27 de marzo de 2017

PRIMARIAS PSOE: ¿Giro a la izquierda o claudicación?


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El PSOE sufre una de sus mayores crisis de las últimas décadas. Sus efectos se notan, entre otros aspectos, en la pérdida de la mitad de nuestra base electoral en las últimas elecciones generales. Tácticas equivocadas, acumulación de errores estratégicos, así como la carencia de unos análisis y perspectivas correctos por parte de los dirigentes; la dirección no solo ha sido incapaz de prever los cambios económicos y sociales con la debida antelación, sino que además se ha plegado a las exigencias de los capitalistas para que la factura de la crisis económica sea pagada por las familias trabajadoras.

Ha comenzado la batalla por las Primarias. Si gana el sector más a la izquierda del PSOE, encabezado por Pedro Sánchez, es probable que se fortalezca la corriente interna que aglutina al sector más combativo que exige la confluencia con otras fuerzas del movimiento obrero y la juventud. Así podríamos intentar reconquistar la confianza perdida entre nuestra base tradicional,  buscando alianzas con los movimientos sociales, las mareas y Unidos Podemos para luchar en las calles contra las políticas antisociales del gobierno del PP.

Si vence el sector encabezado por Susana Díaz las consecuencias serían muy negativas. Por un lado, imposibilitaría la unidad de las izquierdas —Unidos Podemos—, y favorecería el entendimiento con las derechas —PP y Ciudadanos—. Este nuevo y brutal golpe a la militancia, agudizaría a su vez la crisis interna, provocando el abandono del Partido por un sector importante de la afiliación. Cientos de miles de militantes y millones de votantes han pasado ya por una dura escuela del reformismo sin reformas y quieren algo más, como se expresa con el traslado de votos del PSOE a Unidos Podemos en las últimas elecciones. Los votantes entienden, sobre todo en Andalucía,  que con la línea política que se lleva en nuestra Comunidad, aplicada desde hace años,  nada va a cambiar a mejor. 

Es menos probable que venza Patxi López. Pero, si fuera el caso, como buen “centrado” en las palabras,  pero situado en la derecha en sus hechos —como prueba su coalición con el PP en Euskadi, es decir, la derecha y la burguesía vasca— y su  cambio de voto “del NO, es NO”, por la abstención, los apoyos de su “sensibilidad” favorecerían al sector identificado en líneas generales con Susana Díaz y la Gestora.

La corriente Izquierda Socialista necesita fortalecerse tanto numéricamente como la defensa de un programa democrático y socialista marxista, tal y como aprobó la III Conferencia celebrada en Sevilla,  cuya Ponencia Política se titula “Por un Gobierno Socialista y Federal” (*). Todavía no contamos con las fuerzas para presentar nuestro propio candidato, una de nuestras tareas es conseguir aglutinar un colectivo que nos permita, entre otras cosas,  conseguir los avales suficientes para presentar nuestro candidato. En el futuro se presentarán nuevas oportunidades para nosotros si conseguimos que triunfe un candidato que ubique al Partido en la izquierda, porque si ganase el ala más a la derecha, la posibilidad de que continuemos como corriente podría reducirse a cero.

La Gestora hace llamados a la unidad en abstracto. Pero, ¿unidad con quién?, ¿con el PP y Ciudadanos?, ¿con aquellos que destruyen los derechos sociales y democráticos de las familias trabajadoras? Una genuina dirección socialista, no sólo habría imposibilitado el nuevo gobierno de Rajoy, estaría haciendo una oposición contundente en el Parlamento y, sobre todo, en las calles para derrotar las políticas reaccionarias del PP. Eso es lo que la base socialista, tanto electoral como dentro del Partido reclaman.

Si en las direcciones del PSOE y de los sindicatos CCOO y UGT no se produce una cambio radical y un giro de 180º,  si no se rectifica esta deriva hacia la derecha, si pasamos a la acción inspirándonos en el ejemplo de la Marea Blanca en defensa de la sanidad pública, de la Marea Verde en defensa de la Educación pública,  de los trabajadores de Coca-cola de Madrid en defensa de los puestos de trabajo. Si, por el contrario, prefieren la unidad con Ciudadanos o incluso con el PP en vez de con Unidos Podemos, ensancharán aún más el abismo que los separa de los trabajadores y la juventud y reducirán aún más su apoyo social.

Los elementos más avanzados de los sindicatos, las organizaciones sociales y los partidos de izquierdas, exigirán golpear juntos contra la derecha. Si avanzamos en la unidad, la organización y la lucha, los capitalistas y sus partidos como el PP y C’s podrán ser derrotados.

La crisis interna del PSOE es parecida a la sufrida entre el XXVII y el XXIX Congreso. A partir del XXIX Congreso, cuando el felipismo tomó el control de la dirección renunciando al socialismo marxista y abrazando la socialdemocracia, la deriva constante hacia el socio-liberalismo actual de la Gestora  ha ido apartando al Partido del objetivo de sus fundadores: ayudar a la emancipación de la clase trabajadora.

 Todas las direcciones acumularon experiencias para desactivar o frenar a la corriente Izquierda Socialista y demás sensibilidades críticas que han  surgido en el seno del Partido. Ahora la radicalización hacia la izquierda de las bases, sectores claves de los trabajadores, capas medias empobrecidas y, sobre todo, de la juventud,  están indignados y las luchan acaban de empezar. Estos procesos alimentarán conclusiones políticas cada vez más avanzadas.

El PSOE ha construido una potente maquinaria burocrática que, con una cierta habilidad, ha desarrollado métodos para luchar y desacreditar al socialismo marxista en su seno, intentando anular en la práctica las posibilidades de crecimiento de una oposición interna fuerte, pero ahora, la dialéctica empieza a operar y esta realidad se está transformando en su contrario, porque las bases han empezado a rebelarse contra el golpismo de la Gestora y exigen  un giro a la izquierda.

El socialismo marxista se fortalece con las luchas. Las masas aprenden mucho más de su experiencia práctica que de la teoría y eso se aplicará sobre todo a los elementos más avanzados y activos de los nuevos cuadros sindicales y políticos que ya están surgiendo en esta nueva etapa. Éstos apoyarán a aquellos dirigentes que mejor defiendan y empujen a favor de sus intereses de clase. 

Es un hecho que los programas de colaboración de clase con la burguesía de la socialdemocracia europea están fracasando país tras país. Así ha ocurrido en las recientes elecciones en Holanda, donde el socialdemócrata Partido del Trabajo, ha perdido 29 escaños pasando de 38 a 9, un verdadero varapalo histórico, debido a su coalición con el Gobierno de derechas.  Igual ocurrió en Grecia donde el PASOK se convirtió en un partido testimonial no llegando al 5% de votos. Antes asistimos en Francia a la escisión de Mélenchon, o en Alemania con Oscar Latontaine. Todo ello expresa el agotamiento de la socialdemocracia y la necesidad de un profundo giro a la izquierda.

Si el reformismo socialdemócrata sigue traicionando las legítimas aspiraciones de las masas, éstas les seguirán retirando su apoyo y lo harán fracasar. Millones de personas no pueden esperar más y buscan ya un programa democrático y genuinamente socialista para el cambio social, bien sea dentro o fuera del PSOE.

La nueva época ya está aquí, con sus crisis y recesiones cada vez más profundas y prolongadas, luchas internas, polarización, radicalización y politización creciente de todos los movimientos sociales.  Las direcciones sindicales, los delegados y comités de empresa se han quedado anclados en el pacto por el pacto y no consiguen ninguna mejora digna de mención. Muchos se comportan de forma servil ante la patronal. Algunos de los burócratas sindicales y políticos se mantienen en sus puestos desde hace años, viviendo de las rentas  y de las condiciones favorables del periodo anterior a la crisis, pero ya no sirven a los trabajadores, por lo que serán sustituidos por una militancia más joven,  más activa y luchadora.

Las direcciones sindicales que no reflejen esos cambios de ambiente de lucha en los que hemos entrado, así como las direcciones políticas que no se acompasen a los nuevos tiempos, serán ignoradas por los movimientos sociales. En cuanto a la dirección del PSOE, que ha sido seleccionada mediante camarillas por intereses burocráticos, debido a la poca vida interna en las agrupaciones, o cambia radicalmente respondiendo a la nueva situación o  tendrán  que sufrir el ambiente nuevo que se refleja en las bases o serán apartados perdiendo influencia y votantes.

Las agrupaciones del partido expresan un nuevo ambiente exigiendo más democracia y libertad,  habiendo surgido Plataformas por doquier. Si no se abren puertas y ventanas para canalizar el debate,  muchos abandonarán la organización, y de una forma u otra,  se expresarán, sino puede ser dentro del PSOE fuera de él.

Estamos seguros de que el empeoramiento de las condiciones de vida de las masas, el empobrecimiento de las clases medias, paralelo al enriquecimiento de los empresarios que están ganando mucho dinero, hará que la lucha de clases se revitalice, produciendo una renovación, especialmente entre la juventud. Nuevas capas de luchadores, como el Sindicato de Estudiantes, Unidos Podemos,  las diversas Mareas y sectores sindicales en lucha, que han obtenido conquistas importantes, continuarán su radicalización política y buscarán una alternativa por la izquierda.

 Las bases del PSOE están reclamando un cambio y necesitan la brisa renovadora de la lucha de clases y ganarnos a la juventud y al movimiento obrero. La dirección actual hasta ahora ha sido incapaz de analizar correctamente las perspectivas generales a la luz de la realidad social y económica concreta, porque abandonó hace muchos años el método del materialismo dialéctico, que es el que nos permite corregir, renovar, probar y ampliar las perspectivas en los aspectos necesarios que se deban hacer en tiempo y forma.

Lo vital para todo socialista que se plantee la transformación de la sociedad capitalista derrotando a la burguesía, es tener, por un lado, un sentido de la proporción y una visión apropiada de los procesos históricos, sin lo cual  el partido marcha desorientado y puede llevar a la clase trabajadora a la catástrofe. Y, por otro, buscar y hallar un puente hacia el futuro, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas entre capital y trabajo, buscando las alianzas de izquierdas con los más afines para derrotar a la clase dominante en las urnas y en las calles.

Uno error muy importante, como hemos venido criticando de forma clara desde nuestra corriente, ha sido el abandono del trabajo teórico de formación de cuadros basados en la ideología, porque en realidad se han formado solo tecnócratas. Ejemplo: El programa que presenta Susana Díaz ha sido encargado a ‘especialistas’ de fuera y no es el producto del debate de las bases, como exigen los Estatutos y la historia del PSOE. Esos trabajos se deben hacer al mismo tiempo y de forma permanente que trabajamos codo con codo con el movimiento obrero,  las organizaciones sociales y los sindicatos de clase en un debate limpio y participativo, como hemos hecho desde Izquierda Socialista de Andalucía,  defendiendo las justas reivindicaciones que plantee nuestra clase.

Ambas cosas, formación teórica y luchas prácticas,  son imprescindibles, tanto unas como otras. Pero cualquiera de las dos será  imposible, si el PSOE continúa su deriva hacia la derecha que nos lleva a la destrucción del Partido, sometiéndose a los dictados de la Troika y el capitalismo mafioso.

Nuestra corriente tiene confianza en la clase trabajadora y sabemos que los luchadores más conscientes serán receptivos a los ideales, los métodos, la táctica y la estrategia para llevar a cabo el programa del genuino socialismo. Tenemos que ser capaces de establecer alianzas con fuerzas sociales, políticas y sindicales afines, para fortalecer la movilización en las calles y cumplir el papel histórico para el que fue fundado el Partido Socialista: propagar la necesidad de la transformación socialista de la sociedad en una batalla incansable contra el capitalismo y su corrupción, basándonos en la ética. Recordamos siempre que “el ideal del PSOE, es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes” tal y como consta en la Declaración de Principios.

José Martín Rodríguez.
Coordinador de Comunicación. Izquierda Socialista Málaga-PSOE de Andalucía.  Miembro del Comité Provincial del PSOE de Málaga. 

(*) Si quieres recibir gratuitamente los textos mencionados, puedes solicitarlos al correo de abajo poniendo en asunto:   “Memoria Conferencia”.
 ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 


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