1 de octubre de 2018

HOY NO HABLAMOS DE CATALUÑA.


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Hoy no vamos a hablar de Cataluña y de la lucha de un pueblo por la República, que vive momentos excepcionales, al cumplirse el primer aniversario de los episodios del 1-0, cuando más de 2 millones de trabajadores querían votar reivindicando un derecho democrático, buscando el camino de un nuevo modelo de sociedad. Acusan al Estado español de ejercer la represión en aquella jornada histórica, que comentaremos más ampliamente en otro artículo posterior porque hoy están en la lucha por su futuro.

Pero sí tenemos que condenar y condenamos la campaña venenosa de desprestigio que está llevando a cabo el potente aparato de propaganda de los grandes medios de comunicación dominados y al servicio de la  clase Burguesa que está histérica y girando hacia el franquismo, atacando a todo lo que huela a izquierda o se muevan en luchas que exijan derechos o algo que moleste a sus intereses como clase dominante.  Debemos combatir y criticar las ideas burguesas y sus comportamientos de esa burocracia política alimentada de Cajas B y hacerlo  de manera firme y permanente.

Las direcciones socialistas  nunca deben despegarse de las masas de la clase trabajadora. Necesitamos fomentar la participación en las luchas y potenciar las organizaciones defendiendo el programa del socialismo obrero.

Los trabajadores no debemos aislarnos de las organizaciones de izquierdas, aunque nos critiquen, por muy degenerados que nos pinten a nuestras organizaciones políticas, sindicales y sociales, porque eso mismo significa renunciar al socialismo que es lo que quiere la burguesía. Si no nos gustan, debemos luchar por cambiarlas democráticamente, siendo críticos pero participando.

Nuestro deber es rescatar y mejorar nuestras organizaciones socialistas, principalmente PSOE, UGT y JJSS, para derrotar al capitalismo e iniciar la construcción del socialismo, que es para lo que fueron construidas por los fundadores en situaciones adversas dando muchos de ellos su vida por la democracia, la libertad, la solidaridad, la igualdad y el Socialismo.

Cuando hacemos esta clase de comentarios, algunos elementos de la clase burguesa nos llaman demagogos, pero eso se merece una respuesta ya que confunden ideología, que ellos tienen la suya, con demagogia, pues la hipocresía y la demagogia es más propia de los burgueses que de la clase trabajadora y lo estamos viviendo cuando al unísono sacan su artillería mediática con el intento de desprestigiar y calumniar a las izquierdas.

La demagogia es cierto que se alimenta de promesas de las direcciones de los partidos políticos, de todas las ideología, cuando prometen cosas que son difíciles de cumplir, introduciendo métodos como la retórica con la intención de engañar al pueblo.

Es cierto que en campañas electorales o ante la prensa,  muchos dirigentes dicen que ellos solucionarán todos nuestros problemas, luego se desdicen y eso cae muy mal. Pero cuando una organización política explica las cuestiones con claridad, presentando un programa de transición al socialismo, diciendo que bajo el capitalismo no se puede hacer el genuino socialismo, y a su vez, llama a la clase trabajadora  a la lucha y a que se organice para intentar los Cambios Necesarios, eso no puede tacharse de demagogia, eso corresponde a una ideología contraria al capitalismo, eso es querer poner en práctica la lucha de clases que se sigue dando, al servicio de los sectores menos favorecidos, desde el punto de vista del análisis marxista de la realidad desigual a la que nos somete este podrido sistema, que ha degenerado hacia posiciones muy reaccionarias y semi-fascistas mientras ha sido gobernado durante años por el PP y su derrotado EMEPUNTORRAJOY.

Aquellos demagogos que son defensores de las conducciones “progresistas” sostienen el siguiente argumento, al parecer infalible: si las direcciones no responden a las bases, y estas no las cambian, será porque están conformes. Esas luminarias olvidan que una dirección no es algo que se construya de la noche a la mañana, como no se construye de la noche a la mañana una organización firme para derrotarles y transformar la sociedad de un día para otro.

La constitución de una dirección con un determinado programa es producto de una experiencia previa, que va moldeando la conciencia de los trabajadores hacia una orientación, que a veces no funciona en línea recta, sino que producen derivas a derecha e izquierda. Buscando esta última orientación, a fuerza de repetición,  se vuelve un sentido común para la mayoría de los trabajadores que necesitamos organizaciones fuerte.

Eso se llama concienciación en lineas de clase. Dejar de ser masa y empezar a convertirse  de trabajador en si, en trabajador para sí y solidariamente para los  nuestros, como clase social, opuesta al Capitalismo mafioso de casino. De ello resulta que no se puede cambiar de dirección como de camisa, sino que requiere un proceso de acción democrática para encuadrarse y pasar a ser un militante activo por los derechos sociales, sindicales y políticos.

El segundo aspecto para pensar la crisis de dirección es cuál es la tradición que han construido esas direcciones que empiezan a ponerse a prueba y hasta dónde esa tradición permite a la clase trabajadora dar una respuesta a la altura de la situación que se abre.

Por eso, no se trata de sacar a las direcciones actuales para ocupar su lugar sin más, es necesario fortalecer o crear corrientes internas con una nueva tradición en la clase trabajadora,  con mucha ética y mucha solidaridad y otros valores alternativos al liberalismo,  que se exprese en miles de hombres y mujeres dispuestos a luchar por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.

En la medida en que demos esta batalla social contra el capitalismo, iremos construyendo nuevas direcciones a la altura de las circunstancias. Esta tarea apremia porque las direcciones actuales, mientras se mantengan en su práctica del "reformismo sin reformas" se encontrarán cada vez más en contradicción con las necesidades de la lucha de los trabajadores y se transformarán en un freno cada vez más evidente que será necesario sacar del medio.

Aquí queda en primer plano el problema de con qué estrategia, táctica, método, programa, y filosofía politica tendremos como forma más correcta para intentar conseguir la Victoria, buscando la solución a los dos problemas fundamentales que padecemos: Los problemas sociales y los conflictos territoriales, de los que hablaremos otro día. El futuro está siempre por construir.

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE. A



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