La estrategia debe ser
para una dirección socialista que quiera superar el capitalismo como una
ciencia que necesitamos dominar correctamente, de ahí lo de denominar al
materialismo dialéctico como socialismo científico, en contra posición a la
socialdemocracia que se auto-limita y se mantiene dentro de los márgenes del
sistema capitalista. La táctica debemos considerarla más bien como un arte: El
arte de construir la herramienta, es decir, la organización, el Partido y los
Sindicatos, que puedan ser utilizados con éxito por la clase trabajadora para
la transformación social, dado que el socialismo, entendemos que no lo puede
construir una élite, por muy formada o por mucha teoría que tenga acumulada,
sino que siguiendo al clásico “la emancipación de la clase trabajadora será
obra de la propia clase o no será”.
Cualquier partido,
grupo, corriente u organización que se reclame del movimiento obrero, debe
tener en cuenta tanto la teoría como sobre todo la práctica, intentando cometer
el menor número de errores o estar dispuestos a rectificarlos lo antes posible,
en caso de que se produzcan éstos, si pretende dirigir con éxito la lucha de la
clase trabajadora para construir un mundo mejor, un genuino socialismo,
solidario, democrático y libre.
Nosotros desde
Izquierda Socialista, como corriente interna del PSOE, que nos basamos en el
materialismo dialéctico para aproximarnos a la actualidad y a la historia, tenemos en cuenta un riguroso análisis de la
realidad que enfoque la situación con las perspectivas adecuadas, una estrategia y una táctica lo más acertada
posible y un método compañero para
debatir y confrontar las ideas. Pero lo
que para nosotros es una “estrategia global” para la transformación socialista
de la sociedad, es decir, el programa a aplicar en cada momento para superar el
capitalismo, para la burguesía es otra cosa, pues ellos llaman “estrategia” a
las estratagemas, los engaños y las mentiras para producir o mantener el
proceso de “alienación mental” que dificulte el proceso molecular de toma de
conciencia de la clase trabajadora, que nos convierta de clase en sí, en clase
para si, o al menos lo retrase lo más
posible en base a sus subterfugios, las distorsiones, las mentiras y demás
procedimientos que utiliza la clase dominante con el enorme aparato de
propaganda y comunicación a su servicio que actúan como auténticos mercenarios
al servicio del capital.
Cada vez que nos
enfrentamos a los debates o a cualquier otra deliberación dentro del Partido,
analizamos democráticamente entre el colectivo que componemos los adheridos a
nuestra corriente, qué análisis hacemos de la cuestión a debate y presentamos
nuestras alternativas, incluso incluyendo en ello, si es preciso, enmiendas a
la totalidad con un programa alternativo. La producción de documentos y análisis que
efectuamos como colectivo, para que represente la voz de los organismos que lo
emitan, es preciso someterlos previamente debate en el seno del partido y darle
luego publicidad en las redes y remitirlos a los adheridos, abriendo desde el
inicio del proceso el debate participativo y democrático a todo el que ha
querido adherirse a nuestra corriente. Los documentos asumidos democráticamente
desde cada organismo, asamblea y congreso en cada nivel, permanecen vigentes
hasta que otro acto posterior al mismo nivel los ratifique o rectifique.
En cuanto a las
cuestiones tácticas, aunque algunos piensan que es una cuestión secundaria,
para nosotros es también fundamental, porque de ella depende una saludable
democracia interna y una defensa a ultranza de la libertad de expresión, que
siempre son derechos ganados con la lucha y el debate que están en peligro, por
lo cual tenemos que defenderlos de forma permanente, tanto dentro como fuera
del Partido y los Sindicatos de clase.
La táctica es más bien el camino que hemos de recorrer para llevar a
cabo nuestra “estrategia global” que es el SOCIALISMO DEMOCRÁTICO. Esta táctica consiste en aprovechar tanto
dentro del Partido como fuera del mismo, las oportunidades que nos ofrece la
lucha para presentar los proyectos y propuestas que van en consonancia con el
socialismo científico que defendemos y a los principios de la ética socialista
de “honradez y firmeza” que nos enseñaron los clásicos encabezados por Pablo
Iglesias, pero también Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Largo Caballero y otros
muchos luchadores que batallaron por conseguir el socialismo.
La táctica que llevamos
a cabo es un modelo abierto, respetuoso con las distintas corrientes y
sensibilidades del movimiento obrero, para fraguar alianzas que nos hagan
avanzar hacia el socialismo marxista, por lo que mantenemos el debate en la
fase actual de lucha ideológica, contra los capitalistas y sus defensores del
modelo liberal burgués, en primer lugar, pero también dialogamos, debatimos, confrontamos y
acordamos cuestiones puntuales con la socialdemocracia, pero consideramos que este modelo ha
sucumbido ante las presiones del capital, y por tanto, luchamos por un giro a
la izquierda en dirección al genuino socialismo.
En nuestros debates
rechazamos y combatimos tanto los oportunismos y desviaciones que debilitan al
partido y les hace girar a la derecha, como los sectarismos, sobre todo en los
grupos y corrientes que pululan en el panorama político, junto con posiciones
diferenciadas que tenemos en las tácticas sindicales, porque luchamos, como
trabajadores que somos, dentro de los sindicatos, por un sindicalismo
democrático, de combate y de clase, que unifique y extienda los conflictos
obreros, dando una batalla firme y consecuente contra los despidos y el cierre
de empresas, porque la fase del sindicalismo de pactos y consensos está
totalmente agotada.
Estamos llevando a cabo
colaboraciones y debates también con compañeros de otras formaciones, porque
defendemos la necesidad de buscar la unidad del movimiento obrero pero
respetando y defendiendo el derecho a la formación de corrientes diferenciadas;
asimismo nuestra táctica flexible nos permite
tener compañeros socialistas marxistas que están afiliados a UGT, a CCOO, a
CGT, al S.E. y otros sindicatos, asimismo colaboramos con ONGs y organizaciones
sin ánimo de lucro como por ejemplo, la Fundación de Estudios Socialistas
Federico Engels, Tribuna Socialista, Socialistas de Izquierdas o con asociaciones y colectivos en lucha, apoyando a
los Comités de Parados, etc, que actúan
como verdaderos militantes en sus asociaciones y sindicatos al que libre y voluntariamente
quieran afiliarse, pero hay compañeros que prefieren todavía mantener la lucha
en el plano sindical y esperan mejores ocasiones para dar el paso político,
porque recelan de las direcciones actuales, que por supuesto, en nuestra
táctica entra el proyecto de formarnos, fortalecernos para cambiarlas
democráticamente cuando consigamos la mayoría.
Aunque el PSOE acaba de
cumplir este 2 de Mayo los 136 años de historia, la época reciente después de
la larga noche de la dictadura la contamos desde el XXVII Congreso del PSOE, que
fue el último que democráticamente, los delegados, elegidos entonces
directamente por las agrupaciones locales, defendieron un programa socialista
marxista, junto con las Juventudes Socialistas. También nuestra táctica
consiste en devolver la democracia a las Agrupaciones de Base, eliminando el
proceso en segundo y tercer grado que convierten las elecciones de enmiendas,
programas y cargos en “democracia orgánica”, que desvirtúa en gran manera las
aspiraciones de las bases. Este es otro
de los factores tácticos, además del “estratégico-programático” que nos empujó
a declararnos como corriente Izquierda
Socialista, reconocida por los Estatutos del Partido, cuyo resumen de la
“Historia Breve de la corriente” (1) está a disposición de los afiliados y simpatizantes
que lo soliciten y que se les remite
para conocimiento de los que se adhieren a la corriente o están interesados en
conocer más a fondo nuestra trayectoria de lucha.
Continuando con la
cuestión táctica, la tarea fundamental es fortalecer la corriente teniendo
siempre preparada la alternativa, para cuando contando con el número suficiente
de votos, podamos sacar adelante nuestros proyectos democráticos de genuino
socialismo, para construir una dirección firme que lleve a la clase trabajadora
a la toma del poder, que es el verdadero objetivo de un partido de izquierdas,
pero consideramos que necesitamos tejer alianzas y coaliciones con las
izquierdas, rechazando los pactos con la burguesía.
Esto es hoy más
necesario que nunca y no es una utopía como nos siguen repitiendo los
burgueses, anzuelo que han tragado algunos compañeros que se definen como “socialdemócratas
moderados” e incluso socialistas (gradualistas), que siempre dejan la defensa
de los ideales para mañana o mejor pasado mañana. Nuestra corriente I.S. estima que el sistema
burgués de producción ha dejado de jugar un papel de progreso a escala
histórica y necesita una transformación profunda en base a la democracia
participativa y autogestionada. El modelo liberal burgués ha entrado en una
decadencia y corrupción que lo corroe y amenaza con arrastrar a la clase
trabajadora y al resto de la humanidad, a un descenso calamitoso de los niveles
de vida, que podría llevarnos al caos, al destruir las conquistas que la civilización
humana ha alcanzado, como venimos sufriendo desde el inicio de la crisis que
estalló en 2007/8.
Esta terrible situación
de ataques del capitalismo a las condiciones de vida del movimiento obrero está
produciendo una incipiente rebelión que irá en aumento, rechazando la
podredumbre “intelectual y material” que la sacudida de la crisis estructural
del caduco sistema capitalista ha producido en la conciencia de millones de
trabajadores y oprimidos en los cinco continentes, que pone sobre la mesa, de
manera apremiante las tareas de la unificación y reorganización de las fuerzas
del movimiento obrero para avanzar en la construcción del socialismo y, sobre
todo, de una dirección adecuada que lleve a cabo la tarea fundamental de orientar
y dirigir a las masas.
Nadie pone ya en duda
que las condiciones objetivas para la necesaria transformación social están
madurando aceleradamente, como estamos comprobando por los estallidos sociales,
el movimiento de las Mareas de todos los colores, las huelgas estudiantiles y
de padres, madres y profesores, la sanidad en lucha, el transporte, la minería,
que con tanta indignación surgió hace cuatro años en el 15-M y que ahora se
expresa en movimientos políticos como Podemos y otros, no solo aquí sino en
todos los continentes lo que es ya una realidad inapelable. Todo esto podemos
entenderlo como un preludio de los procesos más profundos y extensos que se van
a dar en los próximos períodos, dado que el capitalismo no ofrece salidas a las
cuestiones sociales.
Nuestra corriente Izquierda
Socialista de Málaga, como defensores
del análisis y el programa marxista, junto a otros colectivos en distintas
zonas del Estado, hemos venido
defendiendo que la clase obrera aprende y a veces rápido, a través de su
experiencia, de la explotación que sufre, de los recortes de nuestros derechos
y que, por lo tanto, los grandes acontecimientos y cambios bruscos, van a producir un aceleramiento de su proceso molecular
de toma de conciencia porque, como se ha demostrado en las elecciones del 24-M,
se ha pasado una tercera fase de “politicación creciente”, tras el proceso de
“polarización” y “radicalización”, en
líneas de clase que ya se dieron, como han reflejado los movimientos como el 15-M,
el 25-S. 22-M, donde millones de trabajadores realizaron la
marcha de la “Dignidad” sobre Madrid,
las enormes concentraciones en la Puerta del Sol y las 17 huelgas de los
jóvenes, dirigidos por el Sindicato de Estudiantes, en defensa de una Enseñanza
pública y de calidad para los hijos de los trabajadores, coronado todo ese
proceso con el giro a la izquierda que reflejan los votantes de las municipales
y autonómicas celebradas el 24 de Mayo.
El proceso de
fortalecimiento de las corrientes internas, desde donde pueden surgir
alternativas, es el mismo proceso de construcción de los partidos de la
izquierda, como la experiencia histórica nos enseña, desde la I Internacional,
la II, la III y la IV, todas ellas fracasadas en el intento de construir el
socialismo hasta ahora, pero el socialismo ya no es una utopía, sino que se ha
convertido en una necesidad, por lo que la lucha tiene que continuar. El fortalecimiento de la corriente adecuada
es una tarea muy compleja que queda distorsionada por la madurez o la inmadurez
objetiva de la sociedad en la que nos desenvolvemos, porque el modelo socialista
debe plasmarse en unos valores casi siempre antagónicos a los que ofrece la
lógica del capitalismo del lucro privado para unos pocos y explotación para la
mayoría.
Dado el anterior auge
del capitalismo hasta 2007, fecha en que estalló la crisis de sobreproducción, desestabilizando las estructuras del sistema,
junto a la debacle del estalinismo en la URSS, que degeneró el marxismo
convirtiéndolo en contra-revolucionario, así como el fracaso de la socialdemocracia
que se arrodilló y sometió a los dictados del “gobierno mundial en la sombra”,
los ideales del socialismo marxista quedaron muy debilitados como fuerza
política, que no era reconocido por las masas, que fueron embaucadas por los
que ofrecían la utopía del socialismo dentro del capitalismo mediante reformas.
Pero una vez fracasaron
todos los “paradigmas” de los sesudos economistas burgueses, que arrastró en su
caída incluso a Keynes, último refugio teórico de los socialdemócratas, el
socialismo marxista, democrático y solidario se está empezando a convertir en
una fuerza política de masas, en un factor de gran envergadura que, si es bien utilizado por las direcciones del
movimiento obrero, en los niveles político, sindical y juvenil, puede aglutinar
en no mucho espacio de tiempo, la fuerza potencial enorme de la que dispone la
lucha de los trabajadores y como decía Engels, “lo que no ocurre en 20 años,
puede ocurrir en 20 meses o incluso en 20 semanas”.
Para llevar a cabo las
tareas importantes de ayudar a la construcción del socialismo, uno de los
principales objetivos es seguir conquistando una sólida base teórica, que nos
ofrezca una comprensión profunda de la naturaleza, la dinámica y los mecanismos
internos y externos de la marcha de los acontecimientos, junto con una atención
escrupulosa a los cambios y giros que se dan y se seguirán dando, en la lucha
de clases, producto de las
contradicciones insalvable de la economía capitalista, las relaciones entre los
distintos bloques imperialistas e incluso a la competencia feroz que la lógica
del capitalismo obliga a los Estados, unos contra otros, y todos descargando
sus costos contra los pobres y la clase obrera.
La teoría es
importante, pero no para recrearnos en ellas como ratones de biblioteca, sino
como una guía para la acción, con una táctica flexible pero adecuada y
combativa, que sirva para educar a los militantes que están enraizados en el
movimiento real de la clase trabajadora y la juventud, con el propósito de
intervenir en la defensa de nuestra clase de acuerdo con las fuerzas con las
que contemos.
En realidad, nunca ha seguido una
línea recta el desarrollo del movimiento del socialismo marxista, porque la
dialéctica opera en todos los campos, incluso más en estos de la actividad
política, sindical, económica y cultural. El imperialismo utiliza enormes
recursos para aplastarnos, dando por muerta la teoría marxista infinidad de
veces, pero luego, como exclamaba Don Juan Tenorio en esa famosa obra “los
muertos que vos matasteis, gozan de buena salud”. También en la letra de una de
sus canciones, J.M. Serrat dice aquello de “la clase trabajadora no se ha
enterado que Marx está muerto y enterrado” (y sigue luchando pese a todos los
impedimentos y leyes Mordazas que los capataces del capitalismo quieren
imponer). Aunque la cultura de la clase
dominante, que a veces habría que llamarla “anti-cultura”, pesa como una losa en la conciencia de las
masas, que avanzan y retroceden siguiendo la política del “acordeón”, jugando
la inercia un papel poderoso en los procesos sociales, pero como las olas del
mar, pero, con sus mareas de pleamar y bajamar, nunca se detienen.
La burguesía afila su
aparato legal y material para poder reprimir las luchas, pero ninguna fuerza
represiva podrá evitar la presión que ejercerán las masas cuando empiecen una
oleada de luchas y huelgas creciente, que subirá como la marea, que provocará
una fuerte diferenciación interna en las organizaciones políticas y sindicales,
donde se abrirán posibilidades de un desarrollo rápido de las fuerzas de
izquierdas y de las corrientes internas que servirán, para sustituir a las direcciones viejas que
estén gastadas y desprestigiadas ante los ojos de los trabajadores. Eso ha
ocurrido ya varias veces en la historia y volverá a ocurrir cuando se produzca
el proceso de aceleramiento de la
“politización masiva”, que se ha iniciado como hemos comentado anteriormente,
al igual que ocurrió en los años 70, en los años 30 y en otras épocas
históricas de la constante e inevitable lucha entre clases.
Lo importante es tener
confianza en el movimiento obrero que es nuestra verdadera palanca del cambio, aunque
tengamos recelos y seamos críticos con nuestras direcciones, porque las
direcciones de los Partidos, de hecho se equivocan y solamente es posible
hacerles rectificar si conseguimos llevarlo a cabo democráticamente desde el
interior, ofreciendo alternativas y cambiando tanto de programa, haciendo girar
hacia la izquierda, (como antes otros le dieron el giro a la derecha), pero
para ello, no solo basta el programa, sino una dirección alternativa y sobre
todo, la fortaleza de los votos para ganar la mayoría. Esta es la táctica democrática por la que
venimos apostando, aunque otros compañeros puedan pensar que existen otros
mecanismos, pero son divisionistas, porque se juntan unos cuantos y forman tropecientos
partidos que luego se quedan en aguas de borrajas, siendo arrastrado a la nada
por el torbellino de la historia, porque no se improvisa una corriente o un verdadero
partido socialista marxista de masas, con unos cuantos sectarios que, al
radicalizarse, piensan en ideas utópicas
del guerrillerismo o caen en el infructuoso camino a ninguna parte del
“terrorismo individual”, tácticas probadas por la historia, con escasos
resultados, siendo admirable la heroicidad de, por ejemplo, “el Che” y otros
muchos que jugaron la última partida triunfal en ese campo, porque el
imperialismo aprendió a ser asesino en serie y criminal sin contemplaciones.
La forma en que nuestra
corriente trata todos y cada uno de los temas que aborda, por muy difíciles y
espinosos que nos parezcan, con la intención de superar las dificultades, es
mediante el método democrático, respetuoso, tolerante y compañero con que
abordamos los debates, las polémicas, las discusiones y los análisis, que por
difíciles que parezcan, las podemos convertir en una potente escuela para
educarnos y fortalecernos como corriente, que es lo mismo que fortalecer una de
las más potentes organizaciones de los trabajadores, el PSOE, que junto a
Podemos, a Izquierda Unida y otros grupos, incorporando a los sindicatos de clase,
fundamentalmente UGT y CCOO, debemos plantear
una táctica unitaria de Frente Único de clase, en defensa de un genuino
programa socialista, debatido y asumido desde
la base por la mayoría de la clase trabajadora, invitando a este debate de unidad
en la acción a todos los demás partidos y sindicatos que estén por el verdadero
cambio social y superación del actual modelo capitalista, corrupto y degenerado,
para que podamos confluir todos, con esta táctica de unidad, que seria asumida
y defendida con júbilo por el movimiento obrero mayoritario, para tumbar entre
todos al PP y a sus defensores en el menor plazo de tiempo posible y abrir las
“alamedas del socialismo por donde camine el hombre libre”.
Estos son algunos de
los puntos que aporto al debate sobre la “táctica” de la unidad del movimiento
obrero, que tantos grupúsculos pregonan y tan pocos practican. En resumen
consideramos que SI se puede luchar por un mundo mejor, por el genuino
socialismo, pero debemos acumular fuerzas y tener paciencia para ganarnos a la
mayoría de los trabajadores, en un debate basado en datos, cifras y argumentos,
para que defendamos nosotros mismos el
programa transformador que la humanidad está necesitando.
Como hemos repetido
muchas veces, consideramos que existe una alternativa para utilizar toda la
fuerza potencial de las masas, toda la creatividad maravillosa de la juventud y
de los trabajadores que es capaz de desarrollar el género humano colectivamente
en base a los adelantos de la ciencia, la tecnología y la capacidad de utilizar
las fuerzas productivas en beneficio de la mayoría que es la clase trabajadora,
para un reparto justo de los frutos de la producción.
Esa alternativa se llama SOCIALISMO, pero socialismo genuino, democrático, participativo, laico, científico, federal,
republicano y de clase, por el que merece la pena luchar para la conquista de
una sociedad de seres humanos “libres, justos, honrados e inteligentes”,
objetivo por el que los trabajadores iniciaron la lucha e incluso dejaron sus
vidas por los ideales de una nueva sociedad verdaderamente socialista, que
ponga la economía bajo control democrático de la población, de forma planificada,
armoniosa y científica en beneficio de la
clase trabajadora y de toda la humanidad, porque el socialismo es
Internacionalista o no es nada.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
(1) Si quieres recibir ese documento o
la Ponencia Marco aprobada en la Conferencia-Asamblea de Montilla del 28-F,
solicítala a:
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
Tenemos y debemos de trabajar no mucho, sino siempre, no correr mucho y pensar que ya estamos en meta, nunca se a de llegar, toda la confianza, mientra se la merezca al secretario general, el camino hace al ser.
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