Pedro acusa a Pablo de impedir el gobierno del Cambio y también a Rajoy porque “los extremos bloquearon ese Gobierno progresista”. Pablo dice a Pedro que “estaría bien que le dijera a sus electores con quién va a gobernar” ¿Con nosotros o con el PP?. Rajoy dice que “gobernar es muy difícil y predicar el fácil”. Rivera quiere al PP pero no a Rajoy que lo acorrala por la corrupción y le dice: “Hay gente muy válida en su partido. Le pido que reflexione”.(Quiere quitarlo de en medio pero nunca le pidió su dimisión). Rivera niega autoridad moral a Rajoy y éste le llama “inquisidor”. Pedro y Pablo se disputan el voto del centro socialdemócrata y de las izquierdas. Rivera y Rajoy se disputan el voto de la derecha conservadora y el extremo centro liberal. La prensa de derecha titula: ”Sensación de euforia en Ciudadanos por un Rivera que convención a los suyos”. La de izquierda dice: “ El PP acusa a Rivera de “hacer el trabajo sucio” a Sánchez en el debate”. Alguna prensa de derechas da ganador a Rajoy y Rivera, mientras que otras más progresistas, dicen que ganó Pablo y Pedro; hay para todos los gustos y el desenlace lo veremos el 26J.
El tiempo distribuido entre “cuatro”
contendientes resultó escaso y encima no estuvo muy bien aprovechado por los
participantes en el debate. Rajoy acusó el golpe de la corrupción quedando
un momento grogui y balbuceando al querer responder a las críticas y reproches
de los adversarios, poniéndose muy nervioso y enojado, parpadeando sus ojos con
el signo característico de estar tocado. Todos salieron con el guante de
terciopelo queriendo aparecer sin mucha agresividad, por lo que hubo muchas cosas que quedaron en el tintero
de los asesores y en la cabeza de los contrincantes que no quisieron arriesgar,
como los efectos de la contraReforma del PP y los recortes en los presupuestos
sociales que han acelerado la degradación de las condiciones de vida de las
masas. Los parados de larga duración siguen aumentando así como los hogares
donde no entran ninguna clase de ingresos, que se ven lanzados a la miseria
buscando refugio en los comedores sociales. El poder de compras de la clase
trabajadora se sigue reduciendo, a causa del aumento de la electricidad, el
teléfono, el gas, los alimentos y los bienes de consumo en general, aumentando
la desigualdad y el riesgo de pobreza y exclusión social que afecta ya a más de
un tercio de la población.
La ofensiva con el programa de
austeridad llevado a cabo por Mariano Rajoy ha desatado el mayor movimiento de
contestación social desde la Transiciòn a partir del 15M, como se comprueba por
la larga lista de protestas y movilizaciones que muestran la fuerza de los
trabajadores y el giro a la izquierda que se sigue operando en las bases. Lo
único que ha sostenido al Gobierno Rajoy es la actitud desmovilizadora de los
dirigentes sindicales y también de algunos líderes políticos de las izquierdas,
que en plenos ataques de la derecha se niegan a confluir unidos para reivindicar
con fuerza la dimisión de un Gobierno embarrado hasta las cejas y rodeado de
corrupción, que hubiese merecido ya varias huelgas generales y que se van a ir
de rositas.
La correlación de fuerzas sigue
siendo muy favorable a los trabajadores, como señalan las encuestas. El
descrédito del gobierno, sometido a la Troika y a las instituciones burguesas
es mucho más profundo de lo que se vislumbró en el debate, que, sometiéndose a
las exigencias de moderación que les anunciaba la prensa de derechas anteriormente,
cayeron en una situación de moderación en la forma, que se trasladaba también a
cuestiones de fondo. Se puede ser duro en el fondo y elegante en el método
formal, sin caer en insultos y descalificaciones, como nos enseñó el Abuelo
Pablo cuando decía aquello de “honradez y firmeza” en el debate y “claridad en
la defensa de las ideas, valores y programa del socialismo”.
Como conclusión debemos plantear
que todas las fuerzas se autodefinen como ganadoras del debate, pero si eso
fuese así, el que habría perdido sería el pueblo al que no han sido capaces de explicarle con claridad y por
tanto sigue la duda de los posibles pactos postelectorales, sin dejar definido
con claridad qué tipo de coalición prefiere cada fuerza. Hablemos claro. Si existen fuerzas muy
definidas. Por ejemplo, el PP dijo por activa y por pasiva que quiere un bloque
de derechas al que insiste atraer al PSOE, siguiendo con la misma táctica del
inmovilismo desde el principio. La otra fuerza que definió con absoluta
claridad las preferencias de pactos de izquierdas ha sido Unidos Podemos, que
una vez y otra insistió en tenderle la mano al PSOE, intentando comprometer a
Pedro para que se posicionara si va a propiciar el pacto por la izquierda o
quiere continuar insistiendo en el pacto fracasado a dos alas, excluyendo al PP. En este punto, el representante del PSOE,
estuvo muy escurridizo y ambiguo, evitando definir claramente cómo puede
garantizar lo que plantea, que es que no habrá tercera vuelta y que habrá un gobierno del Cambio. Si el intento con esa
táctica es ganarse a los indecisos, quizás produzca el efecto contrario, de
desmovilización y apatía del voto socialista.
Todas las fuerzas intentaron
recabar el voto, pero votar solamente no es suficiente desde la izquierda si
queremos derrocar a las derechas. Es preciso explicarlo claramente porque
ninguna aritmética parlamentaria de las élites del capitalismo de la clase
dominante de la sociedad van a permitir un
gobierno que ellos no dirijan en beneficio de los de siempre, incluso
utilizando una agudización del discurso del miedo para desmovilizar a los
votantes de izquierdas porque saben que las derechas van a votar a su favor.
Si verdaderamente queremos
cambiar las cosas, si de lo que se trata en serio es de cambiar la sociedad, es
preciso explicar que tenemos que romper con la lógica del capitalismo, no
claudicando siempre ante la Troika, y rechazar las imposiciones del capitalismo
financiero, como el único camino para dar una salida a la crisis por la
izquierda, favoreciendo a los trabajadores y las capas medias. Para ello, no solo basta con explicar el
programa, sino que es muy necesario dejar claro cuales son las alianzas que se
prefieren, porque recordando de nuevo al Abuelo Pablo, “en momentos claves hay
que optar, o con los unos, o con los otros, o con la burguesía o con los
trabajadores, porque no se pueden servir a dos amos a la vez”. Las preferencias de nuestra corriente
Izquierda Socialista ya las hemos dejado claras, en infinidad de veces, por
activa y por pasiva, indicando que apoyamos un gobierno PSOE+Unidos Podemos,
que lo venimos pidiendo permanentemente a nuestra dirección y que Pedro Sánchez
debe darse por aludido, para luchar juntos por el compromiso de defender los
derechos de la juventud y la clase trabajadora, derogando de inmediato las
leyes regresivas del PP y legislando a favor de recuperar la senda de lucha por
el giro a la izquierda para avanzar hacia el genuino socialismo y la
profundización de la democracia social.
¡ SI queremos el Cambio, debemos
ir todas y todos a las urnas el 26J para derrotar a las derechas y luchar por
un gobierno favorable a los trabajadores ¡
Área de Comunicación.
Izquierda Socialista
Málaga-PSOE.-A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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