27 de mayo de 2015

POR UNA ESTRATEGIA Y UNA TÁCTICA CORRECTAS COMO GARANTÍA DE FUTURO.


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La estrategia debe ser para una dirección socialista que quiera superar el capitalismo como una ciencia que necesitamos dominar correctamente, de ahí lo de denominar al materialismo dialéctico como socialismo científico, en contra posición a la socialdemocracia que se auto-limita y se mantiene dentro de los márgenes del sistema capitalista. La táctica debemos considerarla más bien como un arte: El arte de construir la herramienta, es decir, la organización, el Partido y los Sindicatos, que puedan ser utilizados con éxito por la clase trabajadora para la transformación social, dado que el socialismo, entendemos que no lo puede construir una élite, por muy formada o por mucha teoría que tenga acumulada, sino que siguiendo al clásico “la emancipación de la clase trabajadora será obra de la propia clase o no será”.

Cualquier partido, grupo, corriente u organización que se reclame del movimiento obrero, debe tener en cuenta tanto la teoría como sobre todo la práctica, intentando cometer el menor número de errores o estar dispuestos a rectificarlos lo antes posible, en caso de que se produzcan éstos, si pretende dirigir con éxito la lucha de la clase trabajadora para construir un mundo mejor, un genuino socialismo, solidario, democrático y libre.

Nosotros desde Izquierda Socialista, como corriente interna del PSOE, que nos basamos en el materialismo dialéctico para aproximarnos a la actualidad y a la historia,  tenemos en cuenta un riguroso análisis de la realidad que enfoque la situación con las perspectivas adecuadas,  una estrategia y una táctica lo más acertada posible y un  método compañero para debatir y confrontar las ideas.  Pero lo que para nosotros es una “estrategia global” para la transformación socialista de la sociedad, es decir, el programa a aplicar en cada momento para superar el capitalismo, para la burguesía es otra cosa, pues ellos llaman “estrategia” a las estratagemas, los engaños y las mentiras para producir o mantener el proceso de “alienación mental” que dificulte el proceso molecular de toma de conciencia de la clase trabajadora, que nos convierta de clase en sí, en clase para si,  o al menos lo retrase lo más posible en base a sus subterfugios, las distorsiones, las mentiras y demás procedimientos que utiliza la clase dominante con el enorme aparato de propaganda y comunicación a su servicio que actúan como auténticos mercenarios al servicio del capital. 

Cada vez que nos enfrentamos a los debates o a cualquier otra deliberación dentro del Partido, analizamos democráticamente entre el colectivo que componemos los adheridos a nuestra corriente, qué análisis hacemos de la cuestión a debate y presentamos nuestras alternativas, incluso incluyendo en ello, si es preciso, enmiendas a la totalidad con un programa alternativo.  La producción de documentos y análisis que efectuamos como colectivo, para que represente la voz de los organismos que lo emitan, es preciso someterlos previamente debate en el seno del partido y darle luego publicidad en las redes y remitirlos a los adheridos, abriendo desde el inicio del proceso el debate participativo y democrático a todo el que ha querido adherirse a nuestra corriente. Los documentos asumidos democráticamente desde cada organismo, asamblea y congreso en cada nivel, permanecen vigentes hasta que otro acto posterior al mismo nivel los ratifique o rectifique.  

En cuanto a las cuestiones tácticas, aunque algunos piensan que es una cuestión secundaria, para nosotros es también fundamental, porque de ella depende una saludable democracia interna y una defensa a ultranza de la libertad de expresión, que siempre son derechos ganados con la lucha y el debate que están en peligro, por lo cual tenemos que defenderlos de forma permanente, tanto dentro como fuera del Partido y los Sindicatos de clase.  La táctica es más bien el camino que hemos de recorrer para llevar a cabo nuestra “estrategia global” que es el SOCIALISMO DEMOCRÁTICO.   Esta táctica consiste en aprovechar tanto dentro del Partido como fuera del mismo, las oportunidades que nos ofrece la lucha para presentar los proyectos y propuestas que van en consonancia con el socialismo científico que defendemos y a los principios de la ética socialista de “honradez y firmeza” que nos enseñaron los clásicos encabezados por Pablo Iglesias, pero también Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Largo Caballero y otros muchos luchadores que batallaron por conseguir el socialismo.

La táctica que llevamos a cabo es un modelo abierto, respetuoso con las distintas corrientes y sensibilidades del movimiento obrero, para fraguar alianzas que nos hagan avanzar hacia el socialismo marxista, por lo que mantenemos el debate en la fase actual de lucha ideológica, contra los capitalistas y sus defensores del modelo liberal burgués, en primer lugar, pero también  dialogamos, debatimos, confrontamos y acordamos cuestiones puntuales con la socialdemocracia,  pero consideramos que este modelo ha sucumbido ante las presiones del capital, y por tanto, luchamos por un giro a la izquierda en dirección al genuino socialismo.

En nuestros debates rechazamos y combatimos tanto los oportunismos y desviaciones que debilitan al partido y les hace girar a la derecha, como los sectarismos, sobre todo en los grupos y corrientes que pululan en el panorama político, junto con posiciones diferenciadas que tenemos en las tácticas sindicales, porque luchamos, como trabajadores que somos, dentro de los sindicatos, por un sindicalismo democrático, de combate y de clase, que unifique y extienda los conflictos obreros, dando una batalla firme y consecuente contra los despidos y el cierre de empresas, porque la fase del sindicalismo de pactos y consensos está totalmente agotada. 

Estamos llevando a cabo colaboraciones y debates también con compañeros de otras formaciones, porque defendemos la necesidad de buscar la unidad del movimiento obrero pero respetando y defendiendo el derecho a la formación de corrientes diferenciadas;   asimismo nuestra táctica flexible nos permite tener compañeros socialistas marxistas que están afiliados a UGT, a CCOO, a CGT, al S.E. y otros sindicatos, asimismo colaboramos con ONGs y organizaciones sin ánimo de lucro como por ejemplo, la Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels, Tribuna Socialista, Socialistas de Izquierdas o  con  asociaciones y colectivos en lucha, apoyando a los Comités de Parados, etc,  que actúan como verdaderos militantes en sus asociaciones y sindicatos al que libre y voluntariamente quieran afiliarse, pero hay compañeros que prefieren todavía mantener la lucha en el plano sindical y esperan mejores ocasiones para dar el paso político, porque recelan de las direcciones actuales, que por supuesto, en nuestra táctica entra el proyecto de formarnos, fortalecernos para cambiarlas democráticamente cuando consigamos la mayoría.

Aunque el PSOE acaba de cumplir este 2 de Mayo los 136 años de historia, la época reciente después de la larga noche de la dictadura la contamos desde el XXVII Congreso del PSOE, que fue el último que democráticamente, los delegados, elegidos entonces directamente por las agrupaciones locales, defendieron un programa socialista marxista, junto con las Juventudes Socialistas. También nuestra táctica consiste en devolver la democracia a las Agrupaciones de Base, eliminando el proceso en segundo y tercer grado que convierten las elecciones de enmiendas, programas y cargos en “democracia orgánica”, que desvirtúa en gran manera las aspiraciones de las bases.  Este es otro de los factores tácticos, además del “estratégico-programático” que nos empujó a   declararnos como corriente Izquierda Socialista, reconocida por los Estatutos del Partido, cuyo resumen de la “Historia Breve de la corriente” (1) está a disposición de los afiliados y simpatizantes que lo soliciten y que se les  remite para conocimiento de los que se adhieren a la corriente o están interesados en conocer más a fondo nuestra trayectoria de lucha.

Continuando con la cuestión táctica, la tarea fundamental es fortalecer la corriente teniendo siempre preparada la alternativa, para cuando contando con el número suficiente de votos, podamos sacar adelante nuestros proyectos democráticos de genuino socialismo, para construir una dirección firme que lleve a la clase trabajadora a la toma del poder, que es el verdadero objetivo de un partido de izquierdas, pero consideramos que necesitamos tejer alianzas y coaliciones con las izquierdas, rechazando los pactos con la burguesía.

Esto es hoy más necesario que nunca y no es una utopía como nos siguen repitiendo los burgueses, anzuelo que han tragado algunos compañeros que se definen como “socialdemócratas moderados” e incluso socialistas (gradualistas), que siempre dejan la defensa de los ideales para mañana o mejor pasado mañana.   Nuestra corriente I.S. estima que el sistema burgués de producción ha dejado de jugar un papel de progreso a escala histórica y necesita una transformación profunda en base a la democracia participativa y autogestionada. El modelo liberal burgués ha entrado en una decadencia y corrupción que lo corroe y amenaza con arrastrar a la clase trabajadora y al resto de la humanidad, a un descenso calamitoso de los niveles de vida, que podría llevarnos al caos, al destruir las conquistas que la civilización humana ha alcanzado, como venimos sufriendo desde el inicio de la crisis que estalló en 2007/8.

Esta terrible situación de ataques del capitalismo a las condiciones de vida del movimiento obrero está produciendo una incipiente rebelión que irá en aumento, rechazando la podredumbre “intelectual y material” que la sacudida de la crisis estructural del caduco sistema capitalista ha producido en la conciencia de millones de trabajadores y oprimidos en los cinco continentes, que pone sobre la mesa, de manera apremiante las tareas de la unificación y reorganización de las fuerzas del movimiento obrero para avanzar en la construcción del socialismo y, sobre todo, de una dirección adecuada que lleve a cabo la tarea fundamental de orientar y dirigir a las masas.

Nadie pone ya en duda que las condiciones objetivas para la necesaria transformación social están madurando aceleradamente, como estamos comprobando por los estallidos sociales, el movimiento de las Mareas de todos los colores, las huelgas estudiantiles y de padres, madres y profesores, la sanidad en lucha, el transporte, la minería, que con tanta indignación surgió hace cuatro años en el 15-M y que ahora se expresa en movimientos políticos como Podemos y otros, no solo aquí sino en todos los continentes lo que es ya una realidad inapelable. Todo esto podemos entenderlo como un preludio de los procesos más profundos y extensos que se van a dar en los próximos períodos, dado que el capitalismo no ofrece salidas a las cuestiones sociales.

Nuestra corriente Izquierda Socialista de Málaga,  como defensores del análisis y el programa marxista, junto a otros colectivos en distintas zonas del Estado,  hemos venido defendiendo que la clase obrera aprende y a veces rápido, a través de su experiencia, de la explotación que sufre, de los recortes de nuestros derechos y que, por lo tanto, los grandes acontecimientos y cambios bruscos, van  a producir un aceleramiento de su proceso molecular de toma de conciencia porque, como se ha demostrado en las elecciones del 24-M, se ha pasado una tercera fase de “politicación creciente”, tras el proceso de “polarización” y “radicalización”,  en líneas de clase que ya se dieron, como han reflejado los movimientos como el 15-M, el 25-S.  22-M,  donde millones de trabajadores realizaron la marcha de la “Dignidad”  sobre Madrid, las enormes concentraciones en la Puerta del Sol y las 17 huelgas de los jóvenes, dirigidos por el Sindicato de Estudiantes, en defensa de una Enseñanza pública y de calidad para los hijos de los trabajadores, coronado todo ese proceso con el giro a la izquierda que reflejan los votantes de las municipales y autonómicas celebradas el 24 de Mayo.

El proceso de fortalecimiento de las corrientes internas, desde donde pueden surgir alternativas, es el mismo proceso de construcción de los partidos de la izquierda, como la experiencia histórica nos enseña, desde la I Internacional, la II, la III y la IV, todas ellas fracasadas en el intento de construir el socialismo hasta ahora, pero el socialismo ya no es una utopía, sino que se ha convertido en una necesidad, por lo que la lucha tiene que continuar.  El fortalecimiento de la corriente adecuada es una tarea muy compleja que queda distorsionada por la madurez o la inmadurez objetiva de la sociedad en la que nos desenvolvemos, porque el modelo socialista debe plasmarse en unos valores casi siempre antagónicos a los que ofrece la lógica del capitalismo del lucro privado para unos pocos y explotación para la mayoría.

Dado el anterior auge del capitalismo hasta 2007, fecha en que estalló la crisis de sobreproducción,  desestabilizando las estructuras del sistema, junto a la debacle del estalinismo en la URSS, que degeneró el marxismo convirtiéndolo en contra-revolucionario, así como el fracaso de la socialdemocracia que se arrodilló y sometió a los dictados del “gobierno mundial en la sombra”, los ideales del socialismo marxista quedaron muy debilitados como fuerza política, que no era reconocido por las masas, que fueron embaucadas por los que ofrecían la utopía del socialismo dentro del capitalismo mediante reformas.

Pero una vez fracasaron todos los “paradigmas” de los sesudos economistas burgueses, que arrastró en su caída incluso a Keynes, último refugio teórico de los socialdemócratas, el socialismo marxista, democrático y solidario se está empezando a convertir en una fuerza política de masas, en un factor de gran envergadura que,  si es bien utilizado por las direcciones del movimiento obrero, en los niveles político, sindical y juvenil, puede aglutinar en no mucho espacio de tiempo, la fuerza potencial enorme de la que dispone la lucha de los trabajadores y como decía Engels, “lo que no ocurre en 20 años, puede ocurrir en 20 meses o incluso en 20 semanas”.

Para llevar a cabo las tareas importantes de ayudar a la construcción del socialismo, uno de los principales objetivos es seguir conquistando una sólida base teórica, que nos ofrezca una comprensión profunda de la naturaleza, la dinámica y los mecanismos internos y externos de la marcha de los acontecimientos, junto con una atención escrupulosa a los cambios y giros que se dan y se seguirán dando, en la lucha de clases,  producto de las contradicciones insalvable de la economía capitalista, las relaciones entre los distintos bloques imperialistas e incluso a la competencia feroz que la lógica del capitalismo obliga a los Estados, unos contra otros, y todos descargando sus costos contra los pobres y la clase obrera.

La teoría es importante, pero no para recrearnos en ellas como ratones de biblioteca, sino como una guía para la acción, con una táctica flexible pero adecuada y combativa, que sirva para educar a los militantes que están enraizados en el movimiento real de la clase trabajadora y la juventud, con el propósito de intervenir en la defensa de nuestra clase de acuerdo con las fuerzas con las que contemos.

En realidad, nunca ha seguido una línea recta el desarrollo del movimiento del socialismo marxista, porque la dialéctica opera en todos los campos, incluso más en estos de la actividad política, sindical, económica y cultural. El imperialismo utiliza enormes recursos para aplastarnos, dando por muerta la teoría marxista infinidad de veces, pero luego, como exclamaba Don Juan Tenorio en esa famosa obra “los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud”. También en la letra de una de sus canciones, J.M. Serrat dice aquello de “la clase trabajadora no se ha enterado que Marx está muerto y enterrado” (y sigue luchando pese a todos los impedimentos y leyes Mordazas que los capataces del capitalismo quieren imponer).  Aunque la cultura de la clase dominante, que a veces habría que llamarla “anti-cultura”,  pesa como una losa en la conciencia de las masas, que avanzan y retroceden siguiendo la política del “acordeón”, jugando la inercia un papel poderoso en los procesos sociales, pero como las olas del mar, pero, con sus mareas de pleamar y bajamar, nunca se detienen.

La burguesía afila su aparato legal y material para poder reprimir las luchas, pero ninguna fuerza represiva podrá evitar la presión que ejercerán las masas cuando empiecen una oleada de luchas y huelgas creciente, que subirá como la marea, que provocará una fuerte diferenciación interna en las organizaciones políticas y sindicales, donde se abrirán posibilidades de un desarrollo rápido de las fuerzas de izquierdas y de las corrientes internas que servirán,  para sustituir a las direcciones viejas que estén gastadas y desprestigiadas ante los ojos de los trabajadores. Eso ha ocurrido ya varias veces en la historia y volverá a ocurrir cuando se produzca el proceso de aceleramiento de la  “politización masiva”, que se ha iniciado como hemos comentado anteriormente, al igual que ocurrió en los años 70, en los años 30 y en otras épocas históricas de la constante e inevitable lucha entre clases.

Lo importante es tener confianza en el movimiento obrero que es nuestra verdadera palanca del cambio, aunque tengamos recelos y seamos críticos con nuestras direcciones, porque las direcciones de los Partidos, de hecho se equivocan y solamente es posible hacerles rectificar si conseguimos llevarlo a cabo democráticamente desde el interior, ofreciendo alternativas y cambiando tanto de programa, haciendo girar hacia la izquierda, (como antes otros le dieron el giro a la derecha), pero para ello, no solo basta el programa, sino una dirección alternativa y sobre todo, la fortaleza de los votos para ganar la mayoría.  Esta es la táctica democrática por la que venimos apostando, aunque otros compañeros puedan pensar que existen otros mecanismos, pero son divisionistas, porque se juntan unos cuantos y forman tropecientos partidos que luego se quedan en aguas de borrajas, siendo arrastrado a la nada por el torbellino de la historia, porque no se improvisa una corriente o un verdadero partido socialista marxista de masas, con unos cuantos sectarios que, al radicalizarse,  piensan en ideas utópicas del guerrillerismo o caen en el infructuoso camino a ninguna parte del “terrorismo individual”, tácticas probadas por la historia, con escasos resultados, siendo admirable la heroicidad de, por ejemplo, “el Che” y otros muchos que jugaron la última partida triunfal en ese campo, porque el imperialismo aprendió a ser asesino en serie y criminal sin contemplaciones.

La forma en que nuestra corriente trata todos y cada uno de los temas que aborda, por muy difíciles y espinosos que nos parezcan, con la intención de superar las dificultades, es mediante el método democrático, respetuoso, tolerante y compañero con que abordamos los debates, las polémicas, las discusiones y los análisis, que por difíciles que parezcan, las podemos convertir en una potente escuela para educarnos y fortalecernos como corriente, que es lo mismo que fortalecer una de las más potentes organizaciones de los trabajadores, el PSOE, que junto a Podemos, a Izquierda Unida y otros grupos, incorporando a los sindicatos de clase, fundamentalmente UGT y CCOO, debemos plantear  una táctica unitaria de Frente Único de clase, en defensa de un genuino programa socialista, debatido y  asumido desde la base por la mayoría de la clase trabajadora, invitando a este debate de unidad en la acción a todos los demás partidos y sindicatos que estén por el verdadero cambio social y superación del actual modelo capitalista, corrupto y degenerado, para que podamos confluir todos, con esta táctica de unidad, que seria asumida y defendida con júbilo por el movimiento obrero mayoritario, para tumbar entre todos al PP y a sus defensores en el menor plazo de tiempo posible y abrir las “alamedas del socialismo por donde camine el hombre libre”.

Estos son algunos de los puntos que aporto al debate sobre la “táctica” de la unidad del movimiento obrero, que tantos grupúsculos pregonan y tan pocos practican. En resumen consideramos que SI se puede luchar por un mundo mejor, por el genuino socialismo, pero debemos acumular fuerzas y tener paciencia para ganarnos a la mayoría de los trabajadores, en un debate basado en datos, cifras y argumentos,  para que defendamos nosotros mismos el programa transformador que la humanidad está necesitando.

Como hemos repetido muchas veces, consideramos que existe una alternativa para utilizar toda la fuerza potencial de las masas, toda la creatividad maravillosa de la juventud y de los trabajadores que es capaz de desarrollar el género humano colectivamente en base a los adelantos de la ciencia, la tecnología y la capacidad de utilizar las fuerzas productivas en beneficio de la mayoría que es la clase trabajadora, para un reparto justo de los frutos de la producción.

 Esa alternativa se llama SOCIALISMO, pero socialismo genuino, democrático, participativo, laico, científico, federal, republicano y de clase, por el que merece la pena luchar para la conquista de una sociedad de seres humanos “libres, justos, honrados e inteligentes”, objetivo por el que los trabajadores iniciaron la lucha e incluso dejaron sus vidas por los ideales de una nueva sociedad verdaderamente socialista, que ponga la economía bajo control democrático de la población, de forma planificada,  armoniosa y científica en beneficio de la clase trabajadora y de toda la humanidad, porque el socialismo es Internacionalista o no es nada.  

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(1)  Si quieres recibir ese documento o la Ponencia Marco aprobada en la Conferencia-Asamblea de Montilla del 28-F, solicítala a:
                ispsoeandalucia.malaga@gmail.com





1 comentario:

  1. salvador sanchez gutierrez27 de mayo de 2015, 9:35

    Tenemos y debemos de trabajar no mucho, sino siempre, no correr mucho y pensar que ya estamos en meta, nunca se a de llegar, toda la confianza, mientra se la merezca al secretario general, el camino hace al ser.

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