Una amplia mayoría reconoce que los resultados del 20-D, representaron un misil en la línea de flotación del bipartidismo, que ha alarmado bastante a la clase dominante sobre la estabilidad política del sistema capitalista que se fraguó a raíz de los Pactos del 78. A partir de 2008, los votos concentrados entre PSOE y PP alcanzaban en torno al 84 %, bajando hasta el 73 % en 2011 y derrumbándose hasta en un 50 % en las generales de diciembre último, poniendo el R.I.P. a las mayorías absolutas, al dejar un parlamento bastante fragmentado, a la vez que se produjo el estrepitoso fracaso a la hora de formar gobierno, sin que ningunas de las fuerzas parlamentarias haya acometido una rigurosa autocrítica, sino que se echan la culpa de esa situación unos a otros.
La encuesta de ayer del CIS, da como resultado que ganará la derecha
encabezada por el PP que podría alcanzar entre 118 y 121 escaños. A la Coalición Unidos Podemos les da el
segundo puesto con unos resultados de entre 88 y 92 escaños, relegando al PSOE
a la tercera fuerza que podría obtener en torno a 80 y pasando a farolillo “naranja”
el C’s con un máximo de 39 escaños.
Suceda lo que ocurra el 26-J, si al final el PP y C’s intentan formar
gobierno, como son los deseos de los poderes fácticos, que vienen presionando
desde el exterior y el interior, les
resultaría difícil ya que ambos no sumarían más de 160 escaños, lejos de los
176 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta, lo que requeriría al menos la
abstención del PSOE o sería imposible un gobierno de derechas. Por el contrario, si el PSOE consigue superar
a las encuestas y a la abstención que trabajan en su contra, llegando a entre 85
y 90 que junto a Unidos Podemos que se colocaría
en torno a los 92 asientos, los 176 votos de una amplia mayoría podrían ser
superados en conjunto y podrían hacer posible el Gobierno para el Cambio, por
lo que es temprano tanto para las derechas como para las izquierdas, cantar
victoria anticipadamente.
Lo que sí tenemos que contemplar
como algo no solo probable, sino posible, es que la perspectiva de estabilidad
política para el futuro próximo queda más bien descartada ya que los expertos
analistas económicos barajan que la recuperación económica es más que incierta
ya que las urgencias de la Troika para la aplicación de una continuación de
ataques salvajes y recortes sociales están esperando encima de la mesa y
comprometida por escrito por el puño y la letra de Rajoy. El escenario que se presenta tras estas
elecciones sigue empujando en la dirección del giro y la confluencia hacia las
izquierdas, lo que dará más confianza a las luchas de la clase trabajadoras y
las capas empobrecidas por la nefasta política de austeridad aplicada por el
PP, lo que invitará más temprano o más tarde a la movilización social y a la
lucha por recuperar los derechos perdidos.
Esta situación de desigualdad y empobrecimiento creciente son las causas
principales que han hecho posible que las fuerzas a la izquierda del PSOE hayan
venido ganando terreno desde el inicio de la explosión social del 15-M y que
expresarán cada vez con más contundencia ese proceso de polarización,
radicalización y politización creciente.
Lo mejor que podría ocurrir, no
solo para la clase trabajadora y los sectores menos favorecidos de la sociedad,
sino incluso para las capas medias, seria
la conformación de un gobierno fuerte de las izquierdas, que aplicara una
salida para la recuperación económica a
favor del pueblo, ya que una derecha débil, con la oposición del PSOE + Unidos Podemos,
los sindicatos, las mareas y el auge de los
movimientos sociales, añadiría más leña al fuego de la desestabilización
y las convulsiones sociales, más allá de la voluntad de las intenciones de un
Gobierno de Derechas que retomaría la ofensiva de la austeridad desde el primer
momento, al estar sometido al mandato de la Troika.
Las esperanzas y la atención
depositada en los últimos meses sobre la débil recuperación económica,
fomentada por el Gobierno del PP a base de subterfugios y propaganda de sus
medios de comunicación, (muchos de ellos, mercenarios a sueldo del gran capital), se
comprenderán inalcanzables, viéndose obligados a enfrentarse más temprano o más
tarde a una aceleración de la lucha de clases contra los recortes y contra los
planes de ajustes que esperan sobre la mesa, cuyo botón de muestras lo
encontramos en las potentes movilizaciones que se están produciendo en Francia,
incluso con un gobierno como el de François Hollande, que se dice de izquierdas
pero que quiere llevar a cabo una política socialdemócrata de derechas, más
bien liberal, que es rechazada de plano por el pueblo, con manifestaciones,
protestas y huelgas. En Grecia siguen
las luchas permanentes con la Huelga General de 48 horas los días 6 y 7 de
Mayo, ampliadas en varios sectores previamente con paros y protestas por los
dramáticos recortes. Eso se explica porque a medida que una dirección comienza
la deriva liberal, abandonando la línea socialista de la vanguardia de la clase,
el partido se burocratiza y modifica su composición social, al abandonar su
programa transformador, sus principios y su ideología marxista, como le ha
venido ocurriendo a la socialdemocracia europea y mundial desde hace tiempo.
Por tanto, debemos apostar por la
recomposición de las izquierdas ya que, si la campaña que comienza se explica
bien, si se asumen compromisos de Unidad de la clase trabajadora y sus organizaciones en caso de que la aritmética
parlamentaria lo permita, las perspectivas de enfrentarnos a la crisis brutal
que nos espera, y que van a crear momentos de tensión cruciales en los próximos
meses, para rechazar las imposiciones de la Troika y aplicar un programa de
izquierda para el Cambio, las
direcciones deberán hacer un llamamiento a la movilización general de la
juventud y la clase trabajadora para derrotar a las derechas con acciones
democráticas de masas. Ello nos obligará
a apoyarnos sin duda en la experiencia política acumulada por los millones de jóvenes y
trabajadores que han venido luchando por rechazar en las urnas y en las calles
la explotación, la corrupción y la degeneración en la que nos ha hundido el
gobierno de Rajoy.
La corrupción de la burocracia
política y, también, de los “patronos
corruptores” que son los que más se han lucrado con esos actos ilegales, y que
siguen quedando impunes, es preciso
erradicarlos de raíz, ya que su continuación promueve el incremento e incluso
el mantenimiento de las desigualdades sociales, que han aumentado de forma
escandalosa por tanto robo y tantos recursos drenados y evadidos a Paraísos
Fiscales, fomentados por los
favoritismos y la amnistía a los amigotes del PP, que han dejado un reguero de penalidades, paro, miseria y un “Estado de Malestar” que sufren
las masas, como resultado de la crisis económica del capitalismo, que es la
causa de esos males que afectan y acucian a la juventud, a los pensionistas, a
la clase trabajadora y a las capas menos favorecidas de esta sociedad injusta
por lo que tenemos que continuar la lucha que otros emprendieron por un mundo
mejor para todas y todos, avanzando hacia la alternativa lógica que es el
Socialismo.
¡ NI UN VOTO DE UN TRABAJADOR
PARA LAS DERECHAS ¡
¡ UN SÍ POR EL CAMBIO, PARA UN
GOBIERNO FUERTE ¡
José Martín Rodríguez.
Área de Comunicación.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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