Ayer lunes 8 de Noviembre, fuerzas policiales y militares marroquíes con un número aproximado de 50.000 efectivos, asaltan e invaden el campamento de los saharauis de El Aaiun, provocando una cantidad indeterminada de muertos y heridos.
Han desalojado por la fuerza a los habitantes que estaban protestando pacíficamente. El enorme campamento donde había unas 20.000 personas ha sido destrozado y desmantelado, la gente perseguida y la represión ha sido brutal. Ha habido levantamientos y protestas que recuerdan las intifadas palestinas. El ejército ha sembrado el caos entre los desplazados, ha lanzado gases lagrimógenos y agua hirviendo desde los helicópteros, a la que que cortaba toda comunicación con el asentamiento dejandoles aislados.
Esa intifada reprimida brutalmente por el gobierno marroquí vuelve a poner en primera página la dramática situación que vive el pueblo hermano del Sáhara Occidental. Sufren una situación caótica por causas del legado de un proceso de descolonización inacabado, por causas de la situación en que quedó abandonado por el Estado franquista moribundo. Ese terrotirio en pleno desierto ha quedado olvidado durante años, donde se ha visto la situación de las potencias por aprovecharse de la situación, donde la ONU, Marruecos y el Estado español, son los responsables directos de ese desaguisado. A mediados de los años setenta el régimen franquista se enfrentaba a una situación convulsiva, porque la clase trabajadora luchaba por un cambio social, sobre todo a la muerte del dictador.
Ese territorio era una colonia española, que tuvo un escaso valor económico, pero adquirió gran importancia cuando se descubrió en la zona grandes recursos naturales, sobre todo los yacimientos de fosfato más grandes del mundo y una riquísima zona pesquera, convirtiéndose en la zona potencialmente más rica de todo el Magreb. Marruecos aprovechó la oportunidad realizando la famosa Marcha Verde, que dejó al gobierno franquista sin capacidad de impedirlo, por temor a los procesos prerrevolucionarios que se podrían desatar, al observar que podrían ocurrir hechos similares a los desastrosos efectos que tuvo para Portugal las guerras coloniales, que produjo el agotamiento de la Dictadura portuguesa acelerando el proceso que desembocó en 1974 con la Revolución de los Claveles.
El régimen teocrático marroquí vivia asimismo, desde los años sesenta, un proceso convulsivo con movilizaciones estudiantiles, luchas campesinas e incluso huelgas ilegales, con movimientos en Palacio que se reflejaron en dos intentos de rebeliones armadas contra el Rey Hassan II. Éste aprovechó la ocasión reclamando el derecho de Marruecos a anexionarse el Sáhara, fomentando el nacionalismo chovinista como forma de desviar la atención de la población, a la vez que ponía sus intereses de rapiña sobre los fosfatos y la pesquería. De esa forma, desviaba la atención de las masas, apartándolas de las luchas internas que estaban poniendo en peligro la propia monarquía, que tiene sometida a la población en la más cruel dictadura y con una pobreza sangrante.
La Dictadura franquista se vió obligada a retirar las tropas de ocupación en 1974 a la vez que prometía al pueblo saharaui, a través de la ONU, la celebración de un referendum de autodeterminación para el año siguiente 1975, lo que fue considerado por la Dictadura marroquí como una provocación, porque comprendieron que si se celebraba ese referendum, desataría procesos similares en otros territorios, sobre todo, si como era previsible, los votos de los saharauis darían un triunfo democrático por la independencia, cuyos resultados eran previsibles.
Entonces, el Rey Hassan II atacó movilizando a 350.000 marroquíes en la famosa Marcha Verde, que era la cabeza de puente de una ofensiva militar en toda regla, con el objetivo de anexionarse el territorio del Sáhara. Ante la dificil situación creada para la Dictadura franquista, negoció en secreto un acuerdo con el Rey de Marruecos. Uno de los puntos del acuerdo era que Marruecos renunciaba a sus reivindicaciones territoriales sobre las ciudades de Melilla y Ceuta, a cambio de que la Dictadura franquista no tomase como causa de guerra la Marcha Verde. Se "garantizaban los intereses pesqueros españoles y conseguía el 35 % de la explotaciónde los fosfatos".
La débil Dictadura franquista claudicaba y en noviembre de 1975, el Rey Hassan decide invadir el Sáhara, anexionándose el territorio. La brutalidad de la Dictadura de Hassan II fue terrible, provocando una oleada de refugiados masiva. El pueblo saharaui fue atacado con napalm y fósforo, perseguido, aterrorizado, torturados los cautivos y se perseguía disparando indiscriminadamente contra el pueblo que huía despavorido en pleno desierto. Más del 60 % de la población huyó al exilio y los que se quedaron sufrieron una brutal persecusión y represión, con detenciones masivas, quedando todavía más de medio millar de saharauis que siguen desaparecidos.
El territorio está dividido en dos, por una parte la costa occidental que está ocupada por Marruecos. En esta parte está concentrada la riqueza de los fosfatos. La otra parte que es una franja oriental que tiene frontera con Argelia y Mauritaria, es conocida como Territorios Liberados, estando separadas ambas partes por otro "muro de la vergúenza" levantado por Marruecos, que mantiene una estado de guerra. Ese muro, que mide 2.720 kilómetros, empezó a construirlo la Dictadura marroquí en el año 1980. Está bunkerizado, con minas y una protección militar de más de 100.000 hombres, con un destacamento de soldados marroquíes cada cinco kilómetros, así como radares cada 15 km.
El pueblo saharaui que consiguió escapar siguen viviendo en cuatro campos de refugiados en Argelia (Tinduf). Se calcula que son unos 160.000 habitantes. Viven en condiciones precarias, con poca agua y vegetación escasa en una enorme extensión en medio del desierto. Sus condiciones son muy precarias, habitando las Haimas, con pocas reservas alimenticias, sufriendo a veces más de 50 grados de temperatura y noches invernales muy frías, en unas condiciones verdaderamente infrahumanas.
Las potencias imperialistas, han apoyado hipócritamente a Marruecos, no permitiendo que se cumplan las resoluciones de la ONU, sobre el completo proceso de descolonización. Los intereses de las potencias, como Francia, EEUU, etc impiden el referendum, que se dilata sine die. Anteponen la protección de los intereses de las inversiones extranjeras en Marruecos antes de los Derechos de los ciudadanos saharauis.
El prinicipal aliado de Marruecos ha llegado a ser en la actualidad EEUU que ha venido ganando influencia desplazando a Francia, siendo en la actualidad el Rey Mohamed VI quien recibe más ayudas e inversiones de occidente de todos los países de la Africa. Asimismo, todos los gobiernos españoles han apoyado financiera y políticamente al régime dictadotiral marroquí, guardando un silencio cómplice ante los incumplimientos de la Legalidad Internacional y las atrocidades que se siguen cometiendo contra el pueblo saharaui e incluso en el interior del propio Marruecos, donde las libertades y los derechos civiles son sistemáticamente violados, todo ello, para "llevarse bien con el vecino" y no poner en peligro los beneficios de los empresarios que tienen fuertes inversiones en Marruecos.
El "Sobrino" del Rey de las repúblicas de las Españas, es decir, ese Monarca Teocrático y Dictador no está dispuesto a abandonar incondicionalmente el Sáhara Occidental, ni aunque se lo pida su "Tio", ni aunque se lo pidan los 192 países que componen la ONU, porque eso significaría renunciar a unos jugosos beneficios que se obtienen de la explotación de los yacimientos de fosfatos y de la pesquería. Marruecos es el primer exportador de fosfato a escala mundial y la tercera potencia productora. Esos productos están ganando importancia para la industria de la alimentación y cosmética y en la zona está el 75 % de todas las reservar mundiales de fosfatos.
El "sobrinísimo" sigue dirigiendo el país como le enseñó su padre, aunque algunos esperaban un cambio que nunca llega, pues los métodos como hemos visto estos días, es a través de una brutal dictadura donde están suprimidos los incipientes derechos democráticos conquistados por la lucha. Ataca a los ciudadanos que protestan, como ha ocurrido en El Aaiun. Lo que llaman "El Palacio", es decir la casa real, controla directamente la mayor extensión de las mejores tierras de cultivo, el sector inmobiliario y la industria, que pertenecen casi en su totalidad al Rey, que está considerado por la revista Forbes, como uno de los quince monarcas más ricos de todo el planeta, cuyos principales ingresos provienen de la expotación de fosfatos, siendo sus ingresos superiores al 6 % del PIB. Frente a esa isla de riqueza y abundancia obscena, tenemos un enorme océano de pobreza. El salario mensual de un asalariado marroquí está en torno a los 200 euros, cuando en ciudades como Rabat y Casablanca, el nivel de vida es similar a Barcelona o Madrid.
La ONU es incapaz de dar soluciones, porque se lo impiden los derechos de veto de la Dictadura del Capital en la que está convertida ese organismo. Varias veces han estudiado la cuestión en las Naciones (des)Unidas para ver cómo resuelven el conflicto del Sáhara, pero nunca es el momento para celebrar el referendum. La diplomacia dice que la causa es el problema de los censos poblacionales, pero eso es una excusa. El problema es que bajo el capitalismo se anteponen los intereses y los beneficios de los Estados, que son "grupos armados que defienden los intereses del capital", antes de los Derechos Civiles y las necesidades de los saharauis.
En el año 1991 se presentó un plan de Paz en al ONU, pero lo rechazaron, porque Marruecos decía que les perjudicaba. El último plan fue el de 2003 que tampoco es aceptable, porque otorga unos poderes al Gobierno marroquí que establece una autonomía bajo el dominio del Rey, además de dividir el territorio del Sáhara, quedando anenxionada la parte donde existen los fosfatos y la autonomía sería para el resto y además, ese referendum sería dentro de cinco años.
Después de 35 años esperando y de un gasto de más de 500 millones de dólares por la ONU en buscar planes de solución, ésta queda cada vez más alejada. Esos son los eficaces señores que gobiernan el mundo y por cuyos "trabajos" perciben emolumentos astronómicos. Ante esos estrepitosos fracasos, la mejor salida para la ONU sería su disolución. Las protestas del Frente Polisario vienen siendo frecuentes. Mohamen Abdelaziz, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, ha pedido al Secretaro de la ONU, Ban Ki-Moon, que actúe de urgencia enviando un dispositivo de seguridad para proteger a la población. Decía: ""Pedimos de forma urgente el envío de un dispositivo de seguridad de la ONU a El Aaiún ocupado, dentro de las responsabilidades de la Organización Internacional en el Sáhara Occidental, un territorio que todavía no goza del derecho a la autodeterminación, para asegurar la protección y seguridad de las vidas y derechos de los ciudadanos saharauis ante la brutalidad y violencia de las fuerzas de ocupación marroquíes". "La situación en la ciudad ocupada de El Aaiún es muy peligrosa, y puede conducir a graves consecuencias", señala el Presidente saharaui, quien recuerda que este crimen "atroz" ocurre en presencia de las Naciones Unidas en el territorio, representada en su misión para organizar el referéndum en el Sáhara Occidental".
Nos solidarizamos con el pueblo saharaui y protestamos enérgicamente contra ese ataque bélico a la población civil desarmada. Consideramos que bajo el capitalismo no hay soluciones definitivas y duraderas para el problema de la clase trabajadora y los pobres, sean habitantes del Sáhara, del resto del Magreb, o del mundo. Pero tenemos que seguir la lucha, la protesta y la denuncia permamente contra esos abusos que nos causan terror. Hasta que no se consiga llevar a cabo una lucha firme, unida y de clase contra los enemigos comunes, que son los capitalistas, donde se contemple el derrocamiento de la sangrienta monarquía alauita, que es la misma lucha que tenemos que seguir librando contra el capitalismo y el imperialismo, por ser los responsables de tanta explotación y represión, cualquier solución que plantee el imperialismo será una trampa para el pueblo saharaui y el pueblo marroquí. Otro mundo es posible y necesario, pero con el verdadero Socialismo. Por la Federación Socialista del Magreb, como parte de la Confederación Socialista Mundial.
¡¡ ALTO A LA REPRESIÓN CONTRA EL PUEBLO SAHARAUI¡¡
¡¡POR EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS¡¡
¡¡ NO A LOS EJÉRCITOS REPRESORES¡¡ ¡ NO A LA GUERRA¡¡
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
is-psoe.malaga@terra.es
9 de noviembre de 2010
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