En este Comité Federal del PSOE, desde la
corriente de opinión Izquierda Socialista fuimos varios los que tomamos la
palabra. Andrés Perelló dedicó su turno a una lúcida crítica a los modos y
contenidos del TTIP y Beatriz Talegón concentró su intervención, dados los
minutos disponibles, en una crítica inteligente sobre cómo se incluyen
"independientes" en las listas electorales.
"Gracias, presidenta (del Comité
Federal).
Ciertamente, en Andalucía tenemos motivos
para sentirnos satisfechos por el resultado obtenido por el PSOE en las pasadas
elecciones autonómicas. La mayoría relativa conseguida por el Partido
Socialista en el parlamento andaluz supone un reconocimiento, a pesar de muchas
cosas, a lo que significa el PSOE para Andalucía, a toda una trayectoria de
construcción y defensa del Estado de bienestar, y a una acción de gobierno que
en estos años de crisis ha hecho frente a las políticas de la derecha, acción
-recuerdo- que en la legislatura que terminó fue de un gobierno de coalición
entre PSOE e IU, y que tuvo su fin como y por lo que todos sabemos.
La cuestión, ahora, es la siguiente: ¿por
dónde seguir? ¿Qué hacer ahora? Es la cuestión que obliga a considerar la
necesaria política de pactos. Porque hay que pactar, incluso en la tesitura de
"gobernar en solitario", pues harán falta acuerdos puntuales, con
unos o con otros, para sacar adelante las políticas del gobierno de la Junta de
Andalucía. Pero antes hay que resolver la investidura como presidenta de la
misma de Susana Díaz, nuestra secretaria general, y ello mismo supone algún
pacto para hacerla posible, aunque sea en segunda vuelta.
De todas formas, me permito expresar mis
reservas ante lo que se llama "geometría variable" en el ámbito
parlamentario, es decir, el pactar con unos u otros, a derecha e izquierda,
según coyunturas, cuestiones y posibilidad de mayoría. Ya hemos pasado por ahí
otras veces (etapa de Zapatero como presidente del gobierno de España). Y, la
verdad, veo difícil en las actuales circunstancias conseguir una acción de
gobierno coherente sometida a esos vaivenes que suponen fuertes obstáculos para
una acción transformadora de la realidad andaluza e, incluso, para lo que ha de
seguir siendo una resistencia activa frente a la ortodoxias neoliberales. Por
ello, insisto en pensar estrategias de alianzas, sea con partidos viejos o
nuevos, en la medida en que sea posible, para la estabilidad que necesita un
gobierno que tiene por delante una tarea bien compleja.
Esta cuestión de las alianzas necesarias
hay que llevarla a otros ámbitos y niveles, pues no son previsibles mayorías
absolutas tras elecciones autonómicas y municipales en mayo. Y debemos tener
presente que a lo largo de los 135 años de historia del PSOE siempre, en
congresos y órganos del partido siempre se ha planteado la cuestión de las
alianzas posibles o la política de pactos como elemento esencial de su acción
política. Basta pensar que los momentos de mayoría absoluta han sido
excepciones históricamente recientes. Lo que sí es cierto es que ante esa
cuestión hay que tener claro a qué tipo de pactos hay que abrir paso y a qué
otros pactos hay que cerrar el paso. Hay que abrir paso a pactos por la
izquierda y cerrar el paso a pactos con la derecha, una derecha que nos engulle
con su neoliberalismo si se pacta con ella.
Un ejemplo de pacto que no debe hacerse lo
tenemos en el último pacto antiterrorista firmado con el PP y en esta semana
aprobado en el Congreso. Mi opinión es que el llamado "pacto antiyihadista"
no debiera haberse hecho, como ya dije en otros ámbitos y aquí lo reitero. Ese
pacto, que ha llegado al término de su tramitación parlamentaria a la vez que
la "ley mordaza" y la reforma del código penal, aprobadas sólo con
los votos del PP, contiene como pieza destacada la aberración jurídica de la
"presión permanente revisable" -eufemismo de cadena perpetua-, algo
que por su carácter regresivo contradice no sólo lo que se ha avanzado en el
terreno jurídico, sino lo que el PSOE también ha defendido a lo largo de su
trayectoria. Y para subrayar, como se ha dicho aquí, la unidad de los
demócratas frente al terrorismo o para dotar de nuevos recursos a la lucha
contra las nuevas formas de terrorismo que supone el yihadismo, no hace falta
un pacto como ese, con tal ingrediente como fundamental. En España hemos hecho
frente al terrorismo, y con eficacia, con los recursos de una sociedad
democrática y un Estado de derecho. Siento que a la vez que nuestro secretario
general tenía una excelente intervención en el debate del estado de la nación,
se preparara ese pacto antiterrorista con la fuerte contradicción que nos
supone. No es suficiente decir que cuando se gobierne se cambiará el código
penal para sacar del mismo lo que el PP acaba de introducir con toda la
oposición de las cámaras: la prisión permanente revisable. Sabemos que luego no
resulta fácil modificar lo que en determinados momentos se introduce en el
ordenamiento jurídico. Ahí tenemos el caso del artículo 135 de la Constitución,
que se modificó para meter lo de la "prioridad absoluta" del pago de
la deuda pública y ahora no es fácil volverlo a cambiar.
Y hablando de la Constitución, retomo el
tema de la reforma constitucional a la que aquí se ha hecho referencia. Insisto
por mi parte en que esa reforma constitucional ha de ser de gran calado, pues
es lo que necesita nuestro Estado, en un momento de crisis seria. Y porque ha
de ser de gran calado, por eso es pertinente hablar de proceso constituyente,
si se trata de replantear a fondo el pacto constitucional, lo cual no significa
situarse en un imposible punto cero ni hacer tabla rasa de la fructífera
trayectoria de la democracia española desde que se aprobó la constitución de
1978. Es por la necesidad de abordar una reforma en profundidad por lo que una
figura como la del constitucionalista Javier Pérez Royo, por ejemplo, partícipe
de muchas de las propuestas que al respecto formulamos desde el PSOE, también
habla de proceso constituyente.
Si una reforma constitucional en
profundidad ha de tener unos de sus ejes en la reforma federal del Estado de
las autonomías, hay que acometer eso con la coherencia necesaria, la que nos ha
de llevar a hablar de federalismo plurinacional. Se trata de ser consecuentes
con nuestra propuesta de federalismo, que ha de resolver cuestiones de
redistribución de recursos, competencias, financiación, etc., y cuestiones de
reconocimiento. Éstas no pueden quedarse sólo en lo relativo a determinadas
singularidades, sino que han de implicar el reconocimiento de la pluralidad nacional
existente en la realidad política hispana.
En el Programa Marco Autonómico para las
elecciones del próximo 24 de mayo se dedica uno de los párrafos iniciales a la
reforma federal del Estado autonómico. Hay que profundizar en ello. No se puede
quedar asunto tan crucial en sólo esa mención. La campaña para las elecciones
autonómicas también nos va a dar la oportunidad de hablar de federalismo, de
extender esa cultura federal que tan necesaria nos es en la sociedad española
para avanzar hacia un Estado federal plurinacional. Y siendo así, estaremos
aportando credibilidad a lo que nuestras compañeras y compañeros del PSC
defiendan como propuesta federal socialista en las elecciones anunciadas para
septiembre en Cataluña.
Para terminar, sólo mencionar tres puntos
sobre los que quiero poner algún acento:
- Aquí también se ha hablado por nuestro
secretario general de lo que vamos a hacer en relación al sistema educativo.
Estamos viendo los destrozos del PP en el sistema educativo español. Pues bien,
creo que nuestro secretario general y la ejecutiva del partido han de ser
especialmente activos en estos momentos también en la defensa de la universidad
pública española. En fechas recientes hemos conocido el nuevo decreto del
ministro Wert sobre reducción de grados, el conocido como "decreto
3+2" que ha desencadenado la crítica de los rectores de las universidades
españolas y la protesta de la comunidad académica ante medidas que, junto con
otras, como la reducción de plantillas, están hundiendo a la universidad
pública.
- Un comentario especial quiero hacer
sobre lo que se ha dicho acerca de Grecia, diciendo que deben respetarse
recíprocamente el gobierno español y el gobierno griego ante las propuestas de
éste último respecto a la deuda de Grecia, mas señalando que también los
griegos deben ayudarse a sí mismos. Bien, pienso que no se pueden poner al
mismo nivel las descalificaciones hechas por el gobierno español hacia el
gobierno griego, y las respuestas de éste. El gobierno griego está planteando,
con sus limitaciones y en medio de tremendas dificultades, la reestructuración
de su deuda. Y de eso se trata. No debe olvidarse, además, de que apoyar al
gobierno de Grecia en eso, no es sólo apoyar a los griegos, sino apoyar algo de
lo que nos podemos ver beneficiados en no mucho tiempo. Aquí mismo se ha
mencionado que nuestra deuda pública está en el 100% del PIB anual. Y vernos en
el círculo infernal de la deuda pagando intereses es algo que nos puede
ocurrir.
- Por último, brevemente, unas palabras
sobre lo ocurrido en Madrid, sobre destitución del secretario general del PSM y
la designación de una gestora que acaba proponiendo listas electorales, con
nuevo candidato a la cabeza en el caso de la lista para Asamblea parlamentaria.
En el fondo de todo ello había una situación mal resuelta en cuanto a
responsabilidad política que debiera haber sido asumida, pero lo cierto es que
los procedimientos empleados para abordar la situación y por parte de la misma
gestora que se nombró han sido, dicho con expresión muy manida, al menos
manifiestamente mejorables. Si queremos ganar credibilidad debemos ser
respetuosos con las normas democráticas que nos hemos dado y con las que
debemos regirnos. Gracias compañeras y compañero.
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