Cada 10 de diciembre se
celebra el Día de los Derechos Humanos, donde tenemos la oportunidad de
analizar la situación social y económica del planeta, para intentar
aproximarnos a la realidad del grado de cumplimiento, (más bien
Incumplimiento), de esos derechos que deben afectar a todo ser humano. En
declaraciones hipócritas de la burguesía se hacen pomposas declaraciones
defendiéndose sobre el papel lo que toda persona tiene derecho a recibir, pero que cada día se
alejan más de su cumplimiento.
Los estrategas de la
clase dominante capitalista han demostrado su impotencia para sacar al mundo de
la recesión actual después de más de cinco años desde que estalló la crisis y se ven incapaces de hacer cumplir los derechos civiles, porque en vez de avanzar
hacia su cumplimiento, están retrocediendo hasta situaciones de principios del
siglo pasado, cuando la ONU acordó en 1948 la Declaración Universal de los
Derechos Humanos que incluye a toda persona, por el simple hecho de su condición humana,
donde se dice que se debe garantizar una
vida digna, sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Desde el verano de 2007
recorre el mundo la mayor crisis y posterior recesión de la economía
capitalista desde el crack del año 1929.
El gran colapso de la crisis estructural del sistema se expresó a través
del derrumbe económico del sector bancario provocado por las “subprime” en los
EEUU, esfumándose inmensas cantidades de recursos de dinero fiduciario que
quedaron desvalorizados, sumiendo al sistema financiero internacional en un
tsunami de proporciones históricas del que todavía no se ha recuperado, y lo
que es más grave, camina hacia una posible depresión.
A partir de aquella fatídica
fecha, el conjunto del sistema capitalista en lo que se refiere a la economía
productiva real, se ha ido profundizando
en una terrible recesión que de forma simultánea afectó a todas las grandes
potencias, principalmente a EEUU y luego a Europa, que han puesto en entredicho
los fundamentos del modelo liberal burgués, que se ha quedado sin paradigma, al
colapsar tanto el keynesianismo socialdemócrata como el ultra liberalismo
conservador, derrumbándose estrepitosamente
todos los axiomas ideológicos de la clase dominante, con toda su parafernalia
de Premios Nobel de economía y cientos de miles de estrategas, doctores en economía y demás tecnócratas que
son verdaderos acólitos de esa religión de la lógica de “los mercados” que no
resuelve nada.
Aquellos sueños
utópicos y felices de esos estrategas del capitalismo han quedados hecho añicos
por la tozuda realidad. Esa falsa idea de un crecimiento sostenido, soportados
sobre una descomunal deuda y una carrera virulenta de la especulación, el
pelotazo urbanístico y el chanchullo privado, para saquear a los estados, dio
paso a una caída fulminante de la economía con tremendas repercusiones en la
pequeña y mediana empresa que ha sido fagocitada por los grandes capitales,
dejando un reguero de paro estructural forzoso imposible de restablecer, con un
empobrecimiento generalizado de las masas, que están entrando en situaciones de
hambrunas incluso es países de Europa,
donde hace unos años parecía que esa lacra había sido erradicada. En el Estado
español, los comedores dedicados a paliar las necesidades alimenticias, a
través de las ONG están siendo desbordados por las peticiones de auxilio de los
ciudadanos empobrecidos, en una clara violación de los Derechos Humanos por
parte de los Gobiernos de turno en casi todos los países.
Esto demuestra el
sonoro fracaso de las recetas aplicadas por todos los gobiernos burgueses, que se han dedicado a drenar billones de
euros de los ciudadanos para dedicarlos a salvar a la banca y a los corruptos y
estafadores que nos han venido saqueando. Han adoptado unas urgentes medidas
fiscales con el objetivo de seguir
engordando los estratosféricos beneficios del gran capital para satisfacer las
ansias de ganancias de un puñado de grandes multinacionales financieras,
sometiéndonos a todos los pueblos a la dictadura del capital, sin importarles
la voluminosa deuda pública soberana que ha llegado a límites desconocidos en
la historia de la humanidad, que quieren que sea ahora pagada por los
ciudadanos empobrecidos, violando una vez más los Derechos Humanos, pues
atacan la Sanidad, la Educación, las
pensiones, la Ley de Dependencia y demás servicios sociales.
Existe un verdadero
desconcierto y una profunda desorientación sobre qué rumbo tomar reflejados en
los foros internacionales del sector financiero, lo que representa una
confesión descarnada de la bancarrota en la que se encuentra la “ciencia
económica burguesa” y todos sus defensores y apologistas. Todo su enorme aparato de propaganda puestos
al servicio del desprestigio y las calumnias durante décadas, con ataques cada
vez más rabiosos contra el socialismo científico y el materialismo dialéctico
que es la filosofía que lo soporta,
desprestigiando todo lo que oliera a “nacionalizaciones de los grandes
medios de producción, como la banca y otros”, no han servido para nada, porque
ellos mismos, ante la terrible debacle de su sistema, se han visto forzados a
“nacionalizar bancos, pero, eso si, en beneficio de los mafiosos y corrutos
banqueros que se han aprovechado de las muletas del estado para su propio
beneficio, lo que, en vez de solucionar el problema, lo ha continuado agravando
en una espiral descendente hacia la
miseria.
A pesar de todos los
intentos por erradicar del debate de forma definitiva ese espectro del socialismo
científico, llamándonos utópicos, alarmistas y mil calumnias más, la profunda
recesión que amenaza a la economía hacia la depresión, está poniendo de relieve
de nuevo la validez de las ideas y los análisis del marxismo, que clarifica la
realidad de sus análisis respecto a las crisis económicas, que están contenidas
en los textos clásicos de Marx, que de nuevo se está poniendo de moda.
El peligro de la
depresión es una verdadera amenaza contra los intereses de la clase
trabajadora, como estamos ya sufriendo en esta recesión, que se está llevando
por delante algunos de los Derechos Humanos que se habían conquistado con las luchas obreras durante las
últimas décadas. Es una amenaza que exige una respuesta unitaria, organizada y
contundente bajo una bandera limpia que será levantada desde el seno de la
propia clase trabajadora en pro del socialismo, si queremos preservar los
Derechos Humanos conquistados, recuperando los que nos han sido arrebatados y
avanzando hacia su completa realización.
Las acciones contundentes
que estamos observando por parte del movimiento obrero en luchas desesperadas
contra los ataques de la burguesía, donde la clase trabajadora empieza a
ponerse de pie desafiando a la burguesía en Europa, con una escalada
impresionante de la lucha de clases en Grecia,
Italia, Portugal, Francia, Estado español y demás países, así como el
movimiento revolucionario que recorre el Norte de África durante más de un
año, son una prueba de los años
turbulentos y los cambios bruscos y repentinos que se van a producir en la
lucha y en la conciencia de las masas.
La crisis ha puesto en
evidencia una descarnada lucha entre el mundo del capital, que quiere acabar
con todas las conquistas eliminando todos los artículos de los Derechos Humanos
y los derechos que amparan las Constituciones, y las medidas aplicadas por la hoja de ruta de
ese capitalismo de rapiña, opresor y explotador que está chupando la sangre de
las plusvalías, para seguir acumulando riquezas cada vez en menos manos, sin
ofrecer ninguna salida social a la recesión.
El sistema capitalista,
al contrario de cómo empezaron a decir algunos estrategas al inicio de la
crisis, que se habló de reformarlo, no es en reformable en absoluto. Por tal motivo, en la actualidad como en
ninguna otra circunstancia de las últimas décadas, la clase trabajadora, con la
juventud y la clase obrera a la cabeza junto a todos los ciudadanos que
aspiramos a un mundo mejor, debemos levantar con fuerza la bandera del genuino
socialismo, de la lucha contra la corrupción, la explotación y la falta de
ética, para exigir la nacionalización de la banca, de las multinacionales y los
latifundios ociosos, para ponerlos bajo control obrero y democrático al
servicio de los trabajadores aplicando un plan de producción a favor de la
clase trabajadora, como la mejor salida y más rápida para salir de la recesión.
Otro mundo es posible, pero con el socialismo. Organízate y lucha porque bajo
el capitalismo no hay salida ni pueden cumplirse los Derechos Humanos.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACION.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE-A
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