28 de agosto de 2010

MARX SE EQUIVOCÓ.

Durante más de 160 años la burguesía viene insistiendo que la teoría marxista está equivocada. Admitamos que algunos errores se han tenido que cometer, al igual que yerra todo ser humano, porque ni Marx era el Papa, ni mucho menos Dios, que para los creyentes son seres "infalibles" y para él no existía. Partamos pues de reconocer que Marx pudo estar equivocado en algo, por ejemplo, ¿quizás en los cálculos históricos cuando pronosticó la descomposición y el colapso del capitalismo?. ¿Quizás no entendió bien, la capacidad de desarrollo interno del sistema? ¿Quizás no pudo imaginarse los mecanismos de desarrollo de las nuevas tecnologías, de la robótica, de la ciencia y del desarrollo humano?


Combatió la teoría de Adam Smith y demostró que era falso lo de la "mano invisible que mueve el mercado" . Quedó demostrado, que no existe una mano invisible, sino miles y miles de manos de los capitalistas que roban diariamente a los asalariados arrancándoles las plusvalías con todo tipo de artimañas y engaños o mediante la fuerza bruta de los ejércitos mercenarios comprados por el capitalista. A lo mejor, no pudo imaginar completamente el poder destructivo acumulado con las decenas de miles de cabezas nucleares que almacenan las grandes potencias, capaces de destruir miles de veces el Planeta, aunque si intuyó,otras lacras como las fórmulas que el modelo ha empleado al utilizar las drogas capaces de mantener vivo al sistema enfermo y corrupto, pues la juventud y la clase trabajadora, que son las fuerzas llamadas a la lucha por la transformación social, están "alienadas" por las drogas reales y la droga que representa la "alienación mental" ejercida por los medios de difusión que imparten la cultura de la clase burguesa dominante para perpetuar el sistema, evitando que se enseñe una cultura cientifica, laica y moderna, encargándose mucho de fomentando las creencias religiosas y las supersticiones.


La juventud está mil veces más "alienada" con tanta desinformación, con el ocio embrutecedor y otras distracciones que cuando Marx hablaba del control mental que ejercía la religión sobre las mentes de la clase obrera, cuando definía a las creencias religiosas como el "opio del pueblo", con estas palabras. " La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. Es el opio del pueblo".(1) El opio, la morfina, la cocaína y demás sustancias eran inalcanzables en aquella época por las masas y estaban al alcance más bien de la burguesía, aunque, como explica la historia, el alcohol si estaba bastante generalizado entre la clase obrera, de ahí la insistencia de los fundadores de los partidos obreros de constituir las Casas del Pueblo, que sacaran al obrero de las tabernas y les diera instrucción, enseñándoles incluso a leer y escribir, como unas de las tareas fundamentales de aquellas épocas para elevar el nivel cultural de los obreros.


Tampoco quizás pudo calcular Marx exactamente la capacidad de desarrollo de la industria bélica, que a la vez que es utilizada para asesinar a millones de seres humanos, mantiene asimismo a millones de asalariados en la producción de la industria bélica, dirigidos globalmente y en beneficio del Complejo Militar-Industrial de EEUU. Paradójicamente son las guerras las que mantienen en funcionamiento la industria cuando las crisis se agudizan, destruyendo miles de vidas y a la vez parte de las fuerzas productivas, para luego reconstruirlas. A través de grandes campañas de propaganda, las burguesías nacionalistas enloquecen a las poblaciones con el veneno de los "Patrioterismo" que es utilizado como una droga "ideológica" para enfrentar a los pueblos, les hacen olvidar sus propias miserias y les preparan para defender los intereses económicos de los capitalistas y banqueros a las órdenes del imperialismo de turno.


Ante el temor que causa tanta parafernalia belica, tanto terrorismo de estado e individual, crecen de nuevo como hongos emisoras, radios y Tvs, alentados y dominados por fanáticos religiosos de uno y otro bando, que les prometen a las masas un mundo mejor en el cielo, trampa en la que muchos jóvenes caen, incluso vendiendo sus cuerpos como mercenarios en los modernos ejércitos profesionales, para salir del "infierno" del drama de la escasez y la condena del paro y la miseria.


La burguesía insiste en que Marx se equivocó en 1848 cuando pensó que el Capitalismo se enfrentaba a una crisis muy grave y se preocupó por escribir el Capital y el Manifiesto, que ha sido los libros más combatidos y que mantienen, sin embargo, más actualidad de los escritos en la historia moderna. Quizás cometiera un error de ritmo de entorno a 200 años, lo cual, visto desde un punto de vista antropológico y teniendo en cuenta que el Planeta Tierra tiene una edad de 4.500 millones de años en proceso de formación, evolución y revolución, pudiésemos convenir que es un error porcentualmente despreciable.


Ahora bien, en lo que concuerdan cada vez más expertos en campos como la economía, la sociología, la política, la historia y otros camnpos del conocimiento humano es que el capitalismo se está transformando constantemente, que está revolucionando las fuerzas productivas permanentemente, que sus propias contradicciones de las que es imposible escapar, producen crisis cada vez más fuertes, más amplias, más agudas y más peligrosas para la Humanidad.


Todo el sistema capitalista está actualmente sufriendo una recesión tan profunda que está siendo cuestionado cada vez más por las masas porque la clase trabajadora no es estúpida. El instinto de decencia, el sentido común, el incremento del proceso molecular de toma de conciencia de los asalariados en la búsqueda de la justicia distributiva está unificando los deseos de las masas de luchar contra los ricos capitalistas y banqueros que son los causantes de la situación de crisis y estancamiento en la que estamos sumidos.


El capitalista habla de los Derechos Humanos individuales. El socialismo habla de Derechos Humanos Universales. El capitalista defiende el derecho a tener Jet y Yate privado. El socialismo se pregunta porqué todavía hay niños descalzos y pasando hambre. El capitalista admite y permite que mucha gente sea miserablemente pobre. El socialismo no admite que unos pocos sean exageradamente ricos. El capitalista habla hipócritamente que no debería haber niños que pasen hambre pero se niega a contribuir con el 0,7 % para ayudar los hambrientos. El socialista lucha por un reparto justo de la riqueza para que todo ser humano pueda vivir dignamente.


Luchas, levantamientos y convulsiones sociales contra las desigualdades sangrantes han ocurrido ya en la historia no una sola vez, sino muchas y ocurrirá de nuevo, cada vez a una escala superior. Cuando eso ocurre, aquellos que se creen los amos de la sociedad con todas sus riquezas y todo su potencial bélico, no pueden evitar la lucha de masas que tienden hacia la igualdad buscando el socialismo. Siempre nos asustan con los ejércitos y la policía, pero los soldados en un momento dado, se niegan a obedecer a sus Jefes que les obligan a disparar contra el pueblo, cuando éste, empujado por las circunstancias penosas de escasez, se ven en el dilema de morir de hambre o luchar contra la miseria, la injusticia y la falta de libertad para producir cambios que mejoren la situación social


Es preciso recordar que en sus inicios, el propio capitalismo fue revolucionario sepultando al sistema feudal, cuyas estructuras no podian ya soportar la nueva sociedad capitalista que estaba surgiendo desde su propio seno. Con los descubrimientos y avances obtenidos por la ciencia, la tecnología y la robótica se han realizado prodigios que nunca antes pudieron realizarse en la historia de la humanidad. Pero este sistema capitalista, como cualquier otro organismo vivo, como cualquier otro sistema anterior, nació, creció, se desarrolló y sin duda morirá, porque se encuentra gravemente enfermo y está preparando su propia muerte, faltando solamente unos buenos y caritativos sepultureros que cumplan con su cometido de "enterrar a los muertos" con el menor coste social posible.


El desaforado apetito de beneficios del capitalismo, la glotonería voraz e insaciable al lucro privado y la tendencia natural al monopolio está provocando en el sistema una dislocación de sus estructuras internas, una crisis financiera gravísima que tiende al caos, tanto en los aspectos humanos como ecológicos, al depredar de forma irracional el Medio Ambiente que bajo el prisma capitalista no ofrece ningún futuro a medio y largo plazo para los seres huamanos, además de cientos de miles de especies que están al borde de la extinción.


El sistema se encuentra en estado convaleciente del "infarto cardiaco-financiero" producido en la crisis del venaro de 2007, cuyas secuelas pueden ser fatales. El capitalismo lo ha prostituido todo: la literatura, la música, el arte, el ser humano, todo lo ha convertido en mercancia que es expuesta en las vitrinas de la compravente, confundiendo valor y precio. Ya no sólo se explota al obrero en la fábrica, sino que cientos de miles de licenciados, científicos, abogados, médicos, poetas, artistas... bien están en paro, bien son esclavizados ocupando un puesto de trabajo miserable de mileurista, pues todos tienen que prostituirse ante el capitalismo para intentar sobrevivir en este estado salvaje de competencia feroz.


Para el capitalismo, las cosas pueden volverse en su contrario, cuando ese "ejército de reserva de mano de obra" que mantiene el capitalismo, a veces artificialmente para hacer bajar el precio de la mercancía "factor trabajo", ( salario del obrero), que están sufriendo las lacras del paro y de la escasez se levante y diga "hasta aquí hemos llegado". Cuando esos asalariados bien formados y miseramente pagados se vayan dando cuenta de que, al fin y al cabo, todos somos "clase trabajadora", bien sea manual, bien sea intelectual y que todos tenemos un enemigo común que es el sistema capitalista, que nos oprime, nos explota y nos niega un futuro digno, la cosa cambiará.


Entonces las masas comprenderán que, por separado, los capitalistas nos ganarán siempre, pero si nos unimos y nos organizamos para luchar por un nuevo modelo de sociedad, entonces seríamos imbatibles. Los trabajadores, a través de la experiencia propia y empujados por la necesidad, aprenderán el significado de esa frase tan repetida a la que pocos le hacen caso que es "la emancipación de la clase trabajadora será obra de la propia clase, o no será". Pero esa unidad tendrá que ser por encima de las fronteras porque el socialismo, o es internacionalista o no podrá realizarse plenamente.


El capitalismo, en su fase imperialista ya está globalizado y ha alcanzado su límite, de ahí que la clase trabajadora tiene que ofrecer una respuesta unitaria y global a las luchas por el socialismo, porque el capitalismo ha creado una isla de riqueza rodeada de inmensos océanos de pobreza. Para luchar por mejoras sociales, para alcanzar conquistas sociales la clase trabajadora necesita libertad para poder moverse por todo el planeta, porque ningún ser humano es ilegal, sino que es el propio sistema capitalista el que pone impedimentos y leyes, que impiden la libre circulación a través de las trabas fronterizas.


El sistema capitalista quiere hacernos creer que es justo y necesario el exigir derecho a la libertad de circulación de sus capitales, pero cuando se les exige igualmente libertad de circulación de las personas, entonces, ya eso no les parece bien. Ese es otro concepto burgués que hay que derribar, porque antepone sus intereses económicos por delante de los derechos inalienables de la persona, lo que está incrementando las tensiones entre los países ricos y los que han sido históricamente empobrecidos por el capital explotador.


Constantemente vemos cómo la gente se juega la vida cruzando las fronteras como nunca antes lo habían hecho empujados por las necesidades. Las ideas cruzan todas las fronteras, bien en la cabeza de los seres humanos, bien a través del intercambio de la comunicación a través de internet y demás medios actuales de difusión. Estamos seguros que algo nuevo está surgiendo de toda esta situación de recesión que se está convirtiendo en inviable. No puede esperarse otra cosa más que una lucha firme por una nueva sociedad a la que llamaremos Socialismo, si verdaderamente sirve para satisfacer las necesidades humanas. Porque como dice la canción de Serrat "la clase obrera no se ha enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado", y como no lo sabe, no comprende lo que dice la burguesía de si Marx estaba equivocado o no y luchará una y mil veces hasta derrotar al capitalismo y emprender la construcción de una nueva sociedad solidaria, de "seres humanos libres, justos, honrados e inteligentes" que los clásicos empezaron a llamarla SOCIALISMO y que está en el imaginario colectivo de todos los asalariados del mundo.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.
is-psoe.malaga@terra.es


(1) La cita aparece en varios textos, entre ellos, en el escrito de Marx "Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel". El contexto es: "El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión, la religión no hace al hombre. Y ciertamente la religión es autoconciencia de sí y de la propia dignidad, como la puede tener el hombre que todavía no se ha ganado a sí mismo o bien ya se ha vuelto a perder. Pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es su mundo, estado humano y sociedad; estado y sociedad que producen la religión, la cual es conciencia invertida del mundo, porque ellos son un mundo al revés. La religión es la teoría universal de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica popularizada, su pundonor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su complemento solemne, su base general de consuelo y justificación. Es la realización fantástica de la esencia humana, puesto que la esencia humana no existe en la realidad. Por tanto, la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. El sufrimiento religioso es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el alivio de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo.La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo, es la reivindicación de su felicidad real. El llamado para que el pueblo se deje de ilusiones acerca de su condición, es el llamado a que termine con un estado de cosas que necesita ilusiones. La crítica de la religión es ya, en embrión, la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión."

1 comentario:

  1. por favor lea este articulo porque la verdad me dejo preocupado, es un contemporáneo de marx Böhm-Bawerk - 1850- 1914, que demuestra que marx se equivoco y que su base científica es falsa, no se trata de algo por decir, es algo que tiene bases económicas, Gracias

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