El
PSOE sufre una de sus mayores crisis de las últimas décadas. Sus efectos se
notan, entre otros aspectos, en la pérdida de la mitad de nuestra base
electoral en las últimas elecciones generales. Tácticas equivocadas,
acumulación de errores estratégicos, así como la carencia de unos análisis y
perspectivas correctos por parte de los dirigentes; la dirección no solo ha
sido incapaz de prever los cambios económicos y sociales con la debida
antelación, sino que además se ha plegado a las exigencias de los capitalistas
para que la factura de la crisis económica sea pagada por las familias
trabajadoras.
Ha
comenzado la batalla por las Primarias. Si gana el sector más a la izquierda
del PSOE, encabezado por Pedro Sánchez, es probable que se fortalezca la
corriente interna que aglutina al sector más combativo que exige la confluencia
con otras fuerzas del movimiento obrero y la juventud. Así podríamos intentar
reconquistar la confianza perdida entre nuestra base tradicional, buscando alianzas con los movimientos
sociales, las mareas y Unidos Podemos para luchar en las calles contra las
políticas antisociales del gobierno del PP.
Si
vence el sector encabezado por Susana Díaz las consecuencias serían muy
negativas. Por un lado, imposibilitaría la unidad de las izquierdas —Unidos
Podemos—, y favorecería el entendimiento con las derechas —PP y Ciudadanos—.
Este nuevo y brutal golpe a la militancia, agudizaría a su vez la crisis
interna, provocando el abandono del Partido por un sector importante de la
afiliación. Cientos de miles de militantes y millones de votantes han pasado ya
por una dura escuela del reformismo sin reformas y quieren algo más, como se
expresa con el traslado de votos del PSOE a Unidos Podemos en las últimas
elecciones. Los votantes entienden, sobre todo en Andalucía, que con la línea política que se lleva en
nuestra Comunidad, aplicada desde hace años,
nada va a cambiar a mejor.
Es
menos probable que venza Patxi López. Pero, si fuera el caso, como buen
“centrado” en las palabras, pero situado
en la derecha en sus hechos —como prueba su coalición con el PP en Euskadi, es
decir, la derecha y la burguesía vasca— y su
cambio de voto “del NO, es NO”, por la abstención, los apoyos de su
“sensibilidad” favorecerían al sector identificado en líneas generales con
Susana Díaz y la Gestora.
La
corriente Izquierda Socialista necesita fortalecerse tanto numéricamente como
la defensa de un programa democrático y socialista marxista, tal y como aprobó
la III Conferencia celebrada en Sevilla,
cuya Ponencia Política se titula “Por un Gobierno Socialista y Federal”
(*). Todavía no contamos con las fuerzas para presentar nuestro propio
candidato, una de nuestras tareas es conseguir aglutinar un colectivo que nos
permita, entre otras cosas, conseguir
los avales suficientes para presentar nuestro candidato. En el futuro se
presentarán nuevas oportunidades para nosotros si conseguimos que triunfe un
candidato que ubique al Partido en la izquierda, porque si ganase el ala más a
la derecha, la posibilidad de que continuemos como corriente podría reducirse a
cero.
La
Gestora hace llamados a la unidad en abstracto. Pero, ¿unidad con quién?, ¿con
el PP y Ciudadanos?, ¿con aquellos que destruyen los derechos sociales y
democráticos de las familias trabajadoras? Una genuina dirección socialista, no
sólo habría imposibilitado el nuevo gobierno de Rajoy, estaría haciendo una
oposición contundente en el Parlamento y, sobre todo, en las calles para
derrotar las políticas reaccionarias del PP. Eso es lo que la base socialista,
tanto electoral como dentro del Partido reclaman.
Si
en las direcciones del PSOE y de los sindicatos CCOO y UGT no se produce una
cambio radical y un giro de 180º, si no
se rectifica esta deriva hacia la derecha, si pasamos a la acción inspirándonos
en el ejemplo de la Marea Blanca en defensa de la sanidad pública, de la Marea
Verde en defensa de la Educación pública, de los trabajadores de Coca-cola de Madrid en
defensa de los puestos de trabajo. Si, por el contrario, prefieren la unidad
con Ciudadanos o incluso con el PP en vez de con Unidos Podemos, ensancharán
aún más el abismo que los separa de los trabajadores y la juventud y reducirán
aún más su apoyo social.
Los
elementos más avanzados de los sindicatos, las organizaciones sociales y los
partidos de izquierdas, exigirán golpear juntos contra la derecha. Si avanzamos
en la unidad, la organización y la lucha, los capitalistas y sus partidos como
el PP y C’s podrán ser derrotados.
La
crisis interna del PSOE es parecida a la sufrida entre el XXVII y el XXIX
Congreso. A partir del XXIX Congreso, cuando el felipismo tomó el control de la dirección renunciando al socialismo
marxista y abrazando la socialdemocracia, la deriva constante hacia el
socio-liberalismo actual de la Gestora
ha ido apartando al Partido del objetivo de sus fundadores: ayudar a la
emancipación de la clase trabajadora.
Todas las direcciones acumularon experiencias
para desactivar o frenar a la corriente Izquierda Socialista y demás
sensibilidades críticas que han surgido
en el seno del Partido. Ahora la radicalización hacia la izquierda de las
bases, sectores claves de los trabajadores, capas medias empobrecidas y, sobre
todo, de la juventud, están indignados y
las luchan acaban de empezar. Estos procesos alimentarán conclusiones políticas
cada vez más avanzadas.
El
PSOE ha construido una potente maquinaria burocrática que, con una cierta
habilidad, ha desarrollado métodos para luchar y desacreditar al socialismo
marxista en su seno, intentando anular en la práctica las posibilidades de
crecimiento de una oposición interna fuerte, pero ahora, la dialéctica empieza
a operar y esta realidad se está transformando en su contrario, porque las bases
han empezado a rebelarse contra el golpismo de la Gestora y exigen un giro a la izquierda.
El
socialismo marxista se fortalece con las luchas. Las masas aprenden mucho más
de su experiencia práctica que de la teoría y eso se aplicará sobre todo a los elementos
más avanzados y activos de los nuevos cuadros sindicales y políticos que ya
están surgiendo en esta nueva etapa. Éstos apoyarán a aquellos dirigentes que
mejor defiendan y empujen a favor de sus intereses de clase.
Es
un hecho que los programas de colaboración de clase con la burguesía de la
socialdemocracia europea están fracasando país tras país. Así ha ocurrido en
las recientes elecciones en Holanda, donde el socialdemócrata Partido del
Trabajo, ha perdido 29 escaños pasando de 38 a 9, un verdadero varapalo histórico, debido
a su coalición con el Gobierno de derechas.
Igual ocurrió en Grecia donde el PASOK se convirtió en un partido
testimonial no llegando al 5% de votos. Antes asistimos en Francia a la
escisión de Mélenchon, o en Alemania con Oscar Latontaine. Todo ello expresa el
agotamiento de la socialdemocracia y la necesidad de un profundo giro a la
izquierda.
Si
el reformismo socialdemócrata sigue traicionando las legítimas aspiraciones de
las masas, éstas les seguirán retirando su apoyo y lo harán fracasar. Millones de
personas no pueden esperar más y buscan ya un programa democrático y
genuinamente socialista para el cambio social, bien sea dentro o fuera del
PSOE.
La
nueva época ya está aquí, con sus crisis y recesiones cada vez más profundas y
prolongadas, luchas internas, polarización, radicalización y politización
creciente de todos los movimientos sociales.
Las direcciones sindicales, los delegados y comités de empresa se han
quedado anclados en el pacto por el pacto y no consiguen ninguna mejora digna
de mención. Muchos se comportan de forma servil ante la patronal. Algunos de
los burócratas sindicales y políticos se mantienen en sus puestos desde hace
años, viviendo de las rentas y de las
condiciones favorables del periodo anterior a la crisis, pero ya no sirven a
los trabajadores, por lo que serán sustituidos por una militancia más
joven, más activa y luchadora.
Las
direcciones sindicales que no reflejen esos cambios de ambiente de lucha en los
que hemos entrado, así como las direcciones políticas que no se acompasen a los
nuevos tiempos, serán ignoradas por los movimientos sociales. En cuanto a la
dirección del PSOE, que ha sido seleccionada mediante camarillas por intereses
burocráticos, debido a la poca vida interna en las agrupaciones, o cambia
radicalmente respondiendo a la nueva situación o tendrán
que sufrir el ambiente nuevo que se refleja en las bases o serán
apartados perdiendo influencia y votantes.
Las
agrupaciones del partido expresan un nuevo ambiente exigiendo más democracia y
libertad, habiendo surgido Plataformas
por doquier. Si no se abren puertas y ventanas para canalizar el debate, muchos abandonarán la organización, y de una
forma u otra, se expresarán, sino puede
ser dentro del PSOE fuera de él.
Estamos
seguros de que el empeoramiento de las condiciones de vida de las masas, el
empobrecimiento de las clases medias, paralelo al enriquecimiento de los
empresarios que están ganando mucho dinero, hará que la lucha de clases se
revitalice, produciendo una renovación, especialmente entre la juventud. Nuevas
capas de luchadores, como el Sindicato de Estudiantes, Unidos Podemos, las diversas Mareas y sectores sindicales en
lucha, que han obtenido conquistas importantes, continuarán su radicalización
política y buscarán una alternativa por la izquierda.
Las bases del PSOE están reclamando un cambio
y necesitan la brisa renovadora de la lucha de clases y ganarnos a la juventud
y al movimiento obrero. La dirección actual hasta ahora ha sido incapaz de analizar
correctamente las perspectivas generales a la luz de la realidad social y
económica concreta, porque abandonó hace muchos años el método del materialismo
dialéctico, que es el que nos permite corregir, renovar, probar y ampliar las
perspectivas en los aspectos necesarios que se deban hacer en tiempo y forma.
Lo
vital para todo socialista que se plantee la transformación de la sociedad
capitalista derrotando a la burguesía, es tener, por un lado, un sentido de la
proporción y una visión apropiada de los procesos históricos, sin lo cual el partido marcha desorientado y puede llevar
a la clase trabajadora a la catástrofe. Y, por otro, buscar y hallar un puente
hacia el futuro, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas entre capital y
trabajo, buscando las alianzas de izquierdas con los más afines para derrotar a
la clase dominante en las urnas y en las calles.
Uno
error muy importante, como hemos venido criticando de forma clara desde nuestra
corriente, ha sido el abandono del trabajo teórico de formación de cuadros
basados en la ideología, porque en realidad se han formado solo tecnócratas.
Ejemplo: El programa que presenta Susana Díaz ha sido encargado a
‘especialistas’ de fuera y no es el producto del debate de las bases, como
exigen los Estatutos y la historia del PSOE. Esos trabajos se deben hacer al
mismo tiempo y de forma permanente que trabajamos codo con codo con el
movimiento obrero, las organizaciones
sociales y los sindicatos de clase en un debate limpio y participativo, como
hemos hecho desde Izquierda Socialista de Andalucía, defendiendo las justas reivindicaciones que
plantee nuestra clase.
Ambas
cosas, formación teórica y luchas prácticas, son imprescindibles, tanto unas como otras.
Pero cualquiera de las dos será
imposible, si el PSOE continúa su deriva hacia la derecha que nos lleva
a la destrucción del Partido, sometiéndose a los dictados de la Troika y el
capitalismo mafioso.
Nuestra
corriente tiene confianza en la clase trabajadora y sabemos que los luchadores
más conscientes serán receptivos a los ideales, los métodos, la táctica y la
estrategia para llevar a cabo el programa del genuino socialismo. Tenemos que
ser capaces de establecer alianzas con fuerzas sociales, políticas y sindicales
afines, para fortalecer la movilización en las calles y cumplir el papel
histórico para el que fue fundado el Partido Socialista: propagar la necesidad
de la transformación socialista de la sociedad en una batalla incansable contra
el capitalismo y su corrupción, basándonos en la ética. Recordamos siempre que
“el ideal del PSOE, es la completa emancipación de la clase trabajadora; es
decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión
en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres,
iguales, honrados e inteligentes” tal y como consta en la Declaración de
Principios.
José Martín Rodríguez.
Coordinador de
Comunicación. Izquierda Socialista Málaga-PSOE de Andalucía. Miembro del Comité Provincial del PSOE de
Málaga.
(*) Si quieres recibir
gratuitamente los textos mencionados, puedes solicitarlos al correo de abajo
poniendo en asunto: “Memoria
Conferencia”.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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