebrada en Torremolinos, titulada: CAMBIO CLIMÁTICO: ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE. El fracaso de la Cumbre de la ONU de Copenhague).

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