La socialdemocracia ha girado a la derecha
asumiendo los postulados del socio-liberalismo, cuyo ejemplo más reciente lo
encontramos en Albert Rivera (C’s), flamante líder apoyado por el Ibex-35 y el
imperialismo mundial, que renunció a la etiqueta “socialdemócrata” que aparecía en su anterior programa,
pretendiendo robarle los votantes al PP, quedando claro su oportunismo y sus
mentiras, pues siempre ha sido un liberal con bastantes tics derechistas y falangistas, como buen aprendiz de la
ultraderecha, desde que estuvo afiliado a las NNGG del P.P.
Con la huida de muchos de los llamados
“socialdemócratas” hacia la derecha, abrazando la doctrina más ultra del “socio-liberalismo”,
cumpliendo la hoja de ruta trazada por la clase dominante a la que han servido, aún intentan ser fieles con el poder, como
hemos visto a Macron en Francia, Trudeau en Canadá, Blair en Gran Bretaña y
sobre todo el reciente caso de “Catalogne: Le parti d’extrema droîte C’s
propose à Manuel Valls d’être candidat à Barcelone” (El partido de extrema
derecha C’s propone a M. Valls ser candidato en Barcelona). Esa deriva a la
derecha en toda Europa es similar a la nueva corriente no declarada surgida en
el PSOE, renunciando a la socialdemocracia y declarando que ya no son ni de
izquierdas ni de centro ni de derechas, que también ha contagiado a un sector
de Podemos y otras corrientes políticas del reformismo y el populismo.
Con esos giros al centro de algunos, y otros
totalmente a la derecha, queda claro que
son defensores del neoliberalismo, los
mismos que han claudicado ante las presiones y que se decían representantes de
las izquierdas, por lo que es necesario debatir sobre qué es el “socialismo
genuino” y la “verdadera democracia”, para diferenciar esos sucedáneos en manos
de tanto oportunista y mentirosos que confunden a la clase trabajadora, con el
objetivo de captar votos y perpetuar en el poder a la clase dominante.
Iniciaremos este debate al que quedan todas y
todos invitados, con una primera parte que comienza con el análisis de lo que
representa el sectarismo y el oportunismo, que la mayoría de las veces son la
cara y la cruz de una misma moneda. Hemos dividido esta iniciación al debate
en cinco apartados, para mejor digerir, analizar y debatir la dramática situación a
las que nos están conduciendo tales actitudes personalistas de esos líderes de una izquierda fluctuante que parecen haber perdido
el rumbo, la ética o ambas cosas a la vez.
Contra
el Oportunismo y el Sectarismo:
Existe en la izquierda una enorme cantidad de
grupos sectarios y oportunistas que se reclaman del socialismo en todas sus
variantes, pero la mayoría de ellos, están dirigidos por compañeros que
desconocen, han olvidado o han tergiversado el método, las ideas, la
estrategia y la táctica que puede conducir a la clase trabajadora a la toma del
poder y construir una nueva sociedad genuinamente socialista y verdaderamente democrática,
como alternativa global al
sistema capitalista, que en su fase imperialista multinacional ha entrado en un
estancamiento tras 10 años de crisis y se perfila una recaída de la recesión
que incluso a largo plazo, pone en
peligro la especia humana sobre el planeta, por la explotación, la especulación
y la depredación de los recursos naturales, el Medio Ambiente, las materias
primas y el frenazo a la investigación y al desarrollo.
Cualquier recaída de la economía mundial, con
la guerra comercial detrás de la puerta,
por el “nacionalismo económico” que está planteando Trump, golpeará
duramente a la economía española, sostenida sobre el sector Turismo, mucho más
débil y con recursos públicos mucho más raquíticos que los países más
avanzados. Para millones de trabajadores y pobres esa endeble recuperación de
Rajoy no ha supuesto ninguna mejora sustancial. Los dirigentes sindicales, en
vez de defender los intereses de la clase trabajadora pasando a la ofensiva
para recuperar lo perdido durante la crisis y la rapiña de sus recortes y
estafas de la burguesía, siguen anclados en la desmovilización y el pacto sin
contenidos, lo que es la clave de los beneficios de banqueros y capitalistas y
la terrible precariedad, desigualdad y
bajos salarios a la que nos ha conducido la política liberal del PP.
La burguesía insiste en la muerte del marxismo,
pero para algunas corrientes críticas, el materialismo dialéctico representa
una herencia preciosa que debemos seguir desarrollando a la vez que animamos a
los jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos,
aunque en realidad no podemos tomarlos como un esquema acabado del proceso
histórico, sino que es preciso adaptarlos a la realidad concreta, para
transformarla en favor de la clase trabajadora, los pobres y las clases menos favorecidas.
Es necesario reconocer que debido a las
desviaciones del estalinismo y a la deriva hacia la derecha del reformismo
socialdemócrata, los verdaderos marxistas, quedaron prácticamente aislados
en pequeños grupos diseminados, siendo atacados principalmente por el
capitalismo, pero también por el estalinismo y la socialdemocracia.
Remontándonos en la historia sabemos que
terminada la II Guerra Mundial, salieron fortalecidas las corrientes
estalinistas y en cierta medida la II Internacional socialdemócrata también,
pues ante el miedo de la burguesía a la revolución, infiltró y utilizó a los
dirigentes reformistas para que actuasen de cortafuego, otorgando algunas mejoras
a los trabajadores para contrarrestar los avances que experimentaba la URSS que
se había convertido en un polo de atracción para los obreros del mundo.
Pero ni los estrategas del estalinismo ni los
reformistas socialdemócratas fueron capaces de comprender los acontecimientos
internos y las luchas sociales que el proceso histórico hizo imparables e
inevitables, incrementándose el desarrollo de los Estados estalinizados en el
Este de Europa, que se convirtieron en estados bonapartistas obreros deformados
y degenerados, que la burguesía empezó a llamar del “socialismo real”, cuando
en realidad se estaba dando desde hacía años una contra-revolución que caminaba
hacia el capitalismo, si no se producía una revolución política donde los
trabajadores interviniesen implantando el control obrero y la planificación
democrática, pero el proceso se produjo a la inversa asumiendo la burocracia
corrupta el modelo capitalista del que estaban más cercano.
Mucho antes de esa implosión, las revoluciones
que ocurrieron posteriormente a 1944 con los acontecimientos de Grecia, las
Revoluciones en China y Cuba, junto con otros cambios similares que se estaban
dando en otras zonas e incluso en el posterior Mayo francés del 68, no fueron
previstas por ninguna fuerza política con garantías de llevarlas a buen puerto,
por la incapacidad burocrática de sus direcciones y su sumisión al capitalismo,
en el abrazo del oso que representó la guerra fría, donde los estalinistas y
los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar al verdadero socialismo
democrático y autogestionario.
La confirmación más clara de la bancarrota de
la dirección estalinista se dio en la Revolución de los claveles de Portugal,
donde el PCP que tuvo todo el poder en sus manos, fue incapaz de desarrollar un
plan que concediese el poder y la autogestión de las empresas a los
trabajadores y colaboraron en deshacer la reforma agraria que se había llevado
a cabo en la práctica por las propias masas de los campesinos y jornaleros, y
con la participación activa de la dirección del PCP procedieron a la devolución
de los latifundios y de las empresas a los capitalistas.
En los textos de los clásicos del marxismo la
interrelación entre el llamado factor subjetivo y los factores objetivos ocupan
bastantes libros. Una de las principales conclusiones es la necesidad de una
Internacional marxista, debido a la disolución de la I Internacional de Marx y
Bakunin, al sometimiento de la II a sus burguesías respectivas aprobando los
créditos de guerra y…/...
(…/… Continuará mañana con la Parte 2 de 5).
ÁREA DE COMUNICACIÓN
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE. A
No hay comentarios:
Publicar un comentario