EUROPA CAMINA HACIA EL ABISMO:
Esta recesión mundial está siendo mucho más profunda que las crisis vividas después de los años 70, de características similares a la llamada “crisis del petróleo de 1974/75”, que fue otra crisis de largo alcance, pero ésta es superior, de onda larga también, pero similar a la de 1929. El desempleo de masas ha aparecido simultáneamente en todos los países, y no es un detalle coyuntural, es para quedarse largo tiempo porque es de carácter estructural y permanente, enlazando con una recesión que es prácticamente universal afectando de lleno a los países industrialmente más desarrollados que descargan sus consecuencias sobre los más atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y catástrofes alimentarias.
La tasa de ganancias se ha derrumbado en todos esos países decreciendo fulminantemente las inversiones tanto privadas como públicas. Junto a ello han colapsado las ilusiones en el enriquecimiento permanente de todos y ha conseguido que a los capitalistas les duela la cabeza tras la orgía de abultadas ganancias que habían venido obteniendo durante el largo auge capitalista del periodo anterior a la crisis de 2007.
En la actualidad la burguesía ha entrado en pánico y los capitalistas tienen más miedo que nunca porque ven un futuro bastante negro, debido a la desfavorable correlación de fuerzas en el tablero mundial para sus intereses, porque comprenden la agonía del capitalismo y el inicio del resurgir del movimiento sindical y de las izquierdas con el potencial aplastante que la clase obrera mundial representa.
Uno de los factores clave del desarrollo de esas movilizaciones que buscan desesperadamente una transformación social profunda es la desmoralización de la propia clase dominante. En los países claves del capitalismo han aparecido fisuras, enfrentamientos y divisiones en el seno de las burguesías respectivas, como el ejemplo de la lucha diplomática entre Argentina y el Estado español, a cuenta de la nacionalización de Repsol-YPF, pero también en conflictos como los de Siria, Irán, Oriente Medio, etc.
Así que muchos capitalistas miran con terror los procesos tan delicados que estamos viviendo tanto en esas zonas calientes como en el resto del mundo. Incluso el país capitalista más poderoso como los EEUU, que pensaban que podría disfrutar de siglos de dominación mundial, cuando cayó el muro de Berlín, considerándose los gendarmes de planeta, están ahora igual de desmoralizados que todos los demás, porque ni China ni Europa pueden tomar el relevo como locomotora que les saque del atolladero de esta brutal recesión económica en que se encuentra el sistema.
Las derrotas en guerras monstruosas como las de Irak y Afganistán a pesar de gastar la increíble cantidad de más de 3 billones de dólares en armas y ayudar a reconstruir gobiernos títeres, a pesar de todos los adelantos de los mejores ingenios diabólicos, a pesar del empleo de armas bacteriológicas y químicas, a pesar de tirar toneladas de bombas, la mayor cantidad de material bélico utilizado nunca antes incluyendo la II Guerra mundial, el imperialismo norteamericano ha tenido que retirarse derrotado, aunque no lo quieran admitir, lo que es otra contrariedad más para el imperialismo que comprende con estupor que las socorridas guerras de rapiña, por primeva vez en su historia han dejado de ser rentables.
Influyen también otros factores como razones principales para explicar esa derrota, como es la resistencia a tanta matanza, por el pueblo árabe y también del norteamericano, a tanto gasto bélico cuando los salarios y el nivel de vida de la clase trabajadora venía deteriorándose durante los 30 últimos años y las reformas prometidas en mejoras en Sanidad, Educación y asistencia social no aparecían por ninguna parte, siendo bloqueadas por el reaccionario Partido Republicano permanentemente. La desmoralización de las bases del ejército estadounidense hacía difícil mantener esa pesada maquinaria bélica de ocupación, pues las familias de los soldados estaban formando asociaciones de protesta y exigían la repatriación de los jóvenes para que no dejasen su vida en tierras lejanas con el objetivo de defender los intereses de los capitalistas. El apoyo a los dos grandes partidos, Demócrata y Republicano, se estaba empezando a desmoronar y existe la posibilidad de que pronto aparezca una tercera fuerza de izquierdas, que recoja las necesidades de los sindicatos y la clase trabajadora, expresada en algunos movimientos como el reciente “Ocupar Wall Street”, donde el pueblo se manifiesta delante de los Bancos con enormes protestas, diciendo eso de somos el 99 % y ellos el 1 %, desconfiando cada vez más del sistema bipartidista que es visto como el ala derecha y el ala izquierda del mismo buitre carroñero que se alimenta de los cadáveres de los que mueren en esas cruentas guerras.
La clase capitalista estadounidense, siendo la más poderosa del mundo es también la más ignorante de todas las burguesías y quiere seguir demostrando a los sectores más xenófobos, patrioteros e histéricos de la burguesía, agitados por el Tea Party, pequeño grupúsculo muy poderoso económicamente y muy radicalizado hacia el semi-fascismo, que tienen un enorme poder militar y económico. Pero en realidad, la clase dominante más inteligente y los estrategas más conscientes comprenden que por ese camino no pueden seguir, con tanto chantaje, esa chulería provocativa y el avasallamiento constante a los demás pueblos, y sobre todo al mundo árabe. No deberían continuar, pero el enfrentamiento entre el sector llamado de los “halcones” con el llamado de las “palomas” va a proseguir en aumento y las luchas intestinas se agravarán, porque en realidad se han quedado sin paradigma correcto a aplicar.
El proceso de desarrollo de la revolución que estalló en la primavera árabe el año pasado, no podemos considerarlo más que como un ensayo general de los acontecimientos similares que se darán, más temprano o más tarde, en los países del descompuesto viejo continente, cuyo fracaso de la utopía reaccionaria de construir la “Europa de los Mercaderes” es ya una realidad patente asumida por una mayoría. Esto fue predicho hace tiempo por muchos de los analistas marxistas que predecían que antes de que se realice el sueño utópico y reaccionaria de una superpotencia europea unida, que disfrutase de una integración económica, monetaria y sobre todo Política, lo que representaría un solo Estado para hacer frente a los EEUU, la crisis estructural de sobreproducción inevitable bajo el capitalismo estallaría, como así ha ocurrido, y debido a la propia crisis y a la recesión posterior, todos esos estados desiguales y con intereses muy contradictorios, experimentarían convulsiones y agitaciones sociales terribles, dado que el capitalismo no puede dar soluciones duraderas a las cuestiones sociales.
El sometimiento de todos los gobiernos y su parálisis total ante el chantaje y la dictadura financiera impuesta por el FMI y la Banca Mundial, a las órdenes directas de los poderes fácticos imperialistas, es rechazado cada vez con más fuerza por la mayoría de los ciudadanos, que ven con horror que la pantomima de la democracia burguesa se ha convertido en una verdadera farsa, al remover gobiernos que han sido votados por el pueblo y sustituirlos por los llamados eufemísticamente “Tecnocráticos”, que son verdaderos títeres de Golman Sachs , la potencia financiera que domina el sistema; Las masas entienden cada vez con más claridad que la cuestión de los déficits es un robo descarado de los ricos para que los pobres paguemos sus orgías y sus atesoramientos en paraísos fiscales.
En toda Europa la clase trabajadora es mil veces más fuerte que antes de la II Guerra Mundial y la burguesía, aunque aparenta fortaleza, en realidad es mucho más débil en número y fuerza, porque en el fondo está mantenida sobre dos muletas, como son la socialdemocracia y los reformistas de izquierdas, que si dejaran de apoyarla y pasaran a defender un programa socialista genuino, de transición al socialismo, en unidad, organizadamente y mediante acciones de masas, la burguesía caería como una fruta madura. La correlación de fuerzas entre los capitalistas y la clase trabajadora es mucho más favorable a éste último bloque. La clase asalariada, tanto en número, cohesión social y sobre todo, al papel directo y primordial que tiene en la producción, es en realidad la clase dominante, pero necesita que una dirección firme e inteligente se lo haga saber, ofreciéndoles el camino para el triunfo marcando claramente que la alternativa es el genuino socialismo, con una democracia completa, en los planos económico, político, social y cultural.
Algunos estrategas de la burguesía, los más ultras y neofascistas, han estado hablando de golpes de estado en Grecia, cuando la clase trabajadora ha venido luchando contra la “dictadura financiera coronada por un Gobierno Tecnocrático” y aconsejaban jugársela todo a una carta para aplastar a los trabajadores, (La noticia saltó desde lejos, como si la CIA lo hubiese detectado) pero otros burgueses más inteligentes les han hecho desistir, ante el terrible panorama revolucionario que se les podría abrir ante sus pies, lo que en si mismo representaba una verdadera catástrofe y un verdadero colapso del capitalismo, no obstante, seguirán esperando una situación más favorable, pues quizás no la encuentren como ellos quisieran en el corto plazo. Eso revela la incapacidad y el nerviosismo de la clase dominante para trazar un plan viable que resuelva los problemas económicos y las cuestiones sociales al mismo tiempo.
La burguesía comete un error al evaluar a la clase trabajadora por sus dirigentes sindicales, que se encuentran paralizados para la acción, confundiéndolos con las bases, que están expectantes y pueden saltar a la lucha por cualquier accidente. La Patronal interpreta que existe un cierto reflujo en el movimiento obrero y en realidad, estamos en los inicios de la recuperación de las luchas entre las clases que empiezan un ciclo ascendente, después de un largo periodo de semi-reacción.
El colapso del capitalismo en Grecia, Portugal, Italia y el Estado español, países que en términos económicos podemos afirmar que están intervenidos por los grandes Truts financieros imperialistas, abre un nuevo periodo en la historia de Europa que afectará a todo el mundo. La previsión de algunos estrategas sobre el surgimiento de una oleada revolucionaria similar a la de los años 30, se está en realidad confirmando con los potentes movimientos de la clase trabajadora, tanto en el mundo árabe como en países de Europa y Latinoamérica, lo cual, debido a la simultaneidad que se contempla con la ayuda de los modernos medios de información y comunicación, las repercusiones de las movilizaciones en cadena traspasan fronteras y serán contagiosas e imparables.
En las primeras décadas del siglo XX, el descarrilamiento de los procesos revolucionarios por parte de los reformistas o de los estalinistas en toda Europa occidental, pusieron las bases políticas para la recuperación económica, después de sangrientas guerras, lo que llevó posteriormente, una vez derrotado el nazi-fascismo, a una recuperación y consolidación de la economía, tanto en los países capitalistas como en los estalinistas.
Ambos modelos económicos alcanzaron una recuperación al nivel más alto posible, de conformidad con sus estructuras internas, pero una vez se demostró la inviabilidad del sistema de bonapartismo proletario estaliniano con la caída del muro de Berlín, y agotada la fase del auge del capitalismo de las dos décadas posteriores, hemos entrado en un nuevo período que representa el comienzo del crepúsculo del capitalismo mundial y muchos estrategas coinciden que es urgente buscar una salida alternativa, que no puede caber dentro del modelo actual de capitalismo mafioso de casino, sino que debe recoger los valores del auténtico socialismo, con democracia, planificación, participación, autogestión, con aplicación de los nuevos descubrimientos, la robótica y las nuevas tecnologías, para poner los frutos del trabajo que ya se realiza socialmente al servicio de la Humanidad y bajo su propio control social, democráticamente ejercido, para evitar los robos, la explotación y los despilfarros.
Algunos interesados y mercenarios del capital siguen insistiendo que el socialismo es una utopía, pero nosotros lo vemos como una necesidad, porque a pesar del auge y en cierta medida, como expresión de la crisis estructural de sobreproducción, la vitalidad del capitalismo mundial sigue disminuyendo, lo que expresa la gran contradicción de que sobran mercancías, en bases capitalistas, cuando tantas personas tienen necesidades alimenticias que podrían ser satisfechas, podrían vivir en casas confortables, tener un trabajo decente y bien remunerado, así como disfrutar de una buena calidad de vida, con un ocio cultural y no embrutecedor, pudiendo acceder, en caso de adversidad o enfermedad, a un salario social universal y a una jubilación digna.
La cuestión del Cambio Climático y el constante deterioro del Medio Ambiente, con escándalos permanentes de contaminación atmosférica, la decadencia de la moral burguesa, la rebelión de la juventud que exige un puesto de trabajo, el giro a la izquierda de los estudiantes con protestas masivas por los recortes en los presupuestos de Educación, y las movilizaciones de los trabajadores de la Sanidad y de otras ramas, son también factores que expresan la necesidad de cambios estructurales de fondo, pues dichos factores son indicadores de la crisis de esta sociedad burguesa que ha llegado a sus límites desafiando la existencia misma del modelo capitalista, que se encuentra obsoleto, agotado y senil.
Estamos sumidos en una recesión profunda y universal, que ha sacudido los cimientos del propio modelo capitalista demostrando su incapacidad de proseguir desarrollando las fuerzas productivas. La plaga del paro masivo en la mayoría de los países y la recesión están manteniendo hasta cierto punto controlada la inflación, pero en cuanto ésta empiece a repuntar, y lo hará debido a las potentes inyecciones recibidas en el torrente sanguíneo de la economía bancaria capitalista, el sistema se verá atrapado entre el paro y la inflación que provocará violentas oleadas de agitaciones sociales, luchas, levantamientos, huelgas y protestas masivas.
El despertar de la conciencia del movimiento obrero, que está iniciando su recuperación, a pesar de la superioridad técnica y militar de la burguesía, que se sigue preparando para la represión, hará inservible todos los artilugios que quiera emplear, porque la necesidad y el hambre es superior a todos los obstáculos que siempre ha querido poner en frente la clase dominante. Una vez que las masas se pongan en movimiento y se doten de un programa adecuado para marchar resueltamente en pro del socialismo y con una firme dirección que saldrá desde las mismas entrañas de la lucha del movimiento obrero, todo lo que hagan por sofocar los anhelos de las masas de lograr un cambio radical que abra el camino para un mundo mejor, será inútil para la burguesía.
Sumamente significativo es que la potencia imperialista más fuerte, los Estados Unidos, y los países más débiles como los del cuerno de África, se encuentren en un callejón sin salida, la potencia fundamental especulando con los alimentos, para su acaparamiento en grandes almacenes, que provocan las consiguiente subidas artificiales de los precios y los otros, con hambrunas terribles por falta de una migaja de pan que llevarse a la boca. Algunos pueden tacharnos de “demagógicos” cuando comentamos estas cuestiones, pero nosotros deberemos llamarlos simplemente “asesinos” si nos quieren impedir que digamos nuestras verdades.
Pero nuestras críticas no deben ir solamente al sistema capitalista, que aunque Pablo Iglesias decía que “el capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora”, que es cierto, algo tienen que ver también los errores de las direcciones sindicales y políticas de las organizaciones de la izquierda, que están obligadas a aprender de la historia para corregir el rumbo. Porque si el capitalismo sigue todavía vigente en Europa, se debe fundamentalmente al pesimismo, pusilanimidad, cobardía, ceguera y estupidez absoluta, junto con la falta de perspectivas, táctica correcta, ideales limpios y estrategia adecuada y correcta de las direcciones de la izquierda, cuya autocritica asumimos con la alícuota pequeña parte que nos corresponda, como corriente crítica minoritaria que somos.
Asimismo es preciso reconocer que las bases nunca pueden ser culpadas de los errores, corrupciones, desviaciones y demás desaguisados que cometan las direcciones. Hablando claro, la confusión y desorientación de los dirigentes sindicales, han conseguido que las masas pierdan confianza en ellos, pues se han elevado por encima de la clase acercándose al modelo burgués y algunos de ellos miran a los trabajadores con un cierto despotismo e incluso desprecio, le temen a las Asamblea de base porque no quieren escuchar las críticas y por tanto, insisten en seguir buscando compromisos con la burguesía, para continuar siendo vistos como grandes “hombres de Estado” que algunos se creen.
Los propios estrategas de la burguesía comprenden mejor que ellos el periodo al que nos enfrentamos, debido a las contradicciones latentes en las profundidades del movimiento obrero, que está sufriendo un acoso terrible, con pérdidas de derechos y niveles de vida que nos retrotrae a tiempos de la posguerra. La pequeña burguesía está deprimida y tienen malos presentimientos ante los futuros problemas sociales, huelgas, protestas, enfrentamientos y convulsiones que se va a dar entre los trabajadores y el capital de todos los países; Muchos autónomos y pequeños empresarios están sufriendo un proceso de proletarización y están llegando a la conclusión que para ellos tampoco el capitalismo ofrece salidas, por lo que, más temprano o más tarde, estarían dispuesto a seguir a una dirección potente de izquierdas que surja del movimiento obrero y les ofrezca un futuro con más garantías de las que les da su propio modelo capitalista que les ha llevado a la ruina.
Las contradicciones se han ido acumulando durante las últimas décadas y una de las más peligrosas de resolver es la que existe entre el poder de la clase obrera y la inservible política de las direcciones sindicales y políticas actuales, porque éstas no se quieren dar cuenta de las posibilidades objetivas que se están dando para poder apartar al capitalismo de la escena de la historia y empezar a construir el socialismo, pero estas tareas que son las clásicas para las que fueron fundadas estas organizaciones de clase pondrían una vez más a prueba a las organizaciones tradicionales de la clase obrera, que si no giran a la izquierda y asumen el nuevo rumbo que los trabajadores les exigen como necesidades imperiosas, serían cambiadas en el fragor de la batalla o serían llevadas a la derrota. Debemos tener confianza en la clase obrera, pues como decía un clásico marxista, “Desde dentro de sus filas, entre los mejores luchadores de la clase obrera y la juventud, saldrán las fuerzas dirigentes del genuino SOCIALISMO, porque fuera de las organizaciones de masas, no se creará nada que pueda resistir la fuerza del tiempo”
Conclusiones: De la I Internacional surgieron las fuerzas de la II, que mediante las presiones históricas, y sus contradicciones económicas expresadas en la dialéctica económico-social, se escindió y surgió la III Internacional, que asimismo fue degenerada por los seguidores del estalinismo dirigidos por el propio Stalin, en una lucha feroz para evitar que surgiera con fuerzas la IV que estaba en embrión y fue abortada y laminada por el capitalismo y los procesos históricos del estalinismo. De los polvos de todas esas “estrellas”, de donde cabe resaltar tantos trabajadores heroicos y comprometidos por la noble causa del socialismo, que fueron la mayoría de luchadores anónimos que dieron su vida por la causa del socialismo buscando un mundo mejor en armonía para todos, y también a causa de los errores de esa pléyades de “jefecillos” que dirigían al movimiento obrero y que “estrellaron” una y otra vez al los trabajadores contra los muros intransigentes del capitalismo y sus defensores, debemos RECONSTRUIR un nuevo movimiento socialista fuerte y vigoroso, que traspase fronteras, que esté a la altura de las circunstancias en los momentos álgidos a los que la clase trabajadora se verá forzada a enfrentarse, porque bajo el capitalismo no hay salida para la Humanidad.
Para ello debemos combatir democrática y dialécticamente los errores del Oportunismo y del Sectarismo, debemos continuar la lucha, tanto en el plano teórico con un debate compañero, como en la acción de masas para continuar organizándonos, en pro de una fuerte unidad, a la vez que preparamos y nos dotamos de cuadros firmes, que sean elegidos y en su caso revocado por las bases democráticamente, para avanzar en la lucha y pasar a la ofensiva que nos permita rechazar los ataques de la burguesía y abrirnos el camino para construir otro modelo de sociedad, porque otro mundo no solamente es posible sino que es más necesario que nunca, pero siempre que está orientado hacia el genuino socialismo.(1)
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.PSOE-A
(1) Puedes recibir de forma gratuita el documento a debate de nuestra corriente: Solicítalo al correo de abajo, poniendo en asunto las palabras: Por un Estado Socialista y Federal.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
Me parece un documento muy importante para iniciar la reconstrucción del socialismo.
ResponderEliminarAdelante, tenemos que dar un nuevo impulso al verdadero socialismo.
ResponderEliminarAdelante compañeros, tenemos que dar un impulso al verdadero socialismo demócrata.
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