La Ejecutiva queda
compuesta por 49 miembros con la integración de Patxi López y sin integración
significativa notable de ninguna de las llamadas “baronías” que apoyaban la candidatura susanista. El antiguo aparato del Partido acusa el golpe
recibido de las bases y no le queda otro remedio que replegarse aunque sea
temporalmente y modificar su táctica. Pero podrían optar en sustituir el ataque
frontal con el que forzaron la dimisión de Pedro Sánchez, sustituyéndolo por
envolver al Comité Federal en una serie de acuerdos que frenen el intento de
giro a la izquierda para que se siga haciendo una política similar a la que
pretendía la derrotada Gestora. ¿Seguirán algunos afilando los cuchillos? Eso
sería un error divisionista que restaría legitimidad a la nueva dirección que
se ha comprometido en palabras del nuevo Secretario General, ““trabajar
sin descanso para lograr una mayoría parlamentaria que acabe con esta época negra
del gobierno de la derecha”, entre otras muchas otras propuestas.
Si Pedro Sánchez quiere
cumplir su promesa de colocar al PSOE realmente en la izquierda para echar a
Rajoy del Gobierno cuanto antes, debe estar preparado para rechazar las
presiones que podría recibir del antiguo aparato porque existe una
incompatibilidad con la política que quieren aplicar las baronías y sería
arrojar por la borda todo lo que se ha conseguido de expectativas, tanto de la
militancia como de los futuros votantes.
Para ubicar el Partido en la izquierda se debe romper con la cultura
política de “reformismo sin reformas” que ha sido la columna vertebral de que
el PP siga gobernando, por lo que no queda otro camino que basarse en la fuerza
de la militancia y aprovechar para hacer una campaña de afiliación, fortalecer las bases del Partido y defender
las líneas programáticas que no deben ser otras que una firme oposición a la
política de ataques y recortes a nuestros derechos democráticos y conseguir una
alianza con Unidos Podemos para echar al PP del gobierno cuanto antes y anular
las leyes antiobreras y antisociales que llevó a cabo Rajoy, sustituyéndolas
por un programa genuinamente socialista.
La crisis de sobreproducción
que comenzó en 2008 provocó un desbarajuste poniendo la economía patas arriba
expresando la quiebra mundial del modelo capitalista. En el Estado español, la quiebra del
bipartidismo es una consecuencia directa de la gran recesión económica y los
millones de parados que ha dejado tirados por el camino produciendo una fractura social sin
precedentes, agudizando la brecha entre
ricos y pobres. Esa polarización está produciendo el inicio de la irrupción de
las masas en la lucha social y política cuyo proceso surgió tras el 15-M. Las
formas de dominación tradicional de la clase dominante se están descomponiendo
corroídas por las tramas de corrupción, poniendo en jaque al PP, rodeado y dopado por un lodazal putrefacto, que podría colapsar, dado que se ha basado en
la mentira, los desfalcos y el saqueo del pueblo para mantener una ficticia
estabilidad política que empieza su agonía.
Es importante reconocer
por las direcciones de la izquierda una cuestión fundamental, que la
correlación de fuerzas entre las clases ha cambiado por completo, que millones
de asalariados, de jóvenes, de parados, de pensionistas, incluyendo a las capas
medias, han girado a la izquierda y están buscando una salida a su insoportable
situación y a sus dramáticas condiciones de vida y trabajo causadas por la
política del PP.
Los cambios producidos
en la base material del mundo del trabajo así como el avance del proceso
molecular de toma de conciencia de las masas oprimidas, sin que se vea una
salida clara por ninguna fuerza política, es lo que explica la crisis que sufre
en toda Europa la socialdemocracia tradicional, con la formación y
realineamientos explosivos de grupos a su izquierda, como Syriza en Grecia,
Francia insumisa de Mélenchon, Corbyn en el laborismo británico, Bernie Sanders
en EEUU, Unidos Podemos aquí, y el giro
a la izquierda que reclaman las bases del PSOE, que nos sirve para entender el triunfo
contundente sobre la burocracia que ha representado Pedro Sánchez.
La actitud y las
propuestas que barajaron las baronías territoriales han sido derrotadas porque
representaban el ala moderada proclive a los pactos con la derecha del PP y su
escudero C’s. Se percibió por los
afiliados y votantes que los “gestores” preferían mejor seguir cercanos a Rajoy que en la
búsqueda de un pacto con las izquierdas. Por esto es necesario que Pedro
rectifique con claridad aquella postura incomprensible para el votante de
izquierda y continúe manifestando y avanzando en su posición actual de apoyarse
mutuamente en Unidos Podemos, para poder negociar cuanto antes una verdadera
Moción conjunta, buscando pactos con otras fuerzas políticas y sindicales. Esa
es la posición clara y rotunda que estamos esperando la militancia y las masas
en general. Si lo conseguimos seguiremos avanzando y si la socialdemocracia lo
frustra una vez más, el PSOE estará acabado,
como está ocurriendo en Francia y el
resto de Europa. De cualquier forma, lo que ha ocurrido en este 39 Congreso
deja claro las ansias de la militancia socialista que debemos y podemos construir una gran coalición
de las izquierdas que mande al PP al basurero de la historia, que es el lugar
que se merece por el daño que le ha provocado a la clase trabajadora con su
antisocial política de recortes y austeridad.
Si queremos echar a
Rajoy tenemos que decirlo alto y claro: ¡¡Ningún pacto con la burguesía¡¡ ¡¡Únete
a la lucha por un mundo mejor, porque otro mundo tiene que ser posible pero con
el Socialismo ¡¡
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCIA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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