Entrando en materia,
preciso es entender que ante esta crisis profunda del capitalismo, una de las
más agudas de su historia, la salida para la humanidad tendrá que venir de la
defensa organizada y firme de un programa socialista genuino. Es la única
esperanza que nos permitirá superar el modelo actual mediante una lucha masiva
decidida por una verdadera democracia, la democracia socialista de los trabajadores, que debe ser
ejercida de forma muy participativa
desde abajo, para superar la actual “democracia burguesa” corrupta, degenerada
y caduca que pone en peligro la
supervivencia de la especia humana sobre el planeta a medio y largo plazo.
Cientos de millones de
jóvenes y trabajadores de todo el mundo sufren el paro masivo, los recortes de
los salarios, la desigualdad, la miseria e incluso las hambrunas terribles y la
represión de las migraciones violentadas por las guerras de rapiña que los
imperialismos en pugna han creado con sus disputas por la hegemonía mundial y
el saqueo de las materias primas.
Esas guerras han
venido arrasando durante años países enteros, masacrando con bombas y armas
modernas a sus poblaciones haciéndoles retroceder a la edad de piedra,
demostrándose así el estrepitoso fracaso del capitalismo que muchos dirigentes
auto-denomindados de “izquierdas” pretenden mantener al asumir la lógica del
capitalismo.
La agudización de las
luchas entre las clases es el resultado lógico de esos ataques brutales contra
las condiciones laborales y de vida de las masas, también en occidente, aunque
con diferentes ritmos e intensidad diversa en todos los continentes,
produciendo radicalizaciones a izquierda y derecha y giros bruscos y repentinos
de las masas en acción, afectando a la rica y decadente Europa, pese a los
intentos de la burguesía por reprimir las acciones reivindicativas y las luchas
de los trabajadores.
La insistente campaña
de los potentes medios de comunicación de la clase dominante de exigir
gobiernos “trasversales” o de “concentración nacional” que garanticen el
sistema planteando acuerdos de las burguesías con los dirigentes de las
izquierdas reformistas, tienen como objetivo frenar a las masas que están
demostrando la voluntad de llevar las luchas hasta el final, lo que podría
provocar un cambio que iniciase la transformación socialista de la sociedad que
pusiese en un brete al sistema capitalista, que condena a las poblaciones a la
miseria, la explotación y la opresión.
La clase dominante
tiene miedo porque un cambio favorable en la correlación de fuerzas de las
direcciones obreras podría abrir el cauce hacia una transformación democrática y pacífica en líneas socialistas
en un país determinado, cuyas reivindicaciones del pueblo plasmadas en un
programa del Cambio, iniciado con éxito en un país, podría ser un referente en el resto que
agudizase las luchas demostrándose que el capitalismo no es eterno y que es
posible su transformación mediante la lucha masiva del movimiento obrero que
sigue siendo el motor de la historia, pese a la negación de la burguesía y sus defensores.
Cualquier inicio en
esa línea, siempre y cuando esté dirigido por una coalición de partidos, sindicatos
y organizaciones de los trabajadores en acción, que representen a la inmensa
mayoría de la sociedad, que apliquen una estrategia global programática
correcta y unas tácticas unitarias y de luchas sociales masivas participativas
y democráticas, que batallen decididamente
contra la corrupción, los despilfarros, la especulación y demás lacras del
capitalismo y orienten el nuevo modelo hacia el bien común, podría convertirse
en el camino hacia el socialismo, siempre y cuando se contemple, en caso
necesario, la nacionalización de los
grandes medios de producción, como la banca, los monopolios, los latifundios y
el gran transporte, que superen mediante el control social y democrático al
viejo estado burgués, que sería sustituido por un nuevo modelo socialista
dirigido y bajo control de la población, pero en bases solidarias e
internacionalistas, evitando los errores de los “nacionalismos”.
Con la participación
de todos se podría hacer posible el desarrollo de los medios de producción
abriéndonos a la democracia, eliminando los secretos bancarios y luchando por
la eliminación de los Paraísos Fiscales y la economía sumergida. El socialismo
debe tender al internacionalismo o no es más que el inicio para el agotamiento
de esos modelos que llamaron de
“socialismo real” que se intentó en la URSS bajo la dictadura estalinista, que
junto con otros experimentos como China, y ahora
Cuba, que camina directa hacia el Capitalismo, que confirman la
“imposibilidad de construir el socialismo en un solo país” y mucho menos sin
DEMOCRACIA y LIBERTAD.
Durante décadas la
clase dominante capitalista ha continuado mediante guerras frías o calientes,
una lucha permanente contra todo experimento social encaminado a construir el
socialismo, atacando brutalmente cualquier intento “revolucionario” o
“reformista” que plantease la superación del modelo liberal burgués, siendo una
constante amenaza, mediante el chantaje y las políticas del terror, de que si
ellos no gobiernan se producirá el caos más absoluto y ese proceso de
“alienación mental de las masas” ha tenido un cierto éxito, pero la dialéctica
enseña que el hambre no se sacia con bonitos discursos y las masas emprenderán
más temprano o más tarde la lucha por la transformación social.
La clase trabajadora,
la juventud, los autónomos e incluso cada vez más empresarios pequeños,
totalmente desahuciados y empobrecidos por el capitalismo están demostrando la
capacidad de auto-organizarse para la lucha, sobre todo a partir del 11-M que se reflejó políticamente en el giro a la
izquierda que dieron las urnas el 20-D, demostrándose así la capacidad,
conciencia y disposición para llevar a cabo la tarea de cambio en la que está
inmersa en estos momentos la sociedad española, europea e incluso mundial.
Pero lo importante
ahora es poder formar una dirección amplia de las izquierdas, que es el mandato
recibido de las urnas, que tenga claridad de miras y defienda un programa socialista transformador, que llame
a la clase trabajadora, mediante las
acciones de masas y con luchas potentes, si la burguesía quiere impedirlo, para
frenar al capitalismo y sus corruptos colaboradores de los poderes mafiosos,
para hacer posible que el poder político y económico pase a manos democráticas
de los trabajadores, porque solamente así podremos hacer realidad el avance
hacia el socialismo. Como dijo Pablo Iglesias, “en momentos claves hay que
optar; o con los unos o con los otros. O con los capitalistas o con los
trabajadores, porque no se pueden servir a dos amos a la vez”. También es frase
del Abuelo aquello de: “Elegid a los mejores, pero luego vigiladlos como si
fuesen canallas”.
Muy al contrario de lo
que pregonan los “reformistas sin reformas”, la situación objetiva para el
cambio es la más favorable en muchos años para superar al capitalismo e iniciar
la construcción de un Estado con una “Nueva
Economía Socialista” (*) bajo el control y la administración directa y
democrática de los trabajadores y que esto sirva de modelo para extenderlo al
resto de Europa y del mundo.
La lucha entre las
clases aumentará bajo el capitalismo y solo empezará a paliarse en la medida
que se comience a construir el socialismo, que signifique atender
prioritariamente los reclamos de la clase trabajadora, para cubrir sus necesidades, como trabajo,
vivienda, educación, sanidad, servicios sociales y pensiones para todas las familias
trabajadoras y un crecimiento sostenido y planificado armoniosamente de la
producción en beneficio de la población.
El origen de las
crisis del sistema capitalista es la búsqueda incesante del máximo beneficio
para una ínfima minoría de burgueses, mediante la explotación de los
asalariados, los autónomos y capas medias, que somos la inmensa mayoría, por lo
que ese modelo nunca puede ser verdaderamente democrático porque jamás tendrá
un gobierno que, puede ser “del pueblo,
pero no “para el pueblo”, por lo que, la consecuencia de la acumulación
capitalista constante, cada vez en menos manos, es la que produce las crisis
inevitables y globales del sistema, que no puede superar la “concentración del
capital privado cada vez en menos manos y las fronteras nacionales” que son las
camisas de fuerzas en las que encuentra sus límites, pues agudiza la
polarización entre riqueza y pobreza.
Desde la crisis de
2007/2008 el equilibrio general del modelo capitalista quedó colapsado. Con
alzas y bajas cada vez más breves, intentan recuperarse, pero no pueden hacerlo
por las contradicciones antes reseñadas, por lo cual nos enfrentaremos, si no
superamos ese modelo, a intentos de recuperaciones cada vez más breves y crisis
cada vez más profundas y virulentas, demostrándose así su decadencia orgánica
que se podría prolongar durante décadas de agonía lenta, si somos incapaces
como clase trabajadora organizada de aprovechar esta crisis para acabar con
este modelo injusto capitalista y poner las bases para desarrollar el
socialismo mediante la democracia y el poder de la clase trabajadora.
Nuestra corriente
Izquierda Socialista viene luchando históricamente y en esta época moderna
desde el 27 Congreso del PSOE por construir esa alternativa Socialista, no solo
en el Estado español, sino en otros países porque somos Internacionalistas, por
lo que seguimos apoyando solidariamente las luchas de la juventud y la clase
trabajadora de otros pueblos, que luchan pacíficamente por mejoras sociales, en
el plano sindical, social, económico y político mediante los movimientos de
masas con la aspiración de llegar a conquistar el programa socialista para la
transformación de la sociedad.
¡No a los pactos con
las Derechas¡
¡Por un Gobierno de
los trabajadores en defensa de un programa socialista para el Cambio¡
José Martín Rodríguez.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.
(*) Si quieres recibir
más información, puedes solicitarla gratuitamente y te remitiremos los textos
de la Revista editada con las propuestas que defendemos. Únete a la lucha por
un mundo mejor. Manda un correo poniendo
en asunto las palabras: “Nueva Economía Socialista” a esta dirección:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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