(…/… Continuación de la parte 2)
,,,/…Es preciso comprender que esos procesos de
pasos atrás en la historia se debían al retraso en la formación y debilidad del factor subjetivo, necesario de la revolución socialista
en los países desarrollados. Pero la caída del estalinismo, al representar la desintegración de un sistema, a la larga
también está minando los cimientos del capitalismo mundial, cuando éste ha
entrado en un proceso de declive global y camina hacia una nueva recesión,
porque las crisis son cada vez más virulentas, largas y profundas lo que podría
desembocar en una depresión como en el
siglo pasado o incluso peor.
En los procesos vividos durante la
desintegración de esos países estalinizados, la mayoría de los gobiernos
dictadores que eran regímenes bonapartistas proletarios, empezaron una lucha
por su independencia nacional, saltando de la sartén al fuego, pues ese era el
camino que les llevaba diametralmente opuesto al socialismo, que debe ser Internacionalista
y Democrático o no es verdadero socialismo, pues se requiere una integración,
colaboración, cooperación, solidaridad y apoyo mutuo en su filosofía de
clase.
Las tensiones vividas entre las diversas castas
militares de China, Rusia y demás estados estalinistas fortalecía el poder
militarista de las burocracias, elevándose éstas cada vez más por encima de las
masas, dedicando ingentes recursos a la carrera bélica, (cuyo ejemplo máximo es
ahora Korea del Norte), detrayéndolo de la economía que evitaba y cercenaba las
atenciones sociales de los pueblos, que junto con el despilfarro y el robo
sistemático de la burocracia a la producción, se convirtieron en un freno
absoluto para el desarrollo real de las fuerzas productivas preparando el
colapso de la economía estaliniana burocratizada, que estaba necesitando el
control democrático como el cuerpo humano necesita al oxigeno para limpiar la
sangre y para lo cual era necesaria la revolución política para acabar con
aquella casta de burócratas que, siendo solamente el 3 %, se incautaba del 64 %
del PIB, pero se dio el giro contrario cayendo en las manos de la Dictadura
Imperialista de las mafias del Capital.
Asimismo otros factores influyeron en la
degeneración de esos estados, como el largo auge del capitalismo en los países
industrializados, la degeneración burocrática que también se daba en los
partidos obreros de masas en los países capitalistas desarrollados, que
interactuaban y reforzaban la degeneración mutuamente. Durante toda una época
esta era la característica fundamental que se daba, lo que representaba un
circulo vicioso que degeneraba el desarrollo del estudio teórico y práctico del
verdadero marxismo, tan necesario para avanzar en la construcción de
organizaciones sindicales y partidarias, para que se pudiesen evadir de los dos
precipicios fundamentales por los que todos descarrilaban, como son el oportunismo
por la derecha y el sectarismo ultra por la izquierda.
En una situación similar, no existían
posibilidades reales de organizar partidos obreros que no sucumbieran a esas
presiones, dado que la II Internacional socialdemócrata se había diluido en el
capitalismo y la III Internacional había sido destruida y desmantelada por
Stalin. A su vez, los restos de la IV Internacional trotskista se subdividieron
en diminutos grupúsculos siendo incapaces ninguno de ellos de encontrar el
camino correcto para convertirse en un partido fuerte de masas, que superasen
los errores estratégicos, tácticos, ideológicos y políticos cometidos por la
cantidad de sectas y grupúsculos a la que fueron reducidos, cogidos entre el
fuego cruzado del imperialismo y del estalinismo, que casi fueron exterminados,
no solo políticamente, sino incluso muchos físicamente.
En realidad existían además factores objetivos
que eran la principal razón de la debilidad de esas tendencias revolucionarias,
que se enfrentaban a esos dos potentes polos, imperialismo por la derecha y
estalinismo por la izquierda. La eliminación, degeneración y destrucción de los
grupos y sectas que se denominaban “trotskistas” fue asimismo una consecuencia
de este periodo largo del auge del capitalismo y de la ferocidad de cómo eran
tratados por los estalinistas, que producía cada vez más alejamiento de las
masas sin tener la más mínima posibilidad de convertirse en organizaciones
potentes de masas.
Muchos hijos de la pequeña burguesía
radicalizados y con ganas de cambiar el mundo, fueron atraídos en aquella época
por las ideas del Che y de Castro que aparecían como el camino romántico y a su
vez violento para acabar con el capitalismo, lo que resultó un espejismo por
los errores intrínsecos de ese modelo para conseguir el verdadero socialismo
como ha demostrado la historia. Incluso muchos grupos autodenominados como de “oposición
de izquierdas” que surgieron en el seno de los Partidos Comunistas, evolucionaron
igualmente hacia esa dirección abrazando el método del “guerrillerismo”, al caer
en la confusión de que tanto Castro en Cuba, como Tito en Yugoslavia eran “trotskistas
inconscientes” y esta confusión se daba, no solamente en los países
industrializados con poderosas formaciones obreras, sino incluso en algunos
países estalinistas.
EUROPA CAMINA HACIA EL ABISMO:
Debido a las profundas contradicciones que el
capitalismo ha ido acumulando, la situación en Europa está cambiando y nos
enfrentamos a un nuevo periodo de levantamientos, luchas, insurrecciones
y procesos moleculares de cambios bruscos y repentinos en la toma
de conciencia de las masas en cada uno de sus países que no pueden superar la
recesión capitalista en la que hemos entrado.
La última recesión mundial ha sido mucho más profunda
que las crisis vividas después de los años 70, de características similares a
la llamada “crisis del petróleo de 1974/75”, que fue otra crisis de largo
alcance, pero ésta es superior, de onda larga también, pero con ciertas
características similares a la de 1929. El desempleo de masas ha aparecido
simultáneamente en todos los países, y no es un detalle coyuntural, es para
quedarse largo tiempo porque es de carácter estructural y permanente, enlazando
con una recesión que es prácticamente universal afectando de lleno a los países
industrialmente más desarrollados que descargan sus consecuencias sobre los más
atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y catástrofes alimentarias.
La tasa de ganancias se ha derrumbado en todos esos
países decreciendo fulminantemente las inversiones tanto privadas como
públicas. Junto a ello han colapsado las ilusiones en el enriquecimiento
permanente de todos y ha conseguido que a los capitalistas les duela la cabeza
tras la orgía de abultadas ganancias que habían venido obteniendo durante el
largo auge capitalista del periodo anterior a la crisis de 2007.
El desplome de las bolsas de China en 2015 supuso unas
pérdidas de más de 4 Billones de dólares, arrastrando a las bolsas mundiales.
En febrero de este año 2018, el lunes negro día 5, el índice de las bolsas de
Wall Street se derrumbó y perdió 1.176 puntos, con una caída del 4,6 %, el
batacazo más estrepitoso desde 2011. El siguiente jueves 8/2/18 cayó otro 4,15
% perdiéndose en esas dos jornadas más de 2,6 Billones del valor bursátil
S&P 500. Ese derrumbe representa un 40 % de pérdidas desde la entrada de
Trump a la Presidencia de EEUU.
En la actualidad la burguesía ha entrado en pánico y
los capitalistas tienen más miedo que nunca porque ven un futuro bastante
negro, debido a la desfavorable correlación de fuerzas en el tablero mundial
para sus intereses, porque comprenden la agonía del capitalismo y el inicio del
resurgir del movimiento obrero y de las izquierdas con el potencial aplastante
que la clase trabajadora mundial representa. Las tensiones en Siria, con la
sangrienta guerra de más de 7 años, y la masacre de ataques recientes con armas
químicas, prohibidas por el Derecho Internacional, ha sido respondida de forma fulminante
por el nuevo Trio compuesto por EEUU, U.K y Francia, aumentando la tensión en
la zona.
Algunos analistas observan un inicio de la
recuperación de las luchas del movimiento obrero. La CEOE informa que las horas
perdidas por huelgas en 2017 ascendieron a 24.620.000, con un aumento de un 115
% más que el año anterior y se registraron 526 huelgas laborales. Uno de los
factores clave del desarrollo de esas movilizaciones que buscan
desesperadamente una transformación social profunda es la desmoralización de la
propia clase dominante. En los países claves del capitalismo han aparecido
fisuras, enfrentamientos y divisiones en el seno de las burguesías respectivas,
como el ejemplo de la lucha diplomática entre EEUU y Rusia, recrudeciendo la
guerra fría y aumentando las tensiones bélicas a cuenta de la disputa por la
hegemonía mundial y las materias primas y a nivel local el conflicto
diplomático entre España y Alemania, por la liberación de Puigdemont junto a la
radicalización entre Derechas e Izquierdas en toda Europa, pero sobre todo los conflictos y masacres
bélicos como los de Siria, Irán, Oriente
Medio, etc.
Así que muchos capitalistas miran con terror los
procesos tan delicados que estamos viviendo tanto en esas zonas calientes como
en el resto del mundo. Incluso el país capitalista más poderoso como los EEUU,
que pensaban que podría disfrutar de siglos de dominación mundial, cuando cayó
el muro de Berlín, considerándose los gendarmes de planeta, están ahora igual
de desmoralizados que todos los demás, porque ni China ni Europa pueden tomar
el relevo como locomotora que les saque del atolladero de esta brutal recesión
económica en que se encuentra el sistema y las ocurrencias de Trump les llevan
a guerras comerciales tremendas (…/…
.../...Continuará mañana con la parte 4 de 5)
ÁREA DE COMUNICCIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.PSOE-A.
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