(Continuación de la
Parte 3 de 5…/…)
La Iglesia y el socialismo.- La
Iglesia hoy.- (…) El surgimiento del movimiento obrero moderno en la última década del
siglo XIX y el período previo a la Primera Guerra Mundial fueron para el
establishment religioso todo un desafío. Sin excepción, la iglesia se situó de
parte de los explotadores frente al socialismo y al movimiento obrero. Para
evitar la extensión de las ideas socialistas entre la clase obrera, la Iglesia
católica se dispuso a dividir el movimiento obrero con la creación de
sindicatos católicos separados, y organizaciones de jóvenes y mujeres para
competir directamente con la socialdemocracia. La realidad es que la Iglesia
copió los métodos organizativos de la socialdemocracia.
La jerarquía eclesiástica ―siempre tan atenta con los
ricos y los poderosos― miraban al socialismo y al movimiento obrero con
sospecha y hostilidad. El Papa León XIII en su Encíclica Rerum Novarum (sobre
la “condición” de los obreros) subrayaba la hostilidad del Vaticano hacia el
socialismo.
“Los socialistas después de excitar en los pobres el odio
a los ricos, pretenden que es preciso acabar con la propiedad privada y
sustituirla por la colectiva, en la que los bienes de cada uno sean comunes a
todos, atendiendo a su conservación y distribución los que rigen el municipio o
tienen el gobierno general del Estado. Pasados así los bienes de manos de los
particulares a las de la comunidad y repartidos, por igual, los bienes y sus
productos, entre todos los ciudadanos, creen ellos que pueden curar
radicalmente el mal hoy día existente... Si un hombre alquila a otro, su fuerza
o su industria, él lo hace para recibir a cambio los medios de subsistencia,
con la intención de adquirir un derecho real, no simplemente su salario, pero
también para liberarse de él. Invertiría este salario en tierra y eso es sólo
su salario de otra forma...
“Precisamente en esto consiste, como fácilmente entienden
todos, el dominio de los bienes, muebles o inmuebles. Por lo tanto, al hacer
común toda propiedad particular, los socialistas empeoran la condición de los
obreros porque, al quitarles la libertad de emplear sus salarios como quisiera,
por ello mismo les quitan el derecho y hasta la esperanza de aumentar el
patrimonio doméstico y de mejorar con sus utilidades su propio estado. Los
socialistas... atacan la libertad de cada asalariado, para privarles de la
libertad de disponer de sus salarios. Cada hombre tiene, por la ley de la
naturaleza, el derecho a poseer propiedad para sí mismo...
“Debe ser dentro de este derecho de sus propias cosas, no
simplemente para el uso del momento, no simplemente las cosas que perecen con
su uso, sino tales cosas cuya utilidad es permanente y estable.
... Siendo el hombre anterior al estado, recibió aquél de
la naturaleza el derecho de proveer a sí mismo, aun antes de que se
constituyese la sociedad... Cuando en preparar estos bienes materiales emplea
el hombre la actividad de su inteligencia y las fuerzas de su cuerpo, por ello
mismo se aplica a sí mismo aquella parte de la naturaleza material que cultivó
y en la que dejó impresa como una figura de su propia persona: y así justamente
el hombre puede reclamarla como suya, sin que en modo alguno pueda nadie
violentar su derecho...”
El
papa León XIII también escribía: “La democracia cristiana, por el mismo hecho
de ser cristiana, se debe basar en los principios de la fe divina(..) Por eso
la justicia de la democracia cristiana es sagrada. El derecho de adquirir y
poseer propiedades no se puede contradecir y se deben salvaguardar las
distintas distinciones y grados que son indispensables en cada mancomunidad
bien ordenada. Es evidente, por lo tanto, que no hay nada en común entre la
socialdemocracia y la democracia cristiana. Ambas difieren entre sí como la
secta del socialismo difiere de la Iglesia de Cristo”.(…)
El 21 de septiembre de 1958 el papa Pío XII escribía: “La multiplicidad
de clases sociales se corresponde plenamente con los designios del creador”.
Esto es como decir que la Iglesia considera la sociedad de clases fija, eterna
y de origen divino. Sólo hay que compararla con las palabras de San Clemente
(citada anteriormente) cuando escribía: “El uso de todas las cosas que se
encuentran en este mundo debería ser común para todos los hombres. Sólo la
injusticia [iniquidad] manifiesta hace que uno diga al otro, ‘esto me pertenece
más que a ti’. De aquí el origen de la discusión entre los hombres”.
La postura de Pío XII es la misma que el antiguo himno anglicano Todas
las cosas brillantes y maravillosas, que contiene las líneas bien conocidas:
“El rico en su castillo, el pobre en su barrera: Él [Dios] hizo lo superior y
lo humilde y ordenó su Estado”.
Esto es absolutamente típico de la actitud de la iglesia durante siglos: una defensa abierta del status quo y de la división de la sociedad en clases.
Posteriormente, como resultado del crecimiento del
movimiento obrero y el irresistible movimiento en dirección al socialismo, la
Iglesia católica se ha visto obligada a modificar su postura. El papa Juan
XXIII ―el más inteligente de los papas del siglo XX― asumió una postura más
progresista. Pero bajo el pontificado actual todo esto se ha convertido en su
contrario.
La Iglesia hoy.- “¿No se considera
correcto apelar a los juzgados cuando alguien te ha estafado? Pero el apóstol considera que es un error.
¿Ofreces tu mejilla derecha cuando te golpean la izquierda o respondes al
ataque? El Evangelio lo prohíbe [...] ¿Acaso la mayoría de los procedimientos
judiciales y la ley no están relacionados con la propiedad? Pero decís que vuestro tesoro no es de este
mundo”. (Marx y Engels. On religion. p.
35).
Las actividades de la Iglesia en la sociedad moderna se
basan en contradicciones manifiestas y en la hipocresía. Las tradiciones
revolucionarias de los primeros cristianos no guardan absolutamente ninguna
relación con la situación actual. Desde el siglo IV a.c, cuando el movimiento
cristiano fue secuestrado por el estado y se convirtió en un instrumento de los
opresores, la Iglesia cristiana ha estado de parte de los ricos y poderosos
contra los pobres. Hoy las principales iglesias son instituciones muy ricas,
tanto en los países musulmanes como en los cristianos.
En España la Iglesia católica, además de su enorme
riqueza en tierras, edificios y cuentas bancarias, recibe regularmente
subvenciones del estado con los impuestos pagados por todos los ciudadanos,
independientemente de si son religiosos o no, aunque al pueblo español nunca se
le haya consultado sobre esta medida. Lo mismo ocurre en otros países donde la
Iglesia ha alcanzado un acuerdo con el estado. La religión es una violación
intolerable de la democracia. Y aunque ahora los contribuyentes españoles
pueden elegir si donan su dinero a la iglesia o no, el hecho es que todavía
ésta mantiene una situación privilegiada a la hora de acceder a los fondos
públicos.
En la Edad Media la Iglesia católica declaró la usura (el
préstamo de dinero con interés) pecado mortal; ahora el Vaticano posee su
propio banco y una enorme riqueza y poder. La iglesia en Inglaterra, aparte de
numerosos intereses empresariales, es uno de las mayores terratenientes de Gran
Bretaña. Sería fácil demostrar que ocurre lo mismo en todas partes. No es un
fenómeno limitado a la religión cristiana. El Corán también prohibía la usura y
en todos los llamados países islámicos se pueden ver grandes bancos que son
propiedad de los musulmanes. Recurren a todo tipo de trucos para ocultar esto
aunque el tipo de interés exprime a la población de la misma forma.
Políticamente las iglesias han respaldado
sistemáticamente a la reacción. En los años treinta los obispos católicos
bendecían al ejército de Franco en su campaña para aplastar a los trabajadores
y campesinos españoles. La prensa fascista española publicaba frecuentemente
fotos de prelados con el saludo fascista. El Papa Pío XIII apoyó a Hitler y
Mussolini. El Papa guardó silencio sobre los millones que fueron exterminados
en los campos nazis, y aunque oficialmente el Vaticano se mantuvo neutral
durante la Segunda Guerra Mundial, en realidad sus simpatías pro-nazis están
bien documentadas por G. Lewy:
“Desde el principio hasta el final del gobierno de
Hitler, los obispos no se cansaron nunca de aconsejar al fiel que aceptara su
gobierno como la autoridad legítima a quién se debía rendir obediencia [...]
Después del intento de asesinato fallido contra Hitler en Munich el 8 de noviembre
de 1939, el cardenal Bertram, en nombre del episcopado alemán, y el cardenal
Faulhaber de los obispos bávaros, enviaron telegramas de felicitación a Hitler.
La prensa católica de toda Alemania, en respuesta a las instrucciones del
Reichspresskammer, hablaba de la milagrosa providencia que había protegido al
Führer”. (G. Lewy. The
catholic Church and Nazi Germany, NY. 1965, p. 310-311).
“En los dos puntos importantes los documentos alemanes muestran una
similitud impresionante. Por un lado, la predilección que sentía el soberano
pontificio por Alemania no parecía haber disminuido debido a la naturaleza del
régimen nazi y éste no fue repudiado hasta 1944; por otro lado, Pío XII lo que
más temía era la bolchevización de Europa y esperaba que si la Alemania de
Hitler se reconciliaba con los aliados occidentales, entonces todos se
convertirían en una muralla frente al avance de la Unión Soviética hacia
occidente”. (Saul Freidhandler. Pío XII y el Tercer Reich. La documentación.
NY. 1958. p. 236. El subrayado es mío).
En la historia de las ideas la iglesia siempre ha jugado el papel más
reaccionario. Galileo Galilei tuvo que retractarse de sus ideas ante las
amenazas de la Santa Inquisición. Giordano Bruno fue quemado en la hoguera.
Charles Darwin fue acosado sin piedad por el establishment religioso en
Inglaterra al atreverse a desafiar la idea de que Dios creó el mundo en seis
días.
En la actualidad la teoría de la evolución también recibe los ataques de
la derecha religiosa de EEUU. La derecha religiosa en EEUU es un movimiento
bien financiado que predica las causas reaccionarias. Hace unos años, Nelson
Bunker Hunt, el magnate del petróleo de Texas, donó “más de diez millones de
dólares de los 1.000 millones conseguidos por el Crusade Campus for Christ. La Fundación
Cristiana para la Libertad, un ‘lobby educativo’ creado por J. Howard Pew
―fundador de Sun Oil Company― y otros empresarios que se adhieren al sistema de
libre empresa”. Hay otros muchos ejemplos que demuestran la estrecha relación
que existe entre la derecha religiosa y las grandes empresas. Estos ricos
empresarios no invierten estas cantidades de dinero para nada. La religión es
utilizada como un arma de la reacción.
En el movimiento creacionista en EEUU participan millones de personas y
está ―increíblemente― encabezado por científicos, entre ellos algunos
genetistas. Esta es una expresión gráfica de las consecuencias intelectuales de
la decadencia del capitalismo. Es un ejemplo contundente de la contradicción
dialéctica del retraso de la conciencia humana. En el país tecnológicamente más
avanzado del mundo, la mente de millones de hombres y mujeres está hundida en
el barbarismo. Su nivel de conciencia no es mucho más elevado que el de los
hombres que sacrificaban a los prisioneros de guerra a los dioses, que se
postraban ante ídolos sepultados o quemaban brujas en la hoguera. Si este
movimiento triunfara, como dijo hace poco un científico, volveríamos a la Edad
Media.
En el terreno de la legislación social, y particularmente en los derechos
de la mujer, la Iglesia católica romana siempre ha jugado un papel
reaccionario. Todavía niega a la mujer el derecho a controlar su propio cuerpo,
niega el derecho al divorcio, a la contracepción y el aborto. (…) La
persistente oposición de la iglesia a los métodos anticonceptivos artificiales
resulta sobre todo desastrosa en el SIDA. En 1999 una encuesta entre católicos
estadounidenses demostraba que el 80 por ciento de los legos y el 50 por ciento
de los sacerdotes estaban a favor de la contracepción, en otra encuesta de la
universidad de Maryland dos tercios de los católicos reconocían que practicaban
la objeción de conciencia con relación a las ideas del Papa y hacían lo que les
dictaba su conciencia. Se podrían citar cifras similares en el resto de países
desarrollados.
En el reino de la política el Papa es un portavoz reaccionario y un
enemigo del marxismo y el socialismo, ayudado por el poder del Opus Dei ―esa
notoria mafia católica cuyos tentáculos alcanzan cada rincón de la vida
política italiana, española o de otros países (….)
(Continuará mañana con la parte 4 de 5).
“Extractos del libro “Marxismo y Religión”.
“Editado por la “Fundación de Estudios
Socialistas “ Federico Engels”.
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