18 de febrero de 2019

“”DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTÍFICO””


 Resultado de imagen de Libro del Socialismo utopico al socialismo cientifico. Fundacion Engels.
  
Este libro que comento,  escrito por Federico Engels, lo leí por primeva vez hace muchos años, allá por la clandestinidad, cuando como sindicalista de UGT luchamos contra el régimen de la Dictadura. Producía un gran impacto entre la juventud de la época y continúa siendo uno de mis preferidos. Luego lo reeditó la Fundación de Estudios Socialistas Federico  Engels, que la creamos un grupo de marxistas en el año 1987, como una ONG sin ánimo de lucro, pagando nuestras cuotas como socios, para difundir y defender las ideas del materialismo dialéctico y ayudar en la difusión de material sindical y político en la lucha por el socialismo. Hace unos meses se ha puesto a la venta una nueva edición porque estaba agotado y los resultados de venta son sorprendentes.  

Considero que ha sido y sigue siendo imprescindible para toda persona que se reclame de izquierdas e intente comprender el desarrollo del materialismo dialéctico, contemplado bajo el prisma del método marxista, que no es el producto mágico acabado que nace de la mente de aquellos investigadores sociales, sino que se sostiene en los conocimientos más avanzados de su época, estudiando a fondo la economía política inglesa, inicio del desarrollo industrial del capitalismo, la filosofía alemana y el socialismo francés de los llamados utópicos.

Me lo trajo un amigo de mi pueblo que iba a Francia a hacer la vendimia y posteriormente he leído otras ediciones, ya en la democracia, hace más de 40 años y la nueva edición que acaba de publicar la Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels hace poco.

Es admirable que unas ideas que han sido y son permanentemente atacadas, descalificadas, tergiversadas y enterradas por el enorme aparato de la clase capitalista dominante y por una gran parte de los reformistas que se llaman de izquierdas, pero que han abrazado el capitalismo como el único modelo posible, están siendo en realidad reivindicadas de nuevo por la clase trabajadora y la juventud que luchan por un mundo mejor, pero también por un gran número de intelectuales que están demostrando en sus análisis que Marx y Engels quizás tuviesen razón, dado el agotamiento del modelo capitalista.

Algunos de los más destacados representantes del “socialismo utópico” fueron Robert Owen (Inglaterra), Saint Simon, Flora Tristán, Proudhon, (Francia) a los que se les pueden sumar algunos líderes más radicales, como Blanqui, Buonarroti, Babeuf y otros aunque todos utópicos.  En el “socialismo científico” destacan por su profundidad Engels y Marx, que superaron con sus propuestas y análisis a los utópicos cuyas formulaciones eran “idealistas” e irrealizables por utópicas, ya que no se basaban en un “análisis científico de la sociedad capitalistas” y no podían explicar con qué recursos económicos iban a disponer para llevar a cabo sus propuestas, que se basaban en los falansterios y el cooperativismo.

El socialismo científico superó teóricamente al socialismo utópico porque éste no presentaba en sus tesis prácticas cómo combatir al Capitalismo, aunque Marx y Engels les reconocían la importancia de sus análisis críticos de la realidad económica y política analizados durante la industrialización.  

Cuando hablamos de socialismo utópico se hace referencia a las formas de socialismo concebidas antes de que Marx desarrollara su metodología y sus estudios de El Capital y la Teoría del Valor,  los utópicos no tenían en cuenta la realidad de la lucha de clases, por lo que podríamos considerarlos en realidad dentro del campo de reformismo donde permanecen.

La vitalidad y superioridad del análisis marxista se debe al método del materialismo dialéctico con la aportación importante al movimiento obrero de las obras de Marx y Engels. Éste definía a la filosofía materialista dialéctica como “el estudio de las leyes más generales del desarrollo, la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento”. Ese método dota al movimiento por la transformación social y la construcción del socialismo, de un análisis científico de la sociedad, tomando en cuenta las bases materiales, de cómo se organiza la sociedad para la producción y distribución de los bienes, servicios y productos, que es en realidad y en última instancia, lo que determina la llamada superestructura social (Ideales, instituciones, aparato productivo,  Estado, etc)

Aquellos utópicos estaban horrorizados con las terribles condiciones de vida que sufrían los pobres y la clase obrera que era fruto del desigual desarrollo capitalista cuya dinámica permanece en la actualidad,  al continuar siendo la plusvalía el valor del trabajo que el burgués deja de pagar al asalariado.

El socialismo utópico era una buena idea, pero su método consistía y consiste únicamente en la explicación del modelo para convencer a toda la sociedad, burgueses y proletarios, de la benevolencia de sus ideales, pero rechazando la lucha entre las clases y la necesidad de la toma del poder por la clase trabajadora, sobre todo las finanzas, para llevar a cabo la planificación científica de la sociedad bajo la democracia social plena.

Su método en ese sentido no se diferencia mucho de los reformistas actuales, que siguen insistiendo una vez y otra, pese a sus fracasos incluso cuando gobiernan, de convencer o ablandar a la burguesía con elegantes discursos  sobre la necesidad de acabar con las injusticias sociales, pero con un gran reparo e incluso miedo, a utilizar las luchas de la clase trabajadora contra ese modelo injusto, con el objetivo de cambiar sus estructuras.

Pero hablemos claro, los socialistas utópicos estaban muy por encima de estos actuales en sus análisis y niveles de conocimiento que estos reformistas modernos, porque con el trabajo y la literatura que nos legaron contribuyeron a que la clase obrera fuese tomando conciencia, lo que equivale a dejar de ser una masa, o sea “cambiando lo de masa en sí”, para reconocerse como “una clase para sí” y tener claro la necesidad de derrotar al capitalismo.

En el campo de la filosofía, Engels aplica y combina los análisis profundos que hizo de las ciencias naturales, abandonando el misticismo e idealismo de los utópicos, para analizar la política, la economía, la naturaleza y demás campos del conocimiento, desde el punto de vista del método del materialismo dialéctico, cuyas leyes fundamentales fueron sintetizadas por Hegel, aunque desde su punto de vista idealista había llegado al culmen, pues explicaba el desarrollo de la humanidad basado en el “espíritu humano del ser”.  

Engels siguiendo la filosofía de Marx, continúa dándole una base materialista a la dialéctica, con lo cual consigue la potente herramienta del pensamiento humano, fundamental para comprender la realidad concreta y sus cambios a los que se ve sometida.

Marx y Engels habían desarrollado la teoría del valor considerando y demostrando el punto central de la explotación del Capitalista, la plusvalía: “los beneficios del capitalista corresponden al trabajo no pagado al obrero”. Y contrapone a la crítica moralista del sistema burgués de explotación, el análisis científico.

Explica que el sistema de producción de mercancías en masa para el mercado capitalista es el que genera la contradicción insalvable a la larga, entre, por una parte, “el carácter social de la producción” y el “carácter privado de la apropiación”, pues parte del fruto de ese trabajo social, se lo apropia el capitalista.

Mientras que esos recursos se reinvierten o se ceba la burbuja del crédito y otros artificios, la situación económica ha venido funcionando aunque con un reparto muy desigual de la riqueza, hasta que la crisis aparece y llega la recesión, una y otra vez, cada una más profunda y virulenta.

Las crisis actúales del capitalismo, cada vez más profundas, con una aceleración de la polarización entre ricos y pobres, ponen en evidencia para miles de millones de personas atrapadas en la pobreza, el paro y la miseria, la necesidad de transformar este modelo injusto.  Para ello, la juventud y la clase trabajadora necesitan armarse ideológicamente para defender el programa de transición al socialismo.

De una manera fácil y sencilla, Engels, explica de forma magistral la génesis del materialismo dialéctico dejando claro cómo de las condiciones materiales del sistema capitalista, va surgiendo la posibilidad y la necesidad de construir una nueva sociedad sin clases, es decir, lo que llamamos el Socialismo Científico, que demasiadas veces se ha confundido con sus sucedáneos, socio-liberal, socialdemócrata, socialistas,  estalinista, eurocomunista, anarquista y demás tendencias.  

Por ello es de obligado cumplimiento para la clase trabajadora y la juventud actual,  la lectura de este libro, para comprender la vigencia de la mayoría de sus tesis, guardando la distancia histórica, de recomendada lectura para la formación de toda persona que se sienta de izquierda, con el objetivo de elevar el nivel de conocimiento de la juventud y la clase trabajadora en general. El marxismo explica que:  “La teoría es una guía para la acción política y el foco que ilumina el camino por donde marcha la clase trabajadora para la Victoria e iniciar la transformación socialista de la sociedad”.

JOSÉ MARTIN RODRIGUEZ.
        COORDINADOR DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A  

(Cualquier persona interesada en adquirir el libro mencionado, puede encontrarlo en): 

http://www.fundacionfedericoengels.net







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