(Recomendable leer antes los apartados
anteriores de este blog publicados los días 9,
11, 14, 15 Y 16 de febrero).
Viene existiendo una lucha implacable de intereses que son defendidos
por las grandes empresas eléctricas responsables de estas centrales, que
impiden que otras formas de energías alternativas como la solar o la eólica,
más limpias y baratas, se puedan desarrollar con la celeridad que las nuevas
tecnologías lo puedan permitir.
Hay estudios serios de especialistas independientes que indican que la
energía eólica, la solar, la mareomotriz y la producida a base de hidrógeno
podrían ya producir casi la totalidad de la electricidad mundial, pero los
grandes monopolios y las multinacionales petroleras presionan y condicionan las
políticas energéticas de los gobiernos para que no inviertan recursos en el
desarrollo de esas fuentes energéticas alternativas.
Hemos visto recientemente la expansión en el Estado español de las
centrales térmicas de ciclo combinado, que son también altamente contaminantes
como las de carbón, responsables de un 98% de las deposiciones atmosféricas de
mercurio y otros residuos contaminantes.
Se continúan fomentando los proyectos de construcción de centrales de
gas que también son contaminantes y que demuestran la falta de una
planificación científica de los recursos energéticos y una clara apuesta por
disponer en el menor plazo posible de una utilización de energías alternativas
no contaminantes, lo que demuestra (aunque el Gobierno intenta tímidamente
hacer creer a la población que apuesta por energías alternativas) que en el
fondo existe un freno del capital privado que demuestra la subordinación de
cualquier gobierno por muy progresista que se precie, a los intereses del
capital que favorecen en materia energética los intereses de las grandes
compañías del sector y perjudica a los ciudadanos.
Esto quedó demostrado, como un ejemplo cruel, en el accidente producido
en Aznalcóllar, el 25 de Abril de 1998, cuando una enorme riada de lava tóxica
inundó el valle del Río Guadiamar y contaminó parte del Parque de Doñana.
(El desastre de Aznalcóllar)
La empresa sueca Boliden ha estado años litigando con la intención de no pagar un euro, para eludir el pago de los daños, que por otra parte son realmente incalculables, pues la balsa, que albergaba millones de litros de barro con un contenido alto de metales pesados y elementos tóxicos, causó uno de los desastres ecológicos más grandes de la historia de Andalucía.
Más de 80 kilómetros de cauces quedaron afectados y cerca de 5.000 Ha de
terreno de los municipios colindantes fueron envenenadas.
Más de siete millones de metros cúbicos de lodos, que contenían zinc,
cadmio, arsénico, cobre y otros productos contaminantes fueron retirados, así
como una mortandad de más de 30 toneladas de animales muertos se dieron como
saldo aproximado en los primeros momentos.
La impunidad con la que actuó la empresa, produjo un enorme escándalo en
la población que rechazaba y no comprendía, cómo salían absueltos por los
tribunales de justicia algunas de las denuncias, que evitaban el pago de
sanciones.
Los Juzgados de Sanlúcar la Mayor y la Audiencia de Sevilla, archivaron
denuncias contra la empresa y los responsables del Ministerio de Medio Ambiente
no estuvieron a la altura que el momento requería, porque en situaciones como
esas, de claro ataque a la salud de la Humanidad, un gobierno como el de la
Junta, que se dice socialista, tendría que haber actuado Políticamente, y no
solo Judicialmente, decretando la Incautación de los bienes de la empresa, por
ejemplo, para garantizar que la misma no se fuese de rositas, como es lo que
ocurrió, pues la actuación judicial fue confirmada por el Tribunal Constitucional
que acabó archivando definitivamente la causa de los dos juzgados mencionados.
(Encierro de Mineros de Boliden)
Otro aspecto todavía más increíble es que los tribunales también
desestimaron las demandas civiles que habían sido presentadas por el Ministerio
de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía, que exigieron el pago a Boliden de
150 millones de euros, cuando, nada más que en las obras de reparación del
desastre, llevaban gastado ya unos 250 millones de euros y algunos técnicos
calcularon que se pudo superar los 500 millones, lo que indica un robo
descarado al pueblo andaluz, que a través de sus impuestos está teniendo que
saldar los gastos producido por la negligencia de esa multinacional, dinero que
sale del bolsillo de los más pobres.
Tanto este desastre, como el del Prestige, que comentaremos a
continuación, ponen de manifiesto de forma clara y meridiana, los abusos o la
complicidad que existe entre las grandes empresas y las instituciones
estatales, dentro del sistema burgués de los capitales, cuyos gobiernos y la
propia justicia, incluyendo todo el aparato legal, respaldan de una manera u
otra al capitalista en todos los terrenos, también cuando se producen
destrucciones del medio ambiente y no solamente cuando actúan en la explotación
directa de la clase trabajadora.
Como la mayoría de los ciudadanos recordarán, el accidente del petrolero
monocasco “Prestige”, resultó accidentado el 13-11-02, cuando transitaba con
77.000 toneladas de petróleo frente a la Costa de la Muerte, en Galicia.
Tras varios días de maniobras y errores políticos, fue alejado de la
costa y terminó hundido a unos 250 km de la misma.
En los momentos iniciales de la catástrofe, los responsables políticos
del PP quisieron ocultar la verdadera situación.
El Ministro Cañete, que se comportó de manera muy cínica, como en él es
habitual, llegó a asegurar que todo estaba bajo control y que aquello era un
simple vertido de poca importancia.
Otros altos cargos del PP echaban balones fuera y culpaban a Gibraltar
de la hecatombe; El Presidente entonces de Galicia, Fraga Iribarne, que había
pasado el fin de semana de cacería, no dio muestras de comparecencia hasta una
semana después.
La ineptitud y la improvisación de los políticos del PP, permitió que el fuel fuese llegando a las
costas en oleadas sucesivas.
Si no llega a ser por la intervención espontánea de la población, los
efectos de la catástrofe hubiesen sido mil veces mayor.
De todas formas más de 60.000 toneladas de fuel destrozaron las costas
no solo de Galicia, sino de Asturias, Cantabria, Euskadi y ramalazos de
“chapapote” llegaron hasta Francia.
El problema seguía sin resolverse porque el barco hundido, (demostrado
luego a causa de la incompetencia del gobierno del PP), seguía amenazando con
constantes fugas de “hilitos de plastilina”, como lo denominó el señor Rajoy.
La falta total de barcos especializados en tareas de anticontaminación y
remolque (pues no existía ninguno en todo el Estado, pese a ser un país
eminentemente marítimo), produjo un enorme escándalo ante todos los países del
mundo y ante los ciudadanos.
Máxime cuando, al hacer balance, nos encontramos que el 65 % de los
desastres marítimos ocurridos en Europa en los 30 últimos años, fueron frente
al litoral de Galicia.
Los derrames producidos suman 300.000 toneladas de crudo, casi igual
como los vertidos en el resto de catástrofes en las costas europeas.
Tanto los efectos sociales como los económicos de la marea negra, fueron
una catástrofe que produjo miles de puestos de trabajo perdidos en el sector
pesquero y mariscadores que dependen del mar como forma de ganarse la vida.
La catástrofe pudo ser previsible, como se demuestran por los datos que
aportamos:
a) Una de las características fundamentales para
la seguridad marítima en el transporte de mercancías es que los petroleros
deben navegar dotados de “doble casco”, pero por ahorrarse dineros, solamente
“uno de cada cinco”, navegan cumpliendo
estos requisitos.
b) De los 7.030 petroleros que había en ese momento en el mundo
circulando, la edad media era de 18 años (el Prestige tenía más de 20 años) y más
de un 41 % navegaban con obsolescencia.
c) Es una práctica generalizada de los armadores navegar utilizando
banderas de conveniencia, que les permite ahorrar dinero, por la mayor
relajación en las condiciones de seguridad de los barcos y mantienen condiciones
laborales, a veces esclavistas, para las tripulaciones.
d) A mediados de los años 50 solamente un 2 % de los mercantes
utilizaban banderas de conveniencias, sin embargo en los años 90 la cifra se
había elevado ya a un 50 %, y de los 323 buques mercantes que había en esa
época en el Estado español, solamente 18, es decir, un 5 %, estaban inscritos
en el registro ordinario. (¿Un buque no inscrito es un buque Pirata?)
El desastre del Prestige provocó una marea negra que causó un daño
incalculable, pero a su vez, también produjo una marea de cabreo e indignación
que caló en lo más hondo del pueblo gallego, produciendo una enorme ola de
solidaridad entre los pueblos, pues llegaron voluntarios de todo el mundo para
ayudar desinteresadamente.
El enorme abismo que se abrió entre la mayoría de la población gallega y
la Xunta de Fraga y Aznar, fue la característica más destacable en el aspecto
social.
Para los trabajadores, la imagen de los Gobiernos dirigidos por el PP
quedaba asociada fuertemente a la desidia, la incompetencia, la censura y la
manipulación a la vez que a la represión y al insulto a los pueblos que acudían
solidariamente en ayuda de Galicia.
La muestra masiva de descontento expresada en manifestaciones y
movilizaciones fue de carácter histórico y muy importante por su aspecto de
rechazo a una cierta forma de hacer política, por parte del PP, en contra de
los intereses de los ciudadanos.
Ese desastre puso al descubierto el desprecio de la derecha hacia la
población y su inutilidad para resolver problemas difíciles, pero asimismo,
dejó al descubierto el papel real del Estado burgués y del sistema capitalista,
que antepone los intereses privados a los públicos.
Los que hicieron frente a la marea negra desde el principio, en ausencia
total de gobierno, fueron los propios marineros, las mariscadoras, y la
población voluntaria, haciendo un trabajo colosal, totalmente solos, con sus
propios medios, improvisando e inventando sobre la marcha artilugios para sacar
el chapapote, demostrando su creatividad, su capacidad de sacrificio y el apoyo
decisivo de miles de voluntarios, de entre los que destacaban los jóvenes, que con su esfuerzo, audacia y arrojo paliaron
en lo posible los nefastos efectos de ese enorme ataque a la naturaleza
provocado por el ansia de lucro del capital y la negligencia del gobierno PP.
Acudieron voluntarios de otras comunidades autónomas e incluso de otros
países del mundo, pero nada de lo que ocurrió en el desastre del Prestige
obedece a pura “casualidad”.
Es falso que no fuese previsible, pues toda catástrofe de esa naturaleza
tiene que ver con el negocio y el beneficio de los armadores y petroleras, como
comentábamos, pues, la causa es la utilización de barcos chatarras flotantes,
en mal estado, cuando tenían que estar desguazados.
Es causa también de la privatización de los recursos públicos, pues la
oleada de privatizaciones de los sectores claves de la economía, como las
compañías de petróleo y todo el sector energético, que deberían estar en manos
del Estado por motivos de seguridad, han sido entregadas al sector privado, que
no respeta ni la legislación vigente porque su objetivo es el lucro privado.
El capital privado lleva en la sangre la corrupción y el desprecio por
los intereses de la población. Las empresas privadas hacen negocio hasta con
las desgracias ajenas.
Todo eso es producto del propio sistema capitalista cuyo fin es el
sacrosanto beneficio y que cada día provoca peores resultados para la
humanidad.
Esa catástrofe del Prestige puso sobre la mesa el enorme potencial de
cambio social de las masas cuando éstas se ponen en acción y hacen trabajo
social en común.
Fue la actitud resuelta de miles de trabajadores y jóvenes, que de forma
desinteresada y ante la “incomparecencia” del Estado burgués, ya que el
Gobierno del PP actuó tarde y mal, el pueblo se enfrentó al chapapote con sus
propias fuerzas, marcando el camino de que los trabajadores pueden trabajar sin
patrón."
Continuará con el artículo:…/…
NOCIONES
SOBRE LAS ENERGÍAS LIMPIAS.
(Fuente: Extracto de la Revista editada por
Izquierda Socialista de Málaga en el año 2010, como resultado de la Conferencia
celebrada en Torremolinos, titulada: CAMBIO CLIMÁTICO: ECOLOGÍA Y MEDIO
AMBIENTE)
(*) Cualquier comentario,
aportación o crítica que serán siempre bienvenidos, pueden enviarlo a este
email:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com.
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