ALGO SOBRE LA JORNADA LABORAL.
Comentando la cuestión de las jornadas laborales, el Presidente de la Confederación Empresarial de Hosteleria, José Luis Yzuel, la ha liado parda, cuando de forma rotunda afirmo: “Toda la vida hemos hecho en hostelería media jornada de 12 a 12”, lo cual ha tenido respuestas diversas de muchos trabajadores del ramo que se sienten sobreexplotados.
El revuelo ha sido tal que ha tenido que disculparse diciendo que era más bien una broma, pero la realidad es que el grado de explotación es cada día más amplio con horas extras que no se pagan, por lo que las protestas laborales arrecian.
Ese episodio ocurrió durante unas jornadas organizadas en Madrid por la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas, que realiza de manera periódica la Patronal del ramo, en la que se debate el problema laboral que en 2023 está llegando a su máximo histórico, según dicen por falta de personal, en éste y otros sectores de la producción, quejándose de que no encuentran mano de obra, a pesar de que el número de parados a fecha de Agosto de 2023 asciende a 2.702.700 personas.
La Gran Patronal tiene muy buenos economistas y asesores, por lo que no pueden ignorar desconocimiento, sino que aplican la lógica del capitalismo que no es otra de explotar al asalariado con las jornadas más largas posibles y pagándoles el salario más bajo que puedan.
Nos gustaría que se abriera un amplio debate público sobre estas cuestiones, sobre todo por parte de los sindicatos y las fuerzas políticas de izquierdas, para profundizar en la situación actual desde el punto de vista del método del materialismo dialéctico, que iniciamos en este breve artículo.
El capitalismo es más bien una relación social de producción. En esa relación cuando el Patrón contrata a un Asalariado, éste genera una PLUSVALÍA que se acumula, que se valoriza y acrecienta explotando el trabajo ajeno que beneficia al patrón.
Esa PLUSVALÍA se convierte en dinero que se independiza, cobra vida y se vuelve un sujeto autónomo, sanguinario y cruel, ejerciendo su poder de mando sobre la clase trabajadora.
El capital que no se invierte en producción real es trabajo muerto y pretérito que vuelve a la vida oprimiendo al trabajo vivo de la clase asalariada.
El Patrón, lo niegue o no, se convierte en una sanguijuela que se alimenta del beneficio que es la parte de la PLUSVALÍA que le roba al obrero.
En el debate en cuestión que hemos sometido a la C.P. de I.S. de Málaga para elaborar este artículo, se analizó el concepto de PLUSVALÍA que es la parte del valor que genera el asalariado cuando utiliza la fuerza de trabajo alquilada por el patrón, cuya parte retiene el capitalista y éste llama ganancia empresarial o beneficio.
También se entiende que la “fuerza de trabajo” es asimismo una particular mercancía cuyo valor de cambio, es decir el salario, es menor del valor que incorpora al producto o servicio el esfuerzo del trabajador asalariado.
La PLUSVALÍA es la diferencia entre el salario que el patrón paga al asalariado y la parte del valor que cada obrero, manual o intelectual, incorpora a la mercancía o servicio.
Tanto la maquinaria como las materias primas utilizadas, transfieren solo su valor al nuevo producto, pero no lo incrementa en la formación del precio de venta, que puede coincidir o no con el valor de producción.
Si como ocurre normalmente el valor incorporado es superior al precio de venta, el capitalista retiene el beneficio (PLUSVALIA). Si coinciden precio y valor, el capitalista no obtiene ganancias y si por la competencia, baja por debajo, entonces se produce la crisis, hablando en magnitudes sociales y económicas amplias.
Durante el tiempo de trabajo, el asalariado crea un valor para cubrir tanto su salario como un excedente que es lo que se llama PLUSVALÍA que es la parte que se apropia el capitalista y que éste llama cuota de ganancia.
El tiempo empleado en crear su salario es el “tiempo de trabajo necesario” para reproducirse como mano de obra y el trabajo excedente que produce la acumulación capitalista se llama PLUSVALOR O PLUSVALÍA.
El Salario es pues el valor de cambio o precio de la fuerza de trabajo que aporta el asalariado. Durante el tiempo que éste trabaja para el capitalista, produce una determinada magnitud de valor y parte de ese valor generado se le devuelve en concepto de salario, directo o diferido, que ahora están siendo atacados y reducidos por los patronos. El resto del valor se lo apropia el capitalista, que corresponde a la PLUSVALÍA, como antes hemos explicado.
En realidad la magnitud del salario está determinada por diversos factores, entre ellos el valor de los medios de subsistencia del asalariado y su familia, lo que equivale al precio de aquellos bienes y servicios que el asalariado debe consumir para poder sobrevivir.
En momentos de crisis y recesiones, el mundo del capital ataca todavía con más virulencia y saña al mundo del trabajo para defender con uñas y dientes, (a veces con métodos bélicos) su tasa de ganancias, arrebatando a los asalariados incluso la parte del salario diferido y conquistado con históricas luchas sociales, como la sanidad, la educación, las pensiones y demás derechos sociales, empujando a los trabajadores hacia situaciones de paro, miseria y barbarie, si la clase trabajadora no lucha denodadamente por mantenerlos.
Este debate no solo debe abrirse en el seno de los partidos y sindicatos de izquierdas sino en toda la sociedad. El análisis y la batalla ideológica, teórica y práctica que tenemos que librar contra la derecha reaccionaria de PP/VOX, la patronal, la derecha financiera de los banqueros, contra la corrupción, la especulación y los explotadores que tanto daño están causando a la clase trabajadora, que padece salarios menguantes, merece que demos una respuesta, por lo que debemos continuar sin descanso en una lucha unitaria por la Democracia Participativa y Ética, que nos fortalezca para avanzar hacia el Socialismo Científico, porque bajo el Capitalismo no hay salida, hasta alcanzar un mundo mejor para la Humanidad.
COMISIÓN PERMANENTE:
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
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