20 de noviembre de 2020

MAGNATES CAPITALISTAS = DELINCUENCIA LEGALIZADA.

El Capitalismo ha entrado en recesión atrapado entre el frenazo de la producción, agudizado por la Pandemia y el colapso del “libre mercado mundial” que anuncia catástrofes sociales y por muchos recursos financieros que aporten, siendo la mayoría dinero fiduciario, será muy difícil activar el consumo con la urgencia que requieren las masas, por lo que el aumento de la conflictividad social seguirá creciendo.  

 

Los sectores más desfavorecidos están cada vez más alarmados por el paro creciente, la miseria y la desesperación que afectan a la clase trabajadora, las capas medias de autónomos y pymes, con una bajada de sus ingresos, por lo cual no podrán disponer de los recursos que necesitan para su recuperación.

 

Ante este panorama, los capitalistas no van a invertir en maquinaria para aumentar la producción porque existe un exceso de oferta, mientras que la demanda global ha caído, afectando a los países más empobrecidos saqueados por las multinacionales capitalistas.

 

Se han acelerado las maniobras bursátiles en las inversiones especulativas, empujadas por las Industrias Farmacéuticas en su loca carrera por las Vacunas, mientras que las inversiones en creación de nuevos puestos de trabajo disminuyen y la aparente pérdida que esas maniobras representan, las cubren de diversas formas.

 

Los inversores más fuertes, aumentan sus cuotas de mercado, con tendencia a la concentración y el monopolio, para luego subir los precios de los productos ya que el “libre mercado” ha colapsado sofocado por las multinacionales.

 


El desplome de la economía mundial no tiene precedentes históricos: se asemeja al derrumbe bursátil del año 1929. Mostramos aquí algunas caídas del PIB previstas para este año. La Eurozona apunta para este 2020 una caída del PIB del -6,9 %. En EEUU podría superar el -9 %.  Alemania podría caer un -10,1%. Bélgica – 12,2 %. Italia – 12,4 %. Francia -13,8 %. Portugal -14,1%. Estado español -18,5 %. Gran Bretaña – 20,4 %. Por el contrario, China ha registrado en el 2T/2020 un crecimiento del PIB del + 11,5 %, por lo que le seguirá disputando en los próximos años la hegemonía mundial a EEUU. La U.E. estima que el PIB de Rusia disminuirá un – 4% en 2020.  

 

Ante el brutal desplome de la actividad económica el capitalismo ha inyectado más de 12 Billones de dólares en planes de Rescate, a escala mundial,  para evitar el derrumbe y las quiebras de los monopolios, la banca y las grandes empresas, mientras que los pequeños empresarios y autónomos estás histéricos porque van al cierre que es su ruina y empiezan a manifestarse en las calles,  pidiendo ayudas, que no podrán satisfacer a todos.

 

Ahora, grandes y pequeños empresarios,  se dedican a exigir el cobro de sus pérdidas a base de reclamar subvenciones del Estado que éste cargaría sobre los impuestos de la clase trabajadora, las pymes y los autónomos, mientras los potentes lobbies bancarios y grandes empresas se salen con la suya, negándose a pagar los impuestos que les corresponden proporcionalmente, para continuar amasando grandes fortunas que evaden a paraísos fiscales.

 


Según la Lista Forbes de 2019, los tres multimillonarios más ricos del mundo sumaban más de 302.200 millones de dólares de capital: Primero es Jeff Bezos encabeza el ranking con 124.700 Millones de $. Segundo va Bill Gates, con 93.500 Millones de $. Tercero es Warren Buffett con 84.000 Millones $. Algunos capitalistas se dan cuenta de lo injusto que es su sistema, como ese último de los tres cuando hace más de diez años hizo una afirmación que produjo una conmoción, pero pronto se olvidó. Dijo que pagaba “una tasa impositiva más baja que su secretaria, gracias a las muchas lagunas y deducciones que benefician a los ricos”, pero incluso en cada crisis esos magnates aumentan sus riquezas por el poder abusivo de dominio que tienen sobre la economía y sobre los gobiernos.  

 

Todas las maniobras financieras de “dinero fiduciario”, más temprano o más tarde producirán un proceso inflacionario, al aumentar los precios de los artículos,  porque la competencia ha sido eliminada por los oligopolios y destrozada por el “nacionalismo económico” que inició Trump,  que al nuevo presidente Joe Biden le costará restaurar, pues la economía en EEUU que era la locomotora del mundo, ya no puede con la pesada carga pues las deudas Públicas y Privada, que alcanzaron en 2019 la abultada cifra de 253,6 Billones de dólares, representa un 322 % del PIB mundial, a lo que habrá que sumar el desastre económico de este año 2020.

 

La inflación recorta los salarios reales de la clase trabajadora, porque el precio de los productos hace tiempo que no es regulado por los mercados de la “supuesta libre competencia”, ya que teóricamente, en épocas de deflación, tendrían que estar bajando, lo cual no es el caso, demostrándose una vez más que el capitalismo no funciona para los pobres, sino solo para los ricos.

 

El capitalista no está en el negocio para hacer que la economía funcione con justicia social, sino para obtener la mayor tasa de ganancia posible, siguiendo la lógica de ese modelo insolidario e individualista, pero tendríamos que preguntar: ¿Dónde van los enormes beneficios que obtienen las multinacionales y grandes corporaciones empresariales?

 

Continuarán sus juegos especulativos de la Bolsa que dominan junto a los banqueros, comprándose acciones de las empresas, en una lucha sin cuartel, para hundir a las más débiles y concentrarlas cada vez en menos manos, pues en el mercado de valores se compran y se venden todas las acciones, que son papeles que representan el poderío ciego del capitalismo salvaje.

 

Los grupos especuladores más potentes compran acciones de los débiles, haciendo maniobras estratégicas de guerra financiera de exterminio del contrario, compran, venden, provocan quiebras,  opas hostiles,  fusiones, cierres de empresas,  eliminando la competencia y dejando luego un reguero de paro y desolación, porque les sobran plantillas, al concentrar empresas, como vemos en la Banca y otros sectores industriales, como ya anuncian con la fusión BBVA y Sabadell, que podría costar 6.000 parados más y el cierre de 1.300 oficinas; otro tanto ocurre con la fusión Caixabank y Bankia, Alcoa, Nissan, etc. que según anunciaron UGT, CCOO y otros sindicatos, podrían acelerar la conflictividad laboral llegando a situaciones graves.

 

El juego de la bolsa es terrible para los inversores más débiles, porque en esa guerra de intereses los Banqueros y los Buitres Financieros no perdonan. Existen grupos que se dedican a comprar empresas en dificultades para terminar de destruirlas, cerrando sus puertas y haciendo lock-out, lo que incrementa el paro, agravado por la introducción de la robótica y las nuevas tecnologías, que sustituyen mano de obra, lo que, bajo el capitalismo es inevitable.  

 

Las 100 familias españolas que controlan el 85 % de la producción junto al 1 % de las multinacionales que dominan el 90 % de las riquezas mundiales, nos demuestran que estamos en los límites del colapso agónico de este modelo capitalista mafioso y belicoso, que en su proceso de radicalización, tiende a la reacción y al fascismo.

 

Con el mecanismo capitalista de hacer cada vez más ricos a esa ínfima MINORÍA, en detrimento y a costa del sufrimiento y empobrecimiento de la MAYORÍA que es empujada a una desigualdad creciente, la clase trabajadora y los pobres del mundo, no podremos encontrar ninguna solución a la problemática social, medioambiental y económica, si no luchamos por cambiar este modelo y lo sustituimos por una planificación científica de los recursos productivos para avanzar hacia un nuevo modelo de sociedad, más democrática y participativa, que se oriente hacia el bien común y resuelva las carencias sociales.  

 

A la Banca Privada y a las multinacionales de la especulación no les preocupa en absoluto si existe gente que van al paro, o si no tiene que comer, ni es tarea suya el ayudar a las masas hambrientas, para que se cumplan los Derechos Humanos y cada persona pueda tener una vida digna, con trabajo, vivienda, educación, sanidad y servicios sociales básicos, por lo que la lucha por una Banca Pública y por el Socialismo,  no es una utopía, sino una necesidad por la que tenemos que luchar.

 

La función del capitalista es lograr que su clase continúe obteniendo beneficios, explotando, oprimiendo y empobreciendo a la humanidad, lo que demuestra que el capitalismo corrupto, caduco y degenerado ha fracasado pues solo produce una terrible desigualdad afrentosa, pese a los inmensos recursos y la alta tecnología alcanzada.

 

El capitalismo es inestable y la burguesía nunca va a reconocer que su sistema es el causante de las guerras, donde millones de niños, mujeres y hombres mueren asesinados por las bombas y la metralla, o se juegan la vida y muchos la pierden intentando cruzar el mediterráneo, pero el drama es que la lógica del lucro privado que es la raíz del capital, nunca será capaz de revertir ese proceso infernal al que somete a los pueblos inocentes.

 

El capitalista no opera para que la economía funcione con justicia, sino para explotar más y más,  y que se note lo menos posible por los asalariados, pero cada vez más gente empieza a entender que ese modelo de ganar dinero y más dinero, tanto haya crisis, auges o recesiones, nos llevará a una situación imposible, si no somos capaces de buscar una alternativa de modelo, para un cambio a mejor,  que no cabe dentro del capitalismo.

 

Tenemos que comprender que precisamos pensar en lo global pero actuando en lo local, organizándonos mejor como clase trabajadora, pues la clase capitalista así lo hace y está controlando y manipulando las finanzas por los grandes magnates, las oligarquías monopolistas y el Gobierno Mundial en la sombra como es el Club Bilderberg y sus auxiliares como la Trilateral, la RF, el FMI, la BM y la Banca Privada de los Estados, que alteran los mercados con maniobras y planes de acción que siempre les beneficia a los mismos ladrones.

 

Como venimos planteando desde nuestra corriente Izquierda Socialista, necesitamos seguir la batalla por el giro a la izquierda, que contemple la planificación socialista de los recursos productivos, al servicio y bajo el control democrático y participativo de la clase trabajadora, para iniciar la construcción de una nueva sociedad, donde podremos desarrollar un modelo nuevo que solucione los problemas básicos de la humanidad, pero eso no cabe bajo el capitalismo, sino que, para avanzar hacia el Socialismo Científico a base de la práctica de una Democracia Participativa, necesitamos más organización y  más unidad en la acción.

 

José Martín Rodríguez.

Coordinador de Comunicación.

IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A

Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario