La
recesión que comenzó con la crisis financiera de 2007 en EEUU está siendo mucho más profunda que las demás crisis
pequeñas del período de la posguerra y se ha mostrado similar a la de los años
30, pero a un nivel incluso superior en destrucción de fuerzas productivas y en
fabricación de “paro, corrupción y miseria, que afectan principalmente a las
masas trabajadoras”.
El
problema del paro se ha convertido ya en estructural y ha aparecido de forma
simultánea y de masas en todos los
países, llevando al sistema a una
recesión que es prácticamente universal, afectando incluso a los
países industrialmente más desarrollados.
La caída brusca de la tasa de beneficios ha
colapsado la inversión. El espejismo iluso del enriquecimiento permanente, que
deslumbró incluso a los dirigentes sindicales y políticos reformistas les ha
explotado en la cara. Tanto los
estrategas de la burguesía como los consejeros sindicales y de los partidos de
la “izquierda institucionalizada” están
bastante desorientados y no tienen ninguna estrategia programática alternativa
al sistema y sus tácticas están siendo totalmente erróneas.
Esos estrategas,
algunos de ellos reconvertidos claramente en mercenarios del gran capital, tienen ahora más miedo que nunca ante el
futuro de los acontecimientos. Los
líderes del PP que estaban contentos tras las elecciones del 20-D porque eran
la minoría mayoritaria que pensaban que les daría una oportunidad para seguir
en el Poder, están empezando a sentir el
pánico de la derrota al ser rechazados por todas las demás fuerzas políticas a
las que les ofrecen pactos a la desesperada. Los estrategas del capitalismo,
tanto internos como del resto de Europa, presionan exigiendo un pacto, ante el potencial de lucha que se podría
desatar por los partidos emergentes que representan a la clase trabajadoras y las capas medias de
la población, si fuese necesario acudir a elecciones precipitadas. La burguesía
ha empezado a comprender, aunque algo tarde a lo que se enfrentan, sobre todo,
lo que más les aterra es el aplastante potencial de fuerza que tiene la clase
trabajadora, que no podrá ser dominada ni por Pactos Sociales ni por métodos
represivos y tarde o temprano tomarán de
nuevo las calles y las plazas, pero a un nivel muy superior a lo ocurrido en el
15M.
Para una recuperación
de la lucha social de las masas, uno de los factores claves que se necesita es
la desmoralización de la propia clase dominante y eso está ya en sus inicios porque
el número de parados ha quedado anclado en torno a los 4 millones con la
perspectiva de crecimiento CERO en Europa, que junto con la abultada Deuda
Publica, que no para de crecer, les ha
dejado descolocados.
Estamos viendo cómo en
los países decisivos del capitalismo europeo,
están empezando a surgir fisuras y divisiones en el seno de la clase
dominante, porque no se pueden poner de
acuerdo sobre qué medidas adoptar. Unos
dicen que si se ataca con firmeza otra
vez más a la clase trabajadora para cubrir déficit y deuda, como tienen previsto en el memorándum en el corto plazo, habrá convulsiones sociales.
Otros dicen que si se aplaza y flexibilizan los ataques, la situación también
se podría deteriorar con peligro de reanudar los rescates estatales. Las dos partes tienen razón y caminamos hacia
el abismo, en bases capitalista porque este sistema corrupto, degenerado y
senil no puede dar respuestas válidas a las cuestiones sociales y económicas a
la vez.
La burguesía y los elementos
más inteligentes de las multinacionales y los banqueros miran con terror los
procesos que están teniendo lugar en las zonas bélicas como Siria, Afganistán,
Arabia Saudita, Yemen, Iran otras zonas calientes, observando que el estado
capitalista más poderoso de la tierra, como son los EEUU, que pensaban que
tendrían por delante un siglo de prosperidad y desarrollo sin límites, que eran
los gendarmes del mundo colonial que habían sometido a base de guerras de
rapiña, están ahora de metidos en un avispero desde el salvaje ataque a Irak,.
Han sido derrotados y llevan tiempo preparando su salida porque saben que esas guerras no se
pueden ganar solo a base de bombardeos y misiles, y la invasión terrestre sería
saltar de la sartén al fuego. La crisis de la caída del precio del barril de
petróleo en torno a los 30 dólares, cuando en algunos momentos se cotizaba a
140 $, expresan la acuciante y grave
situación de la crisis económica que se podría producir.
El Pentágono ha
destinado centenares de miles de millones de dólares en las operaciones bélicas, con armamento destructivo y han intentado implantar
gobiernos títeres estables en la zona, pero la situación se agrava con el surgimiento
del llamado Estado Islámico, que está aplicando métodos horribles de terror,
con cientos de miles de muertos y millones de refugiados que llegan a Europa
donde se les está dejando morir . Otro fracaso más de la política de acogida
que enfrenta de forma macabra a los gobiernos europeos que eluden sus
responsabilidades y violan las leyes de asilo y los Derechos Humanos más
elementales, como es el derecho a la vida, dejando sin asistencia adecuada a
las víctimas que huyen de esa horrorosa destrucción en todos los sectores de la
producción. Han utilizado todos los
ingenios diabólicos modernos, armas químicas y bacteriológicas, inmensa
cantidad de toneladas de bombas y las fuerzas de la coalición Imperialista.
La poderosa clase
dominante norteamericana, aunque es una de las más ignorantes de las burguesías
capitalistas, ha querido dar un escarmiento a los países que les desobedecen y
no se doblegan a sus dictados. En el exterior nunca han respetado las democracias
ajenas empleando siempre la política “del palo
y la zahanoria” Han querido
demostrar a los países que ellos mismos
catalogan como “eje del mal” que tienen
un enorme poder y que están dispuestos a utilizarlo cuando les convenga
a sus intereses económicos, dirigidos por el complejo militar-industrial del
Pentágono.
En realidad, la clase
dominante de los EEUU está agotando sus posibilidades y con esos métodos
militaristas de chantaje, hace alarde de
fortaleza, principalmente dando avisos a
los países que se les salgan de su órbita, pero la realidad es que temen a las
revoluciones, y vemos que son incapaces de intervenir militarmente en Europa,
contra la clase trabajadora griega, cuando ha venido luchando durante meses,
pero han lanzado también el chantaje de que la CIA había
detectado una posibilidad de golpe de Estado. No se han atrevido a darlo de
forma “armada y cruenta” por las
repercusiones que podría tener ante el posible contagio de la revolución en
toda Europa y han optado por un “Golpe de Estado Financiero”, que de forma
“desarmada e incruenta”, han instalado a
gobiernos afines como ocurrió en Grecia, despreciando la Democracia del
Referendum y anteriormente lo de Italia, cuando dieron un “golpe de estado
blando” e instalaron a sus “TECNÓCRATAS”.
Nuestra corriente ,
bastante antes de que se llevara a cabo ese sueño “utópico” y reaccionario de
la Unión Europea, criticábamos que no
era posible la “Europa de los Mercaderes” y que debíamos seguir luchando por la
“Europa de los Pueblos”, a la vez que planteábamos que la integración
económica, monetaria y política, unificándola en una Unión de estados con
distintos niveles económicos, era bajo el capitalismo completamente inviable, y que en cualquier caso, era una remota
posibilidad, pero antes llegaría otra crisis
y que entonces, todos estos estados experimentarían convulsiones sociales.
Es preciso
reconocer esas perspectivas se han visto ralentizadas por el largo auge anterior a la crisis de
2008. Eso es una cuestión de ritmo, pero las causas hay que buscarlas
también debido a la debilidad y falta de firmeza de la política de los partidos
y sindicatos obreros, que han paralizado y frenado las iniciativas de las
masas, malgastando sus energías, dilapidando las posibilidades de utilizar la
lucha de masas y la Huelga General de forma correcta y no se quiso mantener el
pulso sostenido, por parte de las
cúpulas sindicales, que han estado mirando para otro lado cuando se
dio la explosión de ese maravilloso cambio semi-espontáneo de las
luchas que durante meses llevaron a cabo las masas del 15-M cuyo impulso se ha
visto recompensado ahora con la entrada en el juego parlamentario de Podemos,
C`s expresando el giro a la izquierda que se venía dando que había sido
ignorado por los partidos clásicos.
La clase trabajadora
europea es mil veces más fuerte que antes y las clases burguesas están más enfrentadas
y divididas que nunca por los efectos de
la crisis en sus intereses nacionales, que podría desembocar incluso en guerras
comerciales. La correlación de las
fuerzas de intereses contradictorios de capitalistas y trabajadores es más
favorable que nunca a esta última clase; la aparente debilidad de la izquierda y la
fortaleza de la derecha es falsa, pues se debe a la unidad aparente del bloque
burgués y a la división real de las izquierdas y a la falta de una factor
subjetivo adecuado.
Los representantes de
los poderosos, como el FMI, la Banca
Mundial y el B.C.E. no hacen más que
proponer y exigir de forma insistente,
abierta y continuada, de conformar
gobierno de coalición de las Derechas, exigiendo a los gobiernos elegidos por
los ciudadanos, que tienen que hacer
recortes a los sectores menos favorecidos para restaurar la tasa de ganancia de
los especuladores y capitalistas que son los únicos que sacan provecho de esas
medidas de recortes anti-sociales, con cuyas medidas están saqueando
materialmente a los pueblos. Esto no
debería ser consentido ni por la izquierda parlamentaria ni por las direcciones de UGT y CCOO que tendrían que
abandonar sus posiciones de tolerancia con esos abusos y llamar a la lucha para
recuperar los derechos perdidos y lanzar un plan de reorganización y unidad, para hacer frente a este estado de
cosas, proponiendo, como la clase obrera está esperando, un giro a la izquierda y planteando un
programa alternativo genuinamente socialista, para luchar todos juntos por
cambiar la situación, como desde algunas
corrientes venimos reclamando.
La debilidad invita a
la agresión, por lo que la clase dominante, si consiguiese formar gobierno,
tiene ya preparado los mecanismos de represión, ya que comprende, que en un momento dado, tendrá que jugárselo todo a una carta para
intentar aplastar a la clase trabajadora, cuando ésta se vea forzada a
rebelarse y responder contra tanta injusticia impuesta por la burguesía. Ésta espera siempre el mejor momento adecuado, pero
cada vez lo tendrán más difícil dado que la clase trabajadora, aunque parezca
que vive un momento de reflujo, no está derrotada, y ellos lo saben, así pues,
en cualquier momento, si se pasan de rosca en los ataques, puede saltar
la lucha y poner en un brete al gobierno, sea éste de derechas o de izquierda, que se
puede ver forzado a revertir la situación o incluso dimitir, si no cumplen con
lo exigido por el pueblo, o incluso cambiar de política.
El auge económico del
capitalismo mundial de las últimas tres décadas antes de la crisis alcanzó el
nivel más alto que en cualquier otro período histórico, pero con el estallido de la crisis, quedó
marcado el comienzo del crepúsculo del
sistema capitalista mundial que ha agotado cualquier paradigma y por muchos premios Nobel que obtengan, son
incapaces de ofrecer un modelo diferente
al capitalismo, porque la utopía de “reformar el capitalismo” no existe, así
como no existen tampoco las Terceras Vías, ni margen para la socialdemocracia, lo que nos
obliga a tener que reconocer que la
única salida es el Socialismo, pero no pretendamos que los burgueses se hagan
el Hara-Kiri, como aparentemente
quisieron hacernos creer que habían hecho cuando la pantomima de la transición
de las Cortes Franquistas. Votaron la
reforma, aunque Fraga y los suyos llamaron a votar en contra, y al final, se ha demostrado que era más de
lo mismo, tanto si se votaba una cosa
como la otra, o sea la perpetuación del franquismo a través de otros métodos, Coronado
y ratificado en los momentos actuales con acceso al Poder
del PP, en este “doble Bienio Negro” que
ha representado la legislatura de Rajoy que ahora termina y que han demostrado ser los legítimos herederos del tardofranquismo
carpetovetónico, demostrado por el hecho
de que el mismo Fraga murió sin condenar el antiguo régimen y sus
seguidores del PP tampoco lo harán, pues consideran que golpe de Estado de Franco fue positivo para
los intereses del capitalismo, aunque cientos de miles de republicanos sigan
tirados por las cunetas todavía a estas alturas de lo que quieren hacernos
colar por democracia y no lo es, dado asimismo el penoso espectáculo que se
está dando permanentemente con sus
reaccionarias declaraciones.
No obstante, la
burguesía más inteligente está bastante preocupada por el poder potencial que
conserva la clase obrera con cerca de 18 millones de asalariados y entre 4 a 5
millones de parados según cálculos, por lo que ellos saben que en cierta forma,
la vitalidad del capitalismo ha ido disminuyendo y son incapaces de afrontar un
reto cara a cara, por lo que tendrán que seguir intentando comprar a sus
dirigentes para poder seguir engañando a los trabajadores, pero a la larga todo
será inútil porque el pueblo está cada vez mejor informado y desconfía cada vez
más de este sistema, subiendo en las encuestas los partidarios de República ,
además de la cuestión Nacional de Cataluña, desastrosamente tratada tanto por
Mas como por Rajoy.
Los escándalos de
corrupción en todo los estamentos de la sociedad, que incluso afectan a la
Corona, con el bochornoso espectáculo de la última semana al ver sentada en el
banquillo a la Hermana del Jefe del Estado, los desastre de la contaminación medioambiental,
la decadencia de la moral burguesa en relación a la familia, la rebelión de la
juventud que ha empezado y seguirá con
más fuerza más temprano que tarde, dado el inicio de giro a la izquierda que se
nota ya en los estudiantes, así como lo veremos en este mismo año en los principales
países europeos donde se hagan elecciones generales, todo ello producirá un aceleramiento en el
proceso molecular de toma de conciencia de las masas, que podrían pasar a la
ofensiva mediante un salto brusco y repentino, para lo que la izquierda tiene
que empezar a prepararse, porque todos esos factores son indicativos de la
crisis total de esta sociedad burguesa que desafía con sus contradicciones la
existencia misma del modelo capitalista obsoleto y en completo declive.
Es ya una realidad
innegable que esta recesión profunda y universal, está sacudiendo los cimientos
del capitalismo, produciendo una plaga de paro masivo en la mayoría de los
países, que ya no es coyuntural sino que es estructural, por lo que el sistema
será incapaz de volver a cotas de pleno empleo. La incapacidad de utilizar las fuerzas
productivas instaladas más allá de un raquítico 68 % de media, con un
despilfarro colosal de la técnica, la ciencia y la tecnología que podría ser
utilizada en mejorar la producción para satisfacer las necesidades humanas,
dando un salto colosal en el grado de bienestar de
los ciudadanos nunca antes alcanzados en la historia humana, pone de relieve
claramente el agotamiento de este modelo que se niega a desaparecer, aunque están
crujiendo las estructuras y los pilares del capitalismo y lo que falta es
precisamente una organización de la clase trabajadora para darle el último
empujón y desarrollar las bases para la
construcción de una sociedad democrática genuinamente socialista, donde se
ponga por delante el bienestar del ser humano y NO el beneficio privado de las
multinacionales y del mundo de las finanzas.
Las necesidades
básicas y el despertar de la conciencia de la clase trabajadora de los pueblos
hasta ahora sometidos al imperialismo, a pesar de la superioridad técnica y
militar de las grandes potencias capitalistas,
están dejando totalmente
impotentes a esos trust imperialista, porque la guerra, por primera vez en la
historia, ha dejado de ser económicamente rentable, ya que el costo de la
destrucción, del armamento y de tropas utilizadas es superior a los beneficios obtenidos con la
rapiña. El capitalismo ha alcanzado sus
límites y se encuentra atrapado entre las fronteras nacionales y la propiedad
privada de los medios de producción, siendo imposible salvar esas
contradicciones dentro de su propio marco.
Ahora bien, existe
una rara situación de equilibrio, que se manifiesta incluso en algunos países donde existen grupos guerrilleros que
se mantienen durante decenas de años, donde vemos que ni el imperialismo los
puede vencer con todo su potencial bélico, ni las guerrillas o grupos terroristas
pueden vencer a los estados. Preciso es
reconocer que la mayoría de las veces la firma de la paz en zonas beligerantes ha sido debido a la presión de las
movilizaciones de las masas que han acumulado cada vez más poder y han empujado
a ambas partes a la necesidad de buscar medidas No Violentas que ponga las
bases para un modelo democrático que sea asumido por todos, lo que demuestra a su vez, que ambas partes tendrán que ceder en sus
posiciones que impidan las aspiraciones legítimas de todos los ciudadanos por
igual, sean partidarios del Federalismo, de la Independencia o del Estado Único,
para que sea el pueblo, a través de los votos, quien nos saque de tamaño
atolladero. Si se le niega la
posibilidad de realizarlo mediante los votos, de forma democrática, las masas
se verán forzadas a buscar el mecanismo de
la fuerza, a través de la lucha de masas utilizando los métodos de la No
Violencia.
Algunos analistas
plantean que si el sistema capitalista goza de algunos apoyos en Europa, es
debido mayormente a la ceguera, cobardía, pesimismo, estupidez y falta de
perspectivas, programas y tácticas, de los dirigentes de la izquierda, que con
sus sectarismos, divisionismos, oportunismo e incapacidad para marchar hacia la
unidad, pueden prolongar esta agonía
larga a la que se encamina el sistema capitalista, con un sufrimiento enorme
para las masas.
Debido al período de
desorientación de los dirigentes de la izquierda reformista y a la decadencia de la clase dominante, ambo
sectores se han fundido con el aparato del estado, confundiendo o utilizando la
democracia burguesa actual, que poco se diferencia de la llamada “democracia
orgánica”, con la verdadera democracia a la que aspira la clase trabajadora,
que es la clase mayoritaria y por tanto, la que tendría que ser la “clase
dominante natural” y no la burguesía que solamente defiende los intereses de
una pequeña minoría que no ha sido elegida por nadie, que ordena desde los
despachos de los grandes grupos financieros la política que sus administradores
gobernantes se ven obligados a aplicar. Millones de votantes han saludado con ilusión
la entrada en el Parlamento de las fuerzas emergentes y esperan un cambio más
favorable hacia los intereses de los menos favorecidos y si no lo perciben podrían pasar a la acción reivindicativa para
conseguir mejoras sociales y laborales.
Muchos capitalistas y
algunos de sus estrategas entienden bastante mejor que los dirigentes de la
izquierda, el período al que se enfrenta el sistema, debido a las fuerzas
potenciales latentes en lo más profundo de la clase trabajadora, que no aparece
todavía por la superficie pero que está acumulando presión en la toma de
conciencia de las masas, debido a tanto abuso,
recorte, paro, miseria, desolación y frustración que estamos sufriendo.
La perplejidad e incertidumbre que rezuman algunos editoriales de periódicos
especializados, así como los tertulianos de Radio y Televisión, expresan los
malos presentimientos ante los futuros enfrentamientos inevitables, que se
tendrán que producir entre el mundo del trabajo y el mundo del capital, no solo
en el Estado español, sino en todos y cada uno de los países capitalistas.
Durante los últimos
años se han ido acumulando cada vez más
contradicciones, siendo las principales las que existen entre el poderío
potencial de la clase obrera y la pérdida política de peso en las instituciones,
que se venía poniendo en duda con rases como “no nos representan” “democracia
real ya” y otras expresiones, así como con la pregunta: ¿Cuántos obreros hay en las Cortes
Generales y el resto de las estructuras principales del Estado, como son
Comunidades Autónomas y Ayuntamientos? El sabio voto del pueblo ha empezado a
corregir esas anomalías le pese a quien le pese, enviando al parlamento a gente
normal y no solamente a la “burguesía encorbatada”
Existen concretamente
amplias posibilidades objetivas para la transformación socialista de la
sociedad y la superación del capitalismo, cuyo modelo ha fenecido, como feneció
el estalinismo mucho antes de su derrocamiento corroído por sus propias
contradicciones e injusticias internas.
Las oleadas de luchas que vivimos durante los últimos años, que convulsionaron a una cadena interminable
de países en el Norte de África, Latinoamérica, Europa y en el mundo entero,
van a poner cada vez con más asiduidad e insistencia a prueba a las
organizaciones tradicionales del movimiento obrero. Desde el interior de sus filas, entre los
jóvenes trabajadores, entre los mejores luchadores de la clase obrera, están
surgiendo los nuevos dirigentes que defienden posiciones genuinamente
socialistas con bases en la filosofía del materialismo dialéctico,
fortaleciendo corrientes de izquierdas que obligarán a giros en líneas de clase
y si no lo hacen las direcciones
actuales serán reemplazadas por otras más frescas y vigorosas, porque bajo el
capitalismo no hay salida y como decían los clásicos, fuera del movimiento
obrero de masas, no se podrá construir
nada que resista la fuerza de los acontecimientos, porque no nos queda otro
camino que la lucha firme y consciente en esta difícil situación de equilibrio
de la que tenemos que confiar en que la única salida válida tiene que venir del
mundo del trabajo, que es la fuerza llamada a construir una sociedad nueva, una
sociedad socialista, “de seres humanos libres, justos, honrados e inteligentes”
como gustaba decir a Pablo Iglesias.
¡¡ÚNETE A LA LUCHA
POR UN MUNDO MEJOR, PORQUE OTRO MUNDO ES POSIBLE, PERO CON EL GENUINO
SOCIALISMO¡¡¡
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