“El desplome de la
Bolsa de China arrastra a la de Japón. Los recortes generalizados en la bolsa
de China, con el Hang Seng y el Shanghai Composite hundidos hoy cerca del 6 % ,
han llevado al Nikkei a perder los 20.000 puntos al sufrir un desplome del 3,14
% “(Periódico digital Expansión.com 8-7-15)
Lejos de ser inmune y
salvarse de la crisis económica, como algunos propagandistas liberales
afirmaban, las bolsas del Dragón
Asiático están comenzando a experimentar unas convulsiones graves que presagian
lo peor y puede representar el inicio de una peligrosa recaída de la recesión
mundial si se produce el contagio. El
sunnami ha llegado ya a Japón y podría alcanzar a Europa y a otros mercados
mundiales. Los vendedores de ilusiones, los gurús económicos de la clase
dominante, los utópicos liberales habían venido festejando los éxitos de las
medidas anti-crisis aplicadas por China en 2008 y 2009, sobre todo, los
estrategas más “inteligentes” de la burguesía y algunos socialdemócratas
“keynesianos”
Parecía que los hechos
les daban la razón porque el Gobierno de
China ha aguantado en torno a 6 años desde esa fecha cebando la burbuja, pudiendo contrarrestar de forma parcial la destrucción
masiva de empleo que se produjo en el primer año desde el estallido de la
crisis económica de 2007 en EEUU que se
propagó a todo el circuito financiero y que todavía sufre las consecuencias la
clase obrera mundial. El Gobierno Chino,
con sus inmensos recursos, aplicó un ambicioso plan de estímulo estatal con la
inyección de cientos de miles de millones que permitió una leve recuperación.
Pero como informaba el
periódico digital Euronews.com del 3-7-15, “La bolsa de china se desploma
un tercio en las últimas tres semanas,
pese a las medidas oficiales. La burbuja bursátil china sigue estallando y en 3
semanas, los índices ya han perdido un 30%·. Este viernes, la bolsa de Shanghai
se dejó casi un 6 % y en la semana, el retroceso acumulado es de un 12”. Este
desplome es consecutivo a la subida en un 150 % de los valores bursátiles en el
último año.
El valor más alto del
índice de la bolsa de Shanghai en los últimos siete años lo alcanzó el 12-6-15
cuando llegó a superar los 5.000 puntos
y el lunes 7-7-15, se desplomó hasta los 3.728 puntos. Según informa
Expansión.com, en dicha fecha, podemos leer “Suspensión masiva de valores en
China ante el descalabro bursátil. Más de 200 valores han sido suspendidos de
cotización en China en medio del desplome bursátil que sufre el gigante
asiático (…) El índice Shanghai Composite ha concluido la sesión con un
descenso del 1,26 % hasta los 3.728”.
Las medidas keynesianas
aplicadas habían reanimado la inversión y cebaron la producción industrial por
un tiempo, pero en tan solo 6 años se ha agotado el impulso, porque el problema
de fondo, que es la crisis estructural de sobreproducción capitalista, también
afecta al capitalismo chino, aunque con algún retraso dado su enorme potencial
y reservas, pero los planes de estímulo, lo único que han conseguido ha sido agravar
el problema y las consecuencias pueden ser muy graves.
La curva ascendente del
P.I.B. Chino, que en el año 2007 llegó a alcanzar un crecimiento del 14,2 %,
comenzó su declive en 2008 y 2009 con un crecimiento en torno al 9,6 y 9,2 % respectivamente y tras un leve repunte del
10,4 % en 2010, las cifras de
bajada en los 3 últimos años son: La caída de los años 2012, 2013 y 214
respectivamente ha sido del 7,7 %, 7,6 %
y 7,4 %. Llegaron los planes de
“austeridad” del gobierno para eliminar líneas de producción que han afectado a
la metalurgia, la minería, papeleras, vidrio, cemento, acero, plomo, cobre, etc, por
lo que en torno a 5.000 empresas tuvieron que reducir su capacidad de
producción entre 2012 y 2014, iniciándose un repunte de la conflictividad
social, con protestas, manifestaciones y huelgas, pese a que están prohibidas
por Ley y la clase obrera está oprimida bajo la férrea dictadura capitalista,
impuesta por los Jerarcas de la
burocracia del “Partido Comunista Chino”.
La burocracia
“comunista china” que se pasaron al capitalismo con armas y bagajes, cuentan
con un gran potencial de reserva de divisas, acumuladas tras largos años de
superávit comercial y control absoluto de las palancas del Estado, que les ha
permitido intervenir en la economía salvando parcialmente la lucha de la clase
trabajadora, pero ese período se ha empezado a agotar y comienzan las
convulsiones sociales. Además, la vuelta al capitalismo les hace que no puedan
escapar al dominio aplastante de la economía de “mercado globalizada” y aunque
parezca una paradoja, se repite a una escala muy superior y de forma
dialéctica, la fase de expansión y
recalentamiento de la burbuja especulativa que provocaron la crisis estructural
iniciada en EEUU y que contagió a Europa, que todavía ha sido incapaz de
superarla, como vemos en estos mismos días la situación precaria de Grecia, que
podría contagiarse a otros países del Sur, si la situación de China se agrava y
contagia también a otras bolsas importantes de la U.E., EEUU y Japón.
Tras varios años de
cebar la bomba de la especulación en China, ahora se enfrentan a la realidad de
tener que pagar la factura de los platos rotos, y puede ser muy costosa, dada
la enorme cantidad de capital inyectado para mantener el ritmo de crecimiento
en torno al 7% , lo cual ha representado una gran parte de capital ficticio,
con una enorme deuda en la construcción, donde sólo en Pekín hay en torno a 7
millones de casas sin vender, habiendo entrado China en el círculo vicioso,
como ocurrió en el Estado español, donde una enorme proporción cada vez más
alta de los nuevos créditos que se otorgaban, se empiezan a utilizar no para
nuevas inversiones productivas, sino para la especulación y atender deudas existentes tapando
corrupciones, quiebras, desfalcos y
obras suntuosas inviables.
Esa infernal dinámica
impuesta por la política económica del Gobierno de China se ha visto copiada
con abultadas deudas que se han venido acumulando en los gobiernos
locales. Informes publicados hace un par
de veranos afirmaban que cerca de 40 grandes ciudades chinas tienen una tasa de
endeudamiento respecto al PIB muy superior a Detroit, que como sabemos, se tuvo que declarar en quiebra y el Gobierno de los EEUU tuvo que salir en
su rescate, lo cual podría precipitar bancarrotas en cadena.
Los capitalistas chinos
se enfrentan a un creciente malestar de las masas provocado por la insoportable
brecha de la desigualdad entre ricos y pobres. Los trabajadores han empezado a
reorganizarse incluso en la clandestinidad, arreciando las protestas, por lo
cual, el Gobierno se ha visto forzado a anunciar algunas reformas económicas y
sociales, acometiendo leves cambios relacionados con los derechos civiles. Han
tenido que suprimir los “campos de reeducación”, que eran en realidad campos de
concentración, flexibilización de la política familiar para superar lo del hijo
único e incluso se empieza a hablar de democratización desde las bases. El Gobierno chino se ve obligado a hablar de
reformas para apaciguar a la clase obrera, que es cada vez más fuerte con
empresas en las que se acumulan hasta decenas de miles de trabajadores bajo una
sola dirección.
La pérdida de
protagonismo del sindicato oficial, único legal en el régimen, es un problema
muy acuciante para la Burocracia. Se ha visto incapaz de frenar las
movilizaciones y las protestas surgidas en algunos sectores, donde se han
planteado una oleada crecientes de luchas y el desarrollo de reivindicaciones
que exigen una representación real y democrática en los tajos y fábricas
mediante nuevos organismos que surgen del corazón de las propias
movilizaciones, tal como ocurría aquí en el Estado español, cuando sufríamos
los últimos años del franquismo y los albores de la democracia.
La afrenta de la
hiriente desigualdad social, que ha crecido en China al calor del auge de la
especulación capitalista, como se generó también en la crisis de EEUU y de
Europa, ha espoleado el proceso molecular de la toma de conciencia de la clase
trabajadora acelerando la lucha de clases hasta niveles muy similares
comparables con períodos históricos donde se dieron procesos revolucionarios
cuando las masas agobiadas por la opresión y la explotación se ven forzadas a
luchar por un cambio social. En la nueva
China capitalista, en Europa y en el resto del mundo, las cosas no serán
distintas, sino que las masas, que “no se han enterado que Marx está muerto y
enterrado”, como dice en una de sus canciones Joan M. Serrat, lucharán, lucharán y lucharán contra viento y
marea por un mundo mejor, por un mundo democrático y socialista.
En realidad, aunque nos
lo sigan negando con la propaganda burguesa, SI existe una alternativa a los
horrores del capitalismo, donde se pueda
utilizar toda la creatividad maravillosa de la que es capaz el ser humano,
trabajando social y solidariamente por el bien común y repartiendo con justicia
el fruto de nuestro trabajo, y esa alternativa se llama DEMOCRACIA Y
SOCIALISMO, por lo que no nos queda otro camino que seguir luchando por la
aplicación de un programa grenuinamente de izquierda, que anteponga los
intereses de los trabajadores por delante de los del capital y que fije las
bases para la transformación socialista
de la sociedad, porque bajo el capitalismo no hay salida para la
humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÓN
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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