(Recomendable leer antes los apartados anteriores de este blog publicados los días 9 y 11 febrero)
En diciembre de 2009 tuvo lugar la Cumbre sobre el Clima en Copenhague,
que podemos decir claramente que fue un fracaso rotundo pues los países ricos
no quieren contribuir con recursos económicos a resolver el problema
descargando sus consecuencias en los países empobrecidos, lo que pone todavía
más difícil avanzar en las posibilidades de contrarrestar las consecuencias del
cambio climático, que se viene detectando desde hace decenios.
La represión policial en la Cumbre de Copenhague fue muy dura, lo que
demuestra el miedo de la clase dominante a que el movimiento de protesta se
extienda a través de todo el planeta.
Desde el mes de octubre ya se detectaba una riada humana de activistas
que llegaban a Dinamarca. Se calcula que los asistentes pasaron de 45.000,
cuando la capacidad de plazas era solamente de entre 15 y 17.000 para estar
bien instalados. Un desastre organizativo colosal.
Las manifestaciones de protesta fueron constantes, siendo una de las más
numerosas la de 100.000 personas de activistas y ciudadanos que protestaban en
contra de que el capitalismo destruya el planeta.
La represión contra los activistas de la marcha, lo mismo que contra
cualquier manifestación de protesta ha sido vista por las televisiones de todo
el mundo.
Aquellos que pensaban que Dinamarca era un país pacífico, amable, de una
sociedad armoniosa e igualitaria, han empezado a cambiar de opinión cuando han
observado las escenas donde cientos de miles de activistas sociales que han luchado
pacíficamente por el derecho a la supervivencia de la especie humana sobre el
planeta, han sido tratados como animales salvajes.
La policía ejecutó unos 133 “arrestos preventivos” de activistas entre
los días 11 y 13 de diciembre, de los cuales, solamente 4 de ellos fueron
acusados con cargos, poniendo al resto en libertad “sin cargos”, lo que
demuestra que habían sido “detenciones arbitrarias de activistas que
protestaban pacíficamente”.
Eran medidas policiales ordenadas por el Estado con el propósito de
meter miedo entre la juventud contestataria y la clase trabajadora en lucha con
el objetivo de amedrentar y dar un escarmiento para que se sometan y acepten
los ataques contra los niveles de vida y del Medio Ambiente que se están
preparando, haciendo ostentación por parte de la clase dominante de la
“fortaleza de sus métodos represivos policíacos” al servicio de los intereses
capitalistas y no de la “democracia” que supuestamente defienden. Incluso la
policía recibió órdenes de distribuir información en los Institutos de
estudiantes de Copenhague, avisándoles que no debían participar en las
manifestaciones contra la Cumbre.
Se comprobó claramente la campaña sistemática de sabotaje por parte de
ciertos estados más potentes, que están promovidos y conducidos por las
indicaciones e intereses de las grandes multinacionales energéticas, que
defienden el injusto sistema capitalista de negociaciones por “imposición de
sus criterios”, con métodos oscuros de presiones de las potencias dominantes.
“El acuerdo, de carácter no vinculante, está muy lejos de las
expectativas generadas en torno a la mayor reunión sobre cambio climático de la
historia y no fija objetivos de reducción de gases”, según informa El País.com
(18-12-09). “Sin embargo, sí establece un total de 10.000 millones de dólares
entre 2010 y 2012 para que los países más vulnerables afronten los efectos del
cambio climático y 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y
adaptación”. (Cuando las necesidades mínimas se cifran en 50.000 millones de
dólares al año, según las conclusiones del equipo de economistas que indicamos
anteriormente.- “nota del autor”). Sigue informando el citado medio que: “el
pleno quedó suspendido después de que 5 de los 193 países presentes en la
conferencia anunciaran su rechazo a adoptar el leve acuerdo pactado entre 28
jefes de Estado y de Gobierno de países de todos los bloques presentes en la
Cumbre del Clima”. (…) “
“Cuando después de horas de estéril debate parecía que el pacto se
incorporaría como nota alternativa al acuerdo, el ministro británico de Cambio
Climático, Ed Miliband, pidió que fuera una decisión vinculante. Sólo cinco
países, entre ellos Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Sudán, se opusieron.
Los presidentes de Venezuela y Bolivia ya anunciaron antes de conocer el texto
que votarían en contra.
La representante de Venezuela aseguró que no iban a "vender su voto
por 30.000 millones de dólares", la cantidad fijada como fondo para los
países pobres durante los próximos tres años.
Sudán, un país que participó en la elaboración del texto, también
criticó el acuerdo, pero fue desacreditado por la inmensa mayoría de países
africanos. Quien no pidió la palabra fue China, cuyo primer ministro, Wen
Jiabao, fraguó el acuerdo con Obama. Sin embargo, no lo defendió en el pleno y
sus delegados llegaron a aplaudir las intervenciones críticas con el texto”.
“A efectos prácticos, la rebaja del texto tiene el principal
inconveniente de que será difícil poner en marcha los 10.000 millones de
dólares anuales a partir de 2010 que acordaron 30 jefes de Estado (inlcuyendo
la UE como uno de ellos) que suman más del el 90% de las emisiones no dependía
de la forma que tuviera. "Si lo quieren, bien.
“Pero en este acuerdo está todo el que emite. Si el pleno no lo acepta
seguirá adelante", declaró antes de la reunión uno de los delegados de los
países firmantes, como EEUU, la UE, China, Rusia, México, Noruega, Japón,
Canadá, Brasil, Sudáfrica, Sudán, Leshoto, Etiopía... Muchos de estos países,
como Leshoto, Etiopía, Maldivas o Granada estaban en representación de grupos
más amplios de países”.
“Miliband pidió convertirlo en una decisión de la convención, lo que le
daba más valor. "Tenemos dos caminos: o asumir este texto imperfecto pero
preparado con buena fe o romper esta convención", en relación a que si la
reunión de Naciones Unidas rechazaba ese texto los países que lo habían
acordado seguirían adelante por su cuenta y esto acabaría con la convención que
desde 1992 bajo Naciones Unidas organiza la lucha contra el cambio climático”.
“Cuando el primer ministro danés Lars Okke Rasmussen, preguntó quién se
oponía solo cuatro países pidieron la palabra, según afirmó el presidente.
Venezuela, Bolivia y Cuba criticaron que el proceso de selección de los países
había sido poco democrático. Lo curioso es que el delegado de Bolivia, cuya
capital está a más de 3.000 metros, insistía en que lo hacía para proteger a
los pequeños estados isla, que sí aceptaron el texto”.
“Tuvalu consideró que la forma en la que se gestó el texto, "es una
falta de respeto a los procesos de la Convención. Otros países tienen más
respeto por los procesos democráticos", en alusión a EEUU pero finalmente
se sumó al consenso, según fuentes del pleno, cerrado a la prensa y ONG.
“Así, el eterno pleno se convirtió en una ristra de intervenciones a
favor del acuerdo para evidenciar la soledad de los países que se oponen al
texto. Países en desarrollo como Maldivas pidieron a Venezuela y Bolivia que
permitieran que entrara en vigor el acuerdo”, según la información de la fuente
de “El País.com” citada.
Es esperpéntico espectáculo ofrecido demuestra el método de la
“Dictadura del Capital”, imponiendo sus criterios por encima de cualquier
método de debate democrático con los 193 países convocados, segando los
diálogos que han sido antidemocráticos, además de una organización calamitosa,
tanto en el exterior como en el interior.
Escándalos, peleas y altercados que son absolutamente inútiles e
improcedentes, lo que expresa el resultado de esa quincena caótica y vergonzosa
para la humanidad vivida en Copenhague que culminó en un fracaso total, tanto en
los aspectos organizativos como de resultados concretos a los que hay que sumar
unos niveles de represión nunca vistos en un país como Dinamarca, que era
considerado hasta ahora como de los más civilizados de la vieja Europa.
Las tenues esperanzas que se habían generado en el nuevo presidente de
los Estados Unidos, Barack Obama, empezaron a desvanecerse como los hielos
glaciares cuyos enormes “Icebergs” navegan a la deriva por los inmensos mares,
al igual que el bochornoso papel jugado por la Unión Europea, que en un intento
vano de liderar las negociaciones, ha producido más “contaminación social” que
una vieja locomotora de carbón, elevando la temperatura de rechazo social en
todo el planeta muy por encima de la alcanzada por la civilización humana en cualquier
otra época de relativa paz social.
Algunos elementos interesados pro-capitalistas e incluso ciertos
ecologistas pusilánimes han argumentado en el debate, (que se ha dado
principalmente en los mass medias), que “la mayoría de la sociedad en los países
occidentales no tienen la intención de limitar o reducir su tren de vida”.
La cuestión no es esa, sino que mientras que los capitalistas consideren
que es más importante el crecimiento de sus beneficios privados que cuidar el
planeta, la política que planteen no solucionará nada y nunca podrá llegarse a
ningún tipo de acuerdo vinculante que se cumpla.
Hasta que no se produzca un cambio del modelo de sociedad capitalista
poniendo las bases para construir el socialismo, no habrá ninguna posibilidad
de combatir verdaderamente el calentamiento global del planeta.
Para ello es necesario continuar la lucha para desarrollar la conciencia
social y asumir por la clase trabajadora responsabilidades colectivas cada vez
más firmes, unitarias y mejor organizadas, aunque no disponemos ya de mucho
tiempo.
También puede ocurrir, un cambio brusco y repentino en la conciencia de
la humanidad, de acuerdo con la dialéctica, de manera abrupta, como
consecuencia de cualquier enorme catástrofe natural que provoque movilizaciones
de masas globalizadas una vez se constate la necesidad imperiosa de producir
cambios profundos en los comportamientos políticos, para cuyos cambios, se hará
inevitable el que tome la clase obrera en sus manos la dirección de la economía
y la acción política que se necesita, pues como dijo Engels, a veces en la
historia, “lo que no ocurre en 20 años puede ocurrir en 20 meses, en 20 semanas
o en veinte días”.
Si esto no se consigue en unos decenios, las poblaciones de los países
empobrecidos de África, Asia y otros continentes, así como poblaciones costeras
se verán gravemente afectadas, incluidos los glaciares, los arrecifes de coral,
las selvas tropicales, tierras de cultivos los bosques y demás zonas.
Esos mismos gobiernos que tan pronto reaccionaron para salvar a los
Bancos de la catástrofe del colapso capitalista del “libre mercado” han
discutido unos escasos 10.000 millones de dólares, la quinta parte de lo que
los técnicos consideran que se necesita, para iniciar el freno al deterioro del
medio ambiente, que comparados con los 20 billones inyectados al circuito
financiero, es una auténtica minucia.
Por otra parte, las declaraciones de uno de los principales grupos
ecologistas como es Greenpeace, efectuadas el 19-12-09, nos ilustraban explicando
que ese grupo ecologista: “condena hoy enérgicamente la arrogancia de los jefes
de Estado de los países más poderosos del mundo por haber presentado un
“ultimátum” en la cumbre climática de Copenhague. (…). Durante la pasada noche
los negociadores han tratado de descifrar el estatus del llamado “Acuerdo de
Copenhague” mientras la cumbre climática se cerraba de forma vergonzosa,
incoherente y duramente disputada.”
Continuando esas declaraciones podemos leer: “Cuando casi se cumplen 48
horas desde que Juan López de Uralde, director de Greenpeace España, junto con
otros dos activistas fueron detenidos por conseguir entrar en la recepción
oficial de los 120 jefes de Estado, un grupo de personas se encuentra en la
cárcel Vestre Faengsel realizando una vigilia para solicitar su liberación.
Juan López de Uralde permanecerá en prisión preventiva hasta el 7 de
enero por riesgo de fuga. Está acusado de falsificación de documentos, de
pretender ser una autoridad pública, de entrar sin permiso en lugar privado y
de alterar un acto con presencia de la reina”.
“El director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, ha declarado: “El
mundo se enfrenta a una trágica crisis de liderazgo. En lugar de trabajar
conjuntamente para asegurar el futuro de cientos de millones de personas
adoptando un acuerdo histórico que evite un caos climático, los líderes
mundiales de los países más poderosos han traicionado al futuro y a las
próximas generaciones””.
“Aunque el Acuerdo de Copenhague está siendo denominado por algunos como un paso adelante Greenpeace considera que no lo es. De hecho, ni siquiera ha sido formalmente adoptado por la Conferencia de las Partes (COP). No contiene medidas firmes para reducir las emisiones en los países en desarrollo.
Es una gran concesión a las industrias contaminantes, especialmente en
el sector de los combustibles fósiles, que han estado presionando para
debilitar el acuerdo y ahora tienen licencia para continuar emitiendo gases de
efecto invernadero”.
“Según la organización ecologista, hay unos pocos puntos aceptables en
el acuerdo ya que contiene el establecimiento de un nuevo Mecanismo de
Financiación Climático y acuerda la necesidad de financiación a largo plazo,
más de 100 mil millones de dólares
(73.000 millones de euros) para permitir que los países empobrecidos protejan
sus bosques, apliquen medidas para reducir sus emisiones de CO2 y puedan
adaptarse a los impactos del cambio climático”.
“Además, los países en desarrollo han acordado poner en marcha medidas
voluntarias para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y para
aumentar aquellas acciones que proporcionen apoyo financiero a los países en
desarrollo”.
“La conferencia no ha acordado un mecanismo para establecer un acuerdo
legalmente vinculante. Aunque las negociaciones continuarán el año que viene,
Greenpeace considera que la pérdida del objetivo “legalmente vinculante” hace
de la cumbre de Copenhague una gigantesca oportunidad perdida.
El planeta tiene que reanudar su camino desde Bali a México donde un
acuerdo justo, ambicioso y jurídicamente vinculante que evite un cambio
climático catastrófico debe ser adoptado”, he aquí la declaración citada de
Greenpeace”.
Incluso esos ridículos objetivos firmados serán puestos en entredicho a
la hora de poder ser cumplidos por lo que lo más probable es que, al igual que
los del Protocolo de Kioto, también fracasarán porque los representantes de los
principales países contaminantes y emisores de gases de efecto invernadero, como
son China, India y EEUU, no han cedido en absoluto, lo que indica que están
dispuestos a continuar haciendo lo que más convenga a sus intereses
particulares, que son los mismos que los de sus amos los Capitalistas, lo que
indica una amenaza total para el éxito de los acuerdos de la reunión porque
reconociendo que se ha hablado de algunas medidas, éstas son totalmente
insuficientes, (además de No Vinculantes) para enfrentar y paliar la situación,
por lo que es muy probable que ni se cumplan.
En esas cumbres, tanto en Kioto como en Copenhague, se ha analizado la
problemática del Cambio Climático, (tanto por parte de los técnicos de los
gobiernos asistentes como de las organizaciones altermundistas, ecologistas y
defensoras del medio ambiente), se han puesto las bases teóricas, sus posibles
efectos del presente y el futuro, las medidas que habría que tomar y otras
recomendaciones para enfrentar el problema adecuadamente, pero debido a la
contradicción entre el beneficio privado que los organismos internacionales
defienden, que chocan frontalmente con el bienestar de la sociedad en su
conjunto, poco se puede hacer manteniendo las bases del sistema capitalista.
La burguesía considera la naturaleza como una mercancía más, igual que
utiliza al obrero, de donde está dispuesto a extraer todo el beneficio que
pueda. Además, la explotación de una economía que se basa en el lucro privado
implica la utilización de procesos energéticos altamente contaminantes, del que
obtienen enormes beneficios, siendo falso eso de que el que contamina paga,
sino que descargan siempre los costes sobre las espaldas de los consumidores
que mayoritariamente es la clase trabajadora y los pobres.
La transformación del modelo de
consumo de energías contaminantes a energías limpias, que ya es técnicamente
posible en la actualidad, no puede desarrollarse porque choca frontalmente con
los intereses de las multinacionales del petróleo que es como decir con el
propio modelo capitalista del lucro privado..
Continuará.../...
Próximo artículo: CONTRA LAS NUCLEARES Y LA
CARRERA BÉLICA.
(Fuente: Extracto de la Revista editada por
Izquierda Socialista de Málaga en el año 2010, como resultado de la Conferencia
celebrada en Torremolinos, titulada: CAMBIO CLIMÁTICO: ECOLOGÍA Y MEDIO
AMBIENTE. El fracaso de la Cumbre de la ONU de Copenhague).
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