29 de marzo de 2016

"" A PEDRO Y A PABLO:"" ¿ PACTO DE IZQUIERDAS O DECEPCIÓN ?


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Los compañeros Pedro Sánchez, representando al PSOE y Pablo Iglesias, en representación de PODEMOS han acordado por fin mantener una reunión el miércoles 30 de marzo, cuando se cumplen 101 días desde el 20-D aguantando un Gobierno agonizante con Rajoy y su pandilla,  en “funciones”   que ni funciona ni deja funcionar, rodeado del lodazal de la corrupción y sin rendir cuentas ante el Parlamento.  En el comunicado emitido por Pedro y Pablo han coincidido en que “es urgente formar Gobierno y poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy”.  Para ello será necesario el acuerdo y  la defensa de un programa de izquierdas y abandonar la insistencia del Pacto con las derechas que plantean las derechas con sus poderes fácticos y no sucumbir incluso a las presiones internas que recibe nuestra dirección.  Ambas fuerzas declaran coincidir en tener la firme voluntad de evitar nuevas elecciones y conseguir un gobierno del Cambio.  Con el recuerdo de la siguiente frase histórica de “El Abuelo” iniciamos nuestra introducción al debate sobre la cuestión que se plantea.  “En momentos claves hay que optar: o con los unos o con los otros, o con la burguesía o con la clase trabajadora, porque no se puede servir a dos amos a la vez”.   (P.Iglesias Posse). 

Entrando en materia, preciso es entender que ante esta crisis profunda del capitalismo, una de las más agudas de su historia, la salida para la humanidad tendrá que venir de la defensa organizada y firme de un programa socialista genuino. Es la única esperanza que nos permitirá superar el modelo actual mediante una lucha masiva decidida por una verdadera democracia, la democracia  socialista de los trabajadores, que debe ser ejercida de forma muy  participativa desde abajo, para superar la actual “democracia burguesa” corrupta, degenerada y caduca que pone en  peligro la supervivencia de la especia humana sobre el planeta a medio y largo plazo.

Cientos de millones de jóvenes y trabajadores de todo el mundo sufren el paro masivo, los recortes de los salarios, la desigualdad, la miseria e incluso las hambrunas terribles y la represión de las migraciones violentadas por las guerras de rapiña que los imperialismos en pugna han creado con sus disputas por la hegemonía mundial y el saqueo de las materias primas.

Esas guerras han venido arrasando durante años países enteros, masacrando con bombas y armas modernas a sus poblaciones haciéndoles retroceder a la edad de piedra, demostrándose así el estrepitoso fracaso del capitalismo que muchos dirigentes auto-denomindados de “izquierdas” pretenden mantener al asumir la lógica del capitalismo.

La agudización de las luchas entre las clases es el resultado lógico de esos ataques brutales contra las condiciones laborales y de vida de las masas, también en occidente, aunque con diferentes ritmos e intensidad diversa en todos los continentes, produciendo radicalizaciones a izquierda y derecha y giros bruscos y repentinos de las masas en acción, afectando a la rica y decadente Europa, pese a los intentos de la burguesía por reprimir las acciones reivindicativas y las luchas de los trabajadores.

La insistente campaña de los potentes medios de comunicación de la clase dominante de exigir gobiernos “trasversales” o de “concentración nacional” que garanticen el sistema planteando acuerdos de las burguesías con los dirigentes de las izquierdas reformistas, tienen como objetivo frenar a las masas que están demostrando la voluntad de llevar las luchas hasta el final, lo que podría provocar un cambio que iniciase la transformación socialista de la sociedad que pusiese en un brete al sistema capitalista, que condena a las poblaciones a la miseria, la explotación y la opresión.

La clase dominante tiene miedo porque un cambio favorable en la correlación de fuerzas de las direcciones obreras podría abrir el cauce hacia una transformación  democrática y pacífica en líneas socialistas en un país determinado, cuyas reivindicaciones del pueblo plasmadas en un programa del Cambio, iniciado con éxito en un país,  podría ser un referente en el resto que agudizase las luchas demostrándose que el capitalismo no es eterno y que es posible su transformación mediante la lucha masiva del movimiento obrero que sigue siendo el motor de la historia, pese a la negación de la burguesía y sus defensores.

Cualquier inicio en esa línea, siempre y cuando esté dirigido por una coalición de partidos, sindicatos y organizaciones de los trabajadores en acción, que representen a la inmensa mayoría de la sociedad, que apliquen una estrategia global programática correcta y unas tácticas unitarias y de luchas sociales masivas participativas y democráticas, que  batallen decididamente contra la corrupción, los despilfarros, la especulación y demás lacras del capitalismo y orienten el nuevo modelo hacia el bien común, podría convertirse en el camino hacia el socialismo, siempre y cuando se contemple, en caso necesario,  la nacionalización de los grandes medios de producción, como la banca, los monopolios, los latifundios y el gran transporte, que superen mediante el control social y democrático al viejo estado burgués, que sería sustituido por un nuevo modelo socialista dirigido y bajo control de la población, pero en bases solidarias e internacionalistas, evitando los errores de los “nacionalismos”.

Con la participación de todos se podría hacer posible el desarrollo de los medios de producción abriéndonos a la democracia, eliminando los secretos bancarios y luchando por la eliminación de los Paraísos Fiscales y la economía sumergida. El socialismo debe tender al internacionalismo o no es más que el inicio para el agotamiento de esos modelos que llamaron  de “socialismo real” que se intentó en la URSS bajo la dictadura estalinista, que junto con otros experimentos como China,  y ahora  Cuba, que camina directa hacia el Capitalismo, que confirman la “imposibilidad de construir el socialismo en un solo país” y mucho menos sin DEMOCRACIA y LIBERTAD.

Durante décadas la clase dominante capitalista ha continuado mediante guerras frías o calientes, una lucha permanente contra todo experimento social encaminado a construir el socialismo, atacando brutalmente cualquier intento “revolucionario” o “reformista” que plantease la superación del modelo liberal burgués, siendo una constante amenaza, mediante el chantaje y las políticas del terror, de que si ellos no gobiernan se producirá el caos más absoluto y ese proceso de “alienación mental de las masas” ha tenido un cierto éxito, pero la dialéctica enseña que el hambre no se sacia con bonitos discursos y las masas emprenderán más temprano o más tarde la lucha por la transformación social.

La clase trabajadora, la juventud, los autónomos e incluso cada vez más empresarios pequeños, totalmente desahuciados y empobrecidos por el capitalismo están demostrando la capacidad de auto-organizarse para la lucha, sobre todo a partir del 11-M  que se reflejó políticamente en el giro a la izquierda que dieron las urnas el 20-D, demostrándose así la capacidad, conciencia y disposición para llevar a cabo la tarea de cambio en la que está inmersa en estos momentos la sociedad española, europea e incluso mundial.

Pero lo importante ahora es poder formar una dirección amplia de las izquierdas, que es el mandato recibido de las urnas, que tenga claridad de miras y defienda un  programa socialista transformador, que llame a la clase trabajadora,  mediante las acciones de masas y con luchas potentes, si la burguesía quiere impedirlo, para frenar al capitalismo y sus corruptos colaboradores de los poderes mafiosos, para hacer posible que el poder político y económico pase a manos democráticas de los trabajadores, porque solamente así podremos hacer realidad el avance hacia el socialismo. Como dijo Pablo Iglesias, “en momentos claves hay que optar; o con los unos o con los otros. O con los capitalistas o con los trabajadores, porque no se pueden servir a dos amos a la vez”. También es frase del Abuelo aquello de: “Elegid a los mejores, pero luego vigiladlos como si fuesen canallas”.

Muy al contrario de lo que pregonan los “reformistas sin reformas”, la situación objetiva para el cambio es la más favorable en muchos años para superar al capitalismo e iniciar la construcción de un Estado con una  “Nueva Economía Socialista” (*) bajo el control y la administración directa y democrática de los trabajadores y que esto sirva de modelo para extenderlo al resto de Europa y del  mundo.

La lucha entre las clases aumentará bajo el capitalismo y solo empezará a paliarse en la medida que se comience a construir el socialismo, que signifique atender prioritariamente los reclamos de la clase trabajadora,  para cubrir sus necesidades, como trabajo, vivienda, educación, sanidad, servicios sociales y pensiones para todas las familias trabajadoras y un crecimiento sostenido y planificado armoniosamente de la producción en beneficio de la población.

El origen de las crisis del sistema capitalista es la búsqueda incesante del máximo beneficio para una ínfima minoría de burgueses, mediante la explotación de los asalariados, los autónomos y capas medias, que somos la inmensa mayoría, por lo que ese modelo nunca puede ser verdaderamente democrático porque jamás tendrá un gobierno que,  puede ser “del pueblo, pero no “para el pueblo”, por lo que, la consecuencia de la acumulación capitalista constante, cada vez en menos manos, es la que produce las crisis inevitables y globales del sistema, que no puede superar la “concentración del capital privado cada vez en menos manos y las fronteras nacionales” que son las camisas de fuerzas en las que encuentra sus límites, pues agudiza la polarización entre riqueza y pobreza.

Desde la crisis de 2007/2008 el equilibrio general del modelo capitalista quedó colapsado. Con alzas y bajas cada vez más breves,  intentan recuperarse, pero no pueden hacerlo por las contradicciones antes reseñadas, por lo cual nos enfrentaremos, si no superamos ese modelo, a intentos de recuperaciones cada vez más breves y crisis cada vez más profundas y virulentas, demostrándose así su decadencia orgánica que se podría prolongar durante décadas de agonía lenta, si somos incapaces como clase trabajadora organizada de aprovechar esta crisis para acabar con este modelo injusto capitalista y poner las bases para desarrollar el socialismo mediante la democracia y el poder de la clase trabajadora.

Nuestra corriente Izquierda Socialista viene luchando históricamente y en esta época moderna desde el 27 Congreso del PSOE por construir esa alternativa Socialista, no solo en el Estado español, sino en otros países porque somos Internacionalistas, por lo que seguimos apoyando solidariamente las luchas de la juventud y la clase trabajadora de otros pueblos, que luchan pacíficamente por mejoras sociales, en el plano sindical, social, económico y político mediante los movimientos de masas con la aspiración de llegar a conquistar el programa socialista para la transformación de la sociedad.

¡No a los pactos con las Derechas¡
¡Por un Gobierno de los trabajadores en defensa de un programa socialista para el Cambio¡

José Martín Rodríguez.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.

(*) Si quieres recibir más información, puedes solicitarla gratuitamente y te remitiremos los textos de la Revista editada con las propuestas que defendemos. Únete a la lucha por un mundo mejor.  Manda un correo poniendo en asunto las palabras: “Nueva Economía Socialista” a esta dirección:

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com









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