Necesitamos seguir avanzando en la Unidad de las Izquierdas
que nos permita un gobierno favorable a la clase trabajadora y las capas menos
favorecidas de la sociedad. Aunque se ha
dado un paso adelante con la presentación de Unidos Podemos, que recoge la
alianza de varios colectivos y que podría ser reforzada dicha unidad con un Pacto
para el Cambio con el PSOE, como nuestra corriente viene planteando, para
evitar la paralizante división que continúa siendo un drama que hace un daño
terrible a los intereses de la clase trabajadora y capas más empobrecidas de la
sociedad, si por acción u omisión, permitimos que sigan las derechas
gobernando.
Hemos visto en la realidad actual, la situación tan complicada y el fracaso que se produjo tras el 20-D, haciendo imposible que se formase un gobierno
favorable a los trabajadores tras el triunfo en las urnas de los votos
procedentes de la clase trabajadora y los sectores progresistas de la sociedad,
quedándose aislado el PP en contra de todas las fuerzas. Tenemos que hacer todo
lo posible por cortarle el paso a las derechas en las urnas el 26-J, por lo
cual estamos obligados a profundizar en este debate.
Esa situación que demostró el fracaso rotundo del intento de
confluir en un pacto PSOE/C’s expresó que la clase trabajadora y los sectores
empobrecidos se encuentran atrapados en una crisis de las direcciones
políticas, donde se enfrentaban por una parte, por la izquierda con algunos
sectores que practicaban posiciones propias de un sectarismo paralizante y en
la otra parte, con el oportunismo de aquella deriva hacia la derecha que tanto
hemos criticado desde Izquierda Socialista, más bien proclive a jugar el papel
de muleta de este Estado Burgués, estancado en una crisis estructural de este
modelo capitalista, corrupto y
degenerado que muestra síntomas una agonía decadente, con lo que quedaba
expresado claramente que el llamado
pacto del 78 del “bipartidismo” quedaba maltrecho y que la mayoría de la
juventud, que no votó la Constitución considera que ese modelo está totalmente
amortizado, aunque algunos todavía no lo quieren reconocer.
El giro social demostrado por la mayoría de votos conseguidos por
las organizaciones de clase en aquella confrontación electoral del pasado
diciembre, expresa el resurgir de
fuerzas emergentes, alguna de derechas como C’s, otras consideradas al
principio de izquierdas y ahora al parecer buscan a empujones el centro al
declararse “socialdemócratas”, buscando
el centro teórico que tantos unos como
otros se disputan, y entran legítimamente en el panorama de la lucha por el
poder. Para ser operativos es preciso evitar en la medida de lo posible tanto
el oportunismo, como el sectarismo, pero les damos la bienvenida al debate
ideológico y programático, que desde nuestro punto de vista es lo
verdaderamente importante para el pueblo trabajador, si se avanza hacia el genuino socialismo, no
así los personalismos que pueden derivar en presidencialismo, populismo, caudillismo, bonapartismo y cosas peores.
Ello nos obliga a
profundizar en la discusión democrática
sobre diversas cuestiones, ya que siguen solapadas las problemáticas
sociales y la cuestión territorial de los nacionalismos, por lo que no queda
más opción que remontarnos incluso a los procesos históricos, pues se sigue agravando la situación;
así pues invitamos a otras fuerzas a
entrar de forma seria en estos debates e intentar arrojar entre
todos, un poco de luz sobre los errores
que podamos estar cometiendo, para intentar corregirlos, tanto por los oportunismos de derechas que se
vuelven irreconciliables con los sectarismos, entorpeciendo la marcha de los
acontecimientos, como el resto de corrientes y sensibilidades políticas estamos
observando.
Tomando como base unos análisis publicados en el mes de abril de
hace cuatro años por nuestra corriente I.S. PSOE, que conservan casi completamente todo su
vigor, excepto algunas modificaciones de actualizaciones, entramos en
materia, explicando que “existe en la izquierda una enorme cantidad
de grupos sectarios y oportunistas que se reclaman de la socialdemocracia, del socialismo o del comunismo, en todas sus
variantes, pero la mayoría de ellos, están dirigidos por compañeros que desconocen, han olvidado o han
tergiversado el método, las ideas, la estrategia y la táctica que puede
conducir a la clase trabajadora a la toma del poder y construir una nueva
sociedad genuinamente socialista, como alternativa global al sistema
capitalista, que en su fase imperialista multinacional ha entrado en una
recesión grave que incluso pone en peligro la especia humana sobre el planeta,
por la explotación, la especulación y la
depredación de los recursos naturales, del Medio Ambiente, de las materias primas y el frenazo a la
investigación y al desarrollo.
“La burguesía insiste en la muerte del marxismo, pero para algunas corrientes críticas, el
materialismo dialéctico representa una herencia preciosa que debemos seguir
desarrollando a la vez que animamos a
los jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos,
aunque en realidad no podemos tomarlos como un esquema acabado del proceso
histórico, sino que es preciso adaptarlos a la realidad concreta, para
transformarla en favor de los pobres y
la clase menos favorecida, la clase asalariada y las capas empobrecidas por la
crisis.
“Es necesario reconocer que debido a las desviaciones del
estalinismo y a la deriva hacia la derecha del reformismo socialdemócrata, los verdaderos
marxistas, quedaron prácticamente
aislados en pequeños grupos diseminados, siendo atacados principalmente por el
capitalismo, pero también por el estalinismo y la socialdemocracia.
“Remontándonos en la historia se observa que terminada la II
Guerra Mundial, salieron fortalecidas las corrientes estalinistas y en cierta
medida la II Internacional socialdemócrata también, pues ante el miedo de la
burguesía a la revolución, infiltró y utilizó a los dirigentes reformistas para
que actuasen de cortafuego, otorgando
algunas mejoras a los trabajadores para contrarrestar los avances que
experimentaba la URSS que se había convertido en un polo de atracción para los
obreros del mundo.
“Pero ni los estrategas del estalinismo ni los reformistas
socialdemócratas fueron capaces de comprender los acontecimientos internos y
las luchas sociales que el proceso histórico hizo imparables e inevitables,
incrementándose el desarrollo de los Estados estalinizados en el Este de
Europa, que se convirtieron en estados bonapartistas obreros deformados y
degenerados, que la burguesía empezó a llamar del “socialismo real”, cuando en
realidad se estaba dando desde hacía años una contra-revolución que caminaba
hacia el capitalismo, si no se producía una revolución política donde los
trabajadores interviniesen implantando el control obrero y la planificación
democrática, pero el proceso se produjo a la inversa asumiendo la burocracia
corrupta el modelo capitalista del que estaban más cercano. (Algunos analistas
llamaban a esos estados obreros deformados, de la URSS, de China, de Cuba y
otros, como Capitalismo de Estado o “socialismo real”).
“Mucho antes de esa implosión, las revoluciones que ocurrieron
posteriormente a 1944 con los acontecimientos de Grecia, las Revoluciones
en China y Cuba, junto con otros cambios
similares que se estaban dando en otras zonas e incluso en el Mayo francés del
68, no fueron previstas por ninguna fuerza política con garantías de llevarlas
a buen puerto, por la incapacidad burocrática de sus direcciones y su sumisión
al capitalismo, en el abrazo del oso que representó la guerra fría, donde los
estalinistas y los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar al
verdadero socialismo democrático y autogestionario.
“La confirmación más clara de la bancarrota de la dirección
estalinista se dio en la Revolución de los claveles de Portugal, donde el PCP que tuvo todo el poder en sus
manos, fue incapaz de desarrollar un plan que concediese el poder y la autogestión
de las empresas a los trabajadores y
colaboraron en deshacer la reforma
agraria que se había llevado a cabo en la práctica por las propias masas de los campesinos y jornaleros, y con la participación activa de la dirección
del PCP, procedieron a la devolución de
los latifundios y de las empresas a los capitalistas.
“En los textos de los clásicos del marxismo, la interrelación
entre el llamado factor subjetivo y los factores objetivos ocupan bastantes
libros. Una de las principales conclusiones es la necesidad de una
Internacional marxista, debido a la disolución de la I Internacional de Marx y
Bakunin, al sometimiento de la II a sus
burguesías respectivas aprobando los créditos de guerra y la práctica disolución de la III
Internacional sometida al nacionalismo Gran Ruso por Stalin, y al abandono del
“internacionalismo proletario”, que hace
comprender a la clase trabajadora que está a merced de direcciones endebles y
desconfían de sus dirigentes porque han conseguido llevarles a una derrota tras
otra. La IV Internacional, tras el
asesinato de su fundador, se dividió y atomizó de tal forma que existen
diversos grupos y pequeños partidos que se reclaman los legítimos herederos,
muchos de ellos practicantes natos del sectarismo. El abandono de la teoría, del método
dialéctico, que es el mejor que puede ayudarnos a clarificar las
contradicciones que se producen en el proceso de lucha para alcanzar la
transformación social, supuso un
verdadero desastre y un drama angustioso para las masas bajo la bota del
imperialismo capitalista.
“El capitalismo mundial, en esta fase imperialista multinacional
que hemos sufrido más aceleradamente
durante las últimas tres o cuatro décadas, ha desarrollado todo su
potencial y posibilidades que quedaban como sistema progresista, no solamente
en los países desarrollados, sino en todo el planeta por la expansión total de
los mercados en la llamada “globalización”, que dialécticamente ha tocado sus
límites.
“El aumento de la producción alcanzó antes de la crisis de 2007,
las cotas más altas jamás conseguidas por ningún otro sistema, creando
productos nuevos que superaban en su fase de capitalización bursátil, al menos
10 veces el valor del Producto Interior
Bruto Mundial, superando los 500 billones de dólares.
“Debido a la elasticidad de los créditos e hipotecas, incluso a
dos vidas, los capitalistas consiguieron
artificialmente que el sistema liberal burgués
tuviese una aparente y relativa estabilidad, lo que, por una parte
fortaleció a la burguesía que acumuló enormes beneficios en el proceso de
concentración acelerada del capital, y
por otra, jugó el papel de crear falsas
ilusiones en los trabajadores, que alentados por las direcciones reformistas,
tragaron el anzuelo de la lógica del capitalismo que empezó a decir que se
había llegado al fin de la historia y que el capitalismo había superado las
crisis cíclicas, lo cual se ha demostrado un craso error, como así habían
previsto los analistas marxistas que aplicaban correctamente el materialismo
dialéctico como el mejor método de análisis de al realidad.
“El proceso revolucionario que vivió hace unos años el continente
africano, con los levantamientos revolucionarios que afectaron desde Túnez a
Siria, pasando por casi todos los países de la periferia del capitalismo
mundial, es una indicación de los procesos que están afectando al corazón del
capitalismo, que sufre arritmias constantes y poniendo a veces al borde del
infarto a países de la vieja Europa, como Grecia, Portugal, Italia o el propio
Estado español.
“Esto indica que la revolución colonial inacabada se sigue
manifestando tomando formas peculiares y con maneras distorsionadas, que se
debe fundamentalmente a la correlación de fuerzas que ejercen los problemas
sociales que no pueden ser resueltos por las burguesías respectivas, ni por
métodos dictatoriales ni por métodos democráticos, lo que confirma la Teoría de
la Revolución Permanente, que algunos mal interpretaron como “automática”, que
era una tergiversación de esa teoría.
“La problemática social que debe ser abordada, como la cuestión agraria de los latifundios y
de la producción industrial, así como la cuestión de los nacionalismos y el
ecologismo, son necesidades urgentes que
no pueden ser resueltas, por lo que se necesita proceder a la transformación de
la sociedad ya que no pueden ser
abordadas a favor de los ciudadanos bajo
líneas de propiedad privada capitalista. Si realmente se quiere evitar un
estancamiento total y la imposición de unas condiciones tremendas de recortes,
hambrunas y penuria para las masas, que
lastran e impiden el desarrollo pleno de las fuerzas productivas encorsetadas
bajo el capitalismo latifundista, la lucha por un nuevo modelo se hace
imprescindible.
“Al no existir partidos socialistas o comunistas que llamen a la
transformación social, con suficiente fortaleza que tengan apoyos de masas
dinámicos y en acción, ni en los países más
pobres ni en los capitalistas industrializados que sirviesen de polo de
atracción para la clase trabajadora, a la vez que no existe ni un estado obrero
socialista sano, con democracia social que sirva de polo de referencia, los levantamientos de las
neo-colonias se han desarrollado de forma distorsionada, carentes de
direcciones correctas, quedándose el proceso más bien en tablas, cuyo ejemplo
es el mundo árabe, pero también Venezuela, Cuba y demás países de América
latina, donde el proceso al socialismo
está atascado, dado que bajo el
capitalismo no hay salida, pero el imperialismo tampoco tiene fuerzas para
aplastar a las masas como hiciese en décadas pasadas apoyando dictaduras
sangrientas.
“El estancamiento de la Revolución Cubana que siguió los
parámetros, similares al estalinismo aunque con algunas diferencias, así como
la deriva hacia el capitalismo de la poderosa Revolución China, que se
desarrolló en un principio dentro del marco de la correlación de fuerza
mundial, con influencias estalinistas-maoistas siguiendo el modelo de la
extinta URSS, demostraron igualmente la imposibilidad de construir el
socialismo ni en un solo país, ni mucho menos cada cual a su aire y
enfrentados, que fue uno de los mayores
errores de la táctica estalinista, demostrándose que tampoco existe allí ni ha
existido nunca lo que la burguesía llamaba “socialismo real” y ahora renombran
en China como “socialismo de mercado”,
cuando es una monstruosa mezcla de Capitalismo de Estado y Dictadura contra el
Proletariado.
“Todos esos sucedáneos y
desviaciones del objetivo de construir el verdadero socialismo han sido
analizados y criticados por diversos intelectuales. Por ejemplo, la revolución
de Cuba, comenzó con una dirección y objetivos democrático burgueses, pero
debido a diversas circunstancias de presión del imperialismo, errores de la dirección de la revolución y
otras, acabó organizándose de manera bonapartista-proletaria al girar hacia el
estalinismo de Moscú. Como consecuencia
del carácter atrasado de su economía, así como el bajo nivel de comprensión del
auténtico método del marxismo de la casta militarista del guerrillerismo
cubano, (del que El Che y una pequeña minoría eran la excepción al criticar a
la burocracia de Moscú), le llevaron a
aceptar el “socialismo real estalinista calcado e impuesto por la URSS” de
quien recibía el apoyo. Pero aquello se convirtió en un sistema dominado por
una casta burocrática militar, de características similares al modelo de Rusia,
China y demás países estalinizados,
donde hacía tiempo se estaba dando un termidor burocrático de
orientación al capitalismo que ahora se recrudece en China y Cuba en su
evolución capitalista, corriendo el peligro de entrar en crisis
desestabilizando aún más la economía mundial.
“Incluso teniendo en cuenta las deformaciones burocráticas de los
países de bonapartismo proletario, la economía de Rusia y China se estaban
desarrollando en aquella época como grandes potencias, pisándole los talones a
EEUU en algunos campos del desarrollo y estaban liquidando el atraso histórico
con una velocidad sin precedentes, por lo que actuaban como un poderoso polo de
atracción.
“Pero esa especie de “capitalismo estatalizado”, sin control
obrero y subordinado al imperialismo, con el pacto tácito de impedir las nuevas
revoluciones sociales, se convirtió en un freno para poder desarrollar las fuerzas productivas, que chocaba con la
incapacidad y la ineficacia de la planificación centralizada estrangulada
por la casta burocrática, que
fueron las principales causas, junto con el error de la teoría de “la
construcción del socialismo en un solo país”, cada cual por su lado,
siendo esos los factores fundamentales que influyeron en su desplome ante los ataques económicos del
imperialismo.
“Dando la impresión de que habían conseguido una nueva versión del
marxismo que negaba la teoría de la
revolución permanente, esa casta de militares se convirtieron durante un tiempo
en los agentes históricos de la “revolución”, creyendo que bastaba llevar a
cabo la estatización de la economía, (pero sin control obrero, sin democracia
participativa, solo manu militari), para
construir el socialismo, cuyo método falló estrepitosamente, pasando la
burocracia del sistema estalinista al capitalista como quien pasa de un vagón
del tren a otro.
“Es preciso comprender que esos procesos de pasos atrás en la historia se debían al retraso en la
construcción del factor subjetivo necesario de la revolución socialista en los
países desarrollados. Pero la caída del
estalinismo, al representar una desintegración de un sistema, a la larga
también está minando los cimientos del capitalismo mundial, cuando éste ha
entrado en un proceso de declive global y camina hacia una brutal recesión, ya
que China está desacelerando su crecimiento de forma alarmante y Rusia tiene
dificultades y desestabilizaciones territoriales, con lo cual, podría
desembocar todo ello, junto a la situación bélica en Ukrania, Siria y Oriente
medio en una desestabilización económica con una recaída de la crisis
hacia una depresión incluso peor que la
de los años 30 del siglo pasado.
“En los procesos vividos durante la desintegración de esos países
estalinizados, la mayoría de los gobiernos dictadores que eran regímenes
bonapartistas proletarios, empezaron una lucha por su independencia nacional, saltando de la
sartén al fuego, pues ese era el camino que les llevaba diametralmente opuesto
al socialismo, que debe ser internacionalista o
no es verdadero socialismo, pues se requiere una integración,
colaboración, cooperación, solidaridad y apoyo mutuo en su filosofía de clase.
“Históricamente, las tensiones vividas entre las diversas castas
militares de China, Rusia y demás estados estalinistas fortalecían el poder militarista de las
burocracias, elevándose éstas cada vez más por encima de las masas, dedicando
ingentes recursos a la carrera bélica, detrayéndolo de la economía que evitaba
y cercenaba las atenciones sociales de los pueblos, que junto con el
despilfarro y el robo sistemático de la burocracia a la producción, se
convirtieron en un freno absoluto para el desarrollo real de las fuerzas
productivas preparando el colapso de la economía estaliniana burocratizada, que necesitaba el control democrático como
el cuerpo humano necesita al oxigeno para limpiar la sangre y para lo cual era necesaria la revolución
política para acabar con aquella casta de burócratas que, siendo solamente el 3 %, se incautaba del 64 % del PIB.
“Asimismo otros factores influyeron en la degeneración de esos
estados, como el largo auge del capitalismo en los países industrializados, la
degeneración burocrática que también se daba en los partidos obreros de masas
en los países capitalistas desarrollados que
interactuaban y reforzaban la degeneración mutuamente. Durante toda una
época esta era la característica fundamental que se daba, lo que representaba
un circulo vicioso que degeneraba el desarrollo del estudio teórico y
práctico del verdadero marxismo, tan
necesario para avanzar en la construcción de organizaciones sindicales y
partidarias, que se salvaran de los dos precipicios fundamentales por los que
todos descarrilaban, como son el oportunismo por la derecha y el sectarismo
ultra por la izquierda.
“En una situación similar, no existían posibilidades reales de
organizar partidos obreros que no sucumbieran a esas presiones, dado que la II
Internacional socialdemócrata se había diluido en el capitalismo y la III
Internacional había sido destruida y desmantelada por Stalin. A su vez, los
restos de la IV Internacional trotskista se subdividieron en diminutos
grupúsculos siendo incapaces ninguno de
ellos de encontrar el camino correcto para convertirse en un partido fuerte de
masas, que superasen los errores estratégicos, tácticos, ideológicos y
políticos cometidos por la cantidad de sectas a la que fueron reducidos,
cogidos entre el fuego cruzado del imperialismo y del estalinismo, que casi
fueron exterminados, no solo políticamente, sino incluso muchos físicamente.
“En realidad existían además factores objetivos que eran la
principal razón de la debilidad de esas tendencias revolucionarias, que se
enfrentaban a esos dos potentes polos, imperialismo por la derecha y
estalinismo por la izquierda. La eliminación,
degeneración y destrucción de los grupos
y sectas que se denominaban “trotskistas” fue asimismo una consecuencia de este
periodo largo del auge del capitalismo y de la ferocidad de cómo eran tratados
por los estalinistas, que producía cada vez más alejamiento de las masas sin
tener la más mínima posibilidad de convertirse en organizaciones potentes de
masas.
“Muchos hijos de la pequeña burguesía radicalizados y con ganas de
cambiar el mundo, fueron atraídos en
aquella época por las ideas del Che y de Castro que aparecían como el camino
romántico y a su vez violento de acabar con el capitalismo, lo que resultó un
espejismo por los errores intrínsecos de
ese modelo para conseguir el verdadero socialismo como ha demostrado la
historia.
“Incluso muchos grupos autodenominados como de “oposición de izquierdas” que surgieron en el
seno de los Partidos Comunistas, evolucionaron igualmente hacia esa dirección
abrazando el método del “guerrillerismo”, al caer en la confusión de que tanto
Castro en Cuba, como Tito en Yugoslavia
eran “trotskistas inconscientes” y esta confusión se daba, no solamente en los
países industrializados con poderosas formaciones obreras, sino incluso en algunos
países estalinistas. (Hasta aquí parte del relato que defendía la corriente
I.S. de Málaga, en sus escritos hace más de cuatro años).
En la actualidad, tanto el PP, como C’s, tienen bastante miedo a
sufrir una derrota en las urnas el 26-J, a la que se unen el resto de los
poderes fácticos y las derechas mundiales de toda laya, que ayudados por el potente aparato de
propaganda de la burguesía, han comenzado una campaña sucia, acusando a toda la
izquierda de socialistas,comunistas,rojos,trotskistas, ltraizquierdistas, etc, en
una aparatosa campaña del miedo, ante la que no debemos callar pues estamos
obligados a entrar más a fondo en este debate ideológico e histórico, en defensa de la clase trabajadora a la que
nos debemos, que nos permita arrojar alguna luz en el debate en defensa de un
programa genuinamente socialista, como estrategia global para el Cambio y una
plena democracia, mediante la táctica flexible y compañera entre las diversas
ramas de las izquierdas. Por tanto, ni
socialdemocracia de derechas oportunistas que están fracasando en toda Europa,
ni sectarismos ultraizquierdistas caducados, sino que debemos ubicarnos en el
giro a la izquierda para mantener la senda del socialismo democrático de una potente
Conjunción de las Izquierdas, como el mejor camino para recabar el apoyo
unitario de una amplia mayoría de los votantes, como la forma más solidaria y
justa de salir de la crisis con la participación de los trabajadores, pero
luchando por avanzar hacia un mundo mejor para toda la humanidad, que solo
puede venir transformando la sociedad y caminando resueltamente hacia el
socialismo, porque bajo el capitalismo no hay futuro para la Humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
·
Invitamos a todas las fuerzas de
izquierdas, políticas, sindicales,
sociales y culturales a
profundizar con seriedad en este debate, por lo que cualquier crítica o
comentario será bien recibido y solicitamos sean remitidos a:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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