El capitalismo imperialista
como sistema mundial global ha alcanzado sus límites y necesita un cambio. He
terminado de cumplir su misión esencial como era el crecimiento de la
producción y elevar la potencia de la
riqueza en la humanidad. Pero el sistema se encuentra estancado y ha entrado en
decadencia agónica, entre una crisis que dura ya más de diez años y otra que se
avecina a pasos agigantados.
La sociedad no puede seguir
estancada en el peldaño alcanzado y en declive como la clase dominante pretende
y por tanto, es necesario un poderoso empuje que pueda continuar desarrollando
las fuerzas productivas que están frenadas por la gran concentración de las
riquezas en un polo representado por las 200 empresas multinacionales muy
poderosas que dictan la política económica mundial. Ese capitalismo belicoso
somete a gobiernos y ejércitos a su servicio, siendo ése el Poder
Antidemocrático que mueve los hilos del planeta, rodeado de otro polo de pobreza desigual y
creciente donde 3.500 millones de pobres pasan necesidades.
Necesitamos un modelo de
organización más justo, un modelo planificado, que distribuya la producción de
forma racional y solidaria, es decir, socialista y democráticamente, que pueda asegurar
a toda la población un nivel de vida digno y que consiga proferirnos a todas y
a todos el sentimiento precioso de libertad, justicia, igualdad y solidaridad,
valores que el capitalismo niega en su creciente agonía con su explotación,
opresión y guerras.
Los propios estrategas del
capitalismo están alarmados porque algunos de sus eminentes economistas llegan
a la misma conclusión que Marx cuando pronosticó que el sistema implantado por
la burguesía para reemplazar al feudalismo, a largo plazo no puede tener salida
y que el socialismo será su sepulturero.
Los defensores de Adam Smith
y su mano invisible que decían, que ésta
por sí sola, regularía la economía, llevan años y años intentando descubrir un
modelo alternativo al sistema “liberal” pero siempre que buscan y rebuscan algo
como alternativa, cuando la crisis produce su colapso, echan manos del Estado para salvarlos porque
aparece el “fantasma” del Socialismo.
Este sistema de producción
en masa que es el capitalismo, en su fase imperialista multinacional, genera
cada vez más contradicciones que se muestran a las claras en sus crisis
cíclicas, pues se enfrentan al carácter social que ha adquirido la producción
de mercancías, productos y servicios, llevado a cabo por el gran ejército de los
asalariados y el carácter privado de la apropiación del fruto de ese trabajo
que llaman beneficios empresariales y que no es ni más ni menos la parte del
salario que el empresario deja de pagar al trabajador.
Frente a la crítica
moralista del socialismo reformista y utópico, existe una corriente crítica del
socialismo marxista y democrático, entre las que se encuadra Izquierda
Socialista y otras, que se sitúa crítico y como alternativa real, entre el Estalinismo Dictatorial ya
periclitado por la Historia, y la Socialdemocracia Claudicante que fracasa
siempre que se somete al capitalismo sirviéndole de muleta.
Estas corrientes que nos reclamamos
del socialismo científico contraponemos el análisis crítico junto a la defensa
firme del Programa Genuinamente Socialista, Profundamente Democrático y
Participativo,(*) planteando que debe ser llevado a cabo por la clase
trabajadora desde la base junto a las demás capas partidarias del progreso y el
Cambio. Ello requiere llevar a cabo un plan de producción que supere los
niveles alcanzados por este capitalismo mafioso y agónico, que nos podría
llevar a la catástrofe.
La corriente Izquierda
Socialista viene haciendo una campaña y así lo reclama también a la Dirección
del PSOE para hacer un llamamiento a la clase trabajadora con el fin de avanzar
hacia la reorganización y la lucha, que cuente con todas y todos los que no
estén aún organizados en partidos, organizaciones y sindicatos democráticos,
para debatir y explicar nuestras posiciones programáticas y organizativas.
El objetivo debe ser que
podamos conseguir un gobierno fuerte que favorezca a las clases sociales menos
favorecidas y poder avanzar con audacia hacia la transformación socialista de
la sociedad por vías democráticas, como única forma de frenar el proceso de
surgimiento de las derechas neofranquistas del PP y C’s y neonazifascistas crecientes en el mundo.
Las izquierdas debemos tener
claro que nuestros objetivos es poner en primer lugar siempre la defensa de los
intereses de los pobres y la clase trabajadora y las capas menos favorecidas
por delante del lucro privado de banqueros y multinacionales que están siendo dominados
por potentes grupos mafiosos, por lo que
la división de las izquierdas, si no armonizamos nuestra orientación para un
entendimiento, no podremos conseguir derrotar al PP y C’s que están apoyados por la banca y el gran
capital, por lo cual necesitamos explicar y comprometernos que seguiremos
luchando por avanzar hacia la unidad en la acción para conseguir un Gobierno
fuerte que favorezca al mundo del trabajo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A
(*) Si no conoces la Memoria
de la IV Asamblea Territorial de Andalucía de Izquierda Socialista y quieres
recibirla por correo electrónico gratuitamente, puedes solicitarla al correo de
abajo poniendo en asunto la palabra: “Memoria/ IV/Asamblea.”
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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