Muchos ciudadanos españoles sufren una especie de “amnesia colectiva o más bien enajenación mental transitoria”, provocada quizás por el relato unilateral de la Historia, debido al “pacto de silencio y no agresión verbal” suscrito en 1978 entre las fuerzas que representaban al franquismo, (Adolfo Suárez, Manuel Fraga y su “Alianza Pandillar”, génisis del PP) y las que representaban a la clase obrera (Santiago Carrillo PCE y Felipe González PSOE) como fuerzas más influyentes en aquel momento, junto con CCOO y UGT (Camacho y Redondo) que marchaban a la vanguardia de las luchas obreras, aunque ahora, las direcciones de estas izquierdas, han cambiado tanto que “no las conoce ni la madre que las parió”.
La Clase Burguesa
dominante, el Clero, el Ejército y la Judicatura, que representaban al aparato
de la Dictadura, ejercían un chantaje brutal con la permanente amenaza del
golpismo y mantenían a su vez, a través del aparato de propaganda del régimen
fascista, un poder abrumador y distorsionador favorable a las derechas.
Aquella derecha
fascista y golpista había venido produciendo
y continuaron bastante tiempo después, con la táctica “göebbeliana” de la
reiteración insistente de su ideario “nacionalcatólicofranquista”, que venía
teniendo sus efectos en la “alienación mental de las masas”(*) que era asumido
durante los 40 negros años del franquismo en la mente de muchas personas de la
clase obrera, por el miedo a represalias
o a que triunfara alguna de las intentonas golpistas que se rumoreaban
permanentemente y que se descubrían posteriormente, exceptuando el “Tejerazo”, que casi triunfó,
pues logró su cometido al asumir una parte importante de la población, el relato de que el Rey Juan Carlos I había
frenado el golpe del 23-F, por lo que la propaganda burguesa lo convirtió en el
líder de la Transición, ocultando el papel de lucha social que en los años 70
había venido jugando la clase trabajadora.
Una parte por miedo,
otra parte quizás por haber asumido la ideología de la clase dominante
(reflejada en la actualidad de algunos mal llamados republicanos que decían
seguir siendo de ésta ideología pero apoyaban al Monarca y lo siguen haciendo)
y sobre todo otra gran parte de las izquierdas cuyas direcciones han sido incapaces
de explicar la realidad de la historia desde un punto de vista de clase,
enmarañando la historia de lo que el franquismo representó realmente, siendo esos
líderes de las izquierdas incapaces de explicarlo convincentemente a la
ciudadanía.
Por todo ello, necesitamos
hacer una autocrítica profunda, de los errores cometidos por los aparatos de las
izquierdas, tanto en los años 30 contra el golpe de Franco y luego en la mal
llamada Transición, ocurriendo que
todavía, las derechas herederas del antiguo régimen, siguen llevando a cabo una
enorme ofensiva neofranquista, manteniendo el discurso muy similar a la CEDA, aglutinadora de los golpistas fascistas.
Precisamente el sábado
pasado, cuando estaba releyendo un libro, que compré hace unos años (junto a
otros 9 volúmenes de la colección Memoria Histórica), me comentó un compañero
de una Agrupación Socialista que en su pueblo se había votado sustituir el
nombre de una calle que está dedicada al campechano “Rey Juan Carlos I”,
suscitando un debate interno entre los “socialistas monárquicos” y los
“socialistas republicanos”, siendo lamentable según los republicanos (que
perdieron la votación), que no saliera adelante el cambio de nombre de la
calle, con lo que estamos conociendo de “presuntas corrupciones” del citado
Monarca y con el esfuerzo y el tiempo que costó sacar a Franco del Valle de
Cuelgamuros.
Estuvimos comentando
que es cierto que existe una carencia de
formación en la militancia socialista, promovida también, todo hay que decirlo,
a la poca importancia que las distintas Direcciones del PSOE han venido dando a estas
cuestiones históricas, problema que Sí damos importancia desde la corriente
Izquierda Socialista.
Debemos recordar permanentemente
al filósofo Santayana cuando dejó dicho: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”, teniendo en cuenta que ésta debiera ser una
cuestión esencial ya que la República fue derrotada por los franquistas, por
los errores de las propias izquierdas e incluso en esta “democracia burguesa”,
los grupos extremistas herederos del franquismo, parecen querer de nuevo la
revancha, pues les estorba esta “democracia burguesa” y están en una ofensiva
muy peligrosa.
Algunos historiadores
explican y debemos entender que la causa fundamental de la derrota de la
República no fue la incapacidad o la inmadurez política de las masas de 1936 a
1939, ya que lucharon y pudieron haber tomado el poder diez veces, barriendo a los sublevados, sino que la
derrota fue más bien el producto directo de los errores de las Direcciones que
se reclamaban del Socialismo, del Comunismo y del Anarquismo y de los errores
tácticos del influyente estalinismo dirigido desde Moscú, pero seguimos
cometiendo el error que se lee poco de Historia y encima mal, con el agravante
de que algunos de los antiguos cuadros del PSOE parece que lo han olvidado todo,
acercándose cada vez más a las derechas, mientras que otros más jóvenes cuadros no
quieren aprender nada.
Un partido que aspire
de verdad a llevar a la clase trabajadora a la victoria, debe contar con una estrategia, una táctica,
unos métodos, un programa y una dirección correctas, para lo cual se precisa
una formación paciente de cuadros, bregados en la lucha sindical y política
contra el capitalismo, con una capacitación suficiente para, de forma pedagógica, ser capaces de ganar la
confianza del movimiento obrero y convencerlos para que pasen de ser simples
votantes, a militantes activos que defiendan el programa de transición del
capitalismo al socialismo científico, mediante la lucha social, en las calles y
en las urnas, porque el socialismo deberá ser tarea de todas y todos y no de
unos cuantos dirigentes, por muy listos que ellos se crean.
La clase trabajadora se
halla a manudo atrapada por sorpresa en grandes contradicciones que les
plantean sus propias direcciones, pero incluso cuando entienden que sus dirigentes
han caído en su propia contradicción participando en el confusionismo entre
“monarquía o república”, el movimiento obrero no puede improvisar de pronto una
dirección alternativa, sobre todo, si los propios dirigentes han dificultado,
con trabas y procedimientos más bien restrictivos de la propia democracia interna, evitando que fructifiquen
corrientes alternativas.
Con la deriva hacia el
centro que se inició tras el abandono del socialismo marxista las Direcciones
del PSOE fueron sucumbiendo a algunos de los procedimientos antisociales que
les inculcaban desde la “democracia burguesa”, corrupta y decadente,
convirtiéndose en meros gestores de este modelo capitalista que ha colapsado, lo cual nos tiene que hacer reflexionar que
estas tareas de formación política requieren mucha mayor dedicación y
aplicación que las direcciones de izquierdas les han venido dando desde el
abandono de los principios ideológicos del socialismo marxista y la merma de la
democracia obrera participativa de la militancia de base, por lo que el debate
sobre estas delicadas cuestiones sigue siendo muy necesario, ya que como dejó
dicho Pablo Iglesias Posse: “En momentos clave hay que optar: o con los unos o
con los otros, o con la burguesía o con la clase trabajadora. No se pueden
servir a dos amos a la vez”.
JOSÉ MARTÍN RODRÍGUEZ.
COORDINADOR DE
COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
https://izquierdasocialistamalaga.blogspot.com/2020/11/el-fenomeno-de-la-alienacion-mental-de.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario