…/…y agotada la fase del auge del capitalismo
posteriormente hemos entrado en un nuevo período que representa el comienzo del
crepúsculo del capitalismo mundial y muchos estrategas coinciden que es urgente
buscar una salida alternativa, que no puede caber dentro del modelo actual de
capitalismo mafioso de casino, sino que debe recoger los valores del auténtico
socialismo, con democracia, planificación, participación, autogestión, con
aplicación de los nuevos descubrimientos, la robótica y las nuevas tecnologías,
para poner los frutos del trabajo que ya se realiza socialmente al servicio de
la Humanidad y bajo su propio control social, democráticamente ejercido, para
evitar los robos, la explotación y los despilfarros.
Algunos interesados y mercenarios del capital siguen
insistiendo que el socialismo es una utopía, pero nosotros lo vemos como una
necesidad, porque a pesar del auge y en cierta medida, como expresión de la
crisis estructural de sobreproducción, la vitalidad del capitalismo mundial
sigue disminuyendo, lo que expresa la gran contradicción de que sobran mercancías,
en bases capitalistas, cuando tantas personas tienen necesidades alimenticias
que podrían ser satisfechas, podrían vivir en casas confortables, tener un
trabajo decente y bien remunerado, así como disfrutar de una buena calidad de
vida, con un ocio cultural y no embrutecedor, pudiendo acceder, en caso de
adversidad o enfermedad, a un salario social universal y a una jubilación
digna.
La cuestión del Cambio Climático y el constante
deterioro del Medio Ambiente, con escándalos permanentes de contaminación
atmosférica, la decadencia de la moral burguesa, la rebelión de la juventud que
exige un puesto de trabajo, el giro a la izquierda de los estudiantes con
protestas masivas por los recortes en los presupuestos de Educación, y las
movilizaciones de los trabajadores de la
Sanidad, Pensionistas, Feministas y de otras ramas, son también factores que
expresan la necesidad de cambios estructurales de fondo, pues dichos factores
son indicadores de la crisis de esta sociedad burguesa que ha llegado a sus límites
desafiando la existencia misma del modelo capitalista, que se encuentra
obsoleto, agotado y senil.
Estamos sumidos en un estancamiento profundo y
universal, que ha sacudido los cimientos del propio modelo capitalista
demostrando su incapacidad de proseguir desarrollando las fuerzas productivas.
La plaga del paro masivo en la mayoría de los países y la recesión están
manteniendo hasta cierto punto controlada la inflación, pero en cuanto ésta
empiece a repuntar, y lo hará debido a las potentes inyecciones recibidas en el
torrente sanguíneo de la economía bancaria capitalista, el sistema se verá
atrapado entre el paro y la inflación que provocará violentas oleadas de
agitaciones sociales, luchas, levantamientos, huelgas y protestas masivas.
El despertar de la conciencia del movimiento obrero,
que está iniciando su recuperación, a pesar de la superioridad técnica y
militar de la burguesía, que se sigue preparando para la represión, hará
inservible todos los artilugios que quiera emplear, porque la necesidad y el hambre serán superiores a todos
los obstáculos que siempre ha querido poner en frente la clase dominante. Una
vez que las masas se pongan en movimiento y se doten de un programa adecuado
para marchar resueltamente en pro del socialismo y con una firme dirección que
saldrá desde las mismas entrañas de la lucha del movimiento obrero, todo lo que
hagan por sofocar los anhelos de las masas de lograr un cambio radical que abra
el camino para un mundo mejor, será inútil para la burguesía.
Sumamente significativo es que la potencia
imperialista más fuerte, los Estados Unidos, y los países más débiles como los
del cuerno de África, se encuentren en un callejón sin salida, la potencia
fundamental especulando con los alimentos, para su acaparamiento en grandes
almacenes, que provocan las consiguiente subidas artificiales de los precios y
los otros, con hambrunas terribles por
falta de una migaja de pan que llevarse a la boca. Algunos pueden tacharnos de
“demagógicos” cuando comentamos estas cuestiones, pero nosotros deberemos
llamarlos simplemente “asesinos” si nos quieren impedir que digamos, con total libertad, nuestros puntos de vista, sobre estas cuestiones sociales, económica, políticas y medioambientales.
Pero nuestras críticas no deben ir solamente al
sistema capitalista, que aunque nuestro Pablo Iglesias decía que “el
capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora”,
que es cierto, algo tienen que ver también los errores de las direcciones
sindicales y políticas de las organizaciones de la izquierda, que están
obligadas a aprender de la historia para corregir el rumbo. Porque si el
capitalismo sigue todavía vigente en Europa, se debe fundamentalmente al
pesimismo, pusilanimidad, cobardía, ceguera y estupidez absoluta, junto con la
falta de perspectivas, táctica correcta, ideales limpios y estrategia adecuada
y correcta de las direcciones de la izquierda, cuya autocritica asumimos con la
alícuota pequeña parte que nos corresponda, como corriente crítica minoritaria
que somos.
Asimismo es preciso reconocer que las bases nunca
pueden ser culpadas de los errores, corrupciones, desviaciones y demás
desaguisados que cometan las direcciones. Hablando claro, la confusión y
desorientación de los dirigentes sindicales y políticos, han conseguido que las
masas pierdan confianza en ellos, pues se han elevado por encima de la clase
acercándose al modelo burgués y algunos de ellos miran a los trabajadores con
un cierto despotismo e incluso desprecio, le temen a las Asambleas de base
porque no quieren escuchar las críticas y por tanto, insisten en seguir
buscando compromisos con la burguesía, para continuar siendo vistos como
grandes “hombres de Estado” que algunos se creen.
Los propios estrategas de la burguesía comprenden
mejor que ellos el periodo al que nos enfrentamos, debido a las contradicciones
latentes en las profundidades del movimiento obrero, que está sufriendo un
acoso terrible, con pérdidas de derechos y niveles de vida que nos retrotrae a
tiempos de la posguerra. La pequeña burguesía está deprimida y tienen malos
presentimientos ante los futuros problemas sociales, huelgas, protestas,
enfrentamientos y convulsiones que se están dando y se van a agravar entre los
trabajadores y el capital de todos los países; Muchos autónomos y pequeños
empresarios están sufriendo un proceso de proletarización y están llegando a la
conclusión que para ellos tampoco el capitalismo ofrece salidas, por lo que,
más temprano o más tarde, estarían dispuesto a seguir a una dirección potente
de izquierdas, una Coalición de Izquierdas, que surja del movimiento obrero y les ofrezca
un futuro con más garantías de las que les da el propio modelo capitalista que
les ha llevado a la ruina.
Las contradicciones se han ido acumulando durante las
últimas décadas y una de las más peligrosas de resolver es la que existe entre
el poder de la clase obrera y la inservible política de las direcciones
sindicales y políticas actuales, porque éstas no se quieren dar cuenta de las
posibilidades objetivas que se están dando para poder apartar al capitalismo de
la escena de la historia y empezar a construir el socialismo, pero estas tareas
que son las clásicas para las que fueron fundadas estas organizaciones de clase
pondrían una vez más a prueba a las organizaciones tradicionales de la clase
obrera, que si no giran a la izquierda y asumen el nuevo rumbo que los
trabajadores les exigen como necesidades imperiosas, serán cambiadas en el
fragor de la batalla o seremos llevados a la derrota. Debemos tener confianza
en la clase obrera, pues como decía un clásico marxista, “Desde dentro de sus
filas, entre los mejores luchadores de la clase obrera y la juventud, saldrán
las fuerzas dirigentes del GENUINO SOCIALISMO, porque fuera de las
organizaciones de masas, no se creará nada que pueda resistir la fuerza del
tiempo”.
Conclusiones: De la I Internacional surgieron las
fuerzas de la II, que mediante las presiones históricas, y sus contradicciones
económicas expresadas en la dialéctica económico-social, se escindió y surgió
la III Internacional, que asimismo fue degenerada por los seguidores del
estalinismo dirigidos por el propio Stalin, en una lucha feroz para evitar que
surgiera con fuerzas la IV que estaba en embrión y fue abortada y laminada por
el capitalismo y los procesos históricos del estalinismo. De los polvos de
todas esas “estrellas”, de donde cabe resaltar tantos trabajadores heroicos y
comprometidos por la noble causa del socialismo, que fueron la mayoría de luchadores
anónimos que dieron su vida por la causa del socialismo buscando un mundo mejor
en armonía para todos, y también a causa de los errores de esa pléyades de
“jefecillos” que dirigían al movimiento obrero y que “estrellaron” una y otra
vez a los trabajadores contra los muros intransigentes del capitalismo y sus
defensores, debemos RECONSTRUIR un nuevo movimiento socialista
Internacionalista fuerte y vigoroso, que traspase fronteras, que esté a la
altura de las circunstancias en los momentos álgidos a los que la clase
trabajadora se verá forzada a enfrentarse, porque bajo el capitalismo no hay
salida para la Humanidad.
Para ello debemos combatir democrática y
dialécticamente los errores del Oportunismo y del Sectarismo, debemos continuar
la lucha, tanto en el plano teórico con un debate compañero, como en la acción
de masas para continuar organizándonos, en pro de una fuerte unidad, a la vez
que debemos prepararnos y dotarnos de cuadros firmes y honrados, que sean
elegidos, y en su caso revocados por las
bases democráticamente, para avanzar en la lucha contra la corrupción y el burocratismo, pasando a la
ofensiva, organizándonos y buscando la unidad,
que nos permita rechazar los ataques de la burguesía y abrirnos el
camino para construir otro modelo de sociedad, porque otro mundo no solamente
es posible sino que es más necesario que nunca, pero siempre que esté orientado
hacia el Genuino Socialismo y la Democracia Plena.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA
PSOE-Andalucía.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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