Los comportamientos personales y grupales que se observan en los periodos históricos no suelen ser “casuales”, sino más bien “causales”. El azar, la contingencia, la coincidencia, el caso fortuito, la aparente casualidad, todos ellos tienen una causa primaria. Cuando un sistema como el capitalista, o cualquier otro modelo socioeconómico anterior se agota y es incapaz de impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas, así como garantizar el bienestar de la población, comienza su crisis letal, preparando el camino para su transformación, bien por métodos evolucionistas, bien por medio de las revoluciones, si los poderes fácticos se empeñan en impedir por la fuerza la primera opción.
Tanto Engels como Marx
explicaron en sus estudios que “la
transición de un modelo social a otro sistema viene en última instancia
determinado por el desarrollo de las fuerzas productivas”. Cuando las contradicciones se hacen tan
insalvables, los pueblos en acción se organizan para buscar su propio destino y
promueven los cambios.
Los seres humanos somos
en realidad como marionetas a merced de los poderes económicos que bajo el
capitalismo, al contrario de lo que sostiene la filosofía idealista, que nos
hace creer que el trabajador es “libre” en esta aparente “democracia burguesa”,
bajo la cual se esconde la “dictadura financiera de los capitales”, la filosofía basada en el materialismo
dialéctico explica, que el trabajador asalariado se encuentra limitado por las
condiciones materiales concretas de la sociedad en la que se encuentra, que le
explota, le oprime y le impide mejorar socialmente y llevar una vida digna, por la lógica impuesta del lucro privado para
unos pocos, que niegan en la práctica el cumplimiento efectivo de los recursos
suficiente para los presupuestos sociales y el cumplimiento de los Derechos Humanos, quedando siempre éstos como una bonita referencia en los acuerdos
internacionales, las Constituciones y las Leyes.
Al contrario de la
mentalidad idealista que se imaginan que las personas, sobre todo, los
dirigentes políticos y los grandes magnates de las finanzas, pueden imponer
siempre y en cualquier momento y lugar, su voluntad, sometiendo a toda la
sociedad a sus intereses y caprichos, mediante su “capacidad intelectual, sus
testaferros y capataces, o empleando la fuerza bruta”, a veces se equivocan, sobre todo cuando las
masas saltan unitaria y organizadamente a la lucha contra los opresores,
explotadores, especuladores y corruptos, empeñándose en una lucha firme por
cambiar el rumbo de la historia.
Estamos hartos de esas
falsas teorías según las cuales tal Caudillo,
tal Rey, tal General o tal héroe, son
los que ganan las batallas y se ponen los entorchados inundando los libros de
Historia. O tal Gobierno o su Ministro de Economía de la
época del pelotazo era la lumbrera que se nos mostraba como el genio o el mago que
produjo el “milagro económico” y luego estallaron las burbujas “del Ladrillo”,
de “Bankia”, Gürtel, ERE, Púnica, Noos,
Brugal, Pujol, Bárcenas y todos los demás, mostrando el lodazal de corrupción,
los inmensos desfalcos y las tramas mafiosas descomunales que nos han dejado
enormes “agujeros negros” para que el
pueblo los soporte y pague con sus impuestos.
Todo ello, mientras que
los soldados de infantería que es la clase trabajadora, los autónomos, los
sectores más pobres, son sacrificados y se exige un brutal recorte en los
niveles de vida, que son avalados por los grandes “intelectuales orgánicos”,
vendidos y cómplices del gran saqueo, acompañados de banqueros mafiosos,
conseguidores, pelotas, además de los voceros y propagandistas que son los que
escriben las crónicas y la
historia, las más de las veces a favor
de la clase dominante, siguiendo el refrán de “quien paga la orquesta decide la
melodía”.
En los momentos
actuales todo está en el aire tanto en el panorama político como económico y
social, empantanados con el pacto, incluso la probabilidad de convocatoria de nuevas elecciones que, de
producirse, podría dejar un resultado similar o incluso más desfavorable para
la clase dominante y su partido. El PP se está deteriorando tanto con los casos
de corrupción que la burguesía ha buscado a la desesperada un recambio, como es
C’s e intentan implicar al PSOE para salvar los muebles de la catástrofe a la
que nos han llevado, pero lo que si es una realidad es que el próximo período
puede estar marcado por un incremento de la inestabilidad social, económica y política,
con convulsiones y recrudecimiento de las luchas de la clase trabajadora, que
intentará recuperar lo perdido.
La clase trabajadora ha
estado acumulando conocimiento y por su propia experiencia está llegando a la
conclusión que en un momento dado tendrá que utilizar la Huelga General. Pero sabe por las luchas vividas que una
huelga no es provocada por cuatro agitadores sindicales, como quiere hacernos
creer la Patronal y los políticos de derechas, sino que es producto de las
pésimas condiciones salariales, laborales y de vida a las que se ha llegado y
que sufren los asalariados y los jóvenes que se sienten cada vez más explotados,
oprimidos, mal tratados y mal pagados. Lo que si se necesita es una dirección
sindical acorde con las necesidades, que
cambie la táctica del “sindicalismo de despacho” por la acción y la lucha firme
en defensa de los asalariados.
Sabemos que la huelga
es un hecho anormal, porque el trabajador va a su puesto a trabajar, pero a veces
se produce después de muchas frustraciones y hechos ocurridos y acumulados en
la mente del asalariado, que aguanta las presiones inaceptables durante un tiempo, hasta que cualquier
accidente, (porque como dijo Engels, “la necesidad se expresa por el accidente”),
se convierte en una espoleta que hace que se active una explosión social. Los
procesos moleculares de toma de conciencia son lentos en su acumulación, pero
llevamos ya más de 8 años de crisis y decadencia capitalista, con una aceleración de las desigualdades entre
ricos y pobres, por lo que los inevitables cambios bruscos y repentinos en la
situación tardan un tiempo en producirse
y en hacerse visibles, pero como la noche sigue al día, si la situación no se
resuelve, las luchas estallarán.
El capitalismo, en su
fase de declive agónico prolongado en la que ha entrado, sigue siendo la misma
sociedad inhumana que cuando empezó su revolución derrocando al feudalismo, con
sus injusticias y sus manos manchadas de sangre tal como explica la historia
del “modelo manchesteriano” y demás horrores y guerras en la formación del
capitalismo. Ahora la situación mundial
sigue empeorando con las guerras y pugnas inter-imperialistas que utilizan
armas sofisticadas de nueva generación, produciendo atrocidades y oleadas de
refugiados que huyen y son abandonados y machacados en las alambradas de púas
de la rica Europa, cometiéndose una nueva ilegalidad más, cuando van a empezar
las deportaciones forzosas devolviendo los refugiados a Turkia en ese tratado
criminal e inhumano.
La clase trabajadora
sigue “cosificada” y es tratada peor que
el ganado, subordinada a los intereses de los poderes fácticos, que siguen
siendo, aunque modernizados, como fueron siempre : 1) Fuerza del capital
financiero. 2) Fuerzas ideológicas (Religiones fanáticas). 3) Fuerzas represivas
(Ejércitos, policías, cárceles,
jurisprudencia, etc). La burguesía europea está utilizando esos procesos de
desestabilización social creados por ellos mismos, para poner a las libertades
democráticas bajo un ataque genocida. La
desigualdad crece y los crímenes de lesa humanidad, corrupciones, saqueos y
desfalcos quedan en su mayoría impunes.
En todo el sistema
económico globalizado, incluido el Estado español, se fomenta la
“contra-cultura” del egoísmo, la corrupción, la codicia, el individualismo, la
austeridad, los recortes y demás legislación reaccionaria, producto del modelo
neoliberal aplicado por el Gobierno saliente del PP, que ha empujado a la
mayoría de la población a una situación de degradación en los niveles de vida y
laborales, como no se conocían hace más de 35 años.
El sufrimiento de los
más pobres, nunca les ha importado gran cosa a la clase dominante, por lo cual
ha florecido y sigue creciendo de forma obscena, insultante e inaguantable, el
número de multimillonarios, especialmente acelerado en este “doble bienio
negro” de esta nefasta legislación dirigida por Rajoy, en representación de la
burguesía y a las órdenes de la Troika y los intereses financieros de las
multinacionales imperialistas, mientras crece la DESIGUALDAD. La gran
cuestión a plantearnos tiene que ser: ¿Es
posible que la situación de desigualdad y deterioro de los niveles de vida de
la población menos favorecida, sean
producto de la “casualidad”, de la fatalidad, de la crisis y de tropecientas
excusas más? Pensamos que NO, que es
“causal”, como ya señalara el Abuelo Pablo cuando dijo: “La causa de
todos los males que padece la clase trabajadora es el capitalismo”.
Como Izquierda
Socialista ha analizado en anteriores documentos, esos son algunos de los
factores que han provocado el giro a la izquierda que vimos en las urnas el
20-D que representa un rechazo claro a
la política de Rajoy, por lo que el Socialismo es ahora más necesario que nunca.
Po ello es imprescindible llevar a cabo
una política que camine hacia el Cambio social, económico, político y cultural
que las masas están reclamando y necesitando, para lo cual es preciso acumular
las fuerzas de las izquierdas, políticas, sindicales y movimientos sociales, en
base a la unidad, para luchar por una economía planificada y gestionada
democráticamente al servicio del pueblo, para poner las finanzas y el potencial
de la ciencia, la tecnología y la robótica, junto a los nuevos adelantos
electrónicos, y las redes sociales de comunicación, a disposición y al servicio democrático de la Humanidad,
empezando por los sectores más necesitados de la mayoría abrumadora que es la
clase trabajadora junto a los sectores más oprimidos y explotados. Otro mundo mejor
es posible y necesario, SI, pero con el Socialismo.
José Martín Rodríguez.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A
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