En esta fecha del 14-D se cumple el 29
aniversario de aquella gran Huelga General emblemática que UGT, CCOO y demás
sindicatos tuvieron que hacer contra un Gobierno presidido por Felipe
González. La huelga tuvo un seguimiento
masivo con una movilización espectacular, en la que se dividió el movimiento
socialista que convivían en las Casas del Pueblo. Los socialistas que militaban en UGT hacían
campaña y salian a la calle movilizando piquetes y visitando fábricas para
explicar los motivos de la lucha mientras que otros compañeros del PSOE iban
también de contra-piquetes alentando a volver al trabajo. Eso no me lo ha
contado nadie, sino que lo vivimos muchos, entre ellos el que suscribre.
Algunos decían que el motivo había
sido un enfrentamiento entre Nicolás Redondo y Felipe González, al girar el
Partido hacia la derecha. En parte era cierto, pero eso tenía un fuerte
componente componente político. El 14-D simbolizó el divorcio de ambos sectores
de izquierdas en el movimiento obrero: la socialdemocracia y el
sindicalismo. Nada fue igual a partir de
esa fecha para la familia socialista.
Analizando la cuestión más a
fondo, una de las causas principales fue el Plan de Empleo Juvenil (PEJ)
aprobado por el gobierno de Felipe, que había sido rebautizado por el
movimiento obrero como el Plan de Esclavización Juvenil. Ese plan ya proponía
crear un contrato precario que era criticado como “contrato basura”, que
representaba una discriminar laboral y
salarialmente a los menores de 25 años. Los jóvenes tendrían menos derechos
sindicales y cobrarían menos por el mismo trabajo. Esto ha quedado ahora
consolidado por el Gobierno de Rajoy, que legalmente permita ser trabajador
esclavizado y a los que ni UGT y CCOO se han propuesto dar una respuesta
contundente con la Huelga General, como se hizo en aquella época.
Tanto en aquel intento de recorte
de derechos como los que hemos sufrido bajo la batura reaccionaria de Rajoy en
la actualidad, tinene como objetivo facilitarles a los empresarios una explotación
de la mano de obra más barata y “consiguientemente”, el incremento de sus beneficios. Esas medidas,
lejos de crear empleo, han provocado que la patronal sustituye empleo fijo por
empleo precario y, por tanto, el número de empleos es similar, pero está más
repartido, acabando con puestos de trabajo estables.
El 14-D estuvo precedido por toda Una potente movilización estudiantiles organizadas por el Sindicato de Estudiantes, fueron los inicios de aquella Gran Huelga del 14-D. El mes anterior,(24 de noviembre) se convocó una jornada de lucha de la Formación Profesional y el 1 de diciembre hubo una Huelga General de la Enseñanza que culminó con una gran manifestación de masas en Madrid, que como señalaba la prensa de la época “ en la que participaron los secretarios generales de CCOO y UGT, en aquel entonces Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo respectivamente. La extraordinaria respuesta obtenida por las movilizaciones del Sindicato de Estudiantes fue un anticipo de lo que tendríamos el 14-D”.
La Huelga se activó a las 00:00
horas del 14-D, con el apagón de la señal de TVE, que desapareció
repentinamente de los televisores de los hogares españoles, anunciando ya el
éxito de la huelga, ya que la Tele era pública y general. Según datos recogidos
“más de ocho millones de trabajadores y tres millones de estudiantes
participaron en la huelga, y más de un millón se manifestaron ese día por las
calles de decenas de ciudades y pueblos, siendo en muchos casos las mayores
manifestaciones en la historia de la localidad. Dada la falta de transporte
público ese día, la manifestación de Madrid se celebró el 16, con una
asistencia en torno a 700.000 personas”.
El Gobierno quiso dar la impresión de que no cedería ante tal manifestación, pero la realidad es que la Huelga del 14-D fue histórica y representó en realidad un terremoto político, sintiéndose sus efectos a lo largo de muchos meses y Felipe tuvo que retirar el Plan de Empleo Juvenil, quedando enfrentados abiertamente PSOE y UGT, produciendo una traumática ruptura entre partido y sindicato.
Se consolidó la unidad sindical en
la lucha de UGT y CCOO creándose una plataforma reivindicativa común para hacer
frente a la negociación colectiva y celebrar un potente 1º de Mayo de 1989.
Aunque el efecto principal de dicha huelga fue la recuperación de la confianza
de la clase obrera en sus propias fuerzas, lo que dio sus frutos en la
negociación colectiva de convenios de los años posteriores, donde se
consiguieron avances sociales y económicos importantes para el mundo del
trabajo.
Para entender mejor lo positivo
que representó para la clase trabajadora los efectos de aquella H.G. es preciso
retrotraernos a la historia, conde la clase obrera había luchado en los últimos
años de la dictadura y en los primeros de la Transición, contra la dictadura de
Franco y sus herederos naturales del gobierno de la UCD, que había ganado las
elecciones gobernando hasta 1979.
El gobierno de la derecha de
Suárez era débil porque el miedo a los trabajadores paralizaba sus
pretensiones, cogidos entre la reacción franquista de los golpistas, y la
movilización de los trabajadores y la juventud.
En esa época llegó la llamada "crisis del petróleo" en 1974,
que representó un golpe brutal a la economía española, provocando en pocos
meses el despido de cientos de miles de trabajadores. La salida que planteó el régimen fue el pacto
político-sindical llamado de la “Moncloa”, un acuerdo que favorecía a la
derecha y la patronal, que planteaba salir de la crisis a través de medidas de
“contención y moderación salarial”.
Se abrió un proceso de “pactos,
consensos y conchaveos” que provocaron muchos acuerdos entra patronal y
sindicatos, para “cotribuir a la buena marcha de las empresas”, que se
tradujeron en una recuperación de la tasa de ganancias del empresariado y la
recuperación de las pérdidas causadas por la crisis, que la descargaron sobre
las espaldas de la clase trabajadora, como siempre es su hábito. En realidad,
los pactos de la Moncloa no dieron una solución satisfactoria a los
trabajadores y el malestar social se continúa acumulando. Hay que reconocer que con las manos atadas
por el “pacto”, la clase trabajadora se reorientó abandonando en cierta medida
el frente sindical y se expresó en el frente político, girando hacia el frente
electoral y dando el giro el triunfo al PSOE en 1982 que obtuvo más de 10
millones de votos. Aquel enorme triunfo de la izquierda despertó un potente
entusiasmo desbordante demostrándose una gran alegría por todo el pueblo ante
tamaña Victoria.
En la actualidad, después de 10
años de esta nueva crisis cíclica del modelo capitalista, estamos sometidos a
un gobierno muy reaccionario como es el de Rajoy. Como en los años 70, el PSOE tiene que
elegir si quiere recuperar el Gobierno para los trabajadores o quiere colaborar
por mantener éste del PP. Las confusión
que existe entre los afiliados del Partido es grave porque pare haber dos
posiciones, una que apuestan por lo segundo y otros que queremos romper con las
derechas y buscar alianzas con los sindicatos y otras fuerzas de
izquierdas. La burguesía tiene diversas
maneras de dificultar las luchas, empezando por corromper a los dirigentes
políticos y sindicales, pero hagan lo que hagan, no podrán evitar la lucha
obrera ni con represión, porque en última instancia, lo determinante son las
condiciones objetivas, o sea los problemas sociales y nacionales en los que el
capitalismo se encuentra atrapado. La
única manera con la que los burgueses podrían evitar las luchas sociales que
están a la puerta de la esquiva y mantener la paz social, sería elevando el
nivel de vida de las masas, como incluso reclaman los reformistas y parte de la
patronal más inteligente, pero eso está totalmente descartado en esta época de
recesión prolongada del capitalismo.
La época actual en la que hemos
entrado, con las dificultades que se presentan, es una receta acabada para el
auge de las movilizaciones, de las luchas y del combate firme en la lucha de
clases que será inevitable y repercutirá en los sindicatos, obligando a las
direcciones a reflejar el ambiente que se está creando y que existe ya entra la
clase trabajadora y la juventud, con el inicio de una revolución democrática
que en forma de República, ha comenzado ya y que es lo que representa el
conflicto territorial en Cataluña, cuya solución es imposible en bases
capitalistas. Solo en la unidad, la
organización en la lucha por el Cambio Social encontraremos la victoria y una
de las llaves que tendremos que emplear para abrir cauces será, como ocurrió hace 29 años utilizar la Huelga
General para desatorar las pútridas cañerías del aparato del Estado que lo contamina
todo.
ÁREA DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A
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