Recibimos
un correo de uno de los jóvenes que se han adherido a la corriente Izquierda
Socialista recientemente, solicitándonos que publiquemos el artículo que nos
adjunta. Nos dice: “desde que lo leí
hace un par de años publicado en vuestro blog me pareció un profundo análisis
crítico de la degeneración y deriva de las direcciones de los partidos y
sindicatos de izquierdas han llevado a cabo”(…) y que debería ser conocido por
los trabajadores porque mantiene en estos momentos bastante actualidad.
Nos
relata que desde hace tiempo dejó de pertenecer a las Juventudes Socialistas
porque estaba bastante desanimado debido al seguidismo de muchos de esos
jóvenes a la política de la dirección del Partido. Hace poco ha dado el paso de afiliarse al
PSOE y adherirse a corriente I.S. porque dice que desde las bases, al igual que
muchos otros jóvenes, sigue buscando el
camino del verdadero socialismo, porque se siente socialista y está mucho más
de acuerdo con las posiciones del sector crítico que con la corriente
oficial. He aquí, sin más preámbulo, el
texto que nos solicita que titulábamos en su día “EL SOCIALISMO Y SUS SUCEDÁNEOS”:
“Existe
en la izquierda una enorme cantidad de grupos sectarios y oportunistas que se
reclaman del socialismo en todas sus variantes, pero la mayoría de ellos, están
dirigidos por compañeros que desconocen, han olvidado o han
tergiversado el método, las ideas, la estrategia y la táctica que puede
conducir a la clase trabajadora a la toma del poder y construir una nueva
sociedad genuinamente socialista, como alternativa global al sistema
capitalista, que en su fase imperialista multinacional ha entrado en una
recesión gravísima que incluso pone en peligro la especia humana sobre el planeta,
por la explotación, la especulación y la
depredación de los recursos naturales, el Medio Ambiente, las
materias primas y el frenazo a la investigación y al desarrollo.
La
burguesía insiste en la muerte del marxismo, pero para algunas corrientes críticas, el
materialismo dialéctico representa una herencia preciosa que debemos seguir
desarrollando a la vez que animamos a
los jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos,
aunque en realidad no podemos tomarlos como un esquema acabado del proceso
histórico, sino que es preciso adaptarlos a la realidad concreta, para
transformarla en favor de los pobres y
la clase menos favorecida, la clase obrera.
Es
necesario reconocer que debido a las desviaciones del estalinismo y a la deriva
hacia la derecha del reformismo socialdemócrata, los verdaderos marxistas, quedaron prácticamente aislados en pequeños
grupos diseminados, siendo atacados principalmente por el capitalismo, pero
también por el estalinismo y la socialdemocracia.
Remontándonos
en la historia se observa que terminada la II Guerra Mundial, salieron
fortalecidas las corrientes estalinistas y en cierta medida la II Internacional
socialdemócrata también, pues ante el miedo de la burguesía a la revolución,
infiltró y utilizó a los dirigentes reformistas para que actuasen de cortafuego,
otorgando algunas mejoras a los
trabajadores para contrarrestar los avances que experimentaba la URSS que se
había convertido en un polo de atracción para los obreros del mundo.
Pero
ni los estrategas del estalinismo ni los reformistas socialdemócratas fueron
capaces de comprender los acontecimientos internos y las luchas sociales que el
proceso histórico hizo imparables e inevitables, incrementándose el desarrollo
de los Estados estalinizados en el Este de Europa, que se convirtieron en
estados bonapartistas obreros deformados y degenerados, que la burguesía empezó
a llamar del “socialismo real”, cuando en realidad se estaba dando desde hacía
años una contra-revolución que caminaba hacia el capitalismo, si no se producía
una revolución política donde los trabajadores interviniesen implantando el
control obrero y la planificación democrática, pero el proceso se produjo a la
inversa asumiendo la burocracia corrupta el modelo capitalista del que estaban
más cercano.
Mucho antes de esa implosión, las revoluciones
que ocurrieron posteriormente a 1944 con los acontecimientos de Grecia, las
Revoluciones en China y Cuba, junto con
otros cambios similares que se estaban dando en otras zonas e incluso en el
Mayo francés del 68, no fueron previstas por ninguna fuerza política con garantías
de llevarlas a buen puerto, por la incapacidad burocrática de sus direcciones y
su sumisión al capitalismo, en el abrazo del oso que representó la guerra fría,
donde los estalinistas y los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar
al verdadero socialismo democrático y autogestionario.
La
confirmación más clara de la bancarrota de la dirección estalinista se dio en
la Revolución de los claveles de Portugal, donde el PCP que tuvo todo el poder
en sus manos, fue incapaz de desarrollar un plan que concediese el poder y la
autogestión de las empresas a los trabajadores, y colaboraron en deshacer la reforma agraria que se había llevado a cabo
en la práctica por las propias masas de
los campesinos y jornaleros, y con la
participación activa de la dirección del PCP procedieron a la devolución de los
latifundios y de las empresas a los capitalistas.
En los
textos de los clásicos del marxismo la interrelación entre el llamado factor
subjetivo y los factores objetivos ocupan bastantes libros. Una de las
principales conclusiones es la necesidad de una Internacional marxista, debido
a la disolución de la I Internacional de Marx y Bakunin, al sometimiento de la II a sus burguesías
respectivas aprobando los créditos de guerra y la práctica disolución de la III
Internacional sometida al nacionalismo Gran Ruso por Stalin, y al abandono del
“internacionalismo proletario”, que hace
comprender a la clase trabajadora que está a merced de direcciones endebles y
desconfían de sus dirigentes porque han conseguido llevarles a una derrota tras
otra. El abandono de la teoría, del
método dialéctico, que es el mejor que puede ayudarnos a clarificar las
contradicciones que se producen en el proceso de lucha para alcanzar la
transformación social, supuso un
verdadero desastre y un drama angustioso para las masas bajo la bota del
imperialismo capitalista.
El capitalismo
mundial, en esta fase imperialista multinacional que hemos sufrido más
aceleradamente durante las últimas tres
o cuatro décadas, ha desarrollado todo su potencial y posibilidades que
quedaban como sistema progresista, no solamente en los países desarrollados,
sino en todo el planeta por la expansión total de los mercados en la llamada
“globalización”, que dialécticamente ha tocado sus límites.
El
aumento de la producción alcanzó antes de la crisis de 2007, las cotas más
altas jamás conseguidas por ningún otro sistema, creando productos nuevos que
superaban en su fase de capitalización bursátil, al menos 10 veces el valor del
Producto Interior Bruto Mundial,
superando los 500 billones de dólares.
Debido
a la elasticidad de los créditos e hipotecas, incluso a dos vidas, los capitalistas consiguieron artificialmente
que el sistema liberal burgués tuviese
una aparente y relativa estabilidad, lo que, por una parte fortaleció a la
burguesía que acumuló enormes beneficios en el proceso de concentración
acelerada del capital, y por otra, jugó el papel de crear falsas ilusiones en
los trabajadores, que alentados por las direcciones reformistas, tragaron el
anzuelo de la lógica del capitalismo que empezó a decir que se había llegado al
fin de la historia y que el capitalismo había superado las crisis cíclicas, lo
cual se ha demostrado un craso error, como así habían previsto los analistas
marxistas que aplicaban correctamente el materialismo dialéctico como el mejor
método de análisis de al realidad.
El
proceso revolucionario que vivió el año pasado el continente africano, con los
levantamientos revolucionarios que afectaron desde Túnez a Siria, pasando por
casi todos los países de la periferia del capitalismo mundial, es una
indicación de los procesos que están afectando al corazón del capitalismo, que
sufre arritmias constantes y poniendo a veces al borde del infarto a países de
la vieja Europa, como Grecia, Portugal, Italia o el propio Estado español.
Esto
indica que la revolución colonial inacabada se sigue manifestando tomando
formas peculiares y con maneras distorsionadas, que se debe fundamentalmente a
la correlación de fuerzas que ejercen los problemas sociales que no pueden ser
resueltos por las burguesías respectivas, ni por métodos dictatoriales ni por
métodos democráticos, lo que confirma la Teoría de la Revolución Permanente,
que algunos mal interpretaron como “automática”, que era una tergiversación de
esa teoría.
La
problemática social que debe ser abordada, como la cuestión agraria de los latifundios y
de la producción industrial, son necesidades urgentes que no pueden ser
resueltas, por lo que se necesita proceder a la transformación de la sociedad
ya que no pueden ser abordadas a favor
de los ciudadanos bajo líneas de
propiedad privada capitalista. Si realmente se quiere evitar un estancamiento
total y la imposición de unas condiciones tremendas de recortes, hambrunas y
penuria para las masas, que lastran e
impiden el desarrollo pleno de las fuerzas productivas encorsetadas bajo el
capitalismo latifundista, la lucha por un nuevo modelo se hace imprescindible.
Al no
existir partidos socialistas o comunistas que llamen a la transformación
social, con suficiente fortaleza que tengan apoyos de masas dinámicos y en
acción, ni en los países más pobres ni
en los capitalistas industrializados que sirviesen de polo de atracción para la
clase trabajadora, a la vez que no existe ni un estado obrero socialista sano, con
democracia social que sirva de polo de
referencia, los levantamientos de las neo-colonias se han desarrollado
de forma distorsionada, carentes de direcciones correctas, quedándose el
proceso más bien en tablas, cuyo ejemplo es el mundo árabe, pero también Venezuela
y demás países de América latina, donde
el proceso al socialismo está atascado, dado que bajo el capitalismo no hay salida,
pero el imperialismo tampoco tiene fuerzas para aplastar a las masas como
hiciese en décadas pasadas apoyando dictaduras sangrientas.
El
estancamiento de la Revolución Cubana que siguió los parámetros, similares al
estalinismo aunque con algunas diferencias, así como la deriva hacia el
capitalismo de la poderosa Revolución China, que se desarrolló en un principio
dentro del marco de la correlación de fuerza mundial, con influencias
estalinistas-maoistas siguiendo el modelo de la extinta URSS, demostraron
igualmente la imposibilidad de construir el socialismo ni en un solo país, ni
mucho menos cada cual a su aire y enfrentados, que fue uno de los mayores errores de la
táctica estalinista, demostrándose que tampoco existe allí ni ha existido nunca
lo que la burguesía llamaba “socialismo real” y ahora renombran en China como “socialismo de mercado”, cuando es una
monstruosa mezcla de Capitalismo de Estado y Dictadura contra el
Proletariado.
Todas
esos sucedáneos y desviaciones del
objetivo de construir el verdadero socialismo han sido analizadas y criticadas
por diversos intelectuales. Por ejemplo, la revolución de Cuba, comenzó con una
dirección y objetivos democrático burgueses, pero debido a diversas
circunstancias de presión del imperialismo,
errores de la dirección de la revolución y otras, acabó organizándose de
manera bonapartista-proletaria al girar hacia el estalinismo de Moscú. Como consecuencia del carácter atrasado de su
economía, así como el bajo nivel de comprensión del auténtico método del
marxismo de la casta militarista del guerrillerismo cubano, (del que El Che y
poco más eran la excepción al criticar a la burocracia de Moscú), le
llevaron a aceptar el “socialismo real estalinista calcado e impuesto por la
URSS” de quien recibía el apoyo. Pero aquello se convirtió en un sistema
dominado por una casta burocrática militar, de características similares al
modelo de Rusia, China y demás países estalinizados, donde hacía tiempo se
estaba dando un termidor burocrático de orientación al capitalismo que ahora se
recrudece.
Incluso
teniendo en cuenta las deformaciones burocráticas de los países de bonapartismo
proletario, la economía de Rusia y China se estaban desarrollando en aquella
época como grandes potencias, pisándole los talones a EEUU en algunos campos
del desarrollo y estaban liquidando el atraso histórico con una velocidad sin
precedentes, por lo que actuaban como un poderoso polo de atracción.
Pero
esa especie de “capitalismo estatalizado”, sin control obrero y subordinado al
imperialismo, con el pacto tácito de impedir las nuevas revoluciones sociales,
se convirtió en un freno para poder desarrollar
las fuerzas productivas, que chocaba con
la incapacidad y la ineficacia de la planificación centralizada estrangulada
por la casta burocrática, que fueron las
principales causas, junto con el error de la teoría de “la construcción del
socialismo en un solo país”, cada cual
por su lado, siendo esos los
factores fundamentales que influyeron en su desplome ante los ataques económicos del
imperialismo.
Dando
la impresión de que habían conseguido una nueva versión del marxismo que negaba
la teoría de la revolución permanente,
esa casta de militares se convirtieron durante un tiempo en los agentes
históricos de la revolución, creyendo que bastaba llevar a cabo la estatización
de la economía, (pero sin control obrero, sin democracia participativa, solo
manu militari), para construir el
socialismo, cuyo método falló estrepitosamente, pasando del sistema estalinista
al capitalista como quien pasa de un vagón del tren a otro.
Es
preciso comprender que esos procesos de pasos atrás en la historia se debían al retraso en la
construcción del factor subjetivo necesario de la revolución socialista en los
países desarrollados. Pero la caída del
estalinismo, al representar una desintegración de un sistema, a la larga
también está minando los cimientos del capitalismo mundial, cuando éste ha
entrado en un proceso de declive global y camina hacia una brutal recesión que
podría desembocar en una depresión similar a la de los años 30 del siglo
pasado.
En los
procesos vividos durante la desintegración de esos países estalinizados, la
mayoría de los gobiernos dictadores que eran regímenes bonapartistas
proletarios, empezaron una lucha por su
independencia nacional, saltando de la sartén al fuego, pues ese era el camino
que les llevaba diametralmente opuesto al socialismo, que debe ser
internacionalista o no es verdadero
socialismo, pues se requiere una integración, colaboración, cooperación,
solidaridad y apoyo mutuo en su filosofía de clase.
Las
tensiones vividas entre las diversas castas militares de China, Rusia y demás
estados estalinistas fortalecía el poder
militarista de las burocracias, elevándose éstas cada vez más por encima de las
masas, dedicando ingentes recursos a la carrera bélica, detrayéndolo de la
economía que evitaba y cercenaba las atenciones sociales de los pueblos, que
junto con el despilfarro y el robo sistemático de la burocracia a la
producción, se convirtieron en un freno absoluto para el desarrollo real de las
fuerzas productivas preparando el colapso de la economía estaliniana burocratizada,
que necesitaba el control democrático
como el cuerpo humano necesita al oxigeno para limpiar la sangre y para lo cual era necesaria la revolución
política para acabar con aquella casta de burócratas que, siendo solamente el 3 %, se incautaba del 64 % del PIB.
Asimismo
otros factores influyeron en la degeneración de esos estados, como el largo
auge del capitalismo en los países industrializados, la degeneración
burocrática que también se daba en los partidos obreros de masas en los países
capitalistas desarrollados que interactuaban y reforzaban la degeneración
mutuamente. Durante toda una época esta era la característica fundamental que
se daba, lo que representaba un circulo vicioso que degeneraba el desarrollo
del estudio teórico y práctico del
verdadero marxismo, tan necesario para avanzar en la construcción de
organizaciones sindicales y partidarias, que se salvaran de los dos precipicios
fundamentales por los que todos descarrilaban, como son el oportunismo por la
derecha y el sectarismo ultra por la izquierda.
En una
situación similar, no existían posibilidades reales de organizar partidos
obreros que no sucumbieran a esas presiones, dado que la II Internacional
socialdemócrata se había diluido en el capitalismo y la III Internacional había
sido destruida y desmantelada por Stalin. A su vez, los restos de la IV
Internacional trotskista se subdividieron en diminutos grupúsculos siendo
incapaces ninguno de ellos de encontrar
el camino correcto para convertirse en un partido fuerte de masas, que
superasen los errores estratégicos, tácticos, ideológicos y políticos cometidos
por la cantidad de sectas a la que fueron reducidos, cogidos entre el fuego
cruzado del imperialismo y del estalinismo, que casi fueron exterminados, no
solo políticamente, sino incluso muchos físicamente.
En
realidad existían además factores objetivos que eran la principal razón de la
debilidad de esas tendencias revolucionarias, que se enfrentaban a esos dos
potentes polos, imperialismo por la derecha y estalinismo por la izquierda. La eliminación, degeneración y destrucción de los grupos y sectas que se
denominaban “trotskistas” fue asimismo una consecuencia de este periodo largo
del auge del capitalismo y de la ferocidad de cómo eran tratados por los
estalinistas, que producía cada vez más alejamiento de las masas sin tener la
más mínima posibilidad de convertirse en organizaciones potentes de masas.
Muchos
hijos de la pequeña burguesía radicalizados y con ganas de cambiar el
mundo, fueron atraídos en aquella época
por las ideas del Che y de Castro que aparecían como el camino romántico y a su
vez violento de acabar con el capitalismo, lo que resultó un espejismo por los
errores intrínsecos de ese modelo para
conseguir el verdadero socialismo como ha demostrado la historia. Incluso muchos grupos autodenominados como de
“oposición de izquierdas” que surgieron
en el seno de los Partidos Comunistas, evolucionaron igualmente hacia esa
dirección abrazando el método del “guerrillerismo”, al caer en la confusión de
que tanto Castro en Cuba, como Tito en Yugoslavia
eran “trotskistas inconscientes” y esta confusión se daba, no solamente en los
países industrializados con poderosas formaciones obreras, sino incluso en algunos
países estalinistas.
EUROPA
CAMINA HACIA EL ABISMO:
Debido
a las profundas contradicciones que el capitalismo ha ido acumulando, la
situación en Europa está cambiando y nos enfrentamos a un nuevo periodo de
levantamientos, luchas, insurrecciones y procesos moleculares de cambios
bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las masas en cada uno de sus países que no pueden superar la recesión
capitalista en la que hemos entrado.
Esta
recesión mundial está siendo mucho más profunda que las crisis vividas después
de los años 70, de características similares a la llamada “crisis del petróleo
de 1974/75”, que fue otra crisis de largo alcance, pero ésta es superior, de
onda larga también, pero similar a la de 1929.
El desempleo de masas ha aparecido simultáneamente en todos los países,
y no es un detalle coyuntural, es para quedarse largo tiempo porque es de
carácter estructural y permanente, enlazando con una recesión que es
prácticamente universal afectando de lleno a los países industrialmente más
desarrollados que descargan sus
consecuencias sobre los más atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y
catástrofes alimentarias.
La
tasa de ganancias se ha derrumbado en todos esos países decreciendo
fulminantemente las inversiones tanto privadas como públicas. Junto a ello han colapsado las ilusiones en el
enriquecimiento permanente de todos y ha conseguido que a los capitalistas les
duela la cabeza tras la orgía de abultadas ganancias que habían venido
obteniendo durante el largo auge capitalista del periodo anterior a la crisis
de 2007.
En la actualidad
la burguesía ha entrado en pánico y los capitalistas tienen más miedo que nunca
porque ven un futuro bastante negro, debido a la desfavorable correlación de
fuerzas en el tablero mundial para sus intereses, porque comprenden la agonía
del capitalismo y el inicio del resurgir del movimiento sindical y de las
izquierdas con el potencial aplastante que la clase obrera mundial representa.
Uno de
los factores clave del desarrollo de esas movilizaciones que buscan
desesperadamente una transformación social profunda es la desmoralización de la propia clase
dominante. En los países claves del
capitalismo han aparecido fisuras, enfrentamientos y divisiones en el seno de
las burguesías respectivas, como el ejemplo de la lucha diplomática entre diversos
países por el espionaje de Wikileaks pero
sobre todo los conflictos como los de
Siria, Turkia, Egipto, Brasil y demás, con levantamientos y revoluciones que
están a la orden del día. .
Así que muchos capitalistas miran con terror los
procesos tan delicados que estamos viviendo tanto en esas zonas calientes como
en el resto del mundo. Incluso el país
capitalista más poderoso como los EEUU, que pensaban que podría disfrutar de
siglos de dominación mundial, cuando cayó el muro de Berlín, considerándose los
gendarmes de planeta, están ahora igual de desmoralizados que todos los demás,
porque ni China ni Europa pueden tomar el relevo como locomotora que les saque
del atolladero de esta brutal recesión
económica en que se encuentra el sistema.
Las
derrotas en guerras monstruosas como las de Irak y Afganistán a pesar de gastar la increíble
cantidad de más de 3 billones de dólares en armas y ayudar a reconstruir
gobiernos títeres, a pesar de todos los adelantos de los mejores ingenios
diabólicos, a pesar del empleo de armas bacteriológicas y químicas, a pesar de
tirar toneladas de bombas, la mayor cantidad de material bélico utilizado nunca
antes incluyendo la II Guerra mundial,
el imperialismo norteamericano ha tenido que retirarse derrotado, aunque
no lo quieran admitir, lo que es otra
contrariedad más para el imperialismo que comprende con estupor que las
socorridas guerras de rapiña, por primeva vez en su historia han dejado de ser
rentables.
Influyen
también otros factores como razones principales para explicar esa derrota, como
es la resistencia a tanta matanza, por el pueblo árabe y también del norteamericano, a tanto gasto bélico cuando los salarios y el nivel de vida
de la clase trabajadora venía deteriorándose durante los 30 últimos años y las
reformas prometidas en mejoras en Sanidad, Educación y asistencia social no
aparecían por ninguna parte, siendo bloqueadas por el reaccionario Partido
Republicano permanentemente.
La
desmoralización de las bases del ejército estadounidense hacía difícil mantener
esa pesada maquinaria bélica de ocupación, pues las familias de los soldados
estaban formando asociaciones de protesta y exigían la repatriación de los
jóvenes para que no dejasen su vida en tierras lejanas con el objetivo de defender
los intereses de los capitalistas. El
apoyo a los dos grandes partidos,
Demócrata y Republicano, se
estaba empezando a desmoronar y existe la posibilidad de que pronto aparezca
una tercera fuerza de izquierdas, que recoja las necesidades de los sindicatos
y la clase trabajadora, expresada en algunos movimientos como el “Ocupar Wall Street”, donde el pueblo se manifiestó delante de los Bancos con
enormes protestas, diciendo eso de somos el 99 % y ellos el 1 %, desconfiando
cada vez más del sistema bipartidista que es visto como el ala derecha y el ala
izquierda del mismo buitre carroñero que se alimenta de los cadáveres de los
que mueren en esas cruentas guerras.
La
clase capitalista estadounidense, siendo la más poderosa del mundo es también
la más ignorante de todas las burguesías y quiere seguir demostrando a los
sectores más xenófobos, patrioteros e histéricos de la burguesía, agitados por
el Tea Party, pequeño grupúsculo muy poderoso económicamente y muy radicalizado
hacia el semi-fascismo, que tienen un enorme poder militar y económico. Pero en realidad, la clase dominante más inteligente y los estrategas más
conscientes comprenden que por ese camino no pueden seguir, con tanto chantaje,
esa chulería provocativa y el avasallamiento constante a los demás
pueblos, y sobre todo al mundo árabe. No
deberían continuar, pero el
enfrentamiento entre el sector llamado de los “halcones” con el llamado de las
“palomas” va a proseguir en aumento y
las luchas intestinas se agravarán, porque en realidad se han quedado sin
paradigma correcto a aplicar.
El
proceso de desarrollo de la revolución que estalló en la primavera árabe hace
un par de años, no podemos considerarlo más que como un ensayo general de los
acontecimientos similares que se darán, más temprano o más tarde, en los países
del descompuesto viejo continente, cuyo
fracaso de la utopía reaccionaria de construir la “Europa de los Mercaderes” es
ya una realidad patente asumida por una mayoría. Esto fue predicho hace tiempo
por muchos de los analistas marxistas que predecían que antes de que se realice
el sueño utópico y reaccionaria de una superpotencia europea unida, que disfrutase de una integración económica, monetaria y
sobre todo Política, lo que representaría un solo Estado para hacer frente a
los EEUU, la crisis estructural de sobreproducción inevitable bajo el
capitalismo estallaría, como así ha ocurrido, y debido a la propia crisis y a
la recesión posterior, todos esos estados desiguales y con intereses muy
contradictorios, experimentarían convulsiones y agitaciones sociales terribles,
dado que el capitalismo no puede dar soluciones duraderas a las cuestiones
sociales.
El
sometimiento de todos los gobiernos y su parálisis total ante el chantaje y la
dictadura financiera impuesta por el FMI y la Banca Mundial, a las órdenes
directas de los poderes fácticos imperialistas, es rechazado cada vez con más
fuerza por la mayoría de los ciudadanos, que ven con horror que la pantomima de
la democracia burguesa se ha convertido en una verdadera farsa, al remover
gobiernos que han sido votados por el pueblo y sustituirlos por los llamados
eufemísticamente “Tecnocráticos”, que son verdaderos títeres de Golman Sachs ,
la potencia financiera que domina el sistema;
Las masas entienden cada vez con más claridad que la cuestión de los déficits es un robo
descarado de los ricos para que los pobres paguemos sus orgías y sus
atesoramientos en paraísos fiscales.
En
toda Europa la clase trabajadora es mil veces más fuerte que antes de la II
Guerra Mundial y la burguesía, aunque aparenta fortaleza, en realidad es mucho
más débil en número y fuerza, porque en
el fondo está mantenida sobre dos muletas, como son la socialdemocracia y los
reformistas de izquierdas, que si dejaran de apoyarla y pasaran a defender un programa socialista genuino, de
transición al socialismo, en unidad, organizadamente y mediante acciones de
masas, la burguesía caería como una fruta madura. La correlación de
fuerzas entre los capitalistas y la clase trabajadora es mucho más favorable a
éste último bloque. La clase asalariada, tanto en número, cohesión social y
sobre todo, al papel directo y primordial
que tiene en la producción, es en
realidad la clase dominante, pero necesita que una dirección firme e
inteligente se lo haga saber, ofreciéndoles el camino para el triunfo marcando
claramente que la alternativa es el genuino socialismo, con una democracia completa,
en los planos económico, político,
social y cultural.
Algunos
estrategas de la burguesía, los más ultras y neofascistas, han estado hablando
de golpes de estado en Grecia, cuando la clase trabajadora ha venido luchando
contra la “dictadura financiera coronada por un Gobierno Tecnocrático” y
aconsejaban jugársela todo a una carta para aplastar a los trabajadores, (La
noticia saltó desde lejos, como si la CIA lo hubiese detectado) pero otros
burgueses más inteligentes les han hecho desistir, ante el terrible panorama
revolucionario que se les podría abrir ante sus pies, lo que en si mismo representaba una verdadera catástrofe y un
verdadero colapso del capitalismo, no obstante, seguirán esperando una
situación más favorable, pues quizás no la
encuentren como ellos quisieran en el corto plazo. Eso revela la incapacidad y el nerviosismo de
la clase dominante para trazar un plan viable que resuelva los problemas
económicos y las cuestiones sociales al mismo tiempo.
La
burguesía comete un error al evaluar a la clase trabajadora por sus dirigentes sindicales, que se encuentran
paralizados para la acción, confundiéndolos con las bases, que están
expectantes y pueden saltar a la lucha por cualquier accidente. La
Patronal interpreta que existe un cierto reflujo en el movimiento obrero y en
realidad, estamos en los inicios de la recuperación de las luchas entre las
clases que empezarán un ciclo
ascendente, después de un largo periodo de semi-reacción.
El
colapso del capitalismo en Grecia, Portugal, Italia y el Estado español, países
que en términos económicos podemos afirmar que están intervenidos por los
grandes Truts financieros imperialistas,
abre un nuevo periodo en la historia de Europa que afectará a todo el
mundo. La previsión de algunos
estrategas sobre el surgimiento de una oleada revolucionaria similar a la de
los años 30, se está en realidad confirmando con los potentes movimientos de la
clase trabajadora, tanto en el mundo árabe como en países de Europa y
Latinoamérica, lo cual, debido a la simultaneidad que se contempla con la ayuda
de los modernos medios de información y comunicación, las repercusiones de las movilizaciones en
cadena traspasan fronteras y serán contagiosas e imparables.
En las
primeras décadas del siglo XX, el
descarrilamiento de los procesos revolucionarios por parte de los reformistas o
de los estalinistas en toda Europa occidental, pusieron las bases políticas para
la recuperación económica, después de sangrientas guerras, lo que llevó
posteriormente, una vez derrotado el nazi-fascismo, a una recuperación y
consolidación de la economía, tanto en los países capitalistas como en los
estalinistas.
Ambos
modelos económicos alcanzaron una recuperación al nivel más alto posible, de conformidad con sus estructuras
internas, pero una vez se demostró la inviabilidad del sistema de bonapartismo
proletario estaliniano con la caída del muro de Berlín, y agotada la fase del
auge del capitalismo de las dos décadas posteriores, hemos entrado en un nuevo
período que representa el comienzo del crepúsculo del capitalismo mundial y
muchos estrategas coinciden que es urgente buscar una salida alternativa, que
no puede caber dentro del modelo actual de capitalismo mafioso de casino, sino
que debe recoger los valores del auténtico socialismo, con democracia,
planificación, participación, autogestión, con aplicación de los nuevos
descubrimientos, la robótica y las
nuevas tecnologías, para poner los frutos del trabajo que ya se realiza
socialmente al servicio de la Humanidad y bajo su propio control social,
democráticamente ejercido, para evitar
los robos, la explotación y los despilfarros.
Algunos
interesados y mercenarios del capital siguen insistiendo que el socialismo es
una utopía, pero nosotros lo vemos como una necesidad, porque a pesar del auge
y en cierta medida, como expresión de la crisis estructural de sobreproducción,
la vitalidad del capitalismo mundial sigue disminuyendo, lo que expresa la gran
contradicción de que sobran mercancías, en bases capitalistas, cuando tantas
personas tienen necesidades alimenticias que podrían ser satisfechas, podrían vivir en casas confortables, tener un trabajo decente y bien remunerado,
así como disfrutar de una buena calidad de vida, con un ocio cultural y no embrutecedor, pudiendo acceder, en caso de adversidad o
enfermedad, a un salario social universal y a una jubilación digna.
La
cuestión del Cambio Climático y el constante deterioro del Medio Ambiente, con
escándalos permanentes de contaminación atmosférica, la decadencia de la moral
burguesa, la rebelión de la juventud que
exige un puesto de trabajo, el giro a la izquierda de los estudiantes con
protestas masivas por los recortes en los presupuestos de Educación, y las movilizaciones de los trabajadores de la
Sanidad y de otras ramas, son también factores que expresan la necesidad de
cambios estructurales de fondo, pues dichos factores son indicadores de la
crisis de esta sociedad burguesa que ha llegado a sus límites desafiando la
existencia misma del modelo capitalista, que se encuentra obsoleto, agotado y
senil.
Estamos
sumidos en una recesión profunda y universal, que ha sacudido los cimientos del
propio modelo capitalista demostrando su incapacidad de proseguir desarrollando
las fuerzas productivas. La plaga del
paro masivo en la mayoría de los países y la recesión están manteniendo hasta
cierto punto controlada la inflación, pero en cuanto ésta empiece a repuntar, y
lo hará debido a las potentes inyecciones recibidas en el torrente sanguíneo de la
economía bancaria capitalista, el
sistema se verá atrapado entre el paro y la inflación que provocará violentas
oleadas de agitaciones sociales, luchas, levantamientos, huelgas y protestas
masivas.
El
despertar de la conciencia del movimiento obrero, que está iniciando su
recuperación, a pesar de la superioridad técnica y militar de la burguesía, que
se sigue preparando para la represión, hará inservible todos los artilugios que
quiera emplear, porque la necesidad y el hambre es superior a todos los
obstáculos que siempre ha querido poner en frente la clase dominante. Una vez que las masas se pongan en movimiento
y se doten de un programa adecuado para marchar resueltamente en pro del
socialismo y con una firme dirección que saldrá desde las mismas entrañas de la
lucha del movimiento obrero, todo lo que hagan por sofocar los anhelos de las
masas de lograr un cambio radical que abra el camino para un mundo mejor, será inútil para la
burguesía.
Sumamente
significativo es que la potencia imperialista más fuerte, los Estados Unidos, y
los países más débiles como los del cuerno de África, se encuentren en un
callejón sin salida, la potencia fundamental especulando con los alimentos,
para su acaparamiento en grandes almacenes, que provocan las consiguiente subidas artificiales de los precios y los otros, con hambrunas
terribles por falta de una migaja de pan que llevarse a la boca. Algunos pueden tacharnos de “demagógicos”
cuando comentamos estas cuestiones, pero nosotros deberemos llamarlos
simplemente “asesinos” si nos quieren impedir que digamos nuestras verdades.
Pero
nuestras críticas no deben ir solamente al sistema capitalista, que aunque Pablo
Iglesias decía que “el capitalismo es la causa de todos los males que padece la
clase trabajadora”, que es cierto, algo tienen que ver también los errores de
las direcciones sindicales y políticas de las organizaciones de la izquierda,
que están obligadas a aprender de la historia para corregir el rumbo. Porque si el capitalismo sigue todavía
vigente en Europa, se debe fundamentalmente al pesimismo, pusilanimidad,
cobardía, ceguera y estupidez absoluta, junto con la falta de perspectivas,
táctica correcta, ideales limpios y
estrategia adecuada y correcta de las direcciones de la izquierda, cuya
autocritica asumimos con la alícuota pequeña parte que nos corresponda, como
corriente crítica minoritaria que somos.
Asimismo
es preciso reconocer que las bases nunca pueden ser culpadas de los
errores, corrupciones, desviaciones y
demás desaguisados que cometan las direcciones.
Hablando claro, la confusión y desorientación de los dirigentes sindicales, han conseguido que las masas
pierdan confianza en ellos, pues se han elevado por encima de la clase
acercándose al modelo burgués y algunos de ellos miran a los trabajadores con
un cierto despotismo e incluso desprecio, le temen a las Asamblea de base
porque no quieren escuchar las críticas y por tanto, insisten en seguir
buscando compromisos con la burguesía,
para continuar siendo vistos como grandes “hombres de Estado” que
algunos se creen.
Los
propios estrategas de la burguesía comprenden mejor que ellos el periodo al que
nos enfrentamos, debido a las contradicciones latentes en las profundidades del
movimiento obrero, que está sufriendo un acoso terrible, con pérdidas de
derechos y niveles de vida que nos retrotrae a tiempos de la posguerra. La
pequeña burguesía está deprimida y tienen malos presentimientos ante los
futuros problemas sociales, huelgas, protestas, enfrentamientos y convulsiones
que se va a dar entre los trabajadores y
el capital de todos los países; Muchos
autónomos y pequeños empresarios están sufriendo un proceso de proletarización
y están llegando a la conclusión que
para ellos tampoco el capitalismo ofrece salidas, por lo que, más temprano o
más tarde, estarían dispuesto a seguir a
una dirección potente de izquierdas que
surja del movimiento obrero y les
ofrezca un futuro con más garantías de las que les da su propio modelo
capitalista que les ha llevado a la
ruina.
Las
contradicciones se han ido acumulando durante las últimas décadas y una de las
más peligrosas de resolver es la que existe entre el poder de la clase obrera y
la inservible política de las direcciones sindicales y políticas actuales, porque éstas no se quieren dar cuenta de las
posibilidades objetivas que se están dando para poder apartar al capitalismo de
la escena de la historia y empezar a construir el socialismo, pero estas tareas
que son las clásicas para las que fueron fundadas estas organizaciones de clase
pondrían una vez más a prueba a las organizaciones tradicionales de la clase
obrera, que si no giran a la izquierda y asumen el nuevo rumbo que los
trabajadores les exigen como necesidades imperiosas, serían cambiadas en el fragor de la batalla o
serían llevadas a la derrota. Debemos
tener confianza en la clase obrera, pues como decía un clásico marxista, “Desde
dentro de sus filas, entre los mejores luchadores
de la clase obrera y la juventud, saldrán las fuerzas dirigentes del genuino
SOCIALISMO, porque fuera de las organizaciones de masas, no se creará nada que
pueda resistir la fuerza del tiempo”
Conclusiones: De
la I Internacional surgieron las fuerzas de la II, que mediante las presiones
históricas, y sus contradicciones económicas expresadas en la dialéctica económico-social,
se escindió y surgió la III Internacional, que asimismo fue degenerada por los
seguidores del estalinismo dirigidos por el propio Stalin, en una lucha feroz para evitar que surgiera con
fuerzas la IV que estaba en embrión y fue abortada y laminada por el
capitalismo y los procesos históricos del estalinismo. De los polvos de todas esas “estrellas”, de
donde cabe resaltar tantos trabajadores heroicos y comprometidos por la noble
causa del socialismo, que fueron la mayoría de luchadores anónimos que dieron su vida por la causa del socialismo
buscando un mundo mejor en armonía para todos, y también a causa de los errores
de esa pléyades de “jefecillos” que dirigían al movimiento obrero y que “estrellaron” una y otra vez a los trabajadores contra los
muros intransigentes del capitalismo y sus defensores, debemos RECONSTRUIR un nuevo movimiento
socialista fuerte y vigoroso, que traspase fronteras, que esté a la altura de las circunstancias en
los momentos álgidos a los que la clase trabajadora se verá forzada a
enfrentarse, porque bajo el capitalismo no hay salida para la Humanidad.
Para ello
debemos combatir democrática y
dialécticamente los errores del Oportunismo y del Sectarismo, debemos continuar
la lucha, tanto en el plano teórico con un debate compañero, como en la acción
de masas para continuar organizándonos, en
pro de una fuerte unidad, a la vez que nos preparamos y nos dotamos de cuadros firmes,
que sean elegidos y en su caso revocados por las bases democráticamente, para avanzar en la lucha y pasar a la ofensiva
que nos permita rechazar los ataques de la burguesía y abrirnos el camino para
construir otro modelo de sociedad, porque otro mundo no solamente es posible sino
que es más necesario que nunca, pero siempre que está orientado hacia el
genuino socialismo”” (1)
¡¡LA LUCHA SIRVE, LA LUCHA CONTINUA¡¡¡
ÁREA DE
COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA MÁLAGA.PSOE-A
(1) Si estás interesado en el debate, puedes recibir de forma gratuita
el borrador que estamos debatiendo para participar con tus propuestas y
comentarios, para el documento que será editado por nuestra corriente que contiene las resoluciones y el
programa alternativo, que presentamos a la juventud y a la clase trabajadora en
los actos y asambleas en los que intervenimos. Solicítala al correo de abajo, poniendo en
asunto las palabras “Alternativa desde la Izquierda”.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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