Hace años, el 10 de
Octubre de 1978, en la Casa del Pueblo de Madrid, Enrique Tierno Galván,
Secretario General del Partido Socialista Popular y Presidente de Honor del
PSOE, pronunciaba una conferencia sobre Marx y Engels.
Ésta se enmarcaba en el desarrollo del debate interno en el
seno del PSOE que culminaría con el abandono del marxismo por parte del mismo
en el Congreso Extraordinario del PSOE del 28 de Septiembre de 1979, tras la
derrota inicial de las tesis anti-marxistas de Felipe González en el XXVIII
Congreso Federal. Por tanto, se trataba de un mensaje directo de Tierno Galván
a las posturas anti-marxistas de González y compañía.
En dicha conferencia, Tierno Galván expone, desde su punto de
vista, la doble concepción del marxismo, como Filosofía Práctica y como Mito.
Centrándonos en ésta última acepción, Tierno Galván considera
básico el mantenimiento del marxismo entre la clase obrera hasta que el sistema
capitalista sea sustituido por otro, al considerar que su peso como mito es tan
importante como su peso como filosofía política.
Podemos ver aquí un mensaje inequívoco a los partidarios del
abandono del marxismo, defendiendo su mantenimiento, tanto por su mensaje
revolucionario, como por su tradición histórica de lucha y su popularidad entre
las masas trabajadoras.
El mismo modo, Tierno Galván, en una segunda parte de su
exposición, ataca la línea argumental que los anti-marxistas buscaban en Engels
para romper con el Marxismo. Las tesis anti-marxistas veían en los últimos años
de Engels un proceso de "revisionismo" del propio Marxismo, al
exponer Engels la opción de la Vía Democrática para conseguir el Marxismo.
Engels, lo que realmente
exponía era una realidad histórica que estaba experimentando en ese mismo
momento: el avance de las ideas socialistas en Alemania a través del apoyo
democrático y de la progresiva consecución de apoyos electorales. Por tanto, lo
que cambia es de táctica. Frente a la idea de Marx y Engels, basada en el
desarrollo de las Revoluciones de 1789 y 1830, de que en una revolución una
minoría opresora es sustituida por una minoría oprimida a través del
enfrentamiento violento, expone que existe otra táctica revolucionaria, la
consecución progresiva del poder a través de las vias parlamentarias para,
desde allí, emprender la transformación revolucionaria.
Engels pronto se da cuenta de que, desde posiciones
socialdemócratas, se quiere ver, no un cambio de táctica marxista aplicada a un
momento y un contexto concreto, sino una revisión del propio marxismo que aboga
por la via puramente democrática de colaboración con el capitalismo.
Convierten una táctica de lucha en un servilismo con el
capital, que debilita la lucha obrera. Ante esta traición, el propio Engels
expone sus ideas en una carta escrita a La Fargue el 3 de abril de 1895, donde
expone: Yo sigo pensando lo que pensaba, pero mis ideas no pueden entenderse
más que como una táctica coyuntural y no como una fórmula de colaboración con
el Capitalismo.
Es decir, Engels argumenta su postura como una aplicación de
la dialéctica marxista donde hay que adaptarse a las circunstancias y usarlas
en favor de la revolución. Si en Alemania se estaba consiguiendo un camino
parlamentario hacia el Socialismo, éste debía aprovecharse, del mismo modo que
debía aprovecharse el camino revolucionario en otros lugares.
Tierno Galván concluye su intervención con un párrafo muy
interesante, especialmente conociendo lo que ocurrió después con el PSOE y con
la deriva ideológica hacia el capital que lo caracteriza:
“”[...] Y la lección es buena, porque demuestra que se puede
y se debe ser marxista en la forma democrática, ya que nada vincula al marxismo
con la dictadura. Cuando se entre a discutir siendo marxista cuál es la táctica
a seguir, debe quedar claro que es imprescindible tomar en cuenta los
condicionamientos de mercados y los condicionamientos industriales, sólo así se
podrá aplicar una u otra práctica en forma adecuada a la realidad imperante. Y
eso es lo que deben discutir los partidos socialistas. No si son marxistas o
no, porque si son socialistas son marxistas y no cabe otra cosa.
El abandono del Marxismo por parte del PSOE es una traición a
la lucha obrera y una renegación total a su carácter socialista, dando paso a
su más que demostrada colaboración con el capital. Lo que Engels temía a
finales del siglo XIX, la utilización de la izquierda y el socialismo como
excusa de colaboración con el capital, tiene vigencia en estos días, donde el
PSOE muestra a quién debe pleitesía con su Reforma Laboral y sus decisiones
políticas ante la crisis””.
Fuente: Enrique Tierno Galván. Marx y Engels. Vida y obra de
Marx y Engels. Enrique Tierno Galván; Helmut Elsner; Ignacio Sotelo; J.L.L.
Aranguren; Carlos Paris; Elías Díaz; Fernando Claudín. Edi. Fundación Pablo
Iglesias (1979): 1-13
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